Sin importar su tamaño y su estructura, las organizaciones de nuestro país están siendo atravesadas por fenómenos de cambios abruptos que generan inseguridad, dificultad para cuidar lo que se tiene y para pensar el futuro.
Efectivamente la crisis ingresa en las empresas: ¿Pero de que crisis hablamos?
Básicamente una crisis implica una situación de ruptura con un orden anterior y una dificultad para dar respuesta a la nueva situación con los métodos acostumbrados para la resolución de problemas.
El mundo aparentemente ordenado de las empresas se ve fracturado por una abrupta modificación, se limitan las posibilidades de planificar y de moverse en un terreno desconocido.
El círculo de la crisis se define en términos de promesa auto cumplida: Como gano menos, disminuyo mi calidad y por lo tanto vendo la mitad.
La Actitud Pasiva frente a la crisis implica básicamente un resignarse a los elementos externos, no permite disparar la adaptación y la » crisis económica» paraliza el campo de la conducta. Cientos de discursos de empresas giran en este sentido: » La culpa es de… » » Nada puede hacerse en este contexto… «. Frases como estas nos marcan el arraigo a un marco referencial anterior y las dificultades de pensar la nueva realidad y sus posibilidades.
La Actitud Activa en cambio, implica una acción de adaptación, se asume el cambio y se comienzan a explorar los nuevos contextos, utilizando herramientas que sirven para mirar la nueva realidad.
Todo plan de salida de la crisis comienza con una actitud activa al cambio y esta compuesto de tres elementos fundamentales:
° Hacer una lectura activa de la realidad reconociendo nuevos actores y nuevos escenarios y constituir un NUEVO PROYECTO.
° Planificar la salida de la crisis con objetivos y programas concretos que delimiten el corto y el largo plazo.
° Constituir equipos altamente efectivos para gestionar el cambio.
El plan de salida a la crisis implica necesariamente constituir un nuevo proyecto que debe dar respuestas a una nueva realidad. Y es aquí donde cobra importancia el recuperar el espíritu emprendedor, esa capacidad de percibir, de crear, de accionar que se encuentra en el inicio de todo emprendimiento. Recuperar el espíritu emprendedor es volver alcanzar aquella alta motivación de logro entendida como el impulso a accionar con entusiasmo en situaciones que entrañan un reto.
Pero si queremos llegar a alguna parte debemos saber que camino tomar y es aquí donde debemos trabajar en la implementación de una planificación rigurosa de nuestras acciones a la luz de objetivos alcanzables y realizables.
A diferencia de otras épocas de mayores seguridades, la planificación de la crisis se vuelca al corto plazo, se debe avanzar escalón por escalón con pequeños objetivos y con creatividad, ese es el sello que debieran marcar todas las estrategias.
Las técnicas de planificación estratégica nos permiten analizar y cambiar la realidad de nuestra empresa, empezando por el conocimiento de la situación actual para llegar a la situación deseada. Es un método disciplinado de relacionarnos con un futuro deseado.
De esta manera, planificar nuestra salida de la crisis implica:
° Analizar nuestra realidad de acuerdo a los impactos internos y externos de la crisis en nuestra organización
° Fijar objetivos generales alcanzables y verificables que sirvan como brújulas del proceso
° Determinar estrategias de acción que permitan alcanzar nuestros objetivos
° Fijar objetivos específicos
° Seleccionar actividades y recursos para cada objetivo específico
° Desarrollar planes de trabajo
° Concretar acciones de seguimiento y evaluación
Cada uno de estos pasos nos permite orientar nuestros recursos a una misma dirección a partir de un conocimiento sobre los nuevos escenarios.
Y finalmente es importante reconocer el potencial sinérgico de los equipos en las organizaciones como una herramienta poderosa en un plan de salida a la crisis.
La noción de equipo implica el aprovechamiento del talento colectivo, producido por cada persona en su interacción con las demás. Y aquí radica la importancia del concepto de sinergia: la suma de energías individuales que se multiplica progresivamente, reflejándose sobre la totalidad del grupo.
La sinergia nos dice que uno más uno es más que dos y este es el concepto que las organizaciones deben comprender y apropiar como una herramienta indispensable en la constitución de una plan de salida a la crisis.
La constitución de equipos efectivos es un camino hacia la excelencia, un camino que reviste urgencia cuando las organizaciones se hallan en crisis y deben potenciar sus recursos y habilidades en busca de alternativas diferentes que den respuestas a nuevos escenarios