A través de la filosofía existencialista (orígenes y principales precursores) se plantea su vinculación con la administración pública; ya que como una de las corrientes de pensamiento en la humanidad, incidió en las formas de organización social y los modos de producción, que han determinado las transformaciones sociales, económicas y culturales de la sociedad en general.
Introducción
El presente ensayo tiene como finalidad otorgar de manera sucinta, la trascendencia del existencialismo como corriente filosófica del siglo XX, como producto del auge ideológico posterior a la Segunda Guerra Mundial acontecida en el período que comprende de 1939 a 1945.
Se pueden identificar algunos elementos del existencialismo en el pensamiento de Sócrates, en la obra de muchos escritores y filósofos posmodernos.
Así se puede afirmar, que una vez más la filosofía considerada como la madre de las ciencias, contribuye en el desarrollo de las diferentes ciencias y disciplinas científicas, brindando un contexto propio para la comprensión de los acontecimientos y procesos sociales surgidos durante el evolución de la humanidad; en caso particular enfatizando el enfoque de la filosofía existencialista dentro del campo del pensamiento administrativo para su análisis de estudio.
Las ideas existencialistas surgieron en tiempos de desesperanza para la humanidad, posterior a la Gran Depresión (1929) y de la Segunda Guerra Mundial. Se hizo prevalente un espíritu de optimismo y la serie de calamidades presentadas a mediados del siglo XIX.
Esta severa desesperanza fue perfectamente bien articulada con la filosofía existencialista hasta bien iniciados los años setenta, y continua hasta nuestros tiempos siendo tan popular como una forma de pensamiento y razonamiento.
Los principales expositores de esta corriente filosófica fueron Kierkegaard, Nietzsche, Sartre y Camus. Sin embargo fue Jean Paul Sartre quien se destacó por distraer con mayor atención internacional hacia el existencialismo del siglo XX.
Para Jean Paul Sartre los franceses eran los causantes de la explotación colonial y de la serie de atrocidades realizadas por la milicia francesa en Algarebia, y llamaba a la acción individual para reparar los pecados del colonialismo.
Sin embargo, cada uno de ellos, concuerda que la vida humana no es completamente satisfactoria, en virtud de las pérdidas y sufrimientos que suceden ante la falta de poder, perfección y control que uno tiene sobre su vida.
Esta corriente filosófica se contrapone a los hechos arbitrarios de parte de alguna persona o de la sociedad de imponer o de exigir sus reglas, valores y creencias, para que éstos sean aceptados fielmente; de tal forma, los existencialistas argumentan que esta postura rompe con el individualismo y convierte a las personas en lo que la clase en el poder desea que sea; de esta manera se deshumanizan y son reducidos con un vil objeto para su utilización.
El existencialismo es una búsqueda intensa sobre el verdadero yo, y del verdadero significado personal en la vida. Así mismo, defiende el libre albedrío de las personas, para decidir en lo que se debe creer y ser; en lugar de aceptar o imitar patrones de comportamiento arbitrarios a la existencia del hombre.
Como tal, ha sido uno de los movimientos filosóficos más representativos de la cultura contemporánea. Se enfoca en investigar conceptualmente los principales problemas que se plantean al hombre durante su existencia concreta perdiendo importancia los temas típicos de la especulación.
Dado a la realidad existente, derivada de las luchas (guerras) de intereses encontrados; el hombre se sentía amenazado en su individualidad, de ahí su enfática determinación de aislarse, ante la imperante incapacidad de encontrar la verdad por medio de una decisión intelectual, y por ende, su estricto rasgo característico de “personal y subjetivo de la vida humana”.
Las premisas que el existencialismo destaca, son:
• El libre albedrío humano
• La naturaleza humana es elegida mediante decisiones de la vida
• Una persona es mejor cuando lucha contra su naturaleza individual, peleando por la vida.
• Las decisiones no vienen sin estrés, o sin consecuencias
• Hay cosas que no son racionales
• La responsabilidad personal y la disciplina son cruciales
• La sociedad es antinatural y sus religiones tradicionales y reglas seculares son arbitrarias
• Los deseos mundanos son inútiles
Asimismo, esta corriente del pensamiento asevera que es primordial entender y aceptar nuestro pasado, sin embargo los seres humanos no debemos ser determinados por ese pasado. Al contrario, el pasado nos sirve para enfrentar problemas futuros.
Considerando lo anterior, la teoría administrativa, primordialmente la dirigida al sector público, puede ser vinculada sencillamente a la filosofía existencialista, debido a que las deficiencias en la administración pública han impactado fuertemente en los estilos de vida de la sociedad , y que si los encargados de dirigir y administrar hubiesen actuado a tiempo, muchos de estos problemas hubiesen podido solucionarse.
De ahí que algunos estudiosos de la teoría administrativa, aluden que la administración trata de entender la relación entre las elecciones personales y las de interés público. Aludiendo a Sartre, quien dijo que “La libertad personal descansa en la libertad de los demás”. Sin embargo, la ética y la política arbitraria no permite que se prioricen los intereses sociales.
Conclusiones
El existencialismo se distinguió por un planteamiento excepcional que consistía en afirmar que se debe tener como punto de partida para toda acción, que el ser humano es parte del problema, no como parte de la solución, cuando en su mayoría la tendencia era esta última postura.
Asimismo, estuvo ocasionado por un profundo sentimiento de culpa de la colectividad de Estados Unidos principalmente por la guerra de Vietnam, básicamente durante los años 1960 y 1970, cuando prevalecía una marcada y latente injusticia racial, extrema pobreza, marginación social y otras condiciones políticas o sociales.
Las manifestaciones públicas de rechazo a las políticas asumidas por el gobierno, no dejaron de reflejar una gran inconformidad y malestar entre las personas, encontrando en el existencialismo una respuesta que fue “el de enfrentar individualmente a los errores de la sociedad”.
A la par de lo anterior, se hicieron presentes en lo cotidiano todo tipo de expresiones artísticas desde la literatura (Eduardo Garreud, Albert Camus, Samuel Beckett, Franz Kafka), la poesía (José Gaos, Oscar Bartolomé Poy), el cine (Ingmar Bergman, Bertolucci, Godard) la pintura (principalmente los exponentes de la escuela expresionista); que coadyuvaron en el fuerte impacto en la sociedad de esta forma de pensamiento en sus distintas manifestaciones, entre una de ellas, las empresas, las cuáles en su momento exigían que se procediera sobre la base de una cooperación consciente y libre, según el sentido existencial del orden que se crea al realizarse la unidad en la pluralidad diversa de actividades y labores, poniendo el ejercicio de la autoridad al servicio de un auténtico bien común y estructurando las relaciones entre los individuos y la colectividad que ellos integran, ajustándose a los principios de solidaridad y subsidiaridad; logrando con ello una auténtica y verdadera eficacia.
Sin embargo, en muchísimos casos los objetivos de la dirección son tan concretos, tan inmediatos y en ocasiones intrascendentes que no guarda relación alguna con el destino intemporal del hombre y mucho menos con el bien común de la sociedad. Pero en el ámbito moral de la vida humana “todos los actos están relacionados directa o indirectamente con los fines citados, y todos influyen positiva o negativamente en su realización”.
Finalmente, para lograr la compresión acerca del papel de la administración dentro del ambiente económico-social, es necesario entender lo que se le ha denominado espíritu de la época moderna, y para ello subrayar que existen múltiples aspectos que han contribuido a este movimiento de independencia durante cuatro siglos, mismos que desembocaron en las expresiones más claras y contundentes del liberalismo del siglo XIX: “El hombre debe ser libre para pensar, para creer, para obrar, para negociar, para contratar, para producir, para cambiar, para consumir, para hacer de su vida personal lo que su voluntad libérrima se proponga”.
El progreso tecnológico ha hecho posible la demostración de que el hombre es el “señor”, el dominador, el dueño de la naturaleza, fortaleciendo la convicción de autosuficiencia, de la fe en su capacidad, de su independencia y de su autonomía.
Ha logrado así, una filosofía del triunfo o del éxito, eminentemente material. El hombre cree, haberse encontrado así mismo. Y cree haberlo hecho al sentirse el centro del mundo, al no doblegarse ante nada ni nadie, y con ello, ha sostenido el progreso material.
Bibliografía
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