Efectos del neoliberalismo en el comportamiento económico colombiano y latinoamericano

Introducción

El proyecto económico que han seguido la mayoría de países latinoamericanos desde mediados de los años ochenta, es una propuesta de sociedad que conlleva supuestos políticos e ideológicos que se sustentan en el planteamiento que señala que para el funcionamiento adecuado del capitalismo, es imprescindible la libre actuación de las fuerzas del mercado. Por lo que la apertura de los mercados nacionales, los procesos de privatización, la desregulación económica y la reforma del Estado, se transforman en los principios básicos para lograr insertarse en ésta dinámica de crecimiento.

Tomando en cuenta que el objetivo primordial del capitalismo es el de garantizar la obtención del excedente económico, las dificultades para lograr una rentabilidad adecuada en un escenario de competencia que resulte de una mayor productividad, va a determinar el establecimiento de procesos productivos sobre nuevas bases tecnológicas, nuevos pactos comerciales para el funcionamiento del mercado, nuevas formas de organizar el trabajo y nuevas alianzas políticas. Lo que ha dado por resultado una mayor globalización del mercado mundial.

En este escenario, la viabilidad económica de los países latinoamericanos, pareciera ser incierta. Principalmente porque la reactivación del crecimiento económico que se observa del año 90 a la fecha, al no lograr todavía superar los efectos del estancamiento productivo de los ochenta, muestra mayores heterogeneidades entre países y entre los sectores y ramas productivas de estos países. Además de que por el lado de las condiciones materiales de vida, o lo que comúnmente se identifica como bienestar, se observa un acentuado retroceso que se acompaña de inseguridad laboral, pauperización y crecimiento de la pobreza.

El presente escrito, espera hacer una breve reflexión acerca de los paradigmas sociales existentes, sus beneficios, sus debilidades y entender realmente cuales son los efectos reales del neoliberalismo en el comportamiento económico colombiano y latinoamericano entendiendo a la pobreza como el principal problema a combatir de cara al siglo XXI

Los nuevos paradigmas y sus consecuencias

Las transformaciones radicales que se han dado en la forma de organizar y conducir la producción económica vienen acompañadas de los cambios en las funciones del Estado, en donde se reconoce la instauración de un sistema de reproducción social distinto al que funcionó en la región de los años cuarenta a los ochenta y que por sus contenidos y orientaciones se le identifica como un modelo neoliberal.

A Los problemas del modelo económico y del tipo de Estado que se expresa para la mayoría de los países con la crisis financiera de 1982, le siguieron políticas de ajuste y estabilización que buscaron cambiar el desarrollo productivo de la región latinoamericana, lamentablemente parece que los nuevos paradigmas agudizaron el estancamiento productivo y precipitaron la reestructuración capitalista.

Ante los problemas de la década pasada, el camino adoptado ha sido el de instaurar una economía que se rija por los principios de economías de mercado, abiertas y neoliberales.

Los cambios que dicho proceso ha tenido en la sociedad, en sus ingresos, ocupación y nivel de bienestar son notables. En estos aspectos se observa y cuantifica una mayor polarización de la riqueza, mayor pobreza y desarticulación social. Riesgos y retos con los que sociedades como la colombiana llegarán al siglo XXI. Si bien este proceso ha acentuado contradicciones estructurales cuyo origen deviene de tiempo atrás, el crecimiento del sector servicios, los desequilibrios productivos y la precariedad laboral, sugieren que las tendencias de crecimiento económico para la región, con los cambios adoptados, se perfilan por un crecimiento más desarticulado, impulsado por pocos sectores de punta que se relacionan con el sector exportador, con límites a la expansión de la relación salarial y con una inserción al mercado mundial, vía circuito comercial y financiero fortalecida mediante la apertura de los mercados nacionales y en donde la mayoría de los países de América Latina pretenden ser ubicados como espacios de inversión. En ese propósito y hasta la fecha, son pocos los países que han sido seleccionados, pero inmersos en la dinámica del capital financiero y especulativo no han logrado incentivar a la inversión productiva, por lo que se vislumbran mayores dificultades para acceder al desarrollo.

Después de que América Latina presentara tasas de crecimiento del PIB que alcanzaron como promedio anual en los años setenta el 5.8%, el declinamiento en los ochenta es evidente. Junto al decrecimiento de la producción y como un dato más que prueba la magnitud de la crisis, la inversión con relación al PIB pasó del 25% en el año 80, al 15.8% en el 90 y para 1994 se situaba en el 18.2%.[1]

Por su parte, una de las pretensiones del actual modelo de crecimiento ha sido la de hacer depender las fuentes de financiamiento del dinamismo de las exportaciones y de la inversión extranjera, orientación que ha colocado al sector externo en el núcleo de la apertura y al sector exportador en el eje dinámico, pero a pesar de que las exportaciones han crecido de manera significativa, por la rapidez de la apertura, el deterioro de la planta productiva, la dependencia externa y la política económica seguida, las importaciones tienden a crecer con mayor dinamismo, dando por resultado el persistente déficit comercial tan característico de la estructura económica latinoamericana.

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La magnitud de los problemas y las características de la reestructuración no se pueden comprender si no se observa la fragilidad financiera de los países y su relación de subordinación con el exterior, la que se ha agudizado por el nivel de endeudamiento y por la baja capacidad de negociación que siempre nos han caracterizado

Por lo que toca a la actividad sectorial, la agricultura con dificultades de crecimiento desde los años setenta, disminuyó su producción. La tasa de crecimiento medio anual pasó de 3.4% en 1970/1980 al 2.1% en 1980/1990 y a 1.8% en 1990/1993, 5.5% en 1994 y 2.9% en 1995. El sector más afectado ha sido sin duda la industria, cuya tasa de crecimiento medio anual pasó del 5.9% en 1970/ 1980 al 0.5% en 1980/1990, 5.7% en 1994 y -0.5% en 1995.

Ello ha contribuido a cambios significativos en la estructura productiva de la región. La agricultura que llegó a participar con la generación de más del 20% del PIB en los años cuarenta, actualmente lo hace con un 14.8%. Participación que ha crecido desde 1980, principalmente porque muchas de las exportaciones que han dinamizado los países latinoamericanos a partir de sus procesos de apertura, siguen proviniendo del sector agropecuario y minero. Lo de mayor significación es el hecho de que cada vez es menor la participación del sector industrial en la generación del PIB. La reestructuración manufacturera, las quiebras de múltiples pequeñas y medianas industrias, así como el establecimiento de alianzas estratégicas con empresas transnacionales se ha manifestado en una crisis de la industria que se expresa en las tasas de crecimiento que señalamos y en que cada vez participe menos este sector en la composición del PIB. Por el contrario, la participación del sector servicios se incrementa.

Las economías latinoamericanas se han convertido definitivamente en economías de servicios, tendencia que se ha fortalecido con la puesta en marcha del actual modelo de desarrollo. Si se evalúan las conformaciones estructurales de los países desarrollados observamos que esta es una característica del capitalismo posterior a los años setenta, pero su manifestación en estructuras productivas tan desarticuladas como las latinoamericanas, profundiza los desequilibrios sectoriales, polariza la producción a niveles de sectores de enclave, las ramas destinada al mercado externo entran en los procesos de reestructuración, las destinadas al mercado interno se van situando en crisis casi permanentes y en este proceso la internacionalización del capital va destacando su participación en el sector servicios, aquí la modernización del sector financiero por ejemplo, va a ir contrastándose más con el industrial, principalmente por la ausencia de políticas industriales, científicas y tecnológicas que asuman como propuesta la articulación del mercado interno con el externo a partir de incentivar la conformación de cadenas productivas.

La reestructuración que se lleva a cabo en la región en un contexto de globalización, ha profundizado las heterogeneidades entre países así como los contrastes y si históricamente ha sido difícil considerar al conjunto de estos países por su especificidad como una región es aún más cuando se tratan de analizar los efectos y los resultados de la política económica aplicada en los últimos años, no obstante, es a partir de características semejantes y de las tendencias que van mostrando que consideramos su inclusión en ella.

Sin embargo existen rasgos muy notables de las economías latinoamericanas como su relación de dependencia externa, en donde en general tanto en Colombia como América Latina se ha pretendido reinsertarse a la dinámica mundial a partir de ubicar las fuentes de financiamiento en el sector externo vía el crecimiento de las exportaciones y de abrir espacios de inversión para el capital transnacional. No obstante, cabe destacar que a pesar de cumplir a cabalidad con la apertura de sus fronteras nacionales en materia comercial y financiera, su marginalidad en el contexto mundial se ha incrementado, ya que después de participar con el 9% de las exportaciones mundiales en 1960, en 1994 solo lo hacen con el 3.6%. Es decir que pesar de los esfuerzos por participar en el mercado globalizado o en la economía mundo, la llamada interdependencia muestra su relatividad, ya que a pesar del discurso, las relaciones de dominación y de dependencia se han acentuado.

La relación entre Estado y Mercado ya se ha dado y queda demostrado que este asigna recursos profundizando desigualdades, que el Estado no solo se adelgaza y cambia funciones sino que cada vez es más difícil que estructure un proyecto de nación, principalmente por la ausencia de renovación en la élite de poder y por la ausencia de prácticas democráticas.

Cabe preguntarse ¿Por qué la perspectiva neoliberal de la economía de mercado se ha constituido en la única alternativa posible para las economías latinoamericanas?

Posibles alternativas

Plantear como alternativa de crecimiento económico el insertarse al mercado mundial con algún grado de competitividad para resolver el problema de las divisas, resulta lógico y coherente. Sin embargo, al observar las limitaciones de la estructura productiva, la caída de la inversión y el comportamiento del sector externo en los últimos años, todo parece indicar que las propuestas de liberalización de los mercados tienen fallas muy evidentes principalmente en términos de desprotección social.[2]

Rasgos Importantes

Los desequilibrios de la estructura productiva latinoamericana, tiene uno de sus orígenes en la forma de inserción al mercado mundial, donde el intercambio desigual ha sido el factor determinante. Señalar que ello se superaría con la exportación de bienes de mayor valor agregado, significa que en este momento la reestructuración y/o modernización productiva debiera estar terminada. Sin embargo, lo que puede observarse es que el superávit comercial logrado por la región de 1982 a 1989, fue posible debido a una caída de alrededor del 40% en las importaciones. A partir de los años noventa cuando se inicia un ciclo de reactivación económica, las exportaciones han seguido creciendo pero a un ritmo menor que las importaciones y solo cuando los países han tenido que entrar a un ajuste es que se deprime la demanda interna y las importaciones con ello, de esa forma se ha vuelto a obtener superávit. Es decir, que por la ausencia de una política que fortaleza la inversión productiva interna, la reactivación que han expresado va determinando el fortalecimiento de economías importadoras, más que exportadoras.

Junto al crecimiento del desempleo, persisten con mayor importancia el subempleo y el sector informal.

El crecimiento del sector informal obedece a la imposibilidad de garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo vía la proletarización y su importancia radica en relacionar este sector con la reproducción y acumulación del capital en su conjunto.

Una de las orientaciones básicas del neoliberalismo se encuentra en la instrumentación de los procesos de privatización y en la desregulación de la economía, situaciones que determinan cambios en las funciones y forma del Estado Latinoamericano. Cabe recordar, que el Estado es la instancia desde la cual se establecen las articulaciones básicas de la relación Sociedad, Estado, Economía. En otras palabras, sin Estado no puede existir equilibrio social.

El estado sigue siendo intervencionista, más no conductor del proceso económico ya que interviene regulando el mercado, vía pactos sociales y recuperando su espacio estrictamente político.

Las funciones del Estado cambian. No asume la producción de infraestructura y desconoce sus obligaciones de proveedor de seguridad social. Recupera sus principios liberales y sitúa la atención de los derechos sociales y humanos desde un punto de vista puramente asistencial.

Al perder fuerza en la conducción económica y en la política macro social pareciera que por ello no tiene asideros reales la modernización ya que el comportamiento del mercado por sí solo, no puede comandar un proyecto económico de carácter nacional que implica planeación y el consenso de fuerzas políticas que han definido metas comunes. Combinar los problemas internos y externos de la población solo es posible con base en acuerdos sociales.

Al preguntarnos acerca del predominio del paradigma neoliberal se considera que pudiera ser explicado por la amplia y total coincidencia de los ciudadanos latinoamericanos en la necesidad del cambio social. La aceptación de acceder a la modernidad y la ausencia de alternativas que busquen cambios estructurales conduce a apoyar proyectos de reestructuración capitalista y de construcción democrática. .

Los límites principales del proceso de reestructuración de América Latina, se encuentran en la estructura productiva que ha profundizado su deterioro y desarticulación. Este proceso esta acotado por la recomposición del mercado mundial, ya que la competencia por espacios económicos de producción y de realización es más intensa, en un marco de lento crecimiento de las economías desarrolladas y de lento crecimiento del mercado mundial.

Otro aspecto que resalta la actual situación latinoamericana, es la aparente preeminencia de lo mercantil y financiero. Efectivamente, los empresarios latinoamericanos están actuando solo para el corto plazo, para la ganancia inmediata por lo que se insertan con mayor determinación al circuito del capital comercial y financiero, están cumpliendo objetivos capitalistas con relación a la circulación y realización de mercancías, pero han acentuado los desequilibrios productivos y sectoriales de las economías latinoamericanas.

En este escenario y frente a un mercado interno deprimido, surge con fuerza el sector informal. Al conjugarse en este, la producción y el intercambio de productos, ha permitido resolver por el momento, la reproducción del grueso de la población y contener el estallido social.

Sin embargo, el crecimiento del sector informal, ha agudizado los problemas que se generaron desde los años cincuenta y que se denominó proceso de descampesinización, con ello el número de pobres urbanos en América Latina suma los 280 millones de personas.

En ese proyecto nacional, las tareas inmediatas debieran ser: incentivar la inversión productiva, atender al mercado interno manteniendo las relaciones con el exterior, resolver la crisis alimentaria, crear empleos, que el Estado garantice educación, seguridad social y capacitación, incorporar otras formas de producción y de organización de la sociedad, que permita visualizar la relación campo – ciudad en una relación más amplia y completa y no exclusivamente en el binomio agricultura e industria. Así como es necesario readecuar el desarrollo tecnológico y la producción en función del desarrollo.

Crecimiento económico contra bienestar social

Realizar una reflexión, acerca de la ética de lo social, y teniendo en cuenta el problema del bienestar, son las principales consideraciones que se harán en esta parte del escrito:

Considerar el crecimiento económico como único patrón de medida del bienestar, puede constituir uno de los problemas más graves que tiene la economía actual, la dureza de las cifras, las estadísticas y los indicadores no permite un verdadero análisis de las situaciones existentes, cayendo en el error de que unos buenos indicadores de crecimiento son prueba de un mejoramiento del bienestar social.

Es indudable, que el crecimiento de una economía puede constituir un factor fundamental hacia el desarrollo, entendido este como el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad de una forma sostenida y equitativa, sin embargo, existen otros tipos de factores: sociológicos, éticos, morales, sentimentales etc., que también deben considerarse en el momento de tratar de medir el bienestar de una sociedad.

El crecimiento económico no puede constituir el único objetivo alcanzable de la sociedad con miras de mejorar el bienestar de las personas, existen también factores sociales como la libertad, el amor a lo correcto, la eliminación de la opresión, la llamada igualdad de oportunidades o simplemente eliminar la interferencia de los gobiernos o los sistemas reinantes hacia el desarrollo de nuestros proyectos de vida.

Otra cuestión importante hacia la aproximación al bienestar debe ser el respeto a los derechos humanos y también a lo que tradicionalmente llamamos como la “solución de las necesidades básicas insatisfechas”. Las sociedades modernas deben partir del respeto de estas premisas ya que son las que la humanidad ha considerado como relevantes.

El bienestar general, solo puede ser producto del consenso de todos, o por lo menos de la mayoría, cada sociedad genera las pautas y los requerimientos mínimos que se necesitan para considerar a las personas “felices” o “satisfechas”, de sus deseos o parámetros para satisfacer sus proyectos de vida.

Aunque el concepto de bienestar es bastante complejo, el desarrollo del mismo solo puede ser una construcción colectiva y la noción de bienestar debe abarcar muchos elementos los cuales no necesariamente se relacionan con el crecimiento o más simplemente con el dinero.

Toda sociedad y todo gobierno debe tener definidas sus pautas de acción, sus derechos y deberes, sus competencias y sus responsabilidades de acuerdo a la construcción colectiva de un concepto de bienestar, el hecho de que dicho concepto no se pueda definir adecuadamente no implica que la sociedad en general exponga una noción o visión general de lo que para ella es el desarrollo de un proyecto de vida de los ciudadanos para conseguir el bienestar.

Solucionar todos los problemas sociales de nuestra sociedad no solo puede partir a través del evangelio del mercado; no solo se necesita el crecimiento de nuestras economías, también se necesitan muchos más requisitos, como legitimidad del gobierno, aceptación por parte de las personas de las reglas de juego vigentes, satisfacción de las necesidades sociológicas (afecto, amor, respeto etc.) pero. ¿Hasta qué punto la acción de la sociedad debe intervenir en la satisfacción de las necesidades no – económicas de los individuos?. Y ¿hasta cuando los países de América Latina aguantarán la desprotección social generada por los nuevos paradigmas vigentes?

Conclusiones

Un modelo económico que genera mayor pobreza y desigualdades, no puede ser considerado favorable. La existencia y el uso de los instrumentos económicos deben estar al servicio de todos, no solo de algunos.

Colombia y América Latina no se pueden quedar por fuera de la lógica económica mundial, sin embargo no es posible renunciar a lo social con el fin de modernizarnos. Ya que cualquier modelo económico debe estar al servicio de las personas, las personas no deben estar simplemente al servicio del modelo reinante si esto implica mayor inequidad social y una separación total de la lógica del capital con la lógica de lo social.

Una sociedad no puede desprotegerse a razón de argumentos estrictamente monetarios o económicos, pareciera que el paradigma reinante se olvida de toda lógica humana en sentido de justicia, equidad social y pobreza, para apostarle únicamente a la competitividad y eficiencia productiva.

Notas

[1] AMERICA LATINA: “Los Saldos de la reestructuración neoliberal”, BERENICE RAMIREZ LOPEZ. Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Articulo publicado en internet en www.rede.buap.mx/t1.Berenice.html

[2] Distribución del Ingreso y Gasto Social en America Latina. OCAMPO, José Antonio. Primera conferencia de las Américas, Washington, Marzo 6 de 1998. www.eclac.cl.

Bibliografía

  • EDWARDS Sebastian, Crisis and Reform in Latin America. World Bank, Oxford University Press 1995.
  • Pipitone, Ugo. «Crecimiento y distribución del ingreso en América latina: Un nudo irresuelto». Revista comercio exterior. Julio de 1996.
  • AMERICA LATINA: “Los Saldos de la reestructuración neoliberal”, BERENICE RAMIREZ LOPEZ. Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Articulo publicado en internet en www.redem.buap.mx/t1.Berenice.html
  • ¿CUÁL NEOLIBERALISMO? Rafael Alfonzo H. Diario “La Opinión”, Valencia (Venezuela), 14 de Octubre de 98. www.notitarde.com/columnistasopinion/rafael_alfonso/index.html
  • SALAMA, Pierre “Algunas lecciones de historia reciente de América Latina Rev. Comercio exterior. Junio 1995.
  • OCAMPO Jose Antonio: Distribución del Ingreso y Gasto Social en America Latina Primera conferencia de las Américas, Washington, Marzo 6 de 1998. www.eclac.cl.

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GestioPolis. (2001, abril 7). Efectos del neoliberalismo en el comportamiento económico colombiano y latinoamericano. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/efectos-neoliberalismo-comportamiento-economico-colombia-latinoamerica/
GestioPolis. "Efectos del neoliberalismo en el comportamiento económico colombiano y latinoamericano". gestiopolis. 7 abril 2001. Web. <https://www.gestiopolis.com/efectos-neoliberalismo-comportamiento-economico-colombia-latinoamerica/>.
GestioPolis. "Efectos del neoliberalismo en el comportamiento económico colombiano y latinoamericano". gestiopolis. abril 7, 2001. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/efectos-neoliberalismo-comportamiento-economico-colombia-latinoamerica/.
GestioPolis. Efectos del neoliberalismo en el comportamiento económico colombiano y latinoamericano [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/efectos-neoliberalismo-comportamiento-economico-colombia-latinoamerica/> [Citado el ].
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