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Economía y Sociedad 50, CIES, noviembre 2003
De acuerdo con estimaciones presupuestales, para
atender casos de EDA, IRA y desnutrición, el MINSA
gasta aproximadamente S/. 36,00 nuevos soles por aten-
der a cada niño enfermo. La intervención en sí, por su
carácter integral de salud, ha evitado la aparición de
nuevos casos mórbidos, con lo que podemos afirmar
el valor que tiene el aspecto preventivo promocional.
Además, por la asimilación de los conocimientos im-
partidos durante las capacitaciones semanales, es muy
probable que estos niños no se enfermen durante el
resto del año y, por ende, no ocasionen más gastos al
Ministerio de Salud. Asimismo, en los niños participantes
de nuestras capacitaciones, se observó una disminu-
ción en el número de veces que enfermaron de EDA,
IRA y desnutrición. Esto como consecuencia de que
se logró un cambio de actitud en las madres capacita-
das y, al mismo tiempo, una concientización para que
haya mayor recurrencia al centro de salud.
Con todo lo descrito podemos decir que nuestras ca-
pacitaciones, por su enfoque preventivo, a largo plazo
serían de bajo costo para el Ministerio de Salud, por-
que no solo apoyan al niño beneficiario del proyecto,
sino también a toda la familia y a los beneficiarios indi-
rectos. Todo esto teniendo en cuenta que el promedio
por familia es de cinco hijos y que al capacitar a la
madre de una familia, se estarían ahorrando los gastos
en que se incurriría si se atiende a todos sus hijos de
enfermedades diarreicas agudas, infecciones respira-
torias agudas o problemas nutricionales.
Aunque se gasta 4.800,00 nuevos soles en 4 meses
con la capacitación semanal asistida, se debe tener
en cuenta el efecto réplica de este tipo de capaci-
tación (que incluye tópicos relacionados con la pre-
vención de EDA e IRA), que alcanza, según el cuadro
1 (750 - 150), a 600 beneficiarios. Este efecto répli-
ca es uno de los fundamentos del bajo costo de nues-
tra intervención, debido al aprendizaje a profundi-
dad en las capacitaciones intradomiciliarias semana-
les, pues estas se repitieron en las familias vecinas y
en aquellas que tienen algún parentesco con las fa-
milias intervenidas.
Conclusiones
1. Los Programas de capacitación y/o intevención de-
bieran considerar como un componente básico de
su plan, las actividades de sensibilización y motiva-
ción de la población a intervenir. Dichas acciones
viabilizan el apoyo y participación activa de la po-
blación en el transcurso del programa, y hacen los
resultados sostenibles y perdurables en el tiempo.
2. Los programas de apoyo alimentario deben incluir
en sus procesos educativos, además del componen-
te nutricional, aspectos importantes de prevención
y promoción de la salud básica e integral. Las ma-
dres intervenidas pondrán en práctica los conoci-
mientos adquiridos en los eventos de capacitación,
en favor del bienestar familiar y, por ende, de la
salud del Estado.
3. El nivel de conocimientos nutricionales y de salud
integral de las madres, al inicio de la intervención,
fue inadecuada (82%). Dicho indicador reafirma la
idea de que los programas solo se presentan como
una asistencia alimentaria absoluta, sin considerar
los conocimientos y prácticas alimentarias previas
que tienen los beneficiarios.
Al término del proyecto de investigación, el nivel
de conocimientos en alimentación, nutrición y sa-
lud básica de las madres mejoró (89%). Esto es atri-
buible a la metodología de capacitación participa-
tiva ofertada por el equipo de investigación.
«La intervención en sí, por su
carácter integral de salud, ha evitado
la aparición de nuevos casos
mórbidos, con lo que podemos
afirmar el valor que tiene el aspecto
preventivo promocional»
«Los programas de apoyo alimentario
deben incluir en sus procesos
educativos, además del componente
nutricional, aspectos importantes de
prevención y promoción de la salud
básica e integral»