La corrupción en el Perú, visión del ejecutivo peruano y su transparencia

La corrupción en el Perú es un mal endémico, que aún con el pasar del tiempo se ve cada vez más cerca de la población, que constantemente tiene que lidiar con este problema, al punto de señalar que es normal que un político, una autoridad, un servidor público o un funcionario público tiene carta abierta para desarrollar esta actividad ilícita, fraudulenta, ilegal, que destruye el presente y el futuro de la nación. Se permite la corrupción pública, siempre y cuando el político, cumpla con realizar obras en bien supuestamente de la ciudadanía. Por eso en nuestro país es común escuchar la frase: “No importa que el alcalde robe, con tal que haga obras no hay problema”, o “Qué importa que el actual Presidente de la República este inmerso  en situaciones de corrupción, además es común que los anteriores Presidentes se encuentren en la misma situación, cuál es la novedad”.

En tal sentido, el presente análisis se realiza en razón de establecer un alcance sobre el tema de la “Corrupción”, tomando en cuenta los aportes de Jorge L. Daly y Óscar Darío Navas con su análisis realizado en su obra común denominada: “Corrupción en el Perú: Visión del ejecutivo peruano”; así como también el aporte de Ludwig Huber, en su trabajo denominado: “Corrupción y Transparencia”, “Balance de investigación en políticas públicas 2011-2016 y agenda de investigación 2017 – 2021”. No es ánimo de las presentes líneas tan solo abordar o delimitar la iniciativa de estas dos obras, sino también abordar con un mayor espectro la razón que conlleva al estudio de la corrupción en el Perú, y cómo esto afecta al desarrollo de nuestro país. Así pues, a través de este ensayo buscamos involucrarnos en este fenómeno social, y pretendemos aclarar algunas dudas sobre este tema, que pensamos será de gran ayuda para las personas que quieran obtener alguna información al respecto.

PLANTEAMIENTO

Mucho se ha escrito sobre la corrupción en el Perú, son distintos los aportes interdisciplinarios que abordan  el tema, que van  desde el punto de vista social, económico, jurídico, humano, político, psicológico, entre otros. Lo real es que este problema es álgido, porque no solo se trata de determinar cómo afecta esta situación al país, sino cómo podríamos afrontarlo y dar por terminado su funcionalidad. Conforme lo afirman Daly y Navas (2015), “la corrupción es un problema que afecta a países ricos y pobres y que desde la segunda mitad del siglo pasado ha generado estudios por parte de investigadores de diversas disciplinas. Porque sus estudiosos provienen principalmente de centros académicos y de investigación en países desarrollados, y porque los costos que acarrea golpean más fuertemente a los países pobres, los estudios sobre la corrupción se concentran más en estos últimos”; quiere decir que no es solo un problema local el fenómeno de la corrupción, sino que esto afecta a todos por igual, y tenemos que ver que plantear una solución integral que permita deslumbrar un futuro promisorio sobre el particular.

Que podríamos plantear, hay países donde la sanción por motivos de corrupción se paga con la vida, en otros se paga con la cárcel, y en otros se paga con sanciones económicas, pecuniarias, que afecta a la persona sancionada por corrupción, así como también a sus familiares directos. En tal sentido, abiertamente Huber (2016) que “se encontró solo dos artículos dedicados a factores causantes de la corrupción, ambos desde la psicología enfocando que enfocan el juicio moral del individuo (p. 3)”. Cabe resaltar, que lo psicológico aborda aspectos internos del ser humano, los mismos que han demostrado que es lógico que el ser humano pretenda siempre obtener un beneficio en cualquier actividad de la vida cotidiana que realice, ya sea en la vida personal, familiar, laboral o  de cualquier otro tipo, pero eso  no significa que pretenda ser corrupto, o pretenda corromper a otros, para lograr sus metas y objetivos. Lo cierto es que sí, es verdad que su naturaleza hace que vea indistintamente las posibilidades de sacar la vuelta a las imposibilidades que tiene la persona humana, y se embarque a querer lograr todo con una “mordida”. Para que hacerse problemas, si todo lo puedo lograr pagando un dinero, dando una dádiva o entregando algo a cambio.

Pero hasta donde la sociedad en  permisiva   respecto a esta conducta, es antisocial, o antijurídico, a quién afecta, lo real es que interviene el Derecho como rector del comportamiento humano en sociedad. Es en este extremo, que la corrupción se hace un acto ilícito, un acto merecedor de una sanción penal. Pero en nuestro país desde cuándo se viene legislando al respecto, que tanto se ha avanzado en solucionar este problema social, en tal sentido nuestro planteamiento no es agravar las sanciones penales, sino más bien encontrar una solución desde el punto de vista de la educación. De una educación integral que permita hacer entender a esta persona que el corromper a otro, el dejarse corromper, el promover la corrupción, trae consigo pobreza, retraso, necesidad, hambre y demás situaciones que a la corta o a la larga le va a afectar tanto a la persona como a su familia y a la sociedad en su conjunto.

ANÁLISIS DEL CONTEXTO HISTÓRICO

Los trabajos realizados por Jorge L. Daly y Óscar Darío Navas; y, Ludwig Huber, se desarrollan en contextos históricos distintos, pero embarcados en una misma realidad social, el Perú. El primero abarca el año 2015, mientras que el segundo abarca un período que va desde el año 2011 – 2016; con lo cual existen algunos puntos de encuentro histórico, porque son relativamente cercanos entre uno y el otro. Si bien es cierto, cada uno tiene su punto de vista, lo real es que abordan un aspecto similar “La corrupción en el Perú”.

Daly y Navas (2015) hacen uso de una explicación detallada en el contexto histórico, siendo su aporte relevante, ya que el “(…) estudio esboza las formas predominantes de la corrupción en el Perú en su historia reciente, contextualizándolas en el marco de las políticas económicas aplicadas en dos períodos distintos: el primero, el de la sustitución de importación o  fallido proteccionismo que culminó con el desplome económico e institucional durante el primer gobierno de Alan García (1985– 1990). El segundo período es el marcado por el repliegue del intervencionismo estatal en la economía, por su apertura hacia mercados libres. Este período incluye el gobierno autoritario de Alberto Fujimori que empieza en 1990 y culmina con una crisis política e institucional en el año 2000, y continúa con los gobiernos democráticos de Alejandro Toledo (2001 – 06), Alan García (2006 – 11) y Ollanta Humala (2011 al presente)”.

Daly y Navas (2015), haciendo uso del estudio realizado por Quiroz (2013), traen a manifestar que “la corrupción en el Perú tiene una larga data histórica. Su origen se remonta a los albores del régimen colonial, en el siglo XVI. Sus formas, bien documentadas, incluyeron las ganancias irregulares, indebidas e ilegales conseguidas por los más altos representantes de la corona española al momento de distribuir los cargos oficiales de la administración virreinal. Con los cargos comprados, los administradores coloniales cometían abusos y exprimían la capacidad productiva de la población indígena dedicada a la minería, de paso sobornando a supervisores encargados de velar por el cumplimiento de los protocolos que reglamentaban la explotación de las  minas.  Otra forma de corrupción común en esa época fue el contrabando de bienes extranjeros que privaron al erario público de mayores ingresos. Los beneficiados eran comerciantes privados que paulatinamente incrementaron su poder financiero y su acceso a los órganos del estado. Se configuró de este modo un nexo público-privado que privilegió el favoritismo político y económico, consecuentemente excluyente del bien común, y capaz de hacer valer sus intereses por encima del sistema legal. Este modo de gobernar y hacer negocios continuó durante los gobiernos republicanos a lo largo de los siglos XIX y XX”.

RESUMEN DEL ANÁLISIS DE LOS ESTUDIOS

Daly y Navas (2015), sostienen que su ensayo que “(…) no se concentra con exclusividad en ninguna esfera – privada, pública, o sociedad civil. Se enfoca, más bien, en los nexos que dan forma y resultan de las actividades de las tres, muy especialmente los que articulan al estado con la empresa privada. Se hace hincapié en estas dos esferas porque sostenemos que en el Perú, a pesar de los avances que se han registrado en las últimas décadas, la sociedad civil no es lo suficientemente fuerte para detener los excesos que ocurren en la esfera pública y en la actividad empresarial privada”.

Daly y Navas (2015), se concentran en cumplir con manifestar que “el enfoque de economía política de la corrupción es útil porque resalta la importancia de la complejidad del problema. El juez que negocia honorarios escondidos con una de las partes a fin de inclinar el fallo a su favor, el político que acepta de empresas privadas aportes para su campaña a cambio de dictaminar leyes y regulaciones que las benefician, o grandes empresas privadas que están coludidas con altos funcionarios del sector público a fin de captar abusivamente rentas indebidas, son todos ejemplos de corrupción,  pequeña y grande,  que surgen de la interacción activa entre agentes públicos y privados. En este contexto, es casi imposible discernir  con razonable precisión en qué parte se origina la corruptela, si es desde la demanda, desde la oferta, o si es producto de la interacción dinámica y espontánea de las dos. En sociedades históricamente permeadas por altos niveles de corrupción, es muy posible que tal interacción la explique mejor. Todo intento de aportar soluciones que remedien el problema pero que ignoran esta realidad está condenado a tener un alcance limitado y un impacto insignificante”.

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Daly y Navas (2015), afirman que “esta necesidad es importante para un país como el Perú que, no obstante los avances conseguidos en la disminución de la pobreza, aún revela un alto grado de vulnerabilidad económica frente a factores exógenos y una alarmante  debilidad institucional. La  corrupción, grande y pequeña, agrava  estos problemas porque conlleva costos que atentan contra un mejor desempeño económico y porque perjudican el bienestar de la población de menores ingresos. Más grave aún, la corrupción corroe el tejido social del país, potenciando su atomización y la desconfianza en sus instituciones y generando, de esta manera, la devaluación de su capital social. Estudiarla implica identificar las formas y mecanismos que la sustentan, como descubrir y comprobar si los resultados que emanan son excluyentes del bien común”.

Daly y Navas (2015), hacen uso de una explicación metodológica importante, porque “la metodología que (…) emplea es descriptiva e interpretativa. No se ampara, por lo tanto, en fórmulas o modelos abstractos que se emplean para descubrir y validar relaciones de causalidad entre variables. Su utilidad es más bien de carácter exploratorio y tiene como fin acumular más interés y conocimiento sobre un tema específico a investigar. En este caso, sobre cómo los ejecutivos peruanos perciben la corrupción en el país y su impacto en las operaciones de la empresa”.

RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS

Ludwig (2016) señala que su trabajo se traduce a que “el presente balance presenta un resumen de estudios sobre la corrupción en el Perú que se realizaron en el periodo 2011 – 2016. Nos hemos concentrado en textos de corte académico que se acercan al perfil de las investigaciones que busca promover el CIES, y en la medida de lo posible hemos tratado de contrastarlos con bibliografía internacional para ubicar los trabajos en un contexto teórico y empírico más amplio. También se ha tomado en cuenta algunos Documentos de Política que se nutren de textos académicos y tratan de darles un sentido práctico mediante propuestas para reformas del sector público”. Cabe resaltar lo afirmado por Montoya, cuándo establece las causas que motivan la corrupción en nuestro país, considera que para “determinar las causas de este fenómeno es realmente una tarea que escaparía a una modesta exposición como la presente, sin embargo, diversos investigadores han planteado algunos factores que condicionan la aparición y desarrollo de la corrupción:

  • La ausencia de valores en la sociedad, lo que explica la interesada poca claridad para determinar lo correcto de lo incorrecto en el ejercicio de la función pública. Un ejemplo de lo mencionado lo encontramos en las declaraciones del líder político Luis Bedoya Reyes cuando, respecto del proceso penal seguido contra su hijo, Bedoya de Vivanco, por complicidad en delito de peculado realizado por Vladimiro Montesinos, señaló que su hijo había cometido, en todo caso, un pecado, pero no un delito.
  • La distribución política del poder en la administración pública de forma intolerablemente concentrada, discrecional y sin ejercicio transparente del mismo. Puede citarse como ilustración los innumerables decretos supremos emitidos por el gobierno del expresidente Fujimori, por medio de los cuales se dispuso transferir fondos de los ministerios de Defensa y del Interior al Servicio de Inteligencia Nacional. Precisamente, gran parte de estos fondos sirvieron para “sobornar” a múltiples funcionarios públicos (congresistas tránsfugas, magistrados judiciales y fiscales  y oficiales militares) y empresarios (publicistas y dueños de medios de comunicación) para mantenerlos adheridos al régimen de turno, abdicando de sus deberes esenciales de independencia en el ejercicio de sus funciones.
  • La coyuntura de una sociedad subdesarrollada que encara un período de crecimiento y de modernización. Esta es la coyuntura que atraviesa actualmente el Perú, por lo que debe mantenerse mucha atención y no relajar los sistemas de control sobre el gasto público.
  • Factores sociales y políticos de raigambre histórica (esencialmente desde el Virreinato) en el Perú que han determinado que los funcionarios públicos perciban al Estado como un botín a conquistar y aprovechable, prescindiendo de las normas y reglas establecidas.
  • Finalmente, se nos presenta un aspecto singular propio del desarrollo político de nuestro país en la década de los años 90. Me refiero al sistema político autoritario impuesto por el régimen de ese momento y que engendró un acentuado nivel de corrupción política sin precedentes en el país. Corrupción de corte instrumental a efectos de mantener el poder gubernamental sin posibilidad de control. De ello da cuenta la situación que atravesó el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Congreso de la República, la Academia Nacional de la Magistratura, el Tribunal Constitucional, la prensa, entre otras entidades estatales y privadas”.

APRECIACIONES  EN  RELACIÓN  CON  LOS  IMPACTOS  DE  LA CORRUPCIÓN EN EL SECTOR PÚBLICO Y PRIVADO

Para Daly y Navas (2015) señalan que “percibida por el ejecutivo peruano, la corrupción en el Perú va en aumento al tiempo que su economía crece. Se manifiesta en su forma tradicional, por ejemplo mediante sobornos a funcionarios públicos para apurar trámites de licencias y permisos. Y también, crecientemente, en maneras más sofisticadas, tal como el cabildeo interesado por parte de grupos económicos o individuos con acceso privilegiado y a la vez excluyente a los circuitos del poder público, que por lo común surgen cuando  impera en la economía un régimen de mercado libre”. En tal sentido, debemos entender y dar respuesta a la pregunta: “¿Cómo superar el peso histórico de la corrupción sistémica en el Perú? La situación actual nos encuentra aún con prácticas y estructuras que permiten el desarrollo de formas de corrupción grave. Nos referimos a manifestaciones de patronazgo político- partidario o a latentes formas de patronazgo militar. Esto último se aprecia en aquellos casos de acceso al poder a través de formas de dictadura militar o gobiernos cívico-militares1”.

Montoya, tomando en cuenta lo expresado por Hurtado Pozo, señala que la corrupción puede ser abordada desde dos perspectivas, que en absoluto son antagónicas; más bien, creo, permanecen en un tipo de relación de género a especie. En efecto, por un lado, es posible entender la corrupción como actos o manifestaciones concretas del uso particular de la función pública delimitados en la legislación administrativa o penal, pero, por otro lado, es necesario entender la corrupción en un sentido más amplio, esto es, como un clima de mentalidad colectiva, sentimientos y práctica histórica que denominamos “fenómeno de la corrupción”. Cabe recalcar que los efectos de la corrupción son extremadamente dañinos para una sociedad como la nuestra, donde impera la impunidad, esto es reflejado en la afirmación realizada por Huber (2016) cuando señala que “sin embargo, los pobres resultados de la lucha anticorrupción en el Perú, el demostrado fracaso de tantas leyes, normas, “zares” y comisiones de alto nivel imponen la pregunta por qué el fenómeno sigue tan virulento. Creo que es necesario repensar el tema desde el fondo, en vez de partir a priori de las verdades consagradas por Transparencia Internacional o el Banco Mundial”.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES FINALES

Huber (2016) concluye que “Daly y Navas (2015), a su vez, analizan las percepciones entre 406 ejecutivos de la empresa privada y encuentran  un  pacto implícito entre empresarios y funcionarios corruptos. Además, hay dos tesis universitarias de la Pontificia Universidad Católica que abordan el tema de las percepciones de la corrupción en la Policía Nacional del Perú (PNP)”.

Daly y Navas (2015), sostienen que “la gran mayoría de la muestra percibe que la corrupción en el país va en aumento. Esta percepción ocurre en el marco de gobiernos democráticos que sucedieron al gobierno dictatorial de Alberto Fujimori en la última década del siglo pasado que estuvo signado por altísimos niveles de corrupción. El generalizado repudio a comprobados y escandalosos casos de cohecho perpetrado por ese gobierno fue por lo tanto pasajero”.

Huber (2016) manifiesta que “se ha realizado un total de 10 entrevistas con autores de estudios, funcionarios públicos y personal dedicado a la lucha contra la corrupción desde la sociedad civil o el mismo Estado. Las personas entrevistadas consideran que la legislación anticorrupción es apropiada, pero la implementación es muy deficiente. Uno de los principales problemas identificados por las personas con experiencia en el sector público es una normatividad burocrática desbordada. Entre los académicos entrevistados hay una sensación de que la corrupción es un fenómeno tan complejo que de alguna manera se escapa del análisis. Se necesita una sistematización de las investigaciones hechas en el Perú”.

LA PROPUESTA DE CAMBIO

Si bien es cierto que hemos manifestado que existe niveles de corrupción, tanto en países desarrollados como no desarrollados, lo cierto es que existe la posibilidad de individualizar a cada uno de los Estados según su nivel de apreciación de “Corrupción”. El Índice de Percepción de la Corrupción 2018 en los países del mundo, elaborado por “La ONG Transparencia Internacional, ha revelado a los estados gobiernos menos y más corruptos. En la publicación clasifica a 180 países y territorios según la forma en que se percibe que sus instituciones administrativas  y políticas son corruptas. El informe otorga a cada país una puntuación de 100 (menos corrupto) a 0 (más corrupto)2”. Lógicamente que nuestro país no está dentro del ránking de los países menos corruptos, por eso es importante determinar cómo países tales como Dinamarca, Nueva Zelanda, Suecia y Singapur, se encuentra en el top de países menos corruptos del mundo, estando entre los primeros tres puestos a nivel mundial.

En este extremo, es que podemos apreciar que todos los países antes mencionados tienen algo en común, que nuestro país por mucho esfuerzo que ha venido haciendo en estas últimas décadas no ha logrado, nos referimos a la “Educación”, como ente rector de cambio, como fórmula para detentar la posibilidad de mejorar la situación de nuestro país y poder lograr de una vez por todas erradicar de raíz la corrupción. En tal sentido, proponemos la posibilidad de trasladar los aportes de estos países a nuestra realidad para realzar la efectiva transformación del Perú, de ser un país corrupto a un país donde la corrupción disminuya a tal punto que podemos en algún momento estar en la lista de países menos corruptos a nivel global.

Por tal motivo, es de vital importancia salir del letargo, coger el toro por las astas, y visualizar una reforma estructural de la educación peruana. Es errado tratar de realizar cambios cuando como señalan Persson, Rothstein y Teorell (2013) “como una de las principales razones para el fracaso de las reformas anticorrupción, una errónea caracterización teórica del fenómeno, pues el modelo principal-agente, hoy predominante, que apuesta por reformas administrativas que afectan a los “agentes” para reducir la corrupción, supone la presencia de un actor incorruptible. ¿Qué pasa, se preguntan los autores, cuando el “principal”, quién monitorea y castiga la corrupción, también es corrupto?”. El problema no está en función a una persona, sino más bien a una forma de vida social permisiva, como lo manifestábamos líneas antes, donde los actores sociales, gobernantes y gobernados, en un Estado de Derecho, tienen que actuar mancomunadamente para terminar con la corrupción.

Notas

1 Obtenido de Montoya Vivanco, Yván. Memoria histórica sobre la corrupción en el Perú. A propósito del documentado libro del historiador Alfonso Quiroz. [En línea] https://idehpucp.pucp.edu.pe/wp- content/uploads/2012/09/Memoria-Hist%C3%B3rica-sobre-la-corrupci%C3%B3n-en-el- Per%C3%BA.pdf, el 24 de octubre del 2020.

2 Obtenido  de “Los países menos corruptos del mundo al comenzar el 2019”. Gestión. Mundo. Actualizado el 10/02/2019 a las 11:55. [En línea] https://gestion.pe/mundo/paises-corruptos-mundo- comenzar-2019-nnda-nnlt-257958-noticia/, el 24 de octubre del 2020.

BIBLIOGRAFÍA

Cita esta página

Sablich Huamani Charles Alexander. (2020, octubre 24). La corrupción en el Perú, visión del ejecutivo peruano y su transparencia. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-corrupcion-en-el-peru-vision-del-ejecutivo-peruano-y-su-transparencia/
Sablich Huamani Charles Alexander. "La corrupción en el Perú, visión del ejecutivo peruano y su transparencia". gestiopolis. 24 octubre 2020. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-corrupcion-en-el-peru-vision-del-ejecutivo-peruano-y-su-transparencia/>.
Sablich Huamani Charles Alexander. "La corrupción en el Perú, visión del ejecutivo peruano y su transparencia". gestiopolis. octubre 24, 2020. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-corrupcion-en-el-peru-vision-del-ejecutivo-peruano-y-su-transparencia/.
Sablich Huamani Charles Alexander. La corrupción en el Perú, visión del ejecutivo peruano y su transparencia [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-corrupcion-en-el-peru-vision-del-ejecutivo-peruano-y-su-transparencia/> [Citado el ].
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