Estamos obligados a disminuir los impuestos para aumentar la actividad económica del país…”si no somos parte de la solución somos parte del problema”.
Honestamente creo que nuestros líderes están haciendo su mejor esfuerzo por hacer las cosas bien, debe ser muy difícil administrar un país, por el sinfín de variables y personas involucradas en cada parte del sistema.
Por otro lado, también entiendo que si no sé cómo usar el televisor nuevo, leo el manual y entiendo cómo funciona. Luego, a prueba y error me la juego hasta lograr manejarlo como yo quiero.
El problema es que el país no es un televisor, y el manual viene de soluciones externas que no necesariamente son las mejores, porque Costa Rica requiere soluciones para Costa Rica.
Aumentar los impuestos a los contribuyentes parece ser la solución al déficit fiscal…mmmm….pensemos un ratito.
Si tengo una bicicleta y la quiero vender, va a ser más fácil venderla en ¢1,000 que en ¢10,000. Lo anterior significa que a un precio de ¢10,000 puedo vender menos bicicletas; al aumentar los impuestos sucede lo mismo, al aumentar el precio de venta, voy a poder vender menos bicicletas, y por consiguiente voy a contratar menos empleados, voy a utilizar menos espacio, menos proveedores, en fin, la actividad económica del país disminuye, provocando que la población sea más pobre, y a la larga el gobierno recibirá menos impuestos (aunque en el corto plazo pueda recibir más dinero), porque le está «haciendo una zancadilla» a la gente que produce los ingresos.
Del otro lado tenemos a los contribuyentes, quienes ya estamos acostumbrados a que tenemos que pagar impuestos, pero pongámonos a pensar un momento en el negocio que nos propone el Estado:
El Estado nos dice que si le damos parte de nuestras ganancias ellos se encargan de la educación pública, de la seguridad, de las vías públicas, del orden legal, de lubricar constantemente la economía con dinero y vela porque estemos mejor cada día.
Educación: Ahora con la entrada a clases vemos escuelas sin pupitres, los alumnos desertan, hay que pagar matrículas que no son obligatorias, pero lo son, y en fin, es muy fácil criticar las inconsistencias en nuestro sistema de educación ‘pública y gratuita’.
Seguridad: En cuanto a la seguridad pública, basta con ver las noticias un rato, para darse cuenta que los policías son mal pagados, un día hay asesinatos, robos, corrupción y los demás días también, hasta da miedo salir de la casa.
Vías: Si me pongo a hablar de las vías públicas de mi país no termino en esta década, sobre todo cuando vamos a otros países y nos damos cuenta porqué nos dicen subdesarrollados.
Así podría seguir, pero estoy llegando a la conclusión que el negocio que tenemos con el Estado no tiene mucho sentido, o en el mejor de los casos uno de los dos no está cumpliendo con su parte del negocio.
Creo importante sugerir una solución…para no ser parte del problema:
En vez de aumentar los impuestos debemos bajarlos. Profundizando sobre el tema, lo que necesita el gobierno es dinero y aumentar la actividad económica al mismo tiempo.
Cuando una empresa necesita dinero, sale a vender, el gobierno debe hacer lo mismo. Necesitamos una fuerza de ventas que ayude a los contribuyentes, y que los visiten todos los años, pero no basado en el miedo sino como socios comerciales que somos, que ayuden a hacer las cosas bien.
La fuerza de ventas debe estar compuesta por los 20,000 contadores privados inscritos en el Colegio de Contadores Privados de Costa Rica, que pueden ser entrenados y capacitados como agentes de Tributación, y que ganen una comisión por hacer las cosas bien.
También, tenemos muchos sistemas contables en el mercado, con muy buenos programadores detrás. Podríamos impulsar la industria tecnológica del país a niveles sin precedentes.
Al Gobierno le saldría un negocio redondo conectar todos esos sistemas contables con el sistema de Tributación, y regalárselo a las empresas que lo necesiten, asegurándose así la presentación y el pago oportuno y correcto de los impuestos. Por un lado, las compañías estarían contentas en pagar impuestos si perciben que están recibiendo algo a cambio; y por otro lado, podríamos organizar mejor la actividad económica, porque tendríamos mejor información para tomar decisiones que ayuden al país como un todo.
El Estado debe tratarse como una empresa privada. El déficit fiscal se debe a que hay pocos ingresos para los gastos del gobierno. Por un lado debemos mejorar la recaudación, sin desmejorar la actividad económica; por otro lado, debemos enfocarnos en controlar los gastos.
La reestructuración del Estado es imperativa y urgente, debemos analizar los procesos, tratar al gobierno como una empresa que requiere ser más eficiente sin menospreciar los objetivos sociales, pero este es tema para otro artículo.
«Si el Diablo supiera lo que gana siendo bueno…
Por Diablo sería bueno».