En la segunda mitad del Siglo XXI en un entorno incierto y cambiante en el ámbito económico y geopolítico, las organizaciones deben adaptarse a los cambios, pero para hacerlo exitosamente deben contar con un Clima de Negocios que les permita desarrollarse, invertir, fomentar la investigación en el desarrollo de nuevos productos o servicios a efectos de ser más competitivos en el mercado y ser cada vez más eficientes y eficaces.
Sin embargo uno de los grandes problemas que enfrentan las organizaciones en el mundo son las acciones que toman los gobiernos de los países en materias de política económica y de gestión, y las expectativas que éstas generan en los agentes económicos y la opinión pública, dado que éstas afectan el Clima de Negocios. Para analizar el tema de gestión de los gobiernos voy a tomar como ejemplo el caso peruano.
Recientemente la empresa encuestadora Ipsos publicó los resultados de su última encuesta nacional urbano rural, donde los principales resultados fueron la baja aprobación de la gestión del gobierno con un 31% que la aprueba frente a un 63% que la desaprueba, asimismo un 80% de la población considera que debería haber cambios en algunos ministros y un 40% considera que los ministros deben ser remplazados por técnicos independientes.
Con respecto a éstos resultados numerosos políticos expresaron sus opiniones, uno de estos fue la congresista Lourdes Alcorta quien señaló que se debería de hacer cambios en el Gabinete Ministerial y juntar el Ministerio de la Mujer con el de Inclusión Social.
Sobre el particular debo expresar que me encuentro de acuerdo con hacer cambios en el Gabinete Ministerial y fusionar el Ministerio de la Mujer con el de Inclusión Social, dado que estos ministerios tienen funciones muy similares y la idea de fusionarlos sería beneficiosa para el país, al evitar duplicidad de funciones y ante todo al optimizar la canalización de los recursos destinados para mejorar la calidad de vida de las poblaciones vulnerables, que es en esencia la Misión de ambas instituciones.
El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) es un organismo del Poder Ejecutivo cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de la población en situación de vulnerabilidad y pobreza, promover el ejercicio de sus derechos, el acceso a oportunidades y al desarrollo de sus propias capacidades. El MIDIS coordina y articula con las diversas entidades del sector público, el sector privado y la sociedad civil, fomentando que los programas sociales consigan sus metas lográndolo a través de una constante evaluación, potenciación, capacitación y trabajo coordinado entre sus gestores.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables es el ente rector de las políticas nacionales y sectoriales sobre mujer y poblaciones vulnerables que diseña, establece, promueve, ejecuta y supervisa políticas públicas a favor de las mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, con discapacidad, desplazadas y migrantes internos, para garantizar el ejercicio de sus derechos y una vida libre de violencia, desprotección y discriminación en el marco de una cultura de paz.
Por lo expuesto en las misiones de ambas instituciones se puede percibir cierta duplicidad de funciones, donde el común denominador es mejorar la calidad de vida de las poblaciones vulnerables lo cual dentro de una gestión administrativa del Estado moderna, eficiente y eficaz es inaceptable.
La finalidad de un Estado que quiere progresar y buscar su desarrollo es contar con entidades muy bien administradas, donde se practique la gestión participativa, con recursos humanos competentes, adecuadamente remunerados, donde se respeten sus derechos laborales y no exista injerencia política, ello implicará un mejor servicio a los ciudadanos y una optimización de los recursos económicos, con el consiguiente beneficio para el país.