«Cosechamos lo que sembramos»
“Uno puede comprar el tiempo del empleado, puede comprar su presencia material en un lugar determinado; hasta se le puede comprar cierto número de movimientos musculares por hora. Pero su entusiasmo no se puede comprar…su lealtad no se puede comprar…la devoción de su corazón no se puede comprar. Estas cosas hay que ganárselas.” Clarence Davis.
Leer el libro de David Fischman titulado “Motivación 360°”, o quizás asistir a un taller de habilidades interpersonales organizado por una institución, en el que los capacitadores han dado lo mejor de ellos y con mucho profesionalismo han remarcado la importancia de una buena motivación, hace que el un trabajador salga recargado tanto para auto motivarse (motivación intrínseca), y pueda reaccionar positivamente ante una motivación extrínseca, que si bien no es muy duradera y que puede influir a crear un pensamiento no muy leal, por lo que no es tan positiva como la motivación intrínseca pero puede ayudar a lograr un fin, más aún si la administración piensa con una visión de corto plazo.
Todo ello se torna intranscendente ante las actitudes que puedan tomar los directivos de una institución, la percepción de creer que los encargados de la administración de la institución, se interesan en tener trabajadores capacitados, comprometidos y altamente motivados se pierde ante su falta de integridad, es decir la falta de cohesión entre sus palabras y sus actitudes. Su falta de integridad queda manifiesta cuando actúan de la forma en que actúan los perdedores, buscando como lavarse las manos ante un problema; buscando culpables en los más débiles, en lugar de buscar soluciones.
El desconocimiento o no saber aplicar los principios de gestión de conflictos, y de gestión de empresas en general, que demuestran estos directivos, nos lleva a dudar que conozcan o en todo caso recuerden lo que es el Efecto Pigmalión: “Trata a las personas como desearías que sean”. Si un empleado recibe estímulos verbales y la continua aceptación de su jefe o superiores, es muy posible que exhiba un alto desempeño en sus funciones y por lo tanto su rendimiento sea cada vez más proactivo, a la vez que eficiente. Si por el contrario, sus capacidades son siempre cuestionadas por parte de sus superiores, la actitud indiferente y desmotivación por parte del subordinado irán aumentando, lo que incuestionablemente conllevará una disminución de la cantidad y calidad de su trabajo.
Si tratas a un colaborador como excelente, lograrás que lo sea; de igual manera, si tratas aun colaborador como pésimo y/o deficiente lo desmotivarás y lograrás que sea pésimo y deficiente.
Conozco casos de instituciones que a consecuencia de errores en la formulación de procesos y falta de seguridad de los mismos en su ejecución, trata a sus colaboradores como delincuentes: ¿Qué pretenden lograr? Aunque parezca increíble existen algunas empresas que sin previa investigación y con la sola finalidad de pretender eludir sus responsabilidades por la poca de seguridad de procesos implementados, aún con el cumplimiento estricto de sus directivas impartidas, plantean demandas o denuncian a sus trabajadores de la más baja jerarquía tratándoles como delincuentes, demostrando además su falta de principios o ética al pretender castigar a un inocente, porque se puede tomar ya como castigo, aunque no exista sentencia, el hecho que mancillen su honor y credibilidad que sabemos demora años en construirse para que en pocos minutos lo puedan perder aun siendo inocentes si esta demanda injusta se hace pública.
En toda institución existen colaboradores que olvidaron lo que es honestidad y realizaron hechos deshonestos, por ello hay que ser muy cuidadosos y se debe recordar que hay que saber «separar la paja del trigo»; es decir, hay que saber reconocer la diferencia entre los casos o personas, no se debe hacer responsables a todos los colaboradores de la empresa de acciones deshonestas de solo algunos malos trabajadores, a quienes previa investigación se debe sancionar drásticamente, porque sabemos que para la falta de honestidad no existe justificación.
Por ello sería ideal que los directivos de las instituciones tengan siempre presente lo que significa Justicia: Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Y aplicarla en cada una de sus decisiones. Parece también que ignoran lo que es la tercera Ley de Newton: “Cada acción tiene una reacción igual y contraria”.
En “El Arte de la Guerra”, de SunTzu, jamás encontraremos la decisión del general (Gerente) de enviar a sus soldados (colaboradores) a pelear una guerra sin darles las armas necesarias para después culparlos de los errores que pudiesen ocurrir. Estas actitudes negativas parecen indicar que los que más necesitan capacitación para aprender principios éticos; son los que dirigen la institución, pues con sus actos solo están logrando desmotivación y fomentan en sus colaboradores propósitos excesivamente mercantilistas , ya que están tratando de comprar con dinero, lo que son incapaces de conseguir con buenas actitudes. Señores tengan en cuenta que ese tipo de motivación no dura y las instituciones deben perdurar en el tiempo.
Un ejemplo desmotivador : Aniversario de la institución, el director ejecutivo no quiso o no fue capaz de dar un mensaje de saludo a los colaboradores por una fecha tan importante, dos días después anuncian que a cada uno de los colaboradores se les abonaría una determinada cantidad de dinero para que organicen algún festejo. Es mucho más motivador un mensaje oportuno a los colaboradores que permita que ellos comprendan la importancia de la institución en el desarrollo nacional y por ende valoren la labor que cada uno de ellos desempeña; ese tipo de motivación es poderosa y más duradera que la otra, que solo dura el mismo tiempo que el dinero en las manos.
Se olvidan de una aspiración (para algunos necesidad) que existe en el fondo del ser humano, es la de trascender, que mejor forma de trascender que hacer de la institución que nos acoge la Top a nivel nacional y ser parte de ese proceso.
Ello dista mucho de solo sentirse culpables de errores y riesgos que se dan o dieron en algunos procesos, los mismos que podrían haberse evitado con una cultura adecuada de riesgos y con procesos más seguros; no solamente existen faltas por acción y como el cargo que ocupan los directivos es bastante alto, se olvidan que existen faltas por omisión a sus funciones entre las cuales está la prevención de riesgos, en la que a la primera señal de que un proceso tiene debilidades deben hacer lo necesario para fortalecer el grado de seguridad.
Otra actitud desmotivadora es que a través de actitudes se vaya sembrando incertidumbre, miedo e inseguridad. Igualmente perder credibilidad como empresa ante sus clientes internos o externos, por no cumplir lo pactado y/o ofrecido.
Si todas las actitudes mencionadas anteriormente se están dando en una institución, sin duda alguna estamos ante una institución que está logrando una desmotivación 360° o dicho de otra forma: una desmotivación total, que tendrá efectos muy negativos: Recordemos que se cosecha lo que se siembra.