Turismo sostenible, su aplicación en el caso de Cuba

La actividad turística en el último decenio se ha incrementado extraordinariamente en todo el mundo, al punto de ser el sector económico con mayores tasas de crecimiento a nivel mundial. En la práctica, este impetuoso desarrollo conlleva el desplazamiento de millones de personas hacia los polos turísticos en los que, potencialmente, pueden generar fuertes impactos medioambientales en las áreas que visitan. Es por eso de vital importancia lograr el desarrollo del turismo desde la óptica del desarrollo sostenible, lo que implica la utilización de las potencialidades naturales y socioeconómicas, históricas y culturales del entorno, teniendo en cuenta un manejo racional, su protección y la garantía de preservación para el uso de las futuras generaciones atendiendo a las características de la identidad cultural e histórica de las comunidades receptoras.

Introducción

La actividad turística ha tenido en el último decenio incrementos cada vez más elevados a nivel mundial generando el movimiento de millones de personas en todo el mundo hacia diversos destinos turísticos en las más diversas áreas geográficas. La atención a tal oleada de visitantes trae aparejada la necesidad de desarrollar una infraestructura en torno a esta actividad económica, que genera fuertes impactos ambientales en las zonas receptoras.

El área geográfica del mar Caribe está conformada por pequeños territorios insulares, de los cuales, el archipiélago cubano, con sus aproximadamente 111 mil kilómetros cuadrados y sus más de 4 mil pequeñas islas y cayos, constituye el más extenso de estos estados. Las islas en general y sobre todo las de pequeña extensión superficial tienen la característica de ser ambientes muy frágiles desde el punto de vista ecológico debido precisamente a su reducido espacio geográfico y al relativo aislamiento que provoca su condición insular. Esta característica en la práctica se manifiesta en que:

  • Generalmente no son abundantes en recursos hídricos lo que las hace muy sensibles a las bajas disponibilidades de agua por eventos climatológicos como la sequía.
  • Son pobres en recursos energéticos, sobre todo combustibles fósiles como el petróleo, por lo que dependen fuertemente del mercado internacional.
  • Son muy dependientes del comercio exterior para la obtención de determinados insumos necesarios para la actividad turística.

A pesar de estas limitantes, entre otras, el área turística del mar Caribe se caracteriza por una rica naturaleza tanto en las tierras emergidas como en sus aguas oceánicas unida a un diverso patrimonio cultural basado en uno de los procesos de sincretismo y transculturación más multiétnico del mundo, dentro de un entorno que presenta bajos niveles de impactos ambientales si se comparan con otras áreas geográficas como es el caso de la cuenca del mar Mediterráneo europeo.

Desarrollo

Estas premisas sentaron las bases del acuerdo tomado en diciembre del año 2001 en la Tercera Cumbre de Gobernantes de la Asociación de Estados del Caribe celebrada en la venezolana Isla Margarita, de designar al Gran Caribe como zona de turismo sostenible, la primera de su tipo reconocida en el mundo. Este paso es vital para el área si se tiene en cuenta que los ingresos económicos por concepto de la actividad turística representan entre el 30-40% del producto bruto interno de estos países.

Cuba se inserta en este sistema como miembro de la AEC teniendo en cuenta dentro de su política ambiental, la definición clara de turismo sostenible enunciada en la Ley 81 de 1997 o Ley del Medio Ambiente de la República de Cuba y que expresa que el turismo sostenible es aquel que se efectúa de modo tal que armonice el empleo eficaz de las potencialidades estéticas, recreativas, científicas, culturales y de cualquier otra índole de los recursos naturales que constituyen su base, con la protección de estos recursos y la garantía de que puedan proporcionar iguales o superiores beneficios a las generaciones futuras.” ( ). Por otra parte, la Organización Mundial del Turismo establece la siguiente definición: el turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo, protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se basa además en el respeto a la cultura nacional y sus expresiones territoriales y en la integración de las poblaciones locales al desarrollo de sus actividades, contribuyendo así a la elevación de la calidad de vida de los seres humanos. ( ).

La instrumentación del turismo sostenible en Cuba a partir del crecimiento económico de la actividad, se enfoca dentro de la práctica internacional sobre el tema desde dos ideas esenciales:

1. Disminuir y mitigar los impactos no deseables, preservando en lo posible el entorno para futuras generaciones. Esta cuestión, cuando se aplica al caso particular de los escenarios insulares, adquiere una connotación particular por el hecho de que el ámbito del mar Caribe, los territorios-islas que los constituyen tienen un conjunto de peculiaridades comunes que las convierten en espacios geográficos muy frágiles.

Por ejemplo, la baja y a veces nula disponibilidad de recursos energéticos y otros recursos vitales los hacen muy dependientes del comercio exterior. Este aspecto se agudiza cuando una gran cantidad de insumos necesarios para el desarrollo de la industria turística no son producidos en los países y tienen que ser importados en los mercados internacionales con precios por lo general bastante elevados contribuyendo al encarecimiento de la actividad. La estrategia de sostenibilidad para el desarrollo del turismo en Cuba, por ende, está encaminada en primer lugar, a lograr la mayor autosuficiencia energética posible mediante políticas estrictas de ahorro de energía en la infraestructura relacionadas con una mayor eficiencia en la capacidad de generación de energía en el país. Se incentiva el uso de fuentes alternativas de energía como el desarrollo de la energía eólica que se encuentra en plena fase de experimentación en regiones piloto tales como la Isla de la Juventud y el norte de la provincia de Ciego de Ávila como premisa para su extensión a otras áreas donde las condiciones de velocidad y estabilidad de la circulación de los vientos la hagan económica y ambientalmente viables. Por otra parte la necesidad de la sustitución de importaciones mediante la producción de insumos en el país dirigidos a la actividad turística es un elemento impulsor del desarrollo de la economía bajo bases sustentables, elemento generador de empleo y mediante la aplicación de tecnologías de punta y limpias permite lograr el desarrollo local en las áreas en las cuales estas instalaciones productivas están localizadas.

2. Incrementar el valor añadido que representa el creciente interés de los turistas por visitar escenarios donde se concreten prácticas de turismo sostenible. Este elemento se relaciona directamente con el desarrollo del llamado “ecoturismo” o “turismo de naturaleza” aunque su incidencia no tiene que relacionarse por fuerza, únicamente con los espacios naturales, sino que de hecho se vincula también a los urbanos teniendo en cuenta que la sostenibilidad ambiental se relaciona con todo el espacio geográfico como ámbito de socialización del espacio o como entorno de interrelación entre los componentes naturales, socioeconómicos, históricos, culturales, folclóricos, etc., del medio ambiente. Cuba ha sido históricamente un destino turístico comercializado típicamente como turismo de las tres S (sun, sand and sea), o sea de playa en el trópico.


Esa característica ha traído como consecuencia una elevada presión de visitantes en los polos tradicionales de playa como es el caso de Varadero en la provincia de Matanzas.

En épocas de temporada de verano cuando se suman los visitantes del exterior con los nacionales, en esta playa, enclavada en una península alargada y estrecha, pueden afluir en un solo día más de 100 mil bañistas. En Cuba existen otros polos turísticos con estas características, de gran demanda, como es el caso de la cayería norte de Cuba en el archipiélago Sabana-Camagüey o la playa de Guardalavaca en la provincia de Holguín. La estrategia de desarrollo del turismo sostenible en Cuba, entre otras acciones, propende a incentivar la actividad del ecoturismo aprovechando las riquezas naturales del entorno cubano. Estas bondades se expresan de manera práctica en la ubicación en el país de 6 reservas de la biosfera (Península de Guanahacabibes, Ciénaga de Zapata, Buenavista, Cuchillas del Toa, Sierra del Rosario y Baconao), sitios Ramsar (como la Ciénaga de Zapata), espacios categorizados como Patrimonio Natural de la Humanidad (como el Parque Nacional Alejandro de Humboldt) entre otras dentro de un sistema nacional de áreas protegidas con una política de manejo sostenible bien estructurada. Como parte de los valores de la naturaleza cubana está la extraordinaria riqueza y diversidad de la flora y la fauna, biodiversidad poseedora en su conjunto de más de un 40% de endemismo, lo cual es una consecuencia de la propia condición insular del territorio cubano.

En consecuencia el turismo sostenible en Cuba está orientado a tres dimensiones fundamentales:

  1. El desarrollo económico a partir de lograr crecimientos cuantitiva y cualitativamente sustentables.
  2. El desarrollo social garantizando la participación comunitaria en la actividad en las diferentes áreas de destino.
  3. El desarrollo del componente natural respetando la capacidad de carga de los ecosistemas, conservando los recursos naturales y la biodiversidad, reduciendo los residuales y evitando la contaminación.

Dentro de las modalidades de la actividad turística en el destino Cuba se destacan tres por la afluencia de visitantes y por la infraestructura creada para su desarrollo. Estas modalidades son el turismo de playas, que se desarrolla preferencialmente en zonas costeras como es el caso de la playa de Varadero en la península de Hicacos, el turismo cultural o de ciudad, que se desenvuelve en entornos urbanos; un ejemplo típico de éste es la ciudad de La Habana, y el turismo de naturaleza o ecoturismo, que se produce en escenarios naturales, por lo general (aunque no necesariamente) en áreas protegidas que encierran importantes valores de su entorno y biodiversidad, como es el caso del Parque Nacional Ciénaga de Zapata (provincia de Matanzas), que además es Reserva de la Biosfera y sitio Ramsar (referido a la Convención Ramsar para humedales de significación internacional).

En Cuba se considera como el primer proyecto de turismo sostenible, la Comunidad de “Las Terrazas”, localizada en el entorno de la Sierra del Rosario, en la provincia cubana de Pinar del Río, la más occidental de Cuba. La Sierra del Rosario es un grupo de montañas bajas que ostenta la categoría internacional de Reserva de la Biosfera. Este proyecto, que comenzó a gestarse en el año 1968, acumula ya más de 30 años de experiencia en este campo. El proyecto de turismo sostenible de “Las Terrazas” integra en su bello entorno natural valores muy importantes derivados de la aplicación de una certera política de turismo sostenible local entre los que se destacan:

  • La inserción armónica e integrada de la infraestructura constructiva al entorno natural de lo cual es ejemplo vivo el hotel “La Moka” con la conservación de especies arbóreas in situ dentro del vestíbulo de la instalación.
  • La integración de la comunidad al manejo sostenible de los recursos y condiciones del ambiente local en función del turismo sostenible y del desarrollo socioeconómico comunitario.
  • La conservación y protección del patrimonio natural y cultural del territorio bajo los principios del desarrollo sostenible.

La Comunidad “Las Terrazas” es un ejemplo claro del desarrollo del ecoturismo en el ámbito del eco-desarrollo rural con una amplia y directa participación de la comunidad en el manejo sostenible de los recursos del entorno en función del turismo sostenible.

Un área turística de elevados valores ambientales desde la óptica del turismo sostenible es la península de Hicacos, en la provincia cubana de Matanzas en la cual está ubicada la mundialmente célebre playa de Varadero y que constituye actualmente el principal destino de sol y playa de Cuba. Varadero está enclavado en un entorno natural de apenas 20 kilómetros de largo y aproximadamente 0,5 de anchura promedio, llegando a recibir en momentos récord más de 26 mil visitantes por día en la temporada alta. En este destino se asocian, como dos problemas a tener en cuenta, la gran afluencia de visitantes extranjeros y nacionales coincidiendo dentro de un entorno relativamente pequeño en extensión, y la elevada fragilidad ecológica por su condición de franja de playa alargada ubicada en una península. En el caso concreto de la playa de Varadero, forma parte administrativamente de un municipio del mismo nombre y la estrategia que se desarrolla en función del turismo sostenible está encaminada a cuatro áreas de acción fundamentales:

  • El trabajo de conservación de la playa destacando la necesidad del cuidado de la duna litoral como elemento natural de protección. Existe en el territorio de la península de Hicacos, en la cual está enclavada la playa de Varadero, la Oficina para la Conservación y Recuperación de la Playa, entidad adscripta al Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, encargada del monitoreo y labores de protección-recuperación de la playa. Numerosas acciones se han acometido en la playa de Varadero en este orden. La ubicación de una señalética adecuada en el territorio para la orientación-educación de los bañistas y visitantes, la reubicación de construcciones localizadas sobre la duna litoral y recientemente los vertimientos exitosos de arena para la rehabilitación de la playa en un volumen que alcanzó cifras superiores al millón de metros cúbicos son ejemplos en este orden.
  • La integración de la infraestructura al entorno, respetando, en la medida de lo posible, los valores naturales de la biodiversidad propia del área. Esto se expresa en la construcción de una infraestructura hotelera de baja planta con edificaciones que no sobrepasen en la medida de lo posible los cinco niveles de altura y evitar la tendencia a la existencia de edificaciones altas como existen en otros escenarios turísticos como Cancún en México.
  • La incorporación gradual de la comunidad a la dinámica de la actividad turística con un enfoque sociocultural que implique la educación y capacitación ambiental comunitaria. La declaración de un importante sector de la península como zona de turismo sostenible implica la necesidad de la incorporación de las comunidades a la gestión ambiental partiendo de una política de capacitación y educación como premisa para la inserción de los pobladores a trama de relaciones socio económicas y culturales que se desarrollan en su entorno.
  • La instrumentación de prácticas limpias en la gestión hotelera y extrahotelera reflejadas en el uso racional del agua, la energía y una filosofía del reciclaje de los desechos que permita mantener el entorno limpio y asegurar la recuperación de materiales de reuso. En este aspecto debe todavía ganarse mucho más en el nivel de concientización de los decisores y trabajadores en general vinculados a la actividad. Para un país de limitados recursos como Cuba es vital la instrumentación de prácticas de reciclaje y reutilización de los materiales desechables como vía de fomentar empleos, el ahorro en todos los órdenes y promover prácticas ambientalmente sostenibles en la gestión de los recursos.

Varadero es crucial para la instrumentación práctica de turismo sostenible en Cuba por alojar la mayor densidad de visitantes por área/día dentro de los destinos turísticos de Cuba.

Por último, de obligada referencia dentro de los destinos turísticos cubanos, es la región del archipiélago Sabana-Camagüey, conocida también con el nombre de Jardines del Rey. Este grupo insular se extiende a lo largo de 465 kilómetros por la costa norte de la isla de Cuba desde la península de Hicacos en la occidental provincia de Matanzas, abarcando territorios pertenecientes además a las provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila hasta la bahía de Nuevitas en la oriental provincia de Camagüey. Su ambiente, estrictamente insular, está conformado por centenares de pequeñas islas, cayos e islotes separados al norte, del océano Atlántico, por la mayor barrera coralina del hemisferio occidental, solo superada por la Gran Barrera de Coral Australiana. Sus terrenos eminentemente llanos contienen la biodiversidad y el entorno natural mejor conservado de Cuba, solo superado por las intrincadas áreas montañosas de las Cuchillas del Toa (Reserva de la Biosfera) en la región oriental del país.

Su ambiente natural, las vírgenes y bellas playas, la transparencia de sus aguas, su rica biodiversidad de la flora y la fauna, tanto terrestre como marina, convierten a estos territorios insulares en destinos turísticos de gran atractivo y perspectivas de desarrollo para Cuba. La política ambiental dirigida a la implementación de un turismo sostenible en esta región teniendo en cuenta su fragilidad ambiental, está encaminada a promover la afluencia de visitantes con expectativas que combinen el interés por los elementos puramente recreativos con los propios del ecoturismo al ponerlos en contacto con las riquezas naturales del entorno.

El manejo de estos sistemas naturales tiene como propósito desarrollar un turismo de excelencia minimizando los impactos ambientales y haciendo un uso racional de los recursos naturales como el agua y la energía, integrando la infraestructura al entorno de manera armónica e implicando a la comunidad en la toma de decisiones de manera participativa y con la conciencia de beneficiarios directos de las mejoras que se logren en este ámbito. Esto conlleva a proyectos de desarrollo regional sobre la base de la aplicación de los principios del turismo sostenible y con el objetivo primordial de vincular la actividad principal, el turismo, con las estrategias de desarrollo local comunitario que implique la participación activa y democrática de las comunidades en las decisiones fundamentales que les competan.

Conclusiones

El turismo sostenible es una filosofía práctica en Cuba desde la óptica del desarrollo sostenible y en su materialización participan de forma integrada un conjunto de organismos del estado cubano como son el Ministerio del Turismo, el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, el Ministerio de Educación y muchos otros más.

En estas acciones de manejo integrado del turismo sostenible en Cuba se refleja una vez más la voluntad política de la dirección estatal cubana de instrumentar prácticas ambientalmente sostenibles en el turismo que promuevan la conservación y protección de los grandes valores ambientales, estético-escénicos, patrimoniales y culturales de Cuba.

El turismo sostenible implica la participación de la comunidad en las decisiones fundamentales de su aplicación y en la recepción de sus beneficios así como en el fomento y divulgación de las tradiciones culturales más autóctonas de la identidad cultural de Cuba y de su nacionalidad. Además conlleva a un proceso de capacitación y educación ambiental de todos los protagonistas que contribuya a la formación de una cultura y de una conducta ambientalmente responsable en estos espacios tan importantes para la naturaleza, la economía, la sociedad y la cultura cubanas.

Fuentes bibliográficas

  • Gaceta Oficial de la República de Cuba. Ley 81 o Ley del Medio Ambiente. Julio de 1997.
  • Turismo Sostenible. Módulo de Formación Básica. Capacidad 21 Proyecto GEF-PNUD Sabana-Camagüey. Cuba.

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Martínez Rodríguez Marta F.. (2011, marzo 24). Turismo sostenible, su aplicación en el caso de Cuba. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/turismo-sostenible-su-aplicacion-en-el-caso-de-cuba/
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Martínez Rodríguez Marta F.. "Turismo sostenible, su aplicación en el caso de Cuba". gestiopolis. marzo 24, 2011. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/turismo-sostenible-su-aplicacion-en-el-caso-de-cuba/.
Martínez Rodríguez Marta F.. Turismo sostenible, su aplicación en el caso de Cuba [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/turismo-sostenible-su-aplicacion-en-el-caso-de-cuba/> [Citado el ].
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