La universidad como institución social es fruto de una época muy diferente a la actual. En sus orígenes las universidades se convirtieron y estaban concebidas en instituciones que acumulaban todo el conocimiento de la sociedad.
El desarrollo de las ciencias y los avances en las tecnologías configuro una nueva realidad sobre las universidades y su gente, las exigencias del contexto socio productivo demandaba, liderazgo, compromiso, calidad y mejor formación de los futuros profesionales y de los docentes.
En este contexto las universidades contemporáneas se ha realineado a nuevas realidades que exigen nuevas formas de pensar y de actuar, de tomar decisiones, de valorar sus activos humanos, físicos y financieros, su capital intelectual, y sus capacidades de gestionar conocimiento. Queda atrás la antigua idea de que crear una organización, significaba simplemente diseñar un organigrama de jerarquías y funciones, según el modelo clásico de estructura piramidal, estable, funcional y orientada al valor de los productos. Hoy las organizaciones universitarias se asemejan más a un átomo, cuyos procesos claves giran dinámicamente conectados en torno a un núcleo que asegura que todo se mantenga en equilibrio y continuo movimiento.
Las Universidades en el siglo XXI, cumplen con su función estratégica de dar lugar a la gestión de conocimiento que es adquirido, procesado, desarrollado, transmitido y transferido a la comunidad de los saberes, estableciendo un vínculo vital entre teoría y práctica, entre la academia y la empresa, entre reflexión y acción, entre abstracción y realidad; en el sentido es importante recordar lo que señala el biólogo Humberto Maturana, la Universidad como institución moderna tiene la misión de ampliar la capacidad de acción y reflexión de la sociedad con responsabilidad social, ética y ecológica, y a través de ello contribuye al Desarrollo Humano.
Los autores comparten la posición de Maturana sobre la visión señalada del concepto sobre lo que es la universidad y cual debe ser su filosofía en su contexto de desarrollo actual. Desde esta perspectiva la creación, asimilación, transformación y difusión de conocimiento pasa a ser una estrategia central en la vida organizacional constituyendo un esfuerzo regular y perdurable de desarrollo de capacidades, condición necesaria para la preservación de la competitividad y el éxito organizacional.
Este proceso que en su interior esta cargado de gran complejidad y constante contradicciones producto de su propia dinámica organizacional y humana, necesita ser abordado y tratado con estrategias técnicas y científicas desde una visión integradora donde todos apostemos al ganar-ganar.
En la actualidad la capacitación y la oferta de desarrollo y crecimiento profesional son algunas de las estrategias situacionales e inteligentes que se están aplicando en las organizaciones universitarias para retener al talento humano como respuesta a la fuga de cerebros
El proceso de capacitación como herramienta estratégica beneficia y motiva a las personas como entes humanos y naturales, repercutiendo favorablemente en la organización y en la familia como en el desarrollo de su proyecto de vida.
A continuación se delinea un conjunto de beneficios que a nuestro juicio garantizan valor agregado en los profesionales y no profesionales dentro del contexto universitario cuando los lideres de los procesos de gestión académica, administrativas desarrollan y proponen planes de gestión formativa como estrategia viable para mantener el equilibrio organizacional y el desarrollo profesional y humano de quienes hacen vida en las universidades hoy en día.
La aplicación de proyectos basados en la capacitación y actualizaciones facilitan y promueven los cambios en el hombre y la visión de los desarrollos que se experimenta en la actualidad en las diferentes áreas del conocimiento y los desarrollos científicos. Según los expertos en el área como Senge y Nonaka por citar algunos de los grandes gurúes del siglo XXI, afirma que el éxito del hombre se sustenta en su desarrollo profesional y crecimiento humano.
Es importante resaltar que con la aplicación de planes validados y diseñados por expertos y dirigidos por líderes la institución y su gente experimentan una situación de cambios transcendentales para la vida orgánica y humana.
Esto planes estratégicos buscan producir el ganar- ganar porque:
Desde la Visión de la Toma de Decisiones
- Ayuda al individuo en la solución de problemas y en la toma de decisiones.
- Aumenta la confianza, la posición asertiva y el desarrollo humano y familiar
- Forja líderes y mejora las aptitudes comunicativas.
- Sube el nivel de motivación y el autoestima.
- Permite el logro de metas individuales y colectivas.
- Elimina los miedos al cambio.
Además de lo antes citado también produce beneficios en relaciones humanas, familiares y relaciones internas y externas en la organización a continuación se traza esas dimensiones:
- Mejora la comunicación entre equipos de trabajo y entre individuos.
- Ayuda en la orientación de su rol de trabajo.
- Hace viables las políticas de la organización.
- Estimula la cohesión de los equipos de gestión.
- Proporciona buen clima y desarrollo organizacional.
Desde la visión organizacional se promueve:
- Se promueve la docencia, investigaciones, extensión y la gestión
- Mejora el conocimiento a todos los niveles.
- Eleva la moral de la fuerza de trabajo.
- Ayuda al personal a identificarse con los objetivos de la organización.
- Mejora la relación jefes – subordinados.
- Se agiliza la toma de decisiones y la solución de problemas.
- Promueve el desarrollo con vista a ganar- ganar.
- Contribuye a la formación de líderes.
- Incrementa la productividad y calidad del trabajo.
- Ayuda a mantener la calidad y el reconocimiento de la institución.
Lo anterior expuesto justifica la necesidad de cambio en la universidad y su gente como estrategia para redimensionar y redireccionar la filosofía de las instituciones universitarias su gente y responder a las exigencias y retos en la nueva sociedad del conocimiento.