Entender que el personal hace parte fundamental para el éxito de una compañía, es un factor que deben tener en cuenta todos los gerentes generales. Sólo así se conseguirán beneficios que redundarán en el crecimiento y buena competitividad de todas las empresas.
Muchas veces y casi sin darnos cuenta, la acción de determinados entes vivos o inertes, influye significativamente en nuestra vida. Puede llover en cualquier momento y se arruinarán nuestros planes de salir a caminar, o la empresa donde trabajamos quiebra y no hay más remedio que dar un paso al costado e irnos. En resumidas cuentas y así no lo veamos claramente, existe interdependencia en todos los campos de nuestra vida.
Por tal razón, para que todas estas relaciones sean productivas y nos ayuden a desarrollarnos integralmente, deben estar basadas siempre en beneficios para todos. Nada sacamos con hacerle mal a otra persona o en comportarnos mal en una empresa. Nuestras acciones al ser buenas, ayudan al correcto funcionamiento y excelente vivir tanto nuestro como el de las personas que nos rodean.
Las empresas no pueden estar al margen de este comportamiento. Deben esforzarse por crear un ambiente favorable en su interior, que derive en un buen trabajo de sus empleados para lograr resultados que mejoren su funcionamiento y se reflejen en toda la sociedad, es decir, buscar el bienestar de todos los participantes, basados en la equidad, justicia y buen trato hacia ellos.
Desafortunadamente muy pocas empresas se esmeran por cuidar su parte más importante: sus recursos humanos. La mayoría simplemente se enreda en problemas y debates de cómo aumentar la productividad, como reducir costos, cómo aumentar las utilidades, y nunca analizan la forma de alcanzar lo anterior, mejorando las condiciones de los trabajadores y otorgándoles las ayudas necesarias para tales propósitos.
Sin embargo, es necesario que también exista un compromiso y buen comportamiento por parte de los empleados. Algunos sólo se interesan por sí mismos y creen que todo gira en torno a ellos. Este individualismo es fatal si se quiere avanzar en la vida. Por esta causa, dentro de la organización se pueden crear enfrentamientos, problemas o rencillas que nada bueno le traerán a la compañía.
Todos deben ser conscientes que sólo trabajando en equipo se conseguirán resultados y que el beneficio de un área será el de la otra y viceversa. Los empleados también deben propender porque el trabajo se realice bien, colocándose en el papel de «dueños» de la empresa, velando porque todo se haga correctamente, buscando reducir costos, aprovechando al máximo el tiempo de trabajo, eliminando lo que no sirva, buscando la mejor manera de aumentar ingresos, todo esto para colaborar con la efectividad y competitividad de la empresa.
No sólo las empresas deben luchar porque todo se haga bien; los empleados deben tener una mentalidad «gerencial» que les permita actuar siempre de la mejor manera.
Ninguna compañía ha sido creada para fracasar, por eso es necesario recalcar la importancia de buscar los mejores métodos para generar un ambiente laboral favorable y, lógicamente, un personal que posea rasgos de liderazgo y entrega por lo que hace. Es necesario que la alta gerencia se comprometa a ayudar en todo lo posible al gerente de recursos humanos o jefe de personal (según el nombre del cargo en las diferentes empresas).
Si no existe tal apoyo lo más seguro es que no crezca la compañía. Los competidores pueden convertirse en los mejores dentro del mercado, ya que una mala administración puede hacer que se pierda participación en el mismo, se disminuya el empleo, no se pueda retener al personal más capacitado o idóneo y no se realicen las mejores estrategias para sobrevivir en el nuevo milenio.
Todo lo dicho anteriormente, debe estar liderado por una persona que entienda y esté dispuesta a enfrentar los nuevos retos. El director general de una organización debe «llevar la batuta» lo mejor posible y buscar colaboración, en primera medida, del departamento de recursos humanos ya que este es el responsable de fomentar las mejores capacidades de todo el personal en la compañía.
Este departamento es el encargado de aplicar enfoques donde exista participación de todos los trabajadores, haciendo que estos se sientan parte importante de la organización y así sean más abiertos al cambio, tengan más confianza en sus directos supervisores y jefes superiores y puedan estar seguros que el crecimiento de la empresa es el de ellos mismos y que estando allí pueden explotar todas sus potencialidades.
Por todo lo anterior, el departamento de recursos humanos en una empresa tiene una misión difícil pero importante de lograr. Debe «capacitarse», buscando ideas, métodos y estrategias actuales que permitan siempre que la eficacia y efectividad de los trabajadores mejore día tras día, y que su desarrollo esté a la vanguardia de las exigencias presentes y futuras del mercado y la sociedad en general.