Distinto a la ira. El rencor permite almacenar los sentimientos más oscuros para perturbar el espíritu. Esa capacidad maligna para destruirse a sí mismo, le hace un esclavo en el tiempo, afecta su paz interior, trastorna la mente, estimula el mal humor y propaga la tristeza.
Con todas estas descripciones para nada saludables hay muchas personas que “viven” con ese sentimiento. Lo alimentan, lo construyen y lo celebran. Lo hacen suyo.
El rencor puede destrozar sus entrañas, las consecuencias de este sentimiento son letales.
Es necesario sacarlo de su interior. Apoyándose en cualquier acción pero hay que sacarlo. No se puede vivir en paz cuando se siente rencor hacia a alguien o por alguna circunstancia. Debemos multiplicar la capacidad de amar, a nuestro prójimo, a nuestra gente.
Hay que combatir el rencor con la acción genuina de perdonar de reconocer que no es sano y que hay que desecharlo, este sentimiento aturde y agobia, limita y reduce la posibilidad de actuar con raciocinio.
Aceptar que podemos avanzar si nuestra vida está en tranquilidad, en paz, en calma; y todas esas cosas se riñen con el rencor.
Pregúntese. ¿Puede dormir tranquilo cuando piensa en alguien por quien siente rencor?. Según Friedrich Nietzsche “Nada en la tierra consume a un hombre más rápidamente que la pasión del resentimiento.”
Regálese la posibilidad de suspirar para alimentar su espíritu y no para quebrantar su alma.
Ríase cada vez que pueda, es mejor. Baile aunque se burlen de usted, cante, la tranquilidad y su paz interna no son responsabilidad de más nadie que no sea usted.
No culpemos a otros de nuestras desgracias o fracasos para justificar el rencor. Si alguien o algo le hace daño sáquelo de su vida, porque la sensación será doble, lo hará de forma permanente con énfasis en el momento que remueva ese recuerdo.
Reflexionemos esta frase de Nelson Mandela, “El rencor es como tomar veneno y esperar que mate a tus enemigos”
Piense en cosas positivas. Cada vez que sienta esa sensación de rencor, aférrese a momentos gratos, está demostrado que prolongan nuestra existencia, tenga a la mano siempre sus perspectivas y sus sueños, sus alegrías y los eventos que le hacen sentir bien. El temor y la tristeza siempre llegaran no los busque, espérelos y también acéptelos como inevitables pasajeros.
Camine sin amarguras, las preocupaciones son otra cosa. Tienden a desaparecer, pero el rencor se arraiga y mientras usted más lo alimente crecerá, tal vez esa persona piense lo mismo y el sentimiento sea reciproco. Pero si no es así, usted está aniquilando su existencia por alguien que ni siquiera piensa en usted.
No viva con sentimientos de culpa, hay que superar todas las adversidades para vivir tranquilo, fíjese que no digo vivir feliz; que es más complejo, pero esta vida vale la pena vivirla en paz con usted mismo y con los demás.
El rencor es muy malo, cámbielo por las cosas que hagan sus días más alegres y placenteros. Contágiese de elementos que le lleven a estar sosegado, levante su mirada y camine de frente con hidalguía, y energía vibrante, con empatía, y sobre todo para estar bien con usted mismo. Si eso no pasa primero no espere que el entorno lo haga por usted.
Aparte el rencor de su vida, este reduce la misma, y créame que no vale la pena.
Maldito rencor, pasé los mejores años de mi vida concentrado en el dolor del pasado, en lugar de centrarme en la dicha del presente… (Walter Riso)