Con el advenimiento de los nuevos cambios que la humanidad afronta al constituirse como una sociedad globalizada, rompiendo fronteras y limites geográficos, las implicaciones económicas y de desarrollo también han cambiado con suma radicalidad, ya en la actualidad se reconoce el papel preponderante que asume la información como nuevo recurso y factor económico, fundamentado en el planteamiento de algunos autores al denominar los actuales tiempos como la era de la información y del conocimiento.
Lo anterior incide directamente en nuevos focos de atención para profesiones relacionados con los aspectos determinantes en el proceso de la información (Ingenieros, Analistas de sistemas, Diseñadores, etc..), incluso las ciencias documentales, que tradicionalmente se centraban al manejo de documentos en soportes tradicionales direccionando su atención a la gestión de unidades de información, han tenido que replantear su estructura de operación frente al Internet y a la aplicación de nuevas tecnologías, donde el profesional en información y documentación adquiere valores de responsabilidad agregados en cuanto a su compromiso frente ha el entorno social y las comunidades de usuarios demandantes de información.
Partiendo de la idea de que un cambio en la mentalidad mundial incide directamente en el desarrollo de nuevos focos de atención para algunas profesiones, el profesional de Información y Documentación esta llamado a ser el gestor de liderazgo en cuanto a desarrollar la capacidad de posibilitar el acceso al conocimiento universalmente disponible a toda su comunidad de usuarios ya sea organizacional o de carácter publico, en donde la elaboración de proyectos, estudio de necesidades de información, creación de nuevos servicios de información, son algunas de las características primordiales de los que llevan la batuta en el manejo y disponibilidad de la información, recayendo una gran responsabilidad en sus acciones, pues se presentan como facilitadores de información, la cual por su misma importancia, debe estar alejada de cualquier alteración malintencionada reposando su veracidad en gran medida por la ética del profesional en información y documentación.
Por otra parte, y bajo los parámetros constitucionales y de bien común, el criterio de acceso a la información es un valuarte, que también esta estrecha mente relacionado con el profesional, pues aunque existen entornos o comunidades cerradas (Empresariales por ejemplo), el encargado de la gestión de la información, «documental por lo menos».
Debe poseer los criterios de discriminar que información le puede competir al público y cual a entornos herméticos, para no recaer en una falta tan grave como es el ignorar el establecimiento democrático en el cual se convive, así mismo como la posibilidad de brindar la información oportuna, eficiente, y veraz, los individuos inmiscuidos en el proceso informativo deben también crear mecanismos que permitan al usuario interactuar con herramientas que le facilitarán el satisfacer sus necesidades de información , una de estas herramientas y muy renombrada en la ultima década es la referente a la aplicación de las nuevas tecnologías de acceso a la información, las cuales involucran que el profesional no solo sea mediador entre las fuentes de información y el usuario final sino que mas bien adquiera un comportamiento mas dinámico, en donde también debe procurar el enseñar a su comunidad de usuarios el manejo de estas, para que ellos con el apropiamiento de sus utilidades , estén en la capacidad de generar sus propias estrategias de recuperación de información. Tan es así que las evoluciones recientes del Internet focalizan en prioridad la estructuración y el acceso de recursos de información partir de la red.
En consecuencia, se percibe un desafió particularmente agudo para el gremio de profesionales de la información para adaptarse a la evolución acelerada de su entorno y servir de enlace hacia los usuarios finales con la total maestría de las nuevas herramientas de acceso al conocimiento.
Los Profesionales de la Información y la documentación tienen en la actualidad una misión y un desafío muy importante en esta era de la información y el conocimiento que es, aprovechar la tecnología del mundo globalizado y reducir de alguna forma la brecha entre informados ricos e informados pobres, permitiendo que todos participen de la sociedad de la información, creando una cultura de individuos con capacidad de trabajar con información, para su desarrollo personal y profesional.
Para Teresa Márquez » El rol del bibliotecario, cada día transformado exige mas capacidades y preparación, demanda acciones mayores de impacto y responsabilidad social.» » El bibliotecario se ha convertido en un agente social constructor de información dejando de ser aunque nunca lo fue un mero facilitador de libros y enciclopedias.»
Para Chacón Alvarado la era de la información es todo un desafío para la bibliotecas y los bibliotecólogos. En la actualidad se siente hablar de biblioteca virtual, digital, biblioteca sin paredes, biblioteca electrónica. Esto lleva a una pregunta cual es el papel del bibliotecólogo en esta maraña informativa? .
Para responder a la pregunta que Chacón se formula se podría manifestar puntualmente algunos de los aspectos que perfilan al profesional en Información y Documentación, o bibliotecólogo como lo denominan los autores de la siguiente manera:
Incidencias directas del Profesional de Información y Documentación, frente al reto de las nuevas tecnologías de la información
El profesional en Información y documentación en la actualidad debe ser un experto en la manipulación y acceso a la información, capaz de traerla al usuario que la demande, desde cualquier punto que se la encuentre.
Su función ya no es solo de conservador y de celoso depositario del conocimiento como lo fue en el pasado, sino que ha pasado a ser un moderno profesional, encargado del tratamiento y gestión de la información, apoyado por herramientas tecnológicas para satisfacer las necesidades informativas de la comunidad de usuarios a la cual sirve.
Entre sus compromisos sociales esta el de descubrir y diagnosticar las necesidades de información de la comunidad a la cual sirve, creando servicios y productos de alta calidad, acordes al tecnológico mercado de información actual.
Las unidades de la información y la tecnología
La profesión de los Informadores y documentadores ha sufrido profundos cambios y transformaciones debido a la incorporación de las nuevas tecnologías en las distintas unidades de información. La computadora personal, el acceso a base de datos, bancos de datos, discos compactos, multimedia, los desarrollos de software para la gestión documental que posibilitan almacenar gran cantidad de información y por último la aparición de Internet han modificado y cambiado la tradicional perspectiva del profesional.
Aunque en principio se hubiera podido suscitar la idea de que la profesión del bibliotecólogo por ejemplo, desaparecería con la irrupción de la información electrónica y de las bibliotecas virtuales, con las cuales las actividades tradicionales efectuadas por los bibliotecólogos quedarían sin sentido, y el documento virtual dejaría de lado al libro impreso, A esto se puede afirmar que la cultura digital y la cultura impresa aun coexistien, y toda vía no se vislumbra una separación radical de entre soportes de información, implicando que el nuevo profesional bibliotecólogo deberá mantener ciertas cualidades tradicionales e incorporar el manejo de la nuevas tecnologías, como así también aplicar herramientas de administración y gestión de documentos para responder eficazmente a los requerimientos de la actual sociedad.
Por otra parte la biblioteca que durante décadas ha sido el espacio natural para que miles de usuarios se acerquen para consultar los libros necesarios para satisfacer sus necesidades de información, ha replanteado su directriz hacia las tendencias actuales indicado que estos centros se convierten en espacios democratizadores de la cultura, es decir, donde todo ciudadano puede acceder al conocimiento e incluso a las nuevas tecnologías como la computadora, bases de datos, soportes multimediáticos e Internet, sin hablar de el nuevo concepto de biblioteca digital y virtual, que genera un comportamiento mas complejo en cuanto a su dinamismo, pues ya no es necesario tener una búsqueda de información presencial en una biblioteca, sino que la biblioteca del futuro esta en la capacidad de llegar al usuario.
Conclusión
Como se ha expuesto, el potencial que implica utilizar tecnología en los procesos de formación está determinado por un cambio de rol del profesional y del mismo usuario. Si bien existen muchas posibilidades dado que cada día la tecnología tiene mayor potencial, es más económica y de más fácil acceso, el factor humano es el que determinará su éxito. Aún quedan muchas áreas de desarrollo por lo que las investigaciones en este respecto darán la pauta para como debe el profesional de la información prepararse para permitir que la tecnología sea su mejor instrumentó aliado y no su gran competidor.
[1]Bonilla, Lovaina Garmendia. Sociedad de la información y gestores de información. En: Revista Electrónica de ciencias de la información. (No. 16 , Julio – Diciembre, 2003 )
[2] Rivas Fernandez, Jose Bernal. La gerencia de la información el caso de los archivos. En: Revista Biblos
Bibliografía
Márquez, Teresa. Tecnologías, Democracia y Placer. El Rol de los nuevos Mediadores electrónicos. En: Razón y Palabra, No.9 ( Nov-Ene) 1997-1998
Chacón Alvarado, Lucia. Formación de profesionales en información.
Espinosa, Jorge Luís. Las bibliotecas, instrumentó democratizador.
Pineda, Juan Manuel. Realidad laboral de los bibliotecólogos de la Universidad Nacional de Cordoba.
Pinea, Juan Manuel. el nuevo perfil profesional del bibliotecario de cara al nuevo milenio. [ En linea] Febrero de 2004
Bonilla, Lovaina Garmendia. Sociedad de la información y gestores de información. En: Revista Electrónica de ciencias de la información. (No. 16 , Julio – Diciembre, 2003 )
[1] Rivas Fernandez, Jose Bernal. La gerencia de la información el caso de los archivos. En: Revista electrónica de ciencias de la información. (No. 16, julio – diciembre, 2003)