Crisis ecológica en el mundo

«En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos, estamos llamados a reconocer nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación» [LAUDATO SI,  p3].

Según Florent Marcellesi, que es coordinador de Ecopolítica y miembro destacado de la Revista Ecología Política, define la Crisis Ecológica como:

La crisis ecológica es principalmente una crisis de escasez: escasez de materias primas, de energía, de tierras y de espacio ambiental para mantener el ritmo de la economía actual, y aún menos extenderlo a todos los países del Sur y dejarlo en herencia a las generaciones futuras.

Es realmente alarmarte cómo los modelos de las sociedades modernas son las que provocan este tipo de crisis, la interacción sociedad-naturaleza se ve desequilibrada por las altas demandas de los recursos naturales y la poca consciencia de las personas para restablecer o reajustar su forma de vida.

De hecho, se habla en el artículo de dos grandes crisis, una exógena, es decir aquella provocada por un agente externo que se dio en el siglo XIV provocada por una bacteria en su tiempo desconocida (Yarsinia pestis), y la segunda endógena que ha sido provocada por la dinámica social de un modelo llamado liberal-productivista (Lipietz 2012), que básicamente se define como una disociación entre la humanidad y la naturaleza.

En cuanto a la crisis energética, se ven tres vertientes:

  1. Energía fósil (carbón, petróleo y gas natural). El uso de combustibles fósiles que se ve favorecido por la creciente demanda de algunos países emergentes como China y la India, que provocan un aumento en el precio aunque se sabe que dentro de algunos años esta demanda no podrá ser cubierta. Estas materias primas son consideradas como Recursos no Renovables.
  2. Energía nuclear. Aún y cuando este tipo de energía es considerada como una energía limpia, la administración de este tipo de recurso y la falta de controles de seguridad en las centrales nucleares pueden llevar a algunas emergencias mundiales, como lo que ocurrió en Chernóbil y en Fukushima. Los riesgos de accidentes son bajos pero con una magnitud alta, no existe una solución real para tratar a los residuos radiactivos, el uranio es considerado un recurso finito, el uso de este tipo de energía con fines militares es latente, también se emite bióxido de carbono a la atmósfera, no es un sustituto de energías fósiles al 100% y la generación de empleos es baja.
  3. Energía proveniente de la biomasa (leña, agrocombustibles). Es considerada por los expertos como una de las más prometedoras, aunque también tiene algunos riesgos asociados como: el aumento en el consumo de carne (el ganado requiere mayor cantidad de hectáreas que las plantas), los precios de la energía biomasa son altos y puede provocar una crisis alimentaria.

Al final, se tiene una estrecha relación entre la crisis financiera del 2008 y la crisis ecológica, lo que ha desencadenado una crisis climática. Según lo indicado por el GIECC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), “la causa principal del crecimiento de la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera desde la época preindustrial es el uso de combustibles fósiles” (2007, p2). De aquí se desprende que la contaminación antropogénica por el aumento en la población mundial y el uso indiscriminado de este tipo de recursos ha generado un aumento estimado del 75% de los gases de efecto invernadero. Aunque no solamente por el uso de este tipo de energéticos, sino también por la deforestación y el cambio en el uso de suelos, esto aumenta considerablemente la contaminación atmosférica, del agua y del suelo. Todo ello en conjunto ha generado un grave problema a nivel mundial.

Existen efectos latentes que han sido advertidos por diversas agencias y organizaciones, entre ellas encontramos por supuesto al GIECC, a la ONU, a través de su Programa de las Naciones Unidas y a la Agencia Internacional de la energía. Dichos efectos son: el aumento de dos grados en la temperatura del planeta, cambio en los rendimientos de las zonas frías o cálidas, aumento de plagas e insectos, sequías, mortalidad por calor, disminución en la calidad de vida de las personas, aumento en grado y número de los fenómenos naturales, hambruna, probreza y finalmente un colapso en los ecosistemas.

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En el artículo Retórica y Verdad de la Crisis Ecológica, se aborda el tema con un tinte un tanto más social. Maldonado comenta que la crisis no solamente atañe a la naturaleza, sino que es un síntoma de la fractura de la civilización como la conocemos.   Tiene que ver también con la forma en la que viven las personas, con los patrones culturales, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como los sistemas político y económico. En cuanto al entorno es inminente la pérdida de la biodiversidad de plantas y animales y la alteración de los procesos naturales. El autor entonces considera que la crisis ecológica es una crisis de la civilización.

Asimismo, se hace mención de un conjunto de indicadores que muestran el avance de la crisis verde, entre ellos se cuentan el bienestar humano, la sostenibilidad en el futuro, los recursos energéticos, la contaminación, las amenazas químicas, el calentamiento global y la pérdida de la biodiversidad, todos ellos ponen en una situación crítica a nuestro planeta.

Según  Bjorn Lomborg en su libro The Skeptical Environmentalist Measuring the Real State of the World, explica que el estado de nuestro entorno se debe básicamente a los deseos y necesidades del hombre y no la conservación del mundo natural, mismo que carece de derechos, pero que debe respetarse y protegerse por el mismo hombre que siempre tendrá una intención económica o política y no la de buscar el bienestar en convivencia con la naturaleza.

De acuerdo con Maldonado, existe una controversia entre los defensores de la existencia de la crisis y aquellos que la niegan. Se menciona asimismo, la separación progresiva entre el hombre y la naturaleza, como consecuencia de los modelos sociales occidentales y al poder de transformación, lo que provoca un desequilibrio ambiental y ecológico.

Del mismo modo, se trata de reconocer la relación que existe entre la sustentabilidad y el dominio de la naturaleza generada por lo que llamamos “modernidad”, ese dominio puede reformularse y convertirse en protección y no en abuso de los recursos naturales, abalado por leyes y controles estrictos para el buen funcionamiento entre el hombre y su entorno.

Será entonces necesario reconciliar el ecologismo político con la modernidad y de esta manera la relación del hombre con su entorno.

En el documento Crisis Ecológica Global: Sustentabilidad y problemas de equidad, Dutta nos indica que los seres humanos así como su dominante sistema económico-industrial, han cambiado radicalmente el entorno en donde viven, influyendo en la superficie de la tierra y en los océanos (2016).

El deterioro de los sistemas naturales conocidos como ecosistemas han generado una gran preocupación por la contaminación ambiental provocada por el hombre, y esto ya forma parte de la agenda política en algunas reuniones a nivel mundial (tal es el caso de la Convención de Cambio Climático, la Convención de la Diversidad Biológica y la Convención para Combatir la Desertificación; todas ellas auspiciadas por las Naciones Unidas) y se han formado de nuevos organismos o comités que tienen la finalidad de revisar y dar a conocer los cambios climáticos en el planeta, así como la de generar algunas normas para el cuidado y protección del medio ambiente.

El modelo llamado Capitalismo Occidental ha generado una situación difícil debido a la industrialización que provoca el desempleo, el trabajo informal, los sectores pobres se hacen más pobres y aumenta de forma considerable la explotación de los recursos naturales.

Asimismo, Dutta coincide con otros autores en que la crisis económica del 2008, hizo que millones de personas se preguntaran si las corporaciones privadas realmente estaban siendo agentes de cambio hacia el desarrollo y crecimiento económico y ahora la idea de este modelo o sistema social ya no es una idea tan popular.

Coincido con el autor en lo referente a que hoy en día existe un mayor interés en vincularse con la naturaleza, en tratar de entender los derechos y privilegios que tiene la “madre tierra”, y que estos se hagan valer a nivel mundial. Se considera que los sistemas vitales como los conocemos se encuentran en una situación crítica por las diversas actividades de consumo y generación de desperdicios, así como la urbanización en donde se crean centros de entretenimiento y esto contribuye al deterioro de grandes hectáreas de tierra y la explotación desmedida de los recursos.

En diversas zonas de nuestro planeta se está contaminando el agua potable a ritmos acelerados, de tal suerte que la naturaleza no tiene tiempo para regenerarla, por otro lado el Ciclo del Carbono, no tiene la capacidad para absorber ni el 40% de todas las emisiones de gases efecto invernadero, ha aumentado más de 100 veces la velocidad de extinción de las especies de plantas y animales comparándola con la extinción natural de las mismas, amenazando obviamente la biodiversidad. Asimismo, los ciclos del nitrógeno y fósforo se encuentran cerca del punto de quiebre.

El agua es considerado uno de los recursos naturales que dan soporte a la vida como la conocemos, no se puede sobrevivir sin aire limpio rico en oxígeno, no existe un abasto para la generación de comida por el rápido crecimiento demográfico, no hay tierra suficiente para la siembra por la erosión del suelo provocada por las sequias y la tala indiscriminada de árboles y tomando en consideración que la generación de energía ha crecido 22 veces más que lo que creció el siglo pasado, obviamente existe un consumo excesivo de los recursos naturales no renovables.

Al final, todos los autores coinciden en que la Crisis Ecológica es la consecuencia de la actual forma de vida y la falta de conciencia por parte del ser humano.

CONCLUSIÓN:

Después de revisar los artículos es claro que el modelo económico-industrial es el que ocasiona el deterioro ecológico, no solo del medio ambiente sino también de la percepción que se tiene de este. El hombre tiende a pensar que tiene derecho sobre todo lo que le rodea y no se ha dado cuenta que los recursos son finitos si no se les da el suficiente tiempo para regenerarse.

En este mudo industrializado debe considerarse que los flujos de materias primas (recursos naturales) y la energía dependen no solo de los factores económicos, sino de los límites ecológicos del planeta. Es claro que estamos en una crisis climática y ecológica que no se revertirá a menos que se reinventen las bases de los modelos sociales y culturales, respetando los ciclos naturales y tratando de revertir los efectos que se han provocado por la contaminación antropogénica.

POSTURA:

Nuestro estilo de vida debe cambiar, cada uno de nosotros debemos hacer conciencia que el uso desmedido de los recursos y la generación de desperdicios nos puede llevar a una situación poco deseable en el futuro. Se deben tomar acciones lo suficientemente radicales a nivel mundial, generar un compromiso por parte de los gobiernos para evitar la degradación y comenzar así con la recuperación de los sistemas vitales (ecosistemas) y las reservas ecológicas para lograr alcanzar un equilibrio ecológico.

Pero sobre todo, que cada uno de nosotros esté dispuesto a cambiar para mejorar y proteger a la naturaleza, respetar sus derechos y cumplir con las normas establecidas para evitar su deterioro.

Referencias Bibliográficas:

  1. Marcellesi, F. (2013). ¿Qué es la crisis ecológica?. [en línea] Florentmarcellesi.eu. Disponible en: http://florentmarcellesi.eu/2013/01/08/que-es-la-crisis-ecologica/ [Acceso 19 Nov. 2017].
  2. Arias Maldonado, M. (2017). La crisis ecológica global: Retórica y verdad de la crisis ecológica [en línea] Revistadelibros.com. Disponible en: http://www.revistadelibros.com/articulos/la-crisis-ecologica-global [Acceso 19 Nov. 2017].
  3. Dutta, S. and Vigyan Jatha, B. (2017). Global Ecological Crises: Sustainability and Equity Issues. [en línea] http://www.countercurrents.org/. Disponible en: http://www.countercurrents.org/2017/06/16/global-ecological-crises-sustainability-and-equity-issues/ [Acceso 19 Nov. 2017].

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Rodríguez Estrada Amanda María. (2018, febrero 28). Crisis ecológica en el mundo. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/crisis-ecologica-mundo/
Rodríguez Estrada Amanda María. "Crisis ecológica en el mundo". gestiopolis. 28 febrero 2018. Web. <https://www.gestiopolis.com/crisis-ecologica-mundo/>.
Rodríguez Estrada Amanda María. "Crisis ecológica en el mundo". gestiopolis. febrero 28, 2018. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/crisis-ecologica-mundo/.
Rodríguez Estrada Amanda María. Crisis ecológica en el mundo [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/crisis-ecologica-mundo/> [Citado el ].
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