Desde inicios de este nuevo milenio, las organizaciones vienen enfrentándose a rápidos y continuos cambios. Actualmente el acelerado desarrollo de la ciencia y la tecnología y la globalización de la economía principalmente, han generado nuevos retos a las empresas, como nuevos competidores, nuevas demandas de calidad y servicios, entre otros, que obligan a las empresas a ser más eficientes.
Las organizaciones entonces, deben saber adaptarse y estar preparadas para el cambio.
Según Idalberto Chiavenato “El cambio organizacional es un conjunto de alteraciones estructurales y de comportamiento dentro de una organización”, relacionados con el cambio en las organizaciones, dos conceptos se han venido difundiendo ampliamente en las últimas décadas en los ambientes académicos y empresariales, los cuales son el Desarrollo Organizacional y la Calidad Total.
Richard Beckard define al Desarrollo Organizacional como “un proceso planeado y administrado por la alta dirección destinado a producir un cambio en la cultura de la organización que la llevará hacia la excelencia.”, en cuanto al concepto de Calidad Total podemos entenderla como una filosofía apoyada en una serie de prácticas, herramientas y métodos orientados a llevar a una organización a la excelencia, teniendo como pilares el centrarse en los clientes y en la satisfacción de sus necesidades, el buscar la participación total del personal y, fundamentalmente, la mejora continua de los procesos para elevar la calidad de productos y servicios.
Como podemos apreciar, ambos conceptos se refieren a una situación de cambio, de deseo de innovación al interior de las organizaciones. Cuando este cambio se empieza a producir, los efectos son evidentes ya sea en las relaciones con los clientes, el mercado o en las relaciones interpersonales y el clima psicosocial que se vive al interior de estas empresas.
Ambos apuntan hacia un cambio planificado de las organizaciones que los encamine hacia la excelencia. Si las organizaciones son capaces de crecer y desarrollarse, de reorientar sus rumbos y adaptarse a nuevas situaciones es porque deben sobrevivir en el medio difícil y hostil de la competencia. El mercado y sus exigencias influyen en las decisiones gerenciales a favor del cambio.
El cambio en las organizaciones, la búsqueda de la Calidad Total y el camino hacia la excelencia empresarial son tareas, en primer lugar, de responsabilidad de las gerencias, pero por ser delicadas, necesitan del concurso y apoyo de todos los trabajadores.
De ahí que existe la necesidad de que la capacidad, las destrezas, las fuerzas o la energía que hay en toda la organización sean mejor y más aprovechadas, lo que significa romper muchos esquemas tradicionales, aplanar estructuras piramidales, cambiar estilos autoritarios, establecer mecanismos a través de los cuales se pueda canalizar la participación y el compromiso de todo el personal, así como establecer esquemas que incentiven la responsabilidad, el desempeño y el logro.