Sea por la situación económica mundial e individual de cada país, por ganas de tener rutinas diferentes y más flexibles, ante la dificultad de conseguir oportunidades laborales de calidad en el mercado o simplemente porque se cansaron de seguir órdenes e indicaciones de un jefe, cada día son más los jóvenes latinoamericanos que desean quitarse la etiqueta de “empleado” para reemplazarla con la de “emprendedor”.
Son varios los estudios que han determinado esta realidad y sus razones. En el informe “Potencial futuro: el emprendedorismo joven en 2015” del principal investigador de emprendimiento en el mundo, el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), descubrieron que el 41% de los jóvenes residentes en países latinoamericanos tienen deseos de emprender, mientras que en Europa solo un 19% se siente motivado a ello. Este estudio contó con una población de 616 mil personas de entre 18 y 64 años de edad, distribuidas en 89 países.
Esto quiere decir que cuatro de cada 10 jóvenes latinos han considerado la oportunidad de desligarse de las formas tradicionales de negocio para sumergirse en el cada vez más atractivo mundo del emprendimiento; y entre sus razones está la situación socio-económica de donde viven. Mientras que los residentes de otros países más desarrollados tienen economías “más rentables”, los latinos tienen el deseo de emprender para, principalmente, modificar su realidad.
Venezuela es un ejemplo de ello, donde la crisis monetaria, cambiaria y política ha provocado que su población juvenil se reinvente en su faceta laboral, creando empresas que ofrecen diversidad de servicios en países extranjeros hasta profesionales recién egresados que prefieren difundir sus competencias y capacidades en redes de freelancers (trabajadores independientes), antes que llevar sus currículos a empresas de la localidad. Sin contar con la gran cantidad de emprendimientos que han surgido para suplir las necesidades básicas, como creadores de jabones y productos de limpieza artesanales, algo muy llamativo ante la escasez de productos básicos en dicha región, marcas de ropa, tiendas virtuales que solo usan Instagram de plataforma y la expansión considerable de bazares (mercados pequeños en donde se exponen estas marcas regionales). Un ejemplo de estos es Bazar Más, emprendimiento que surgió en la ciudad de Maracaibo, hace seis años.
En otros países del continente, sin embargo, la necesidad no es el más importante motor de esta “moda”. De hecho, según el GEM, dos de cada tres emprendedores está más motivado por la oportunidad que cualquier otra cosa. Un estudio del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) agrupó una lista de países en los que se encuentra más favorable la ejecución de emprendimientos gracias a la introducción de programas de apoyo a las startups (compañías emergentes), lo que ha fomentado que, además de cambiar la percepción en dichos países sobre el emprendimiento, extranjeros se motiven a elegirlos como sedes para tal. Entre ellos están: Chile, Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú y Uruguay.
Desde la creación de Start-Up Chile en 2010, el país latinoamericano se ha ganado el apodo de Chilecon Valley por haberse convertido en líder en programas de fomento a startups. Este programa, creado por el gobierno, busca atraer a emprendedores de todas partes del mundo para que arranquen sus negocios usando al país como plataforma inicial. Recibiendo alrededor de 250 empresas al año, ofrecen tres programas diferentes según el estado del emprendimiento, cuyos montos de financiación pueden ser desde 10 a 60 millones de dólares.
“Chile apunta a cerrar la brecha de financiamiento en etapas tempranas, moderniza los servicios a los emprendedores introduciendo mecanismos más ágiles y en línea con las necesidades de los startuppers, como los espacios de trabajo colaborativo y las redes de mentores, y agiliza el marco legal para la creación de empresas con la aprobación de la Ley de Empresas en un Día”, explica el informe de la OCDE. La biografía de Start-Up Chile reitera que “el objetivo final de este programa es posicionar a Chile como el centro de la innovación y el espíritu empresarial de América Latina”.
Por su parte, un estudio sobre los ecosistemas emprendedores en América Latina en 2015, llevado a cabo por el Seedstars World, concluyó que Brasil es el país “con el desempeño más sólido” del continente suramericano, debido a que los emprendimientos en São Paulo pueden acceder con facilidad a oportunidades de financiamiento, su mercado nacional naturalmente es más amplio y hay mayor cultura de emprendimiento comparado a otras naciones. Start-Up Brasil, que surgió en octubre de 2012, alcanzó a invertir 78 millones de dólares en emprendimientos tanto para locales como para extranjeros en tan solo su primer año de funcionamiento.
En el mismo informe sobre los ecosistemas emprendedores, Seedstars World describe a los argentinos como personas a las que se les da el emprendimiento de forma natural, logrando ser innovadores en muchos aspectos. Por ejemplos, Mercado Libre es un caso exitoso originario de dicho país. Esto se debe a la calidad de su sistema educativo, así como su seguridad cultural a la hora de emprender. Sin embargo, aunque existan incentivos de impuestos en industrias como la minería o el software, gran parte de los emprendedores argentinos abren sus negocios en el exterior y solo manejan la parte operativa en su país, para así no tener que depositar sus ingresos en su país, situación que evitan ya que es muy difícil sacarlo para los inversores.
Para el OCDE, Colombia también se ha vuelto en un sitio de interés para las startups latinas gracias a que existen muchas políticas para apoyar los emprendimientos en cada una de sus etapas de desarrollo. En febrero de 2012, por ejemplo, surgió el programa INNpulsa, la unidad de gestión de crecimiento empresarial del Gobierno Nacional, para promover la innovación y la productividad, con el propósito de generar empresas innovadores que logren redefinir la economía y diversificar el aparato productivo en el país para que, en 2018, Colombia se convierta en una de las tres economías “más innovadoras y competitivas de América Latina”.
Entre las tareas de INNpulsa está encontrar financiación para los emprendimientos con promesas de grandeza, transformar la mentalidad y cultura de los colombianos para que se avive la innovación y trabajar por el crecimiento de las empresas, ofreciéndoles herramientas útiles como la adopción de nuevas tecnologías. Entre sus casos de éxito se encuentran la Revista Mprende, una vitrina para proyectar las historias de los emprendedores del país, y la tienda virtual de productos para perros y gatos, Ciudaddemascotas.com
Pero, aunque estos panoramas parecen alentadores y lucen como una invaluable promesa para nuestros países–ya que podrían significar la diversificación de la economía de estos, tal como lo lograron Apple y Google en Estados Unidos–, de esos cuatro de cada 10 jóvenes latinos que sienten ganas de emprender, solo pocos se atreven a dar el primer paso en esta carrera que, de nada sirve engañarse, está llena de obstáculos.
Por eso, ya sabiendo cómo se encuentran Latinoamérica con respecto a la masificación de startups, aquí te dejamos una serie de consejos que –esperemos– te ayuden a afrontar las dificultades de este estilo de negocio y te terminen de convencer que el emprendimiento no es una utopía:
1. Resuelve problemas y diferénciate
Lo primero que debes hacer es investigar sobre tu entorno. Tu producto o servicio debe dirigirse a problemas, necesidades o gustos en concreto para que su público objetivo se interese en él. ¿Qué necesita? ¿Qué le puede mejorar su día a día? Mientras más conozcas a tus potenciales clientes, más acertado puede ser tu emprendimiento.
Pero no basta allí, sabiendo qué necesita, debes definir bien tu producto para que sea distinto a los de tus competidores –porque los tendrás– y para, obviamente, aventajarte sobre ellos. Si tu idea no está fuertemente definida, el público podrá pensar que solo eres una copia de algo que ya existe. Por suerte para los emprendedores, en América Latina existen muchos nichos sin atender tanto para el público en general, como para empresas y hasta para los mismos gobiernos. Solo debes observar con atención.
2. Escalable, replicable y recurrente
Entonces, si estás considerando seriamente en comenzar tal emprendimiento, estas tres palabras deben convertirse en tu nuevo mantra. Uno que debes repetirte y confirmar a diario, hasta estar completamente seguro de qué es eso que ofrecerás en el mercado. ¿Por qué estas palabras en específico? Para que tu negocio sea viable, sin hablar todavía de exitoso, debe presentar estas cualidades. Escalable porque debe tener potencial de crecer rápidamente, significando que su cantidad de clientes pueda crecer en tiempos cortos o que se pueda internacionalizar sin necesidad de invertir en infraestructuras. Replicable porque debe ser sencillo de implementar, para así empezar más fácilmente en nuevos mercados. Y recurrente porque su cobro debe ser en periodos de tiempo regulares y de forma automática, eso asegurará una venta mínima periódica.
3. Prueba y mejora
Entre las virtudes del internet, es que puedes proyectar un producto, probar su alcance y escalarlo sin necesidad de invertir todo el presupuesto que se tenga de una. Por eso, ciertos emprendedores recomiendan tener primero un producto mínimo viable (MVP según sus siglas en inglés) para conocer si lo que se está ofreciendo tiene, efectivamente, un interés en el mercado, así como identificar posibles errores y replantear la oferta. Sin embargo, esta es una técnica que tiene sus detractores, porque aducen que al enseñarle al público un producto que no satisfaga sus necesidades, difícilmente después pondrá atención a sus mejoras. Pero en ciertos casos, puede ser una gran ventaja. De igual forma, así tu producto haya tenido una aceptación deseada, recuerda que los ecosistemas cambian, y pueden surgir mejores ofertas o nuevos competidores. Así que parte de tu trabajo es siempre probar tu producto y servicio para mejorarlo según los tiempos y panoramas lo requieran.
4. Instrúyete
El éxito no es algo al azar, y así como los negocios tradicionales –y cualquier cosa que uno se proponga en la vida– necesita de cierta preparación para el logro de objetivos, tu emprendimiento también lo necesita. Aprovecha el gran repertorio de conocimientos, incluso gratuitos, que se encuentran en internet. La sección Tecnósfera del periódico El Tiempo, presentó una lista de diez cursos útiles y disponibles en la web, entre los cuales recomendó:
- “Desarrollo de ideas innovadoras para nuevas compañías: el primer paso para los emprendedores”, impartido por la Universidad de Maryland.
- “El arte de emprender desde América Latina”, de la plataforma educativa digital Acamica.
- “How to Start a Startup”, la cual fue originalmente dictada en la Universidad de Stanford.
Tenga en cuenta que en su localidad también puede encontrar organizaciones públicas o privadas y eventos que pueden orientarlo. En Colombia, además de INNpulsa, existe HubBOG, Wayra, Endeavour o Connect Bogotá, entre otros, mientras que puede asistir a eventos como Colombia Startup. De forma virtual, también se encuentra el portal Oja.la, que ofrece diplomados sobre temas relacionados al emprendimientos en formatos digital, así como programas de mentoría para quienes deseen desarrollar potenciales ideas de negocios.
5. Elige un buen equipo de trabajo
Si bien muchos desean inmiscuirse en el emprendimiento para así no tener que seguir órdenes de jefes o disminuir su carga de trabajo, pensar así puede ser un error. Emprender no significa que, al ser tu propio jefe, trabajarás menos. Al contrario, tu vida se volverá en una interminable jornada de trabajo ya que el éxito dependerá de tu dedicación. Por ende, necesitarás de un equipo de trabajo que, además de complementarse, se motiven a superarse constantemente. Por otro lado, los inversionistas siempre preferirán una startup con un buen equipo.
6. Hazlo por pasión
Si lo único que te mueve al momento de empezar un emprendimiento es el dinero, tu idea puede verse afectada y te tumbará una de las más grandes posibilidades en este mundo: el fracaso. Parte de emprender es aceptar que puedes fracasar, el asunto es no dejar que esto te impida a redefinirte e intentarlo nuevamente. Para ello debes enamorarte de tus ideas para prepararlas lo mejor posible. Al fin y al cabo, un buen producto, sea a corto o a largo plazo, logrará hacer dinero.