Así como las personas son capaces de aprender de manera individual y gradualmente, también cualquier empresa puede hacerlo si decide articular las capacidades singulares de las personas, orientando esta acción hacia la construcción de una organización inteligente.
¿Cuál es el concepto de organización inteligente?
Podemos hablar de esto cuando la gente que la integra acepta aprender en grupo, percatándose en el transcurso del apasionante viaje cómo la realidad se va creando a partir de las acciones que realizan conjuntamente. Descubren en éste movimiento, un factor clave: conforman un sistema y éste es capaz de expandir continuamente su capacidad para lograr resultados esperados, digamos que van haciendo su futuro, mientras elaboran aprendizaje.
Si bien en el universo empresarial todos acuerdan en el valor que posee el trabajar en equipo, sólo una organización inteligente toma cabal conciencia que: recién en el momento en que los integrantes de un grupo se ven a sí mismos configurando un sistema, es cuando se logra el comienzo de lo que se llama un equipo de alta competencia, aquel con potencia en acto para lograr resultados extraordinarios.
Pero ¿qué es un sistema?
Se podría definir para su entendimiento como un conjunto de variables interrelacionadas que a su vez se comunican e intercambian con el medio.
Las variables serían el staff de una compañía , el medio, lo que hace al mundo empresarial clientes, proveedores, competencia, etc.
¿Qué importancia tiene que el integrante de un equipo se asuma como parte de un sistema?
Si puede incorporar esta manera de verse a sí mismo, su responsabilidad y compromiso con los compañeros y con la tarea va en aumento. Daremos un ejemplo. Comienza a no ser tan frecuente computar los errores a los compañeros, se impone la auto-observación en pos de corregir las fallas y perfeccionar el sistema. Cada integrante se hace cargo entonces de la funcionalidad del equipo para la coordinación de acciones.
Esto mejora las relaciones interpersonales , los conflictos se resuelven de manera creativa, la comunicación busca canales , se ahorra tiempo y la energía se encausa en las estrategias diseñadas para el cumplimiento de objetivos, sin extravíos innecesarios.
Llegado un tiempo, en estos equipos el liderazgo puede ser rotativo, dado la evolución mental que presentan en cuanto a equipo y despliegue de aprendizaje generativo.
La cualidad distintiva de este tipo de aprendizaje es la adquisición de prácticas que emergiendo desde un sistema humano, imprimen paulatinamente en la organización una cultura determinada. El sólido sentido de pertenencia que origina estar creando el porvenir de la empresa, define lo que se llama identidad organizacional.
Por otro lado el alineamiento de los equipos va coordinándose perfectamente con la visión, misión y valores de la organización y esto deviene por entusiasmo, no por acatamiento. Hay conciencia en cada uno de los integrantes de que son parte de algo que los trasciende y convoca.
Al igual que en el aprendizaje individual, el acopio de información no asegura efectividad en el equipo. Si bien ésta es importante, tanto como el dominio de las habilidades técnicas correspondientes a la posición que se ocupa dentro de la organización, no son suficientes en cuanto a eficiencia de los equipos de trabajo. La efectividad en las tareas requieren de los complementos primordiales arriba citados.
Por último,¿ para qué es fundamental lograr equipos de alto rendimiento en las organizaciones?
La mayoría de las empresas grandes no supera la mitad del promedio de vida de un ser humano. El aprendizaje organizacional entonces, provee herramientas imprescindibles para poder sobrevivir en el mercado y crecer.
Arie de Geus, director de planificación de Shell y autor de “ La empresa viviente, hábitos para sobrevivir en el turbulento mundo de los negocios”, arroja una frase merecedora de extrema atención: “La capacidad de aprender puede ser nuestra única ventaja competitiva”.