Aprender de los grandes nos ayuda a ahorrar mucho tiempo y dinero; aprender de los grandes requiere de muchas habilidades para discernir entre lo que vale la pena replicar y lo que vale la pena olvidar.
Empresarialmente, la práctica administrativa del Benchmarking; nos ha facilitado el desarrollo organizacional y ha facilitado la práctica del mejoramiento continuo; Las empresas exitosas, pioneras en el mercado mundial, marcan el ritmo, ponen estándares, abren la ruta, dirigen el cambio y facilitan la práctica; A nivel Gerencial pasa exactamente lo mismo, los que van adelante y han alcanzado el éxito saben por dónde caminar y que riesgos evitar; seguirlos y escucharlos nos ayuda a evitar esfuerzos innecesarios; y por supuesto también podemos aprender de ellos lo que no queremos ser, cuando le ponemos atención a sus debilidades y a los errores que cometen.
El proceso de formación y desarrollo gerencial es un “Proceso” definido como “Serie de actividades que tomadas conjuntamente y en forma secuencial, nos ayudan a cumplir con objetivos”; en este sentido, es importante considerar que sin demeritar o menospreciar la formación académica que podamos tener, hay algunas etapas en la formación y el desarrollo gerencial que no podemos obviar; una de ellas, quizá la más importante es el entendimiento de los diferentes estilos de liderazgo; comprenderlos y aprender de ellos es muy importante para ejercer posiciones gerenciales.
Para comprender y aprender de los diferentes estilos de liderazgo, es necesario vivir cerca de ellos, compartir la práctica y elegir aquella que más se ajuste a nuestra personalidad, formación y sobre todo a nuestras aspiraciones.
Para ello, debemos poner atención a la forma de gerenciar de quienes nos han antecedido en los puestos que ocupamos; en todos ellos existen historias que debemos escuchar y comprender, algunas están llenas de éxitos, otras por el contrario están acompañadas de fracasos o errores; En ambos casos son experiencias que facilitan el proceso de formación y desarrollo gerencial y que normalmente superan a la academia.
El liderazgo es inspiracional, debe ser nuestro punto de partida en el proceso de formación y desarrollo gerencial, considerar las experiencias de los líderes con los que interactuamos en nuestra vida laboral o profesional, es importante para forjar un estilo propio que nos permita inspirar a nuestros seguidores. Esto significa garantizar el éxito.
Es un error común de los mandos medios o de los Gerentes en formación (aspirantes a primeras posiciones gerenciales) que en muchas ocasiones no consideran las experiencias previas de sus antecesores en los puestos Gerenciales; algunas veces pretenden innovar y propiciar cambios; sin embargo los resultados no necesariamente son exitosos cuando el cambio se hace en forma radical; este es uno de los grandes fracasos de la práctica de la Reingeniería.
Normalmente al asumir una posición de mayor Jerarquía, y con mucha frecuencia, cuando es la primera vez que vivimos la experiencia, tratamos de hacer cambios, sin conocer la realidad o sin tomar en cuenta las experiencias de los que nos anteceden.
Alguna vez uno de mis mejores colaboradores, al obtener un ascenso y ocupar su primera posición Gerencial me dijo, » no necesito tecomates para nadar »
Me pareció una excelente actitud en alguien que empieza a trabajar y que demuestra tener mucho potencial y talento.
Pero no es cierto, todos, sin excepción necesitamos del apoyo y de la orientación de alguien más. Probablemente podemos nadar sin tecomates en la piscina de niños, quizá en la piscina de adultos, probablemente en la piscina olímpica, en la piscina de olas artificiales y con suerte nos atrevemos a saltar del trampolín o a bajar por el tobogán, pero para aquellos que deseamos nadar en el mar, en donde no podemos ver la otra orilla, en donde su extensión y la fuerza de sus olas no dependen de nuestras capacidades o competencias, seguro que vamos a necesitar más que tecomates, quizá flotadores, salvavidas, chaleco y cualquier accesorio que nos de seguridad y que en un momento de crisis nos ayude a flotar.
Algunos de nosotros por no aceptar nuestra realidad solamente nos quedamos sentados en la orilla mojándonos los pies, otros con valentía nos tiramos al agua, nos arriesgamos y después de muchas probabilidades de ahogarnos logramos salir a flote.
“Sabiduría es ver la vida con los ojos de los que van adelante” poner en práctica esto, nos ayuda a no cometer errores innecesarios y agiliza nuestro proceso de aprendizaje.
Es importante que dentro de nuestro proceso de formación y desarrollo profesional, aprendamos de las experiencias de los demás, no para copiarlas o imitarlas, nuestro objetivo debe ser superarlas y aprovecharlas al máximo como una fuente de inspiración.
En otra ocasión escuche decir a una persona experta «yo no quiero que mis hijos se ahoguen, pero sí quiero que traguen agua, porque es la única forma de aprender a nadar».
Esta reflexión me pareció muy interesante y digna de aprender y aplicar; es importante que los que vamos adelante nos preocupemos por la formación de los demás, principalmente de aquellos en los que vemos potencial para desarrollar y cuya responsabilidad en ese proceso de desarrollo es nuestra.
El desarrollo en un puesto gerencial, requiere más que conocimiento, experiencia, academia, actitud y sentido común, requiere de algo más importante, requiere de humildad. Esta debe ser la primera competencia que debemos inculcar y formar en nuestros seguidores.
Nuestro legado se debe fundamentar en esa humildad, para enseñar, para aceptar y para respetar que nuestros seguidores deben tener su propio y genuino estilo de liderazgo, no sin antes compartir y transmitirles nuestras experiencias y nuestras historias de éxito y fracaso.