Desarrollo sostenible y sustentable para una economía con enfoque ambiental

Desarrollo sostenible y sustentable debe ser un compromiso prioritario de todos los gobiernos, en busca de mejorar la calidad de vida de sus pueblos, generando crecimiento económico con conciencia ambiental sobre los recursos naturales que nos ofrece la tierra, si queremos dar a las generaciones futuras un planeta en el cual vivir.

Los países de Latinoamérica presentan un crecimiento acelerado que no responde a un desarrollo armónico de todos sus componentes. Nace un sector moderno, en el que la expresión física y patrones de consumo no se diferencian sustantivamente de los países desarrollados y, por otro lado, se incrementa la población en condiciones de pobreza, que ocupa sin control el territorio, causando problemas ambientales que no han sido atendidos adecuadamente.

Por lo tanto urge la búsqueda de cómo sostener ese desarrollo económico y social, con énfasis en la participación y equidad, que contribuyan al logro de comunidades sustentables. En este artículo se presentan algunas iniciativas nacionales e internacionales importantes para conducir el desarrollo sostenible y sustentable en las sociedades de hoy en día.

Introducción

En la actualidad, la conciencia de que es necesario preservar y mantener el medio ambiente se refleja prácticamente en todos los ámbitos de trabajo. La colaboración dinámica establecida entre la Organización y los gobiernos, la comunidad científica y el sector privado están generando nuevos conocimientos y medidas concretas para solucionar los problemas ambientales globales, es decir, es un tema de prioridad en casi todas las organizaciones del mundo.

El sistema económico basado en la máxima producción, el consumo, la explotación ilimitada de recursos y el beneficio como único criterio de la buena marcha económica es insostenible. Un planeta limitado no puede suministrar indefinidamente los recursos que esta explotación exigiría. Por esto se ha impuesto la idea de que hay que ir a un desarrollo real, que permita la mejora de las condiciones de vida, pero compatible con una explotación racional del planeta que cuide el ambiente, es el llamado desarrollo sostenible.

El desarrollo sostenible puede ser definido como «un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades». Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, 1987.

La sostenibilidad o sustentabilidad, se construye sobre los subtemas del capital natural, la degradación del capital natural, las soluciones, los compromisos y cómo es que los individuos importan. G. Tyler Myller, 2007.

La sostenibilidad es la habilidad de diversos sistemas de la tierra, incluyendo las economías y los sistemas culturales, de sobrevivir y adaptarse indefinidamente a las condiciones ambientales cambiantes.

El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes: ambiental, económica y social. Se considera el aspecto social por la relación entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica.

Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda, trabajo, entre otras, pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos, incluidas las ecológicas. Asimismo, el desarrollo y el bienestar social, están limitados por el nivel tecnológico, los recursos del medio ambiente y la capacidad del medio ambiente para absorber los efectos de la actividad humana.

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Ante esta situación, se plantea la posibilidad de mejorar la tecnología y la organización social, de forma que el medio ambiente pueda recuperarse al mismo ritmo que es afectado por la actividad humana.

El punto de vista del desarrollo sostenible pone el énfasis en que se debe plantear las actividades dentro de un sistema natural que tiene sus leyes. Se debe usar los recursos sin trastocar los mecanismos básicos del funcionamiento de la naturaleza.

Un cambio de mentalidad es lento y difícil. Requiere afianzar unos nuevos valores. Para hacerlo son de especial importancia los programas educativos y divulgativos. Tiene mucho interés dar a conocer ejemplos de actuaciones sostenibles, promover declaraciones públicas y compromisos políticos, desarrollar programas que se propongan fomentar este tipo de desarrollo.

Para alcanzar la sostenibilidad del medio ambiente es fundamental que los recursos naturales se utilicen de forma inteligente y que se protejan los ecosistemas complejos de que depende nuestra supervivencia. Debe tenerse en cuenta que, la sostenibilidad no podrá lograrse con los modelos actuales de consumo y uso de recursos. Los suelos se están degradando a un ritmo alarmante. Las especies vegetales y animales están desapareciendo a un ritmo sin precedentes. Los cambios climáticos están provocando una elevación del nivel del mar y acrecentando el peligro de sequías e inundaciones. Se sobreexplotan la pesca y otros recursos marinos, entre otros.

Una sociedad sostenible o sustentable ambientalmente cubre los requerimientos básicos de su gente de manera justa y equitativa sin degradar o agotar al capital natural que suministran estos recursos. G. Tyler Myller, 2007.

¿Es posible tener sociedades sostenibles o sustentables sin perjudicar el medio ambiente?

Hoy se confronta la amenaza ambiental más crítica de la historia, entre estas están el deterioro del suelo, del agua y de los recursos marinos, esenciales para la producción alimentaria en ascenso. Contaminación atmosférica con efectos directos sobre la salud, pérdida de biodiversidad y su modesta, pero no menos importante contribución a los daños a la capa de ozono y al cambio climático global. Simultáneamente, se encaran graves problemas humanos como la pobreza y el crecimiento demográfico incontrolado.

Hoy más que nunca es necesario proteger nuestro capital ambiental, vivir de los intereses que este nos proporciona. Si agotamos, tiramos o malgastamos este capital, sin duda alguna pasaremos de un estilo de vida sostenible a uno insostenible.

La visión moderna del desarrollo no solo busca elevar los niveles de bienestar de las sociedades humanas de hoy, sino que se preocupa por la posibilidad de heredar a las generaciones futuras un planeta con aceptables niveles de salud ambiental y económica.

El crecimiento económico es un incremento en la capacidad de un país en proporcionar a su pueblo bienes y servicios. Para cumplir con este incremento se requiere un crecimiento de la población, más productores y consumidores, más producción y consumo por persona, o ambos.

Según G. Tyler Miller, 2007. Una sociedad sostenible o sustentable ambientalmente, cubre los requerimientos básicos de su gente de manera justa y equitativa sin degradar o agotar al capital natural que suministran estos recursos.

Durante este siglo, muchos analistas hacen un llamado para poner más énfasis en el desarrollo económico sostenible ambientalmente. La meta es utilizar a los sistemas políticos y económicos para alentar las formas de crecimiento económico beneficiosas y más sostenibles ambientalmente y para desalentar las formas de crecimiento económico dañinas o insostenibles ambientalmente.

Las causas principales de los problemas ambientales son el crecimiento de la población, el derroche de los recursos, la pobreza, baja responsabilidad ecológica y la ignorancia ecológica.

La pobreza es una gran amenaza para la salud humana y para el ambiente, la gente más pobre del planeta es la que sufre en mayor medida la contaminación y la degradación ambiental. El consumo de los recursos está ligado tanto a pobreza como a la riqueza. Los pobres consumen menos al no tener suficientes comida, agua y otros recursos para satisfacer sus necesidades básicas. Muchos de los más prósperos económicamente consumen más al utilizar y desperdiciar muchos más recursos de los que necesitan.

Según este planteamiento, el desarrollo sostenible tiene que conseguir a la vez:

  • Satisfacer a las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes necesarios a toda la población mundial. La Comisión resaltó «las necesidades básicas de los pobres del mundo, a los que se debe dar una atención prioritaria».
  • Satisfacer a las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económica, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables por las próximas generaciones.

Cuando nuestra actuación supone costos futuros inevitables, por ejemplo la explotación de minerales no renovables, se deben buscar formas de compensar totalmente el efecto negativo que se está produciendo, por ejemplo desarrollando nuevas tecnologías que sustituyan el recurso gastado.

En la mentalidad humana está firmemente asentada una visión de las relaciones entre el hombre y la naturaleza que lleva a pensar que:

  • El éxito de la humanidad se basa en el control y el dominio de la naturaleza.
  • La Tierra tiene una ilimitada cantidad de recursos a disposición de los humanos.

La dinámica económica mundial acontecida durante los últimos años, ha contribuido directa e indirectamente en la atención de los problemas de degradación ambiental a escala mundial, con mayor repercusión en los países en vías de desarrollo como Venezuela. La búsqueda de soluciones a los problemas ambientales no es una tarea fácil, ya que se trata de hacer crecer la economía a tasas sostenidas en armonía con el medio ambiente, lo que implica la conjugación de esfuerzos de todos los sectores de la sociedad.

Para lograr consistencia, es necesaria la concertación y creación de alianzas que conlleven a la modificación de patrones de producción y consumo y que se dé la oportunidad de construir una sociedad más limpia, justa y equitativa, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de todo el mundo.

El concepto de desarrollo sustentable puede representarse por un triángulo en el cual se representa la interrelación entre crecimiento económico, equidad (social, económica y ambiental) y sustentabilidad ambiental. Figura 1.

Desarrollo sostenible y sustentable

Desarrollo sostenible y sustentable

Figura 1. Triángulo de Peter Nijkamp

La calidad ambiental esta afectada por las interacciones entre el tamaño de la población, el consumo de los recursos y la tecnología. Una vez que se han identificado los problemas ambientales y las raíces de sus causas, el próximo paso debe ser entender como se conectan entre sí. De tal manera, uniendo esto con todo lo anterior mencionado, si es necesario tener sociedades sostenibles y sustentables sin perjudicar el medio ambiente.

El problema surge por las diferentes interpretaciones que se tienen sobre dichos conceptos, de ahí la recomendación de su precisión para poder así establecer las normas mínimas de comprensión acerca de qué se está hablando.

El propio término de “sustentable” es elástico y se aplica en distintos ámbitos tales como el de la producción, ecología, economía, medio ambiente, sociedad o desarrollo. Se refiere a recursos sostenibles que ofrezcan la posibilidad de renovarse en el tiempo o puedan ser reutilizados asegurando así su beneficio para las generaciones humanas posteriores. En este sentido, se entiende que el éxito de la sustentabilidad se relaciona directamente con satisfacer las necesidades de las personas en el presente, sin comprometer sus necesidades futuras.

El desarrollo sustentable debe ser mantenido en el tiempo para ser sostenible.

Idealmente el desarrollo sustentable se alcanza plenamente en el momento que los tres objetivos se encuentran en equilibrio, tal como lo ilustra el triángulo de Nijkamp que representa gráficamente la satisfacción simultánea entre el crecimiento económico, la equidad social y la sustentabilidad ambiental para dar lugar al desarrollo sustentable, área central del triángulo.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su Informe sobre Desarrollo Humano, 1996. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid, establece los siguientes vínculos entre crecimiento económico y desarrollo para que sea sustentable: Equidad: Cuanto mayor sea la igualdad con que se distribuyan el PNB y las oportunidades económicas, tanto más probable será que se traduzcan en un mejoramiento del bienestar humano. Oportunidades de empleo: El crecimiento económico se concreta en la vida de la gente cuando se le ofrece trabajo productivo y bien remunerado. Acceso a bienes de producción: Las oportunidades económicas de mucha gente pueden incrementarse con acceso a bienes de producción, en particular la tierra, la infraestructura física y el crédito financiero; el estado puede hacer mucho en todas esas esferas, interviniendo para tratar de nivelar el terreno de juego.

Gasto social: Los gobiernos y las comunidades deben encauzar una parte importante del ingreso público hacia el gasto social más prioritario, en particular mediante la prestación de servicios sociales básicos para todos. Igualdad de género: Al brindar a la mujer mejores oportunidades y mejor acceso a la enseñanza, las guarderías infantiles, el crédito y el empleo. Buen gobierno: Quienes detentan el poder asignan gran prioridad a las necesidades de toda la población y la gente participa en la toma de decisiones en muchos niveles. Una sociedad civil activa: Las organizaciones no gubernamentales y los grupos de la comunidad no solo complementan los servicios gubernamentales haciendo llegar los servicios a la población meta, sino que además desempeñan una función esencial al movilizar la opinión pública y la acción de la comunidad a ayudar a determinar las prioridades del desarrollo humano.

En esta línea, el concepto sustentabilidad hace referencia a la interrelación de tres elementos: (1) La sustentabilidad ambiental, que se refiere a la necesidad de que el impacto del proceso de desarrollo no destruya de manera irreversible la capacidad de carga del ecosistema.

(2) La sostenibilidad social, cuyos aspectos esenciales son el fortalecimiento de un estilo de desarrollo que no perpetúe ni profundice la pobreza ni, por tanto, la exclusión social, sino que tenga como uno de sus objetivos centrales la erradicación de aquella y la justicia social, y la participación social en la toma de decisiones, es decir, que las comunidades y la ciudadanía se apropien y sean parte fundamental del proceso de desarrollo. (3) La sostenibilidad económica, entendida como un crecimiento económico interrelacionado con los dos elementos anteriores. En síntesis, el logro del desarrollo humano sustentable será resultado de un nuevo tipo de crecimiento económico que promueva la equidad social y que establezca una relación no destructiva con la naturaleza.

En la figura No.2, se aprecia como los puntos de contactos entre los elementos del desarrollo sostenible, delimitan aspectos comunes del avance del hombre como lo son: La relación armoniosa entre lo Económico y lo Social puede determinar un grado de desarrollo del nivel de vida; en el área de contacto entre lo Económico y lo Ambiental se pueden hallar los elementos que permiten el desarrollo de las Producciones ecológicas; en la zona entre lo Social – lo Ambiental, se puede desenvolver la conciencia ambientalista, en la que juega su papel la educación ambiental. Todas estas interacciones se incrementan o disminuyen en función de las voluntades políticas y de las acciones y desarrollo de la gestión de la educación ambiental, todas estas interacciones conforman, a la larga, elementos que determinan, de forma bastante generalizada, los rasgos y características de la calidad de vida de las personas, regiones y naciones, que se incrementa o disminuye en función del nivel educacional de los individuos, de ahí su importancia.

Componentes del desarrollo sostenible

Componentes del desarrollo sostenible

Figura No.2 (Puntos de contactos en la interacción entre los componentes del desarrollo sostenible, UNESCO 2003).

De lo dicho anteriormente se sigue que un desarrollo humano sustentable debe permitir una mejora sustancial de la calidad de vida de la gran mayoría de una sociedad, o una comunidad, la cual a su vez debiera conducir a la reproducción del ecosistema en el que esta está inserta. Este sería un criterio fundamental para discernir la calidad y la sustentabilidad del desarrollo que se impulsa. Entre muchos aspectos que podrían tomarse en cuenta para la definición de calidad de vida, la erradicación de la pobreza es central, por lo menos para el Tercer Mundo. Existe un amplio consenso internacional acerca de la necesidad de revertir la tendencia de creciente polarización entre países ricos y pobres y entre los estratos más ricos y los más pobres de cada país, lo cual es insostenible ética y materialmente; como asimismo hay consenso respecto de que la pobreza ejerce un impacto negativo sobre el ambiente natural y que es necesaria su erradicación para el logro de un desarrollo humano sustentable.

El paradigma del desarrollo sustentable y sostenible

Hasta la década de los años ochenta, varios conceptos de desarrollo ya incluían en su contenido el propio beneficio de la naturaleza y el uso racional de sus recursos, esto no resultaba suficiente para demostrar la imperiosidad de tomar en serio la extensión de su denominación. Así se hizo evidente la necesidad de buscar un nuevo término para catalogar al desarrollo en un espectro emergente y todo abarcador, o lo que es lo mismo el medio ambiente.

Por lo tanto surgieron numerosos acercamientos conceptuales al propósito señalado, hasta la final aparición del nuevo apellido sostenible o sustentable que se la ha adjudicado al término, con el ánimo de ponderar su faceta ambiental y plasmarlo posteriormente por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1987), en el informe Nuestro Futuro Común o documento antecedente a la que resultó ser la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, efectuada en Río de Janeiro, Brasil en junio de 1992.

Con independencia de unas u otras definiciones, los contenidos más sensatos que se han brindado sobre desarrollo sustentable, apuntan hacia la consecución de un crecimiento con eficiencia económica, garantizando el progreso y la equidad social por medio de la solución de las necesidades básicas de la población y la salvaguardia de las culturas, sobre la base del funcionamiento y la eficiencia ecológica de los sistemas biofísicos.

Es posible vivir de manera más sostenible si cambiamos de una economía de alto rendimiento a una de bajo rendimiento. La mayoría de los países avanzados industrialmente tienen economías de alto rendimiento que intentan impulsar el crecimiento económico al incrementar el flujo de materia y de recursos energéticos a través de sus sistemas económicos. Estos recursos fluyen a través e las economías de dichas sociedades hacia sumideros (Aire, agua, suelo, organismos), en donde los contaminantes se pueden acumular en niveles muy dañinos para las sociedades de hoy en día.

Una solución temporal a este problema es convertir una economía de alto rendimiento a una economía de reciclamiento de materia y de reutilización circular que emite a la naturaleza. Esto significa reciclar y reutilizar la mayoría de nuestras emisiones de materia dentro de la misma economía, en lugar de depositarlas en el ambiente.

En todo caso, el nuevo paradigma de la sustentabilidad presupone alcanzar una armonía entre todos los atributos que corresponden al desarrollo, a saber, sus aristas referentes a la economía, la sociedad, la naturaleza, la cultura y la tecnología, donde la dimensión ambiental formase parte integral del proceso de desarrollo.

De otro modo se interpreta que al desarrollo sustentable, le resultan inherentes: la posible única opción viable para salvaguardar a la Humanidad, la adopción de una nueva ética humana para con la naturaleza, un motivo de solidaridad intergeneracional, una teoría humanista y progresista, el sentido de responsabilidad por salvar las condiciones que sustentan la vida en el planeta, un móvil para la paz y la estabilidad mundial, una alternativa sensata a los modelos existentes de desarrollo y la globalización de la solidaridad ambiental.

El emergente paradigma de la sustentabilidad constituye una teoría impecable, sensata y aparentemente ideal para salvar a la especie humana del holocausto ambiental, pero ciertamente enfrenta los obstáculos propios de no ofrecer una guía metodológica y práctica viable, consistir en una quimera para implementar en el mundo actual, la imposibilidad de tomar como meta para el futuro e ideológicamente por representar una nueva fórmula de dependencia y receta de neocolonialismo para el Tercer Mundo.

Ante tan compleja encrucijada, las interrogantes divagan sobre las alternativas destinadas a aceptar, rechazar o tomar como referente la teoría de la sustentabilidad. Lo último parece ser lo más sensato, en tanto no existan las mínimas condiciones subjetivas para contar con la elevada dosis de altruismo que requiere la implementación tácita del desarrollo sustentable.

Entre las exigencias que el nuevo paradigma del desarrollo sustentable le impone a la ciencia y a la técnica actual, se impone reorientar las nuevas tecnologías, hacia la sustitución de recursos naturales y a la prevención de la contaminación ambiental, desarrollando programas pertinentes y coherentes que propicien la educación ambiental, contribuyan a mitigar las desigualdades entre ricos y pobres y propicien la búsqueda de la calidad de vida en lugar del nivel de vida de la población.

Si para alcanzar los niveles de desarrollo que hoy ostenta la Humanidad, ha sido necesario transitar por procesos históricos matizados por las revoluciones industriales y científico – técnica, no resulta descabellado afirmar, que para acceder al desarrollo sustentable, habrá que transitar por una revolución ambiental; que a diferencia de sus precedentes, obedecerá a la evolución ambiental del pensamiento humano, debido a lo cual solo sería alcanzable a un imprevisible lapso de tiempo, en tanto que desaparezcan las condiciones que han propiciado el actual anti-desarrollo, que prevalecerá aún por mucho tiempo en el planeta.

Inexorablemente, saltar de la actual prehistoria del desarrollo humano a una era ambiental, donde se instaure el desarrollo sustentable, implica rebasar un complejo, difícil y dilatado proceso de revolución en la conciencia humana, que destierre todo signo de egoísmo y se apodere de una elevada dosis de altruismo, para encarar exitosamente el derrotero que conduce a prolongar la estancia del Homo sapiens sobre La Tierra.

Los cambios hacia la sustentabilidad presuponen poner en funcionamiento la capacidad de la sociedad para apelar a otras alternativas (industriales, tecnológicas, biotecnologías, etc.), capaces de complementar las exigencias y las necesidades humanas, a introducir los más novedosos avances científicos y tecnológicos en materia de desarrollo sostenible.

Conscientes de la abismal ignorancia que atesora el ser humano sobre su ambiente y de su incapacidad actual para enfrentar un desarrollo sustentable, pero esperanzados en que más temprano que tarde la sensibilidad por su ambiente y propia existencia propicien un cambio hacia lo ambiental, entonces cabe predecir que solo en un muy prolongado lapso de tiempo imposible de determinar, la Humanidad podrá aspirar a ese anhelado desarrollo sustentable.

Consideraciones finales

En nuestro país ha habido un avance significativo en materia de desarrollo económico pero también, en los temas sociales, ambientales y culturales. Los índices macroeconómicos así lo señalan. Sin embargo, la apuesta por un nuevo progreso centrado en la persona humana, no es tarea fácil de llevar a cabo, especialmente cuando para lograrlo apelamos a la capacidad reflexiva de las personas.

Esta debiera permitir, llevar a cabo un proceso de toma de conciencia de la responsabilidad social que tenemos todos y cada uno, en la construcción de un país participativo, solidario, sin pobreza, es decir, un país que acoja realmente a sus ciudadanos y ofrezca oportunidades reales de desarrollo económico, personal y social, para todos, sin perjudicar o alterar la condiciones del medio ambiente. Pero también es importante, que exista una voluntad política de parte de los partidos políticos y del gobierno, que permita consolidar la democratización de nuestras instituciones.

Ante la encrucijada que se enfrenta la Humanidad, de reconocer o desconocer el peligro ambiental que se cierne sobre la propia especie humana, no cabe dudas en calificar como desacertado, toda manifestación de desarrollo que hasta el presente haya tenido cabida en La Tierra, al negar como factor común dentro del desarrollo, la inclusión de la complejidad y diversidad ambiental, en sus componentes naturales, sociales, económicos, culturales y tecnológicos.

Objetivamente los modelos de desarrollo prevalecientes hasta el presente, muestran evidentes enfoques antropocéntricos, productivistas y reduccionistas, al negar lo inhumano y ponderar la ignorancia y arrogancia humanas, para imponer una verdadera tiranía sobre el ambiente, que implora a salvar al Homo sapiens, en menoscabo de las propias bases que sustentan a la vida humana. Cualquier intento de proteger al ser humano y no a su entorno que lo incluye, pues tributará a la aceleración de la extinción de esta especie, única capaz de propiciar su propia desaparición sobre la faz de La Tierra.

Hoy emerge la necesidad de un saber ambiental donde la concientización de la complejidad del medio se convierta en un punto de partida para asumir su dimensión, se vuelve impostergable el replantear las coordenadas de la ciencia, con la intención de que la vida y el propio lenguaje puedan ajustarse a las nuevas problemáticas que la degradación ambiental presenta, vinculando el mundo científico y académico a una práctica cotidiana que urge ser transformada.

El desarrollo sustentable en tanto que hoy se presenta como una utopía inalcanzable, ha llegado a erigirse en una alternativa que requiere de una sensibilización del ser humano y de su necesaria educación y capacitación, para poner en práctica la búsqueda de soluciones propias e imaginativas ante la armonía que precisa alcanzar con la extrema complejidad ambiental, y solo así propiciar el necesario cambio en la sociedad humana, conscientes de su tributo a ese anhelado y posible cambio, hacia un mundo mejor.

Referencias bibliográficas

  • Desarrollo sostenible. Historia y génesis del concepto, 2004.
  • González Arencibia, M. Una gráfica de la teoría del desarrollo. Del crecimiento al desarrollo humano sostenible, 2006.
  • G. Tyler Miller Jr. Ciencia ambiental, desarrollo sostenible. 2007.
  • Informe brundtland, nuestro futuro común, elaborado por la comisión mundial sobre medio ambiente y desarrollo de la ONU, 1987.
  • Informe sobre desarrollo humano del programa de naciones unidas para el desarrollo (PNUD), Madrid 1996.

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Barrios Vera José Gregorio. (2010, abril 21). Desarrollo sostenible y sustentable para una economía con enfoque ambiental. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/sostenibilidad-economica-social-prioridad-sustentabilidad-ambiental/
Barrios Vera José Gregorio. "Desarrollo sostenible y sustentable para una economía con enfoque ambiental". gestiopolis. 21 abril 2010. Web. <https://www.gestiopolis.com/sostenibilidad-economica-social-prioridad-sustentabilidad-ambiental/>.
Barrios Vera José Gregorio. "Desarrollo sostenible y sustentable para una economía con enfoque ambiental". gestiopolis. abril 21, 2010. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/sostenibilidad-economica-social-prioridad-sustentabilidad-ambiental/.
Barrios Vera José Gregorio. Desarrollo sostenible y sustentable para una economía con enfoque ambiental [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/sostenibilidad-economica-social-prioridad-sustentabilidad-ambiental/> [Citado el ].
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