Mujer. Su aporte y trascendencia en el desarrollo de la sociedad mundial. Ponencia

Conferencia magistral ofrecida por MSc. Isabel Jover Jiménez, Consultora gerencial internacional, en  el marco del evento del 8 de Marzo: “Día internacional de la Mujer”, organizado por el Partido del Trabajo en Colima, México, en la Casa de la Cultura.

Conmemorar hoy en este marco colimense, una fecha tan extraordinaria, significa un trascendental hito histórico, social, cultural y político en México. Por lo que agradezco el honor de  esta invitación a compartir con tan respetable público en este día.

A nivel mundial, una valerosa mujer alemana: Clara Zetkin, defensora del feminismo en las tempranas fechas de 1910, fundadora del Congreso Internacional Socialista de Mujeres, propuso en una Conferencia  en Copenhague, que el 8 de Marzo fuese instituido como Día Internacional de la Mujer.

Y a partir de la fecha, los países más avanzados en este campo,  anualmente así lo han celebrado.

Mujer, que viene de la raíz latina mulier, es un concepto sagrado, que asociamos a la generación de los más relevantes valores.

La concepción y vida humana la debemos a que nacemos de una mujer y la influencia, respeto y ternura que inspira  un hecho tan singular, nos distingue y acompaña durante toda nuestra vida.

Reflexionando sobre el alcance de esta palabra mujer y relacionándola con algunos conceptos importantes, se me ocurrió construir un acróstico en el que podemos asociar: Mujer, a M: de Maternal, U: de Urgencia; J: de Jerarquía; E: de Expresar y R: de Razón y le añadí, para Dar amor.

Unidas las iniciales expresan la frase:

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Mujer: Maternal urgencia jerarquizada de expresar razón, para dar amor.

Desde los inicios de la humanidad aparecieron tendencias al matriarcado o predominancia del poder femenino en la sociedad.

Según la historia, al principio dominaba la Diosa Afrodita, y la vida se hallaba  en una plena simbiosis con lo femenino de la naturaleza. Prevalecía el derecho natural de la fecundidad de la tierra y la capacidad creadora de sus frutos.

En un segundo período dominaba Deméter, y lo femenino acepta la mediación del matrimonio en el plano social. La agricultura es  en ese momento  la forma esencial en  unidad con la naturaleza.

En un tercer momento resplandece Apolo, el Dios solar. Y lo masculino inicia su desplazamiento a lo femenino.  Ocurriendo la transformación de lo matriarcal hacia la nueva forma cultural  patriarcal.

Por distintas razones históricas, culturales, sociales y económicas, los hechos naturales que en un inicio otorgaron a la mujer un papel relevante, se transformaron provocando una involución hacia la  discriminación social de la misma.

Sin embargo, la mujer ha sido fuerte, constante y tenaz en todas las épocas, elevándose por encima de esos traumas, luchando y  alcanzando lugares relevantes en todos los ámbitos.

En el plano mundial y en apretada síntesis, podemos mencionar a importantes mujeres destacadas en la lucha por la libertad y emancipación en los pasados siglos, como: Madame Curíe: científica, Doctora en Ciencias de la Universidad de la Sorbona y ganadora del premio Nobel  en 1934 por su contribución a los estudios de la radioactividad. Manuelita Sáenz, precursora del feminismo en Latinoamérica, y compañera sentimental del Libertador de la independencia de América: Simón Bolívar; Heroínas y luchadoras revolucionarias por la libertad cubana como, Mariana Grajales, Celia Sánchez y Vilma Espín. Guatemaltecas como Rigoberta Menchú, Premio Nobel por la defensa de los derechos de los indígenas; y actuales presidentas nacionales  de países como Cristina Fernández de Kirchner de Argentina: y Dilma Roussef de Brasil

Pero no sería congruente nuestro recorrido histórico sin reconocer a importantes mujeres destacadas en la historia de México en los dos últimos siglos, tales como: la princesa Náhuatl MACUILXÓCHITZIN, poetisa tenochtitlana que transmite en su obra el período de máximo esplendor azteca; Sor Juana Inés de la Cruz,  famosa por la más célebre  defensa a la mujer escrita en su época; María Gertrudis Bocanegra, incansable luchadora social por la independencia libertaria mexicana; Josefa Ortiz de Domínguez, combatiente insurgente contra el gobierno español; Juana Belén Gutiérrez de Mendoza; escritora, poetisa y combatiente de la revolución mexicana; Griselda Álvarez, primera mujer mexicana y colimense que llegó a Gobernadora; y ya en el siglo pasado: Matilde de Zúñiga, primera mujer abogada en México y promotora del derecho al voto de la mujer; Benita Galeana Lacunza, activista política y luchadora social; Frida Kahlo, reconocida y famosa pintora; y Rosario Castellanos escritora, diplomática y promotora cultural.

Por supuesto que el momento actual también es enriquecido con el destacado papel de mujeres mexicanas y colimenses, que aportan su notable esfuerzo al desarrollo continuo de la sociedad, de acuerdo con los disímiles retos que la contemporaneidad les imprime en todos los escenarios humanos. Y que por su diversa representatividad y extenso número, nos resulta imposible mencionar  en el reducido tiempo de esta intervención.

Muchas de ellas  hoy presentes en este auditórium, prestigian a México, con su relevante trabajo y sacrificio, así como con su lucha por continuar alcanzando el  auténtico reconocimiento y participación de la mujer en la sociedad.

Aprovechamos para destacar y agradecer el liderazgo oportuno y competente de  mujeres organizadoras de este evento, como la Sra. Evangelina Bustamante: Directora General del Instituto de Educación Inicial del Estado de Colima y otras personalidades invitadas, líderes educativas y colaboradoras de los proyectos sociales presentes, para quienes pedimos un fuerte aplauso.

Resulta necesario realizar en este contexto, una caracterización evolutiva del papel  y retos acaecidos para la mujer en el mundo de los últimos siglos, los cuales han generado con  gran esfuerzo los resultados alcanzados hasta hoy.

Para ello podemos apuntar que:

Los años 1940 al 50  del pasado siglo, se caracterizaron por la Invisibilidad femenina:

Furtivas frases, usos y costumbres sociales, acuñaban veladamente el contenido de: “Las mujeres no existen, no son sujetas de desarrollo”;  por lo que los hombres  se convirtieron en representantes de los intereses y necesidades de toda la sociedad, y en proveedores de recursos para el bienestar familiar.

Lo que conllevó al establecimiento de una diferencia obligada entre los roles,  asignándose a las mujeres el papel biológico de reproducción, crianza y nutrición de los  hijos e hijas, y sólo a los hombres el papel productivo.

Al no existir todavía en esa época conciencia pública y generalizada de la marginación, aún no se aludía explícitamente a  la desigualdad de derechos y oportunidades femeninas.

En los años 60, se da un enfoque de bienestar aparente:

Se promociona que “Las mujeres son sólo madres”; y las políticas públicas se centran en su papel reproductor, resaltando que: La maternidad y el cuidado familiar son su rol central en la sociedad.

Se evidenció un carácter asistencial en el enfoque de la mujer; y la solución social fue capacitarlas en la mejora de sus “habilidades domésticas”.

Históricamente fuimos en esa época, protagonistas pasivas del drama y víctimas de nuestra ignorancia.  Todavía no se hacía  mención suficiente a la desigualdad de derechos y oportunidades con los hombres, explicándose que la opresión de las mujeres era consecuencia sólo, del sistema económico y político.

Los años 70 se denominaron la Década del Desarrollo de la mujer.

Comienza a reconocerse la importancia de la integración de las mujeres en el Desarrollo y la Economía.   Y empiezan a participar a través de sus roles productivo y reproductivo. Se producen avances interpretativos  promoviéndose la inclusión de las mujeres como sujetas productivas en la sociedad, lo cual  mejora su status.

Públicamente  no se hacía suficiente mención a la desigualdad de derechos y oportunidades con los hombres. Pero se reconoce que la opresión de las mujeres es consecuencia del sistema económico y político.

Aunque no se cuestionaba de manera relevante en los escenarios públicos, el papel tradicional de la mujer, ni la subordinación de género.

En los años 80 se da un vuelco importante y aparece el concepto de empoderamiento

Se reconoce y critica la subordinación de las mujeres  tratando de identificar objetivamente sus consecuencias.

Ya se identifica el Género como construcción social.  Comenzándose a cuestionar la creencia establecida del hombre justo como redistribuidor de beneficios a nivel intrafamiliar.

Comienzan abiertas prácticas por buscar el «empoderamiento» de las mujeres tratando de  superar las desigualdades estructurales existentes.

Se reconoce que las mujeres contribuyen al desarrollo y tienen necesidades básicas diferentes a la de los hombres.

Por lo que cambia la correlación de fuerzas sociales y públicas  y las mujeres son consideradas como capital humano en el que es indispensable invertir.

A partir de los años 90 se produjo una importante evolución del enfoque de desarrollo: integrando  ya empoderamiento y transversalidad”

Se pone énfasis en que la estructura que subordina a las mujeres: es multidimensional; y se centra en las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres.

Este enfoque pretendió lograr una redistribución del poder en todos los ámbitos, en cada sociedad y entre los países.

A tono con el mismo, se analiza la situación mundial de las mujeres y las diferencias en la construcción de las relaciones entre los géneros, tratando de formular una visión alternativa de relaciones entre hombres y mujeres.

Aparece el concepto de la transversalidad con enfoque de género en la toma de decisiones, y se promueve el empoderamiento de los grupos femeninos más pobres y excluidos.

En esa línea evolutiva, debemos mencionar que equivocadamente algunos y algunas tergiversan conceptos muy importantes, confundiendo género y sexo, por lo que considero conveniente ratificar que: Género, es un término difundido a partir de los años 80, que pretende evidenciar que los roles masculinos y femeninos no están determinados por el sexo, es decir, por las características biológicas, sino que van evolucionando en función de las diferentes situaciones culturales, sociales y económicas.

La organización de Naciones Unidas (ONU) en los trabajos preparatorios de la IV Conferencia de Pekín en septiembre de 1995, adoptó oficialmente la definición de género como una herramienta de análisis de la realidad de las mujeres, definiendo que:

El género “es la forma en que todas las sociedades del mundo determinan las funciones, actitudes y relaciones que conciernen al hombre y a la mujer”.

Mientras que el sexo hace referencia a las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer,  determina las características físicas  que se derivan de las diferencias sexuales;

Y es la socialización y no el sexo, quien condiciona los comportamientos, los valores y las diferentes expectativas de mujeres y hombres.

En la actualidad  se pretende abordar un enfoque de género consistente en transformar los mecanismos que originan las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres; y superar así la subordinación y discriminación basadas en el género, construido sobre el sexo femenino o masculino.

Este enfoque hace hincapié en el contenido relacional entre ambos, cuestionando las relaciones de poder, en base a una propuesta transformadora más justa y equitativa.

Pero con una perspectiva incluyente, que implica un cambio social en las desiguales relaciones de poder establecidas.

Como parte de las situaciones  ocurridas a lo largo de los siglos, se han creado estereotipos sociales, expresión de prejuicios mentales que con lenguaje discriminatorio han contribuido a la marginación y discriminación de la mujer; influyendo de forma decisiva sobre las actitudes, creencias y conductas negativas  de la sociedad, como son la invisibilización ya mencionada, la ridiculización y la culpabilización de la mujer.

Igualmente, si tomamos en cuenta las reales diferencias del cerebro del hombre y de la mujer, cuyas investigaciones científicas atribuyen a los hombres un mayor desarrollo de la parte derecha, que supuestamente les hace más aptos para algunas actividades; Y el predominio en las mujeres  del lado izquierdo de su cerebro, el de los sentimientos….

Al justificar y calificar acciones sólo por el sexo sin el correspondiente análisis de contexto; se incurre en generalizaciones ahistóricas e imprecisiones que pueden tergiversar la interpretación de dichas conductas, legitimando la discriminación que tratamos de abolir.

Con la intención de dinamizar mi intervención y legitimar a nivel más personal algunas de las disquisiciones realizadas; quisiera compartir con Uds. un poema de autor anónimo, que me parece muy relacionado con el tema:

Poema: Masculinidad y Feminidad

(Tomado del Libro “Pobreza y Masculinidad”, de la autora Gabriela Rotondi,  de Buenos Aires, Agosto de 2000)

Por cada mujer fuerte cansada de aparentar debilidad, hay un hombre débil cansado de parecer fuerte.

Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta, hay un hombre agobiado por tener que aparentar saberlo todo.

Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional”, hay un hombre a quien se le ha negado el derecho a llorar y ser delicado.

Por cada mujer poco femenina cuando compite, hay un hombre obligado a competir para que no se dude de su masculinidad.

Por cada mujer cansada de ser objeto sexual, hay un hombre preocupado por su potencia sexual.

Por cada mujer que se siente atada a su maternidad, hay un hombre a quien le ha sido negado el derecho al placer de la paternidad.

Por cada mujer que no ha tenido acceso a un salario satisfactorio, hay un hombre que debe asumir la responsabilidad de otro ser humano y de una familia.

Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un hombre que redescubre el camino hacia su propia libertad.

Gracias por sus aplausos….

Profundizando en el tema de  la discriminación de la mujer como dificultad social  a la que se nos ha sometido desde tiempos inmemoriales;  la diferencia que existe entre hombres y mujeres en términos de distribución de bienes, servicios, prestigio y poder; ha generado la desvalorización de su identidad y presencia en el mundo público.

Una de las formas de discriminación de las mujeres más generalizada, ha sido la intencional invisibilización de sus experiencias, sus necesidades, sus expectativas y requerimientos en el lenguaje, en las políticas públicas, en el funcionamiento del mercado laboral, en la historia, en la investigación, en la ciencia, y en el uso de las nuevas tecnologías.

La discriminación existente se ratifica cuando los resultados muestran que las mujeres no han accedido suficientemente a todos los espacios y no pueden disfrutar de los mismos recursos y bienes, aunque aparentemente no haya impedimentos legales o barreras objetivas que impidan su participación.

Incluso en la situación actual, aunque se garanticen las mismas oportunidades en el acceso  a los recursos, poder y participación, debido a la entronizada tradición discriminatoria, no siempre se garantiza que se valorarán por igual y con objetividad los resultados alcanzados por hombres y mujeres  en los espacios profesionales y sociales.

Por lo que se necesita un Cambio de actitudes inmediato, en la sociedad para lograr realmente la igualdad entre mujeres y hombres.

En los tiempos actuales, a pesar de las leyes, de la publicidad positiva, a pesar de que unos y otras reciben la misma educación, a pesar de los avances conseguidos, para no continuar sólo hablando de discriminación hacia las mujeres, se necesita un pacto de corresponsabilidad por la igualdad en países e instituciones.

La realidad ha demostrado que  los procesos de socialización,  por los cuales aprendemos qué se espera de los comportamientos entre  las mujeres y hombres,  en cada cultura y  en cada época  ofrecen mucha resistencia a las variaciones.

Aun cuando estos cambios sean  tan  deseables, necesarios y justos como la igualdad. Por lo que debemos ser más consistentes en acciones.

Numerosos estudios han demostrado que a pesar de la educación mixta, los niños y las niñas reciben mensajes diferentes acerca de los papeles que deben representar según su sexo, lo que influye, marca y lastra sus conductas posteriores.

Existen otros agentes de socialización como son la familia, la religión, los medios de comunicación, el entorno, las nuevas tecnologías, los videojuegos, las páginas de información y los espacios de relación, que definen qué se espera de las niñas y de los niños, potenciando inconscientemente la discriminación.

La transformación de actitudes y valores sexistas actuales en otros igualitarios,  se produce todavía de forma muy lenta. Y  en muchas ocasiones, las circunstancias son más aparentes que reales.

Bajo la superficie se suelen ocultar situaciones manipulativas de discriminación que no siempre son fácilmente observables.

Como resultado de todos los desequilibrios mencionados, la mujer en muchos países es víctima de pobreza extrema.

La desigualdad de género que se reproduce en la familia,  afecta la distribución de los recursos del hogar. Las mujeres más pobres limitan su consumo para favorecer a la pareja y los hijos e hijas, y sufren así con mayor  severidad  la pobreza.

Con una dramática carga, realizan el trabajo doméstico  en condiciones precarias, debiendo transportar el agua desde lugares alejados, acarrear leña para cocinar, lavar la ropa a la intemperie, careciendo de productos básicos que no pueden comprar.

Tienen un elevado número de hijos e hijas y sufren alto riesgo de mortalidad materna

Cuidan la salud de sus hijos e hijas que con mayor frecuencia se enferman y mueren por la insuficiencia en su alimentación y malas condiciones sanitarias.

Postergan su consumo a favor de los otros miembros del hogar.

Tienen escasas oportunidades para trabajar con remuneración y cuando lo hacen en ocupaciones muy  precarias, reciben remuneraciones inferiores a los hombres en todos los segmentos del mercado laboral

Sufren con mayor frecuencia la violencia por parte de la pareja.

Tienen baja autonomía para decidir sobre gastos del hogar, trabajar, y usar métodos de planificación familiar

Es por lo que gracias a las luchas sociales de la mujer y las organizaciones progresistas en el mundo, y a la realización de sucesivos eventos internacionales promovidos por la ONU, y otras organizaciones progresistas, se han establecido las Metas del Milenio hasta el 2015, que de acuerdo al nivel de sensibilidad manifestado por los distintos países, han puesto en marcha variadas iniciativas, entre las que podemos mencionar:

• Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer a través del pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.

• Lograr la erradicación de la violencia ejercida por la pareja en sus distintas formas.

• Gestionar la autonomía económica a través del desarrollo de la capacidad de generar ingresos propios.

• Disminuir o eliminar las brechas de género que se manifiestan como distancias de oportunidades en el ejercicio de derechos entre mujeres y varones. Y que son causa de barreras, dificultades, condiciones materiales y culturales  desiguales que desfavorecen a las mujeres y no les permiten aportar a la economía familiar, comunitaria y al desarrollo local en general.

• Desarrollar condiciones adecuadas para mejorar el nivel de competencias productivas y habilidades personales de las mujeres de escasos recursos y emprendedoras.

• Mejorar la inserción laboral de las mujeres conductoras de unidades productivas y de servicios como estrategia de superación de la pobreza.

• Promover la articulación comercial de las mujeres de escasos recursos con actividades productivas a mercados locales, regionales y de exportación.

• Fortalecer el capital humano de las comunidades con mujeres emprendedoras, conductoras de unidades productivas a nivel de autoempleo o de micro empresa.

• Incorporarlas en acciones de incidencia política para que los Gobiernos Regionales y Locales propicien las mejores condiciones de inversión y desarrollo económico.

• Identificar y consolidar sus potencialidades para avanzar en el desarrollo empresarial, como mecanismo de acceso a trabajo decente y/o a ingresos sostenidos.

• Integrarlas en igualdad de derechos y responsabilidades a asociaciones empresariales, gremios, reconociendo su derecho a la representación, a la toma de decisiones y el ejercicio de la negociación y la concertación económica.

Como hemos evidenciado, han sido muy intensos los retos que ha tenido que vencer la mujer en la sociedad a través de los siglos en todos los países del mundo.

Y aunque los gobiernos, instituciones y los propios hombres han avanzado en el reconocimiento de los factores discriminatorios que han afectado notablemente el desarrollo de la mujer, la tarea es ardua y todavía queda mucho camino por recorrer.

En primer lugar debemos incidir en la transformación de la conciencia individual y social de las propias mujeres porque si no somos conscientes de la marginación no podremos actuar para cambiar el orden establecido;

Y en segundo lugar contribuir a transformar la conciencia de los hombres y de las instituciones, para seguir luchando activamente por lograr el cambio necesario.

Personalizar los programas en Planes de acción para implementar  las Metas del Milenio, de acuerdo a las necesidades de cada país e institución es la mayor prioridad de acción.

Para la mujer actual significa un cambio de paradigma que no implica pretender ser mejores que los hombres, disminuyéndolos o descalificándolos sino que se trata de luchar por alcanzar el justo reconocimiento de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, aunque seamos diferentes.

Con ello no renunciaremos a nuestra feminidad, ni a la sensible ternura que nos caracteriza.

Reclamar el derecho a luchar hombro a hombro en equipo con nuestros hombres, para lograr el imperativo de   transformación de la sociedad mundial no nos hará  disminuidas, sino todo lo contrario.

El mundo del siglo XXI reclama y exige de una mujer competente que pueda y sepa contribuir a su desarrollo. Cada una de las mujeres presentes llevamos en nuestro interior una femenina duendecilla líder, despertémosla y démosle paso a su genio creativo!!!! Un amplio espacio mundial espera por nuestra contribución social.

Mejorar nuestra participación, fortaleciendo los conocimientos, habilidades, destrezas y valores, de ese liderazgo femenil que llevamos dentro, a través de la capacitación institucional y la auto superación, nos ayudará a ganar el merecido respeto y contribuir conscientemente a la solución de los numerosos problemas sociales, como una nueva arma de independencia femenina.

En mi humilde experiencia, declaro por haberlo comprobado personalmente, que la emancipación de la mujer y el liderazgo es realmente alcanzable, aunque dependa de variables multifactoriales de orden individual y del entorno.

En mi caso  deseo destacar que hubo varios factores que influyeron notablemente en la posibilidad de aprovechar las oportunidades que como mujer la vida me  deparó en el ámbito familiar, económico, social y profesional.

Y estos factores han sido: mi constante voluntad de superación y participación, el invaluable apoyo y respeto de mi esposo y familia, y la posibilidad de vivir en un país con altos estándares educativos y elevados  indicadores de igualdad y participación femenina.

Mujeres colimenses, ejemplares, competentes, de elevada autoestima como las que hoy nos honran con su presencia, no podrán ser ignoradas en ningún escenario familiar, estudiantil, laboral, profesional, político y social ni en México ni en ningún otro lugar.

La mujer mexicana se ha ganado ese derecho y debemos continuar prestigiándolo!!!

Pongamos nuevamente “Manos a la obra”, sin cansarnos y nuestros hijos, esposos, amigos y demás conciudadanos nos lo agradecerán!!!!

Como dijera nuestro apóstol José Martí:

…“Las campañas de los pueblos sólo son débiles cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer; pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible.”

Muchas felicidades  a todas en este Día internacional de la mujer!!! Y me despido compartiendo con UDS un hermoso mensaje visual.

Muchas gracias!!!!!!

Cita esta página

Jiménez Isabel Jover. (2012, septiembre 18). Mujer. Su aporte y trascendencia en el desarrollo de la sociedad mundial. Ponencia. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/mujer-aporte-trascendencia-desarrollo-sociedad-mundial-ponencia/
Jiménez Isabel Jover. "Mujer. Su aporte y trascendencia en el desarrollo de la sociedad mundial. Ponencia". gestiopolis. 18 septiembre 2012. Web. <https://www.gestiopolis.com/mujer-aporte-trascendencia-desarrollo-sociedad-mundial-ponencia/>.
Jiménez Isabel Jover. "Mujer. Su aporte y trascendencia en el desarrollo de la sociedad mundial. Ponencia". gestiopolis. septiembre 18, 2012. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/mujer-aporte-trascendencia-desarrollo-sociedad-mundial-ponencia/.
Jiménez Isabel Jover. Mujer. Su aporte y trascendencia en el desarrollo de la sociedad mundial. Ponencia [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/mujer-aporte-trascendencia-desarrollo-sociedad-mundial-ponencia/> [Citado el ].
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