Habitualmente, cuando nos referimos a la logística, tendemos a pensar en la gestión de abastecimiento desde los productores hasta el consumidor final, pasando por cada uno de los eslabones del sistema de distribución.
Diariamente como consumidores ni siquiera reparamos en todas y cada una de las actividades que aseguran, por ejemplo, que los productos estén en las góndolas de los supermercados, en los exhibidores de las cadenas de electrodomésticos, o en las vidrieras de los comercios.
Pero difícilmente nos detenemos a ver la contrapartida de este complejo canal tradicional o directo: la logística inversa, que consiste en la recuperación sistemática de los productos o sus envases para evitar su disposición final –muchas veces contaminante- o para reutilizarlos, agregando valor a la cadena productiva. Plástico que se utiliza para producir envases livianos, con alta resistencia a impactos, tienen cierre hermético, no alteran las propiedades del contenido y no tóxicos. Su ductilidad le da múltiples aplicaciones como envases: gaseosas, aceites, aguas, cosméticos, bandejas, etc.
En la reutilización incluimos el reciclado de envases o productos, proceso que globalmente ha ido en aumento por parte de las empresas, impulsado fundamentalmente por 3 vectores:
- Beneficios económicos: el reciclado disminuye el costo de materias primas de los productores de bienes.
- Marco legal: la creciente preocupación por proteger el medio ambiente y la salud motiva la intervención del estado.
- Conciencia social: tanto consumidores como ONG buscan productos ambientalmente más amigables.
Tomemos por caso el P.E.T., un Según ARPET -Asociación Civil Argentina Pro Reciclado del P.E.T., organiza-ción civil independiente sin fines de lucro-, desde 1997 hasta 2005 el consumo de P.E.T. virgen creció de 70.000 a 166.000 toneladas anuales, mientras que el reciclado pasó de 780 a 36.000 toneladas año, representando el 21%.
Los actores del reciclado
En este fuerte crecimiento del reciclado influyeron la variación de los precios relativos de otros envases (vidrio), la suba del P.E.T. virgen, y la consolidación de un conjunto de actores, muchos de ellos representados en ARPET: produc-tores de resina, transformadores, productores de envases y recicladores.
De una muestra de 11 transformadores en todo el país, 7 se ubican en el GBA, 1 en Rosario, 1en Santa Fe y 1 en Entre Ríos y otro en Chubut. En general se iniciaron como Pymes y varios han crecido acompañando el auge del sector.
Por su parte, los recicladores, en su gran mayoría son cartoneros, con un nivel de informalidad aún elevado, aunque ha disminuido en los últimos años, por iniciativa del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se estima que operan 6.000 cartoneros en la Capital Federal, que entre otros materiales recolectan y venden envases de P.E.T. Luego de separar y clasificar los distintos tipos de residuos, los comercializan a los acopiadores.
Para asegurar su control fiscal, laboral e higiénico, un registro oficial incluye a 130 de estos galpones. Paralelamente, se prevé la creación de 6 centros verdes dependientes del gobierno porteño, que se sumará a la primera planta de clasificación de materiales reciclables del Bajo Flores, contribuyendo a la formalizar aún más la actividad.
Incentivando la conciencia social
Tanto las empresas privadas como gobiernos municipales han implementado programas de concientización ambiental. Podemos citar, el caso de Coca Cola, que realizó en 2004 el programa Transforma, microemprendimiento que realiza productos a partir de PET reciclado y Valorización de Envases PET, destinado para los alumnos de la ciudad de Santa Fe.
El programa San Isidro Recicla reúne al municipio, las empresas Coca-Cola, Tetra Pak, CLIBA, Disco, Reciclar y Autopack, con el objetivo de recolectar envases para su reciclado. Hasta el momento, lleva 1.000.000 de envases reunidos.
El municipio de Rosario implementó el Programa de Reciclado de Residuos que mantiene seis emprendimientos que reciclan P.E.T. y Polietileno, generan 36 puestos de trabajo y benefician otras 100 familias de recolectores.
Por su parte, el programa «Ushuaia recicla» consiste en que la comuna recolecte envases plásticos en contenedores aportados por la empresa Vinisa y los entregue a la empresa Organización Logística Patagónica, que se encargará de clasificarlos y reciclarlos.
Estas iniciativas demuestran que las empresas promueven el reciclado de materiales como forma de cuidado del medio ambiente, sino que revelan el aspecto de responsabilidad social, integrando a otros actores interesados como gobierno, consumidores y organizaciones en la implementación de este tipo de acciones.
También el acortamiento del ciclo de vida de ciertos productos, fundamentalmente por la obsolescencia tecnológica –ej. celulares, hardware- impulsará a las empresas a diseñar e implementar canales inversos cada vez más eficientes, ambientalmente sustentables y amigables para el consumidor.
Con el aumento de la conciencia ecológica de los consumidores, la consolidación del marco legal para el cuidado ambiental, y el desarrollo de materiales cada vez más reciclables, la logística inversa se instalará definitivamente como herramienta clave en la gestión de los canales de distribución.