En la segunda década del Siglo XXI en un entorno incierto y cambiante en el ámbito económico y geopolítico, las organizaciones deben adaptarse a los cambios, pero para hacerlo exitosamente deben contar con la identificación y el compromiso de su recurso más valioso, el recurso humano. Es ahí donde toma relevancia un tema ampliamente estudiado, pero que debe ser de principal interés en las organizaciones, las condiciones laborales.
Recientemente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó su Índice de Mejores Trabajos, una herramienta que permite comparar, por primera vez, las condiciones laborales de 17 países de América Latina, a través de cuatro indicadores comparables.
El Índice de Mejores Trabajos mide el estado del empleo en los países a través de dos dimensiones: cantidad y calidad, cada una de ellas conformada por dos indicadores.
La dimensión de cantidad captura cuánta gente desea trabajar (participación laboral) y cuántos efectivamente lo hacen (ocupación). La de calidad mide cuánto del trabajo que se genera en los países está registrado en la seguridad social (formalidad) y cuántos trabajadores reciben salarios que son suficientes para superar la pobreza (salario suficiente).
A efectos de realizar un breve análisis de este estudio del BID veamos la situación del Perú.
Uruguay, Chile y Panamá son los países que encabezan la primera edición del Índice de Mejores Trabajos, en la vista general del último año disponible (2015), el Perú se ubica en la posición 12 con un puntaje de 54.74, por delante de México, Nicaragua y otros tres países centroamericanos; pero por debajo del promedio regional de 57.12.
Respecto a la variable de participación laboral, el Perú es cuarto con 81.13, solo detrás de Uruguay, Colombia y Paraguay; mientras que el indicador de ocupación pone a Perú en primer lugar con 78.46.
Por otro lado, el indicador de formalidad del empleo deja al Perú en la cola de la lista con 16.51, solo por delante de Bolivia, Guatemala y Honduras. En cuanto a la variable de trabajos con salario suficiente, el Perú está en el puesto 12 con 42.85, detrás del promedio regional de 46.72.
El índice se nutre de los datos que periódicamente publican los países de América Latina y que el BID armoniza a través de su Sistema de Información de Mercados Laborales y Seguridad Social (SIMS).
Por ello, el Índice de Mejores Trabajos permite hacer comparaciones entre países y estudiar cómo han evolucionado los empleos en América Latina desde el 2010. De igual modo, ofrece información sobre las brechas existentes entre hombres y mujeres, y también entre adultos y jóvenes.
Según Carmen Pagés, jefa de la División de Mercados Laborales del BID, “la publicación de este índice ofrece una nueva herramienta para el análisis comparativo de los mercados laborales en América Latina”.
Con el Índice de Mejores Trabajos, explica Pagés, “el BID quiere aportar un elemento más para la discusión sobre el trabajo en la región y fomentar políticas que puedan conducir a condiciones de empleo más favorables, dado que este es un tema de máxima importancia tanto para las personas como para las economías de los países”.
En base a los resultados de este estudio, debo expresar que el factor humano es el activo más importante en toda organización y la reciente publicación del estudio del Índice de Mejores Trabajos del BID deja al Perú debajo del promedio regional siendo preocupante que en los indicadores formalidad y salario suficiente se encuentre entre los últimos lugares, siendo estos indicadores quizá la respuesta a los números conflictos laborales, que han estado afectando al país desde hace décadas, independientemente del crecimiento económico, manteniéndose esta situación en la actualidad, tanto en el sector público como en el privado.
Por ello, estando además ya inmersos, en la segunda década del siglo XXI, en un mundo altamente competitivo, cambiante e incierto en cuanto a su evolución económica y geopolítica, solo las organizaciones que administren eficientemente, valoren y respeten a sus recursos humanos podrán ser competitivas y mantenerse en el mercado, para ello es fundamental mantener adecuadas condiciones laborales, siendo deber del Estado ser exigente en el cumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores, aplicando las sanciones conforme a Ley, promoviendo la formalización laboral y dando el ejemplo cumpliendo su rol como empleador en el sector público, con respecto a los derechos de los trabajadores de este sector.
