Son muchas las sociedades que nacen en donde una persona coloca el capital necesario y el otro aporta su conocimiento en el negocio o su trabajo.
Es natural que sea así y está muy bien; sin embargo, la definición de la participación accionaria puede llegar a dificultarse e incluso a generar problemas en el futuro, que puedan colocar en una situación difícil la relación de socios y hasta la existencia de la empresa.
En artículos anteriores he hablado sobre temas como este, e incluso escribí un artículo sobre estas “típicas” sociedades del cincuenta por ciento, que tanto se crean con el objetivo de ser “justos”.
Pero hoy quiero contestar por medio de un articulo la consulta de uno de ustedes, consulta que casualmente trata de este caso en donde un socio aporta el capital y el otro aporta su trabajo y su conocimiento.
Como es usual, en estos casos, cambio el nombre, el país y algunos datos para proteger la confidencialidad de quien escribe. Dice así:
Señor Enrique:
Muchísimas gracias por la información que nos hace llegar es muy valiosa para nosotros.
Primera vez que voy a confiar en contar mi experiencia en los negocios. La finalidad es que sus consejos como asesor de empresas nos ayuden para no fracasar.
Mi esposo y yo siempre nos hemos dedicado a los negocios.
Hemos empezado desde abajo y nos iba bien. Nuestro primer negocio fue, inicialmente, fabricar helados caseros buscamos jovencitos para que los vendieran ellos mismos en la comunidad.
Así juntamos un capital y luego como solo era por temporada de calor decidimos cambia de giro y pusimos un criadero de pollos, pequeño. Tubo mucha aceptación. Considero que era la gallinita de los huevos de oro.
Este negocio nos permitió adquirir propiedades.
Fue entonces cuando pensamos en otro negocio que requería mucha mas inversión y nos hicimos un préstamo en el banco y así instalamos una granja de cerdos de buena raza. Rápidamente comenzó a producir ganancias; pero vimos que también la competencia con las grandes empresas era fuerte. Estas empresas mandaban los precios al suelo y nos hacían tambalear. Sumado a eso llego una enfermedad a los cerdos que no podíamos controlarla. Cada día iban muriendo mucho. Nosotros teníamos prestamos en el banco y empezamos a atrasarnos en los pagos.
Tuvimos que empezar rematar todo lo que adquirimos durante muchos años. Lo perdimos todo.
El negocio de los pollos ya no rendía como antes. Lo habíamos descuidado. No le dábamos mantenimiento, no lo modernizamos y muchos errores mas grandes, disculpe mi expresión, pero fue la peor burrada de nuestra vida, entramos en etapa de depresión.
La otra noche, estábamos mirando su conferencia de Los 30 Errores por internet y me decía mi esposo: “Sabes cuánto nos hubiéramos ahorrado si alguien nos hubiera dicho todo esto en aquellos momentos.” Nos golpeó especialmente, el caso de Rodrigo, el señor que perdió todo a los 72 años.
Pero gracias a Dios nosotros como pareja seguíamos unidos en esos momentos tan difíciles y conversando con mi esposo decidimos empezar de nuevo. Tuvimos que empezar retocando los muebles viejos de la venta de pollo; porque no teníamos para comprar mesas y lo único que podíamos ofrecer era una buena sazón que quedo en el recuerdo de muchos clientes.
Es difícil recuperar la clientela ya se abrieron, otros negocios mas modernos y bonitos pero ahí le dábamos al negocio nuevamente, con muy poco margen de ganancia para que la gente vaya por el precio y se de cuenta que volvió el sabor al que ya estaban acostumbrados y si nos levantamos.
Luego un amigo nos propuso entrar en sociedad para poner una venta de pollo mucho mas grande. Ofreció que prestaba el capital sin intereses para las maquinarias, mobiliario, alquiler del local, etcétera. Nosotros nos encargábamos de administrar el proyecto, poníamos conocimiento, el manejo del negocio, toda nuestra experiencia. Cada mes se le iría devolviendo el préstamos y pagada la totalidad, seríamos socios de 50/50. Mientras tanto, nosotros no recibiríamos pago alguno, ni sueldo, ni utilidades.
Aceptamos la propuesta, porque nosotros no teníamos acceso a un préstamo en el banco.
Así fue. Todos los meses le pagaba, hasta que terminamos de cancelar el 100%.
Debo decirle que el negocio esta bien. Hemos pasado la primera etapa. Tiene buena aceptación. Tiene un sabor estandarizado, tiene clientela y tiene nombre reconocido.
Ahora considero que viene otra etapa, para crecer y de replantear las reglas de la sociedad. Mi socio recuperó el dinero que prestó y es dueño de la mitad.
Mi consulta es:
¿Debe él ahora recibir utilidades y también un sueldo? Hasta la fecha nunca hemos recibido nada, nuestra ganancia, por así llamarlo, es que somos dueños de la otra mitad. Bueno ese fue nuestro acuerdo; pero de acá para adelante como seria? Mi esposo se encarga a tiempo completo del negocio de las compras, control de calidad (el mismo elabora la preparación para que ningún trabajador aprenda ) y quede como secreto de la casa, eso tiene un valor porque nos tomo muchas pruebas para estandarizarlo. También se encarga del manejo del personal.
Yo lo apoyo con de la documentación, de controlar arqueos de los ingresos y egresos, pagos de personal, pagos de impuestos y reporto toda esa documentación a mis socios,
Justamente dentro de dos semanas tendremos una reunión para definir todo esto. Quisiera, por favor, me oriente como se debe replantear esta sociedad siendo lo mas justo posible. Hay!
Me olvidaba contarle que la gallinita de los huevos de oro esta viva otra vez seguimos con ese negocio también.
Le agradezco por el consejo y orientación que me pueda brindar. Porque, como contó usted en la conferencia de aquel joven costarricense: “no quiero cometer los mismos errores nuevamente.”
¿Les parece conocida esta historia? ¿Ha pasado alguno de ustedes por una situación similar? ¿Han fracasado como esta pareja y lo han vuelto a intentar?
Esta historia me conmueve, porque he visto muchas de estas historias durante estos treinta años acompañando de hombres y mujeres de negocios.
He visto a mucha gente caerse y volverse a levantar.
¿Cómo hacerlo? Sin duda, con muchas agallas, mucha energía, persistencia y como diría una de las personas que nos escriben: “siendo bien testarudo”.
La historia sí la quise escribir completa, porque la historia es una muestra del espíritu emprendedor de esta pareja. Ellos no se dieron por vencidos.
La consulta que hace ella, surge por la incorporación de un socio inversionista. La forma en que acordaron la sociedad, no es lo que usualmente hubiera recomendado; pero parece que resultó bien. No explicó, quien escribe, si firmaron algún tipo de acuerdo por escrito, si fue traspaso de acciones desde del inicio, ni tampoco menciona cómo se mantuvieron ellos durante este tiempo sin recibir salarios de este negocios.
Esta fue mi respuesta:
La información que me ofreces no es suficiente a aconsejarte correctamente.
Pero te ofreceré algunas ideas para que las tomes en cuenta, cuando tengas la reunión con tus socios.
Me falta mucha información:
• Dices que el socio prestó un dinero sin intereses y que ya recibió todo el monto invertido.
• No tengo claro si él también ha trabajado en el proyecto durante todo este tiempo. Me parece que sí; pero no estoy claro si ha recibido un salario.
• Entiendo que ustedes sí han trabajado, los dos, y que no han recibido salario. Cuántos meses han trabajado, cuánto hubieran ganado a un salario normal para la función que cada uno ha desempeñado. El dinero que ustedes no han ganado como salario, es un aporte dinero y tienen derecho a que también se les devuelva, igual como hicieron con el otro socio.
• Para saber si lo correcto es 50% a 50%, necesito saber cuánto costó arrancar de nuevo, cuánto aportó el socio, cuánto aportaron ustedes con salarios sin cobrar y cuánto vale el negocio hoy.
• También sería necesario saber cuánto se están ganando.
¿Qué hacer? Antes de reunirse con el socio, tomen un cuaderno, pasen un raya por el centro y escriban a la izquierda, su situación antes de que el socio llegara y a la derecha cuál es la situación actual.
La lista tiene que ser lo más completa posible.
Luego en otra hoja anota cómo fue que llegaron a la situación actual:
• La cantidad de dinero invertida por el socio y cómo fue invertida.
• Los esfuerzos de cada uno por mejorar la tienda, atraer mas clientes, brindar un mejor servicio, mejores negociaciones, etcétera.
• El tiempo de ustedes dos y el valor en salarios no cobrados de todo ese tiempo invertido.
• ¿Dónde estarían si el socio no hubiera aportado dicho capital?
Si me hubiera consultado antes de realizar la negociación, mi propuesta hubiera sido un poco diferente a la pactada.
Ahora el socio ya tiene su dinero y también es dueño del 50% de la empresa. Lo que hizo fue un préstamo. ¿Cuánto fue entonces el aporte? Los intereses y quizá con haber solicitado algún tipo de garantía hipotecaria sobre ese préstamo. Confió en ustedes.
Pero ustedes aportaron su tiempo. Esos salarios fueron su aporte. Ustedes, en la práctica, también prestaron ese dinero, porque no lo cobraron. Pienso que deberían recuperar ese dinero acumulado también.
Lo anterior para poder estar en las mismas condiciones.
De aquí en adelante, cada socio tiene derecho a recibir las utilidades proporcionales a su inversión. No aconsejo que retiren el 100% de las utilidades, una parte debe ser reinvertida en el negocio.
En cuanto al salario, es asunto aparte. No tiene nada que ver con las utilidades.
Los socios que trabajan deben recibir un salario «de mercado», es decir el salario que pediría cualquier empleado externo, que no sea socio. Los socios que no trabajan, no reciben salario, solo utilidades.
El socio que no trabaja, no debe recibir salario.
Si la empresa genera ganancias y ustedes toman la decisión de distribuirlas, estas se reparten de manera proporcional a la participación. En el caso de ustedes un 50% para cada parte.
Ahora, sobre si es justo o no que el socio tenga un 50% y ustedes también, no debo opinar, porque me faltan muchos datos.
Espero que estos comentarios sean útiles para que fortalezcan ese proyecto de negocios que tienen y para que sigan creciendo.