Plan personal y triángulo de vida. Aprende a ser lo que quieres ser

Si ya has elaborado tu Plan Estratégico Personal, entonces has decidido participar en tu creación y te felicito por ello; por lo tanto, bien vale la pena proporcionarte  estrategias que te ayudarán en esta travesía. Estas herramientas se encuentran enmarcadas en los cuatro ejes de desarrollo: Ético Espiritual, Social, Económico y de Autoridad. Al desarrollar los cuatro ejes, garantizas la existencia de equilibrio en tu desarrollo y te da oportunidad de consolidar tu vida.

Estrategias de desarrollo de autoridad

Toma el control de tu vida

Nunca se es más grande como en la adversidad.

Disraeli

Para tomar el control de tu vida, es necesario que recurramos al triángulo de la vida que propone Bob Trask en sus entrenamientos de desarrollo humano. Bob, tiene una organización en Estados Unidos, que se dedica a orientar a los seres humanos hacia la búsqueda de la felicidad, en armonía con el “Gran Espíritu”; como él denomina a Dios. Te presento un triángulo, el cual usaré para enseñarte la manera de desarrollar tu vida diaria.

El triángulo forma un patrón para que guíes tu vida. Nota que existen dos trayectos:

  1. El primer trayecto, es el externo que se identifica por ser un camino de éxito.

Ser responsable en tu vida significa que cuando se presente un evento, y este evento sea importante en tu formación, lo más seguro es que te lleve a un estado de miedo. Para ello deberás trasladarte del miedo (el motivador positivo) a través del riesgo, para llegar al triunfo (un lugar de mérito y éxito) después seguir el amor por uno mismo que te lleva al descanso (un lugar de restauración y restablecimiento) y finalmente pasarás por el autoexamen para llegar de regreso al miedo. Nota que las flechas están de acuerdo al giro de las manecillas del reloj.

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  1. El segundo trayecto se identifica como el camino de la mediocridad (es el trayecto dentro del triángulo).

Ser irresponsable en la vida significa trasladarse del miedo (motivador negativo), a la parte interna del triángulo, que te lleva a la ansiedad. Este estado irremediablemente te causa parálisis; estando paralizado vas a presentar una actitud de evasión en donde carecerás de entusiasmo, por lo que consecuentemente te va a causar aburrimiento.

En el estado de aburrimiento, la autoestima baja y se crea en tu mente una actitud de desmerecimiento que va a activar la carga más grande que el hombre pueda llevar, y ésta es la culpa.

Al sentirte culpable, te causará ansiedad nuevamente e inicia el ciclo. Nota que las flechas están en contra del giro de las manecillas del reloj.

Plan Estratégico Personal

Plan Estratégico Personal

El miedo (ubicado en el vértice superior del triángulo), incluye sensaciones de temor, confusión, nerviosismo, anticipación, ansiedad y suspenso. Estas son emociones que por lo general evitamos. A la mayoría de nosotros, nos han enseñado que el miedo es una sensación negativa y cuando llega a nosotros pensamos que algo anda mal en nuestra vida. La verdad es mucho más simple; el miedo es nuestro motivador principal.

El desafío en estos casos es controlar el miedo para evitar que entres en un estado de pánico. Este estado de pánico se presenta cuando el miedo te bloquea para que sigas adelante. El miedo produce descargas de adrenalina en la corriente sanguínea, y causa que te pongas en estado de alerta y te prepara a que te decidas a actuar de una u otra forma.

Cuando el sentimiento de miedo te invade, tienes dos alternativas:

  1. Hacerle frente al miedo y actuar.
  2. No hacerle caso y permanecer inactivo.

Cuando te decides por enfrentar al miedo, lo haces tomando un riesgo relativo al mismo miedo que estás sintiendo. Por ejemplo, si hubiera una persona “prepotente” frente a ti y tienes que resolver un problema de trabajo con ella; de acuerdo a tu experiencia, es posible que puedas sentir temor. Esta actitud da como alternativa la posibilidad de que tomes un riesgo: Enfrentarte a esta persona y hablarle. O bien puedes elegir permanecer inactivo. Los resultados de esta decisión tienen un impacto determinante a lo largo de tu vida. Si decides arriesgarte, debes manifestarte con valor, que muchas veces podrías creer no tener. Aquí, tu crecimiento dependerá de que tomes acción y te arriesgues. Recuerda: ¿Si no hoy, cuándo; si no tu quién? Una forma de tener valor es la de convencerte a ti mismo, mediante afirmaciones positivas[1], de que puedes vencer al miedo, que tienes seguridad, que eres fuerte, además entender que la magnitud del riesgo es siempre exagerada, muchas veces debido a tus patrones culturales (creencias).

El riesgo aparece en la cara derecha del triángulo, conectada con una flecha que conduce automáticamente al triunfo. Cuando decides correr un riesgo relativo a tu miedo, siempre tienes un triunfo. ¿Qué pasaría si decides no correr el riesgo, escondiéndote y permaneciendo inactivo? El miedo, se convierte en ansiedad y te jala dentro del triángulo donde no hay acción y te paraliza. La parálisis aparece dentro del triángulo y las flechas van en dirección contraria. En la vida, no podrás apartarte del miedo, simplemente no puede hacerse. Entendiendo esto, ahora podrás decidir si permites que el miedo te motive o te paralice. Decídete a correr el riesgo y hablarle a esa persona “prepotente”, y automáticamente te harás un ganador. ¿Aceptó esa persona  entablar una conversación contigo? Probablemente no, pero no obstante, tu actitud significa que fuiste más allá de tu miedo y al hacerlo, obtuviste una victoria importante. Tienes ahora un nuevo concepto de ti mismo, más confianza y respeto propio y diste nuevos y positivos pasos en tu crecimiento por el hecho de correr un riesgo. Ahora eres capaz de darte cuenta de que eres más grande que tus temores.

En el ángulo del triunfo también tienes dos opciones entre las que puedes elegir. Son las mismas opciones que tuviste con el miedo:

  1. Actuar positivamente. Significa que tomas la postura de ser activo positivamente para controlar tu vida y ser el creador de tus experiencias; permanecer positivo y permitir que los patrones de hábitos del subconsciente te guíen. Actuar positivamente, significa darte validez como un ganador y amándote. El amor por sí mismo es el punto de partida de todos los esfuerzos humanos con éxito. Si te decides a actuar positivamente, esta conducta te lleva un estado de amor por uno mismo.
  2. Tener una actitud negativa. Si decides no actuar y no te sientes digno de ser un ganador, la indignidad te jalará hacia dentro del triángulo para caer justo en el poder del desmerecimiento y la culpa. Entonces darás marcha atrás hacia la ansiedad, y de la ansiedad a la parálisis y así sucesivamente. Nota que las flechas en la parte inferior del triángulo van en dirección opuesta a las que están en la parte exterior. Fallar, al no actuar positivamente en tu vida, ocasiona que retrocedas a lo largo del sendero de “víctima” dentro del triángulo. El proceso de tu crecimiento y desarrollo depende de que tengas el valor de actuar positivamente. Cuando no actúas positivamente te conviertes en víctima.

Las víctimas son personas que han sido agredidas por las situaciones del mundo que les rodea. Son personas que no arriesgan y que están constantemente retrocediendo. Los triunfadores son quienes controlan sus acciones y reacciones, y responden positivamente a cualquier evento que se presente en su vida, obteniendo resultados que no siempre son los esperados, pero el haberse arriesgado les da seguridad y aumenta su autoestima, porque tienen el valor de tomar decisiones y hacer compromisos.

En el sendero del triunfo, otórgate el valor que mereces; ámate por ser triunfador (amor por uno mismo) y automáticamente pasarás al lugar del descanso. Una vez más, como en las dos ocasiones anteriores, tienes que tomar una decisión. Las opciones son las mismas, puedes elegir la acción positiva o permitir que la duda de ti mismo y la desconfianza influyan en tu mente y caigas nuevamente dentro del triángulo. Vamos a entender como descanso, un tiempo de recuperación. Recupérate jugando y relajándote. Si eres un creador sabrás cuándo volver a entrar en acción. Si continúas dándote valor, llegará el momento en que alcanzarás un lugar en donde el nuevo nivel de confianza en ti mismo pierde su entusiasmo; se convierte en un ¿y qué? Tu aceptación de ti mismo como campeón ha alcanzado los límites de tu sistema de creencias. La mente subconsciente, con base en su información almacenada (recuerdos), te hará decidir el pasar al autoexamen, lo que te llevará a la duda de ti mismo y de allí volverás nuevamente al miedo. Sin embargo, el miedo se encuentra en un nuevo y excelente nivel. Será el momento de arriesgar nuevamente, de pasar  a un plano más elevado de conciencia y confianza en ti mismo. Si por otro lado, no estás dispuesto a examinarte honestamente, eres sacado del descanso y enviado al interior, hacia la evasión, desde donde empiezas a retroceder hacia el aburrimiento, el desmerecimiento, la culpa, la ansiedad y la parálisis.

Si tienes complejo de víctima (la mayoría lo tenemos en cierto grado), sentirás que las experiencias de tu vida, ya sean agradables o desagradables; son responsabilidad de otras personas o de la misma circunstancia de la vida. No valoran las víctimas el esfuerzo que pudieron haber tenido. Si un amigo te envía un regalo o te rompes una pierna, tu reacción mental será: Ellos me lo causaron, o bien: No me lo merezco.

Cuando juegas tu propio juego, eres dueño de tu propia vida y tomas tus propias decisiones; el lugar de descanso (recuperación), será un lugar en el cual puedes relajarte y volver la vista hacia atrás para examinar los últimos eventos del triángulo, miedo, riesgo, triunfo, amor por uno mismo. Podrás ver cómo has crecido, porque algunas cosas que parecían aterradoras ya no lo son más. Descanso significa que te has recuperado y restablecido en este nuevo plano más elevado, dándote cuenta del nuevo nivel de confianza que has logrado para ti mismo y para otros. Tu vida puede desarrollarse constantemente si le haces frente a tus miedos o puede disminuir continuamente si te resistes a aceptar la responsabilidad de tu vida y tu felicidad; en cuyo caso tu vida caerá hacia adentro del triángulo en la espiral que va desde la ansiedad a través de la parálisis a la evasión, después al aburrimiento y al desmerecimiento a través de la culpa, y de regreso a la ansiedad. Los puntos interiores de ansiedad, evasión y desmerecimiento son las contrapartes invertidas de miedo, descanso y triunfo.

A primera vista, este triángulo, está lleno de flechas y palabras y parece un complicado problema verbal de geometría. Es simplemente una gráfica que te muestra, ya sea el camino que puedes seguir mientras asciendes, o el surco en el que puedes caer mientras desciendes. La sensación de sentirte bien y el sentimiento de confianza en ti mismo, ganará al final; se presentarán al tomar sus propias decisiones y al observar cómo éstas trabajan para ti. La diferencia entre tomar decisiones o permitir que las decisiones sólo ocurran, frecuentemente es un sentimiento de compromiso. Usando el triángulo, te enfrentarás con algunos retos a los que te hayas enfrentado en tu vida. Cataloga la siguiente espiral, ya sea hacia arriba por el exterior, o hacia abajo por el interior, para que puedas empezar a reconocer cómo este sencillo diagrama puede precisar, si estás en el sendero del triunfo o del fracaso.

Aprende a enfocar

Lo que su mente es capaz de concebir y creer;

 también es capaz de conseguirlo. ¡volverlo realidad!

Juan Antonio Razo

Se cuenta una anécdota de la época en que se construía el Palacio del Rey, pasó un día el arquitecto revisando los trabajos que ocupaban los cientos de obreros. Observó el diferente humor que parecían manifestar unos y los otros según los diferentes capataces y supervisores.

En su recorrido le llamaron la atención particularmente tres individuos que ejecutaban la misma tarea; el primero lo hacía con visible desgano y fastidio, el segundo con seriedad y lentitud; el tercero en cambio, con entusiasmo y diligencia. El arquitecto preguntó al primero: ¿Qué está haciendo? Y contestó: Me pusieron a tallar una piedra. Luego preguntó al segundo: ¿Qué está haciendo? Preparo una piedra para la columna de la entrada a la derecha. Respondió. Finalmente preguntó lo mismo al tercero y éste le contestó: Estamos construyendo el palacio más bello del país.

Analiza este pequeño relato y reflexiona cuántas veces has hecho algo similar en tu vida. Todo aquello en que te concentres tiende a aumentar. Si te concentras en tus debilidades, éstas crecerán en proporción a la energía que dediques a ese pensamiento. Por eso es mucho mejor que te concentres en tus cualidades (las reales y las imaginarias), pues de esta manera conseguirás que crezcan y den frutos en ti. En donde se encuentra tu atención, está tu intención.

Evita actitudes de víctima

Para un alma alegre el mundo está repleto de cosas interesantes.

Alexandra Stoddard

Culpar a alguien, sea quien sea, lleva frecuentemente a un completo rompimiento de las comunicaciones familiares. Gritar y decirse mutuamente cosas ofensivas puede convertirse en cualquier momento en violencia física. De hecho, la violencia en la familia constituye una grave crisis de salud en este país.

A veces nos culpamos a nosotros mismos y nos sentimos responsables. O también culpamos a otros para mitigar nuestra culpa. El culpar se convierte rápidamente en un ciclo peligroso e interminable que puede llegar a actos violentos y al crimen. Hay una diferencia muy grande entre las razones buenas y las escuchables, y razones que se escuchan bien. Cuando nuestros sueños mueren y la depresión se adueña de nosotros, es tiempo de dejar de buscar culpables y de lanzarnos a buscar los motivos que se escuchan bien y que nos metieron en ese lío, para luego crear un plan que nos saque de él.

Reconoce tus cualidades y las de los demás

Cuanto más altos estemos situados,

 más humildes debemos ser.

Cicerón

En las últimas fechas me he sorprendido de las razones que manifiestan los trabajadores de las compañías acerca de la importancia para realizar un buen trabajo, y estos son: Que valoren primeramente su trabajo, en segunda instancia que lo respeten y por supuesto: el dinero.

Tal vez esto sorprenda a algunas personas; sin embargo, la mayoría de nosotros sabemos que hoy en día, la gente ya no tiene por qué aceptar cualquier trabajo, ni mucho menos sentirse agradecido por ello. El dinero no es la razón principal por la que trabajamos, lo que realmente buscamos es la valoración y el respeto.

Jesús les daba reconocimiento constantemente a sus colaboradores y les decía: Bien hecho. Muchas de sus historias hablan sobre las alabanzas que los amos les hacían a los trabajadores leales. Dios abrió los cielos y alabó a Jesús en público en el río y le dijo: Tu eres mi hijo muy amado, en ti me complazco, y en otra ocasión en la montaña dijo: Él es mi elegido escúchenlo. (Dios sabe la importancia del reconocimiento público para motivar a la gente y conservar buenos elementos).

El reconocimiento de nuestro trabajo, y del desempeño de nuestra vida es para nosotros un aliciente que nutre y da energía; reconocer y reconocernos nos lleva a pensar y a sentir que el desempeño que estamos realizando es el correcto y estamos en el rumbo adecuado. Este detalle nos hace llenarnos de entusiasmo y continuar nuestro viaje por el mar de la vida.

Necesitamos del reconocimiento, necesitamos retroalimentarnos y recibir retroalimentación positiva de la gente que nos rodea. Si quieres ver cómo alguien crece unos cuantos centímetros ante tus ojos, reconócelo en público.

Elige ser excelente

El camino a la excelencia no tiene límites de velocidad.

David Jonhson

De los atributos del hombre a que se refiere la Ética[2] que son libertad, voluntad e inteligencia, la libertad se considera como el centro de la vida humana; al usarla adecuadamente equivale a perfeccionar la calidad del planeta. La libertad deberá ser entendida como la capacidad de elegir y esta consideración nos lleva a afirmar la condición de libertad que el hombre tiene. Si esta capacidad de elección va dirigida hacia la excelencia, deberás entender claramente cuáles son las condiciones que la rigen.

Un ser humano excelente es aquel que influye en los demás y que transforma buscando siempre el bien para él y para los que le rodean, es decir; al tomar decisiones las realiza ecológicamente. Excelencia es saber amar y saber ser amado y ver siempre las cualidades de las personas, buscando constantemente su bien. Excelencia es saber servir con gusto y apoyar a los otros, pues se sabe que entre todos siempre se puede encontrar una forma mejor de hacer las cosas.

Excelencia es privilegio de los seres humanos que están en desarrollo constante, de acuerdo a los preceptos divinos. Excelencia es saber comunicar paz a los demás, aprovechar puntos de oportunidad y enfrentar dificultades, pero no hacer por otros lo que estos pueden hacer por sí mismos. Excelencia es saber proteger sin asfixiar, saber guiar sin imponer, saber motivar a los que están a nuestro cargo para que se enamoren de la verdad y sean sabios, se enamoren de la belleza y sean artistas, se enamoren de Dios y sean santos, se enamoren de su patria o de un sueño y sean héroes. Excelencia es saber vivir las virtudes y contagiar con el estilo propio de vida de esa felicidad que comunican la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y el entusiasmo.

Excelencia es tratar a las personas con mayor delicadeza y finura, así verán los míos que el rango y dignidad de todas las personas es muy alto. Excelencia es saber decir sí a la vida, porque camino confiado de la mano de Dios. Excelencia, entonces es saber que para ayudar a formar hombres y mujeres de gran talla, hay que empezar por uno mismo; hombres y mujeres que sean capaces de construir sociedades mejores, sistemas más justos y sobretodo, que den gloria a Dios.

El hombre que vive con excelencia posee, entre otras cosas, las siguientes características:

  • Intuitivo y alegre
  • Tiene claro su propósito
  • Es original
  • Es responsable
  • Se demuestra libre
  • Construye a otros
  • Soporta el rechazo
  • Aguanta la frustración
  • Da sentido a la vida
  • Es equilibrado en su pasión
  • Promueve los valores

El hombre excelente sabe reír  y reír con abundancia y frecuencia. Disfruta gozosamente de la abundancia de los valores que encarna y promueve. Disfruta de las cosas bellas que abundan en esta tierra. Por ser intuitivo, sabe relacionar grandes realidades y tiene una visión amplia y adelantada con respecto al futuro; en la misma medida es inventor y creativo. Sobre todo, promueve el surgimiento de grandes hombres, de nuevos valores, de cambios históricos… (González, 1999).

El que no tiene excelencia vive en la mediocridad. ¿Por qué no la tienes? Alguna vez la tuviste pero algo pasó en tu vida. Interpreta tu sistema de creencias y descubrirás el engranaje que de alguna manera te aleja de la excelencia, y redefine tu vida.

Salta de tu cajita de confort

Resistirse al cambio es tan inútil

como oponerse a que salga el sol.

Juan Antonio Razo

En el libro Te quiero, te Odio de Vallés hace un análisis del riesgo de enfrentarse y dice que si no hay retos en la vida, caemos en la mediocridad. La gran tentación del menor esfuerzo. Déjalo estar. No te muevas. Haz lo que hagan todos. No te metas en líos. Así es como mucha gente vive, por necesidad social o por voluntad propia, y los que así lo quieren tienen pleno derecho a hacerlo sin que los moleste nadie. Pero siempre se paga un precio por el conformismo y la pereza, y es el de rebajar el nivel existencial de la vida. Cuanto más me repliego sobre mí mismo, menos persona soy. Para que la personalidad florezca, necesita aire libre, la lluvia y el viento; necesita el encuentro directo con otras personas para realizar su propio ser. Nadie se hizo grande en soledad.

Cuando fuiste un niño, no percibías los problemas o simplemente no los tenías. Pero lo común de la infancia es que todo niño corre riesgos y los padres se encargan de ponerles límites constantemente, y acaban encerrándolos en un corral que los limita de su desarrollo natural, tanto físico, como mental. ¿De qué tamaño es tu corral? La casa donde vives, tu trabajo, tu familia. Ese es tu corral. Te voy a demostrar. Cada mañana, bajas de la cama como un ritual, entras al baño y con frecuencia haces lo mismo. La mayoría de tus actividades, las haces de cierta manera por comodidad. Analiza tus logros, sucedieron porque hiciste algo diferente. Tus problemas los tienes porque no estás dispuesto a pagar un precio, porque quizá te da miedo perder la comodidad.

Si sigues haciéndolo como hasta el día de hoy, nunca vas a tener lo que andas buscando, por buscar la comodidad te estás perdiendo la oportunidad de entrar en el proceso ser, hacer y tener.

Esto que te limita quizá fue adquirido desde la niñez. Un niño es como una página en blanco. ¿A quienes les dijeron que los niños no lloran? ¿Quién de las mujeres considera que los hombres son superiores? Una persona sin creencias, es una persona sin inhibiciones, da al cien por ciento. Tu creencia, es tu punto de vista. Esas creencias son las que te han limitado. Son bloqueos que te han quedado en tu mente y te limitan. Lo que te limita te mantiene dentro de tu caja de confort y obtienes resultados ordinarios. Hay que romper esas creencias. Mientras más alta es la creencia, más es el precio que se paga. ¿Cuál es el precio que estas dispuesto a pagar? Los que pagaron un precio ya están disfrutando los éxitos, porque se transformaron en personas extraordinarias.

¿Qué precio estás dispuesto a pagar?

Todo el mundo desea el éxito,

Pero nadie quiere pagar el precio.

Juvenal

¿Quieres el éxito? Si tu respuesta es afirmativa, entonces debes saber que todo en la vida tiene un precio. Si las cosas valiosas fueran fáciles de obtener, cualquiera las tendría. Para romper las creencias que te limitan en tu desarrollo y que evitan que puedas manifestar tu magnificencia, necesitas pagar el precio que pagan los seres humanos que no se quedan inmóviles dentro de su cajita de confort.

Un estudio hecho en Alemania por el Alexander Hamilton Institute a través de más de 500,000 estudiantes, entre los cuales se encuentran más de 150,000 ejecutivos, se llegó a la conclusión de que el éxito o fracaso de una persona no depende de su capacidad ni de su inteligencia, sino simple y sencillamente de que unas personas quieren pagar el precio de su éxito y otras no.

Este precio es: Hacer uso de tu máxima energía, para forzarte a llegar al lugar que deseas alcanzar en tu vida. Tener la determinación de seguir el plan que diseñaste, no solamente si las circunstancias son favorables, sino a pesar de todos los obstáculos que se te presenten. Finalmente, no admitir ningún suceso, que pueda torcer, cambiar o modificar la realización del propósito que  tienes para con tu vida.

El pagar este precio no es fácil. Por eso es que unos quieren hacerlo y otros no. Sin embargo, todo ser humano está en completa libertad de decidir si quiere o no quiere pagar el precio de su éxito en la vida. Las personas que triunfan en la vida tienen que pagar los precios necesarios para conseguir sus metas, sacrificando el descanso e inclusive el tiempo que le dedican a la familia. Si se está consciente de esto, aunque sea poco el tiempo que se pase con la familia, se procurará sea de gran calidad.

El logro de tus objetivos, requiere del mayor esfuerzo, superando problemas personales, familiares y sociales; y tener siempre en la mente que deberás llenarte de optimismo y dejar a un lado los pretextos que sólo caben en las personas que no tienen responsabilidad.

Arriesga a ¿qué tal si sí? 

Cree que lo tienes y lo tendrás.

Erasmo

¿Desde cuando dejaste de arriesgar? Recuerda que cuando eras niño frecuente arriesgabas, siempre le apostabas a las cosas. Quizá decías: ¿Y que tal si sí?

Cuando estuve en México la última vez, fui a pasear por una zona residencial muy elegante y en la puerta de una mansión me fijé en  un carro convertible rojo. Cerca de él se encontraba su dueño con las llaves en la mano dispuesto a llevárselo. Le dije a mi amigo que me acompañaba:  Permíteme, voy a ir por él. Se lo voy a pedir. ¿Qué creen que me dijo mi amigo? ¡Estás tonto, cómo te va a regalar ese señor semejante carro!  Por supuesto que no le hice caso a mi amigo y me acerqué para hablar con el dueño del carro y le dije: Oiga señor; me gusta su carro… ¿me lo regala?  ¿Qué creen que me contestó? ¡Estás bien tonto, trabaja flojo!, ¿Había posibilidad de que me lo regalara? ¡Sí! ¡Sí había! ¿Qué es lo que tenía seguro? Que me dijera que no. Tomé un riesgo, lo pedí. Imagínate que tal si este señor estuviera desahuciado y le hubiera caído en gracia mi atrevimiento,  quizá me hubiese regalado su carro.

¿Desde cuando dejaste de arriesgar? ¿Quién te dijo que no valías? ¿Quién se burló de ti? Yo afirmo que las grandes creencias se forman en los niños, pero aún así sigues cosechando creencias… ¿Qué te decían de niño cuando hacías algo mal? ¿Qué te dicen cuando dejas la llave pegada en el auto y lo cierras? Burro, menso, estúpido… ¿Cuándo hacías bien la tarea, qué te decían? Nada.

Haces lo que sea necesario para boicotear tu éxito. ¿Cómo yo siendo un tonto puedo tener esto? ¡No me lo merezco! ¿Cómo puedo merecer esto si soy un estúpido?

¿Crees que las persona con creencias de ese tipo merecen tener amor, felicidad? ¿Crees que un tonto se lo merece? Yo te digo que sí, pero el precio que tiene que pagar es muy alto, para que su ser interno se manifieste.

Cuando en la escuela o en una reunión piden que pasen al frente, tu quizá  piensas… Ni de tonto paso. ¿Cuántas veces te ha sucedido así? Dejas que otro decida por ti por no querer tener problemas. Recuerda que la solución no está dentro de la caja de confort.

Vamos a suponer que te subes erróneamente en un camión equivocado. ¿Cómo actúas?  ¿Eres de los que se quedan calladitos porque no arriesgan? ¿Cuántos contratos has firmado en tu vida sin leerlo porque te da pena? ¿En la escuela, das al cien por ciento? ¿En tu trabajo, te quejas porque hay trabajo? ¿Cuántas veces te han pasado cosas por no preguntar? Para mirar nuevos horizontes hay que arriesgarse. Siempre existirán posibilidades de tener éxito en cada una de tus decisiones. Si se arriesga y los resultados no fueron como los que se deseaba, de todas maneras tuviste éxito, porque de qué otra manera tendrías el conocimiento si podrías sacar algún beneficio con tu decisión? El arriesgar te da oportunidad de crecimiento. La gente que no arriesga, simplemente se encuentra viviendo en un estado vegetal, no se está dando la oportunidad de experimentar y crecer.

Comprométete

Si fallas reconoce tus errores y recomprométete

Lo que piensas hacer o sueñas hacer, hazlo ya.

Goethe

A la gente comprometida se le puede confiar una encomienda. El compromiso te abre las puertas a las oportunidades de la vida y va construyendo un hombre de palabra. El hombre que cumple sus compromisos, por más sencillos que éstos sean; es un caballero en el más estricto sentido de la palabra.

Lo que llamamos errores, son tan sólo oportunidades, información útil de Dios que nos indica que no estamos en armonía con Él. Aprendamos a andar por el procedimiento de caer y levantarnos tras la caída. Aunque a veces no lo parezca, siempre estamos avanzando hacia nuestra meta final, la armonía con todo y con todos. Por eso vivimos en constante transformación. El cambio es la única constante de nuestra vida. Aunque quisieras, nunca conseguirás mojarte dos veces en el mismo río: Cuando vas a poner un pie por segunda vez, las moléculas de agua que entran en contacto con tus pies ya no son las mismas que las de la primera vez. La existencia está hecha de cambios.

La palabra es grandiosa. Tener palabra es un compromiso contigo mismo y con los demás. Día con día tienes la oportunidad de crear valor ¿cómo? Cada vez que te comprometas. La palabra es grandiosa. Es un acto de honestidad. En los tiempos de mis abuelos había palabra, tenían valor los compromisos que hacían. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué han perdido su valor?

¿Qué ves de una persona que no tiene palabra? Inmadurez, poco fiable, hipócrita, derrotado, etc., y ¿qué te genera una persona que no tiene palabra? Desconfianza, coraje, decepción, etc.; ahora, si una persona que se compromete contigo y te cumple ¿Qué ves en ella? Confianza, seguridad, respeto y ¿Qué te genera? Valor, honestidad, sinceridad.

Ahora te pregunto ¿Se puede fallar a la palabra? Claro que sí. Porque si tienes alguna prioridad tendrás que jerarquizar tus compromisos y no podrás cumplir. Aunque después debes negociar, porque al no cumplirte pierdo el poder en ti; el poder de mi palabra. En el momento que esté nuevamente contigo tendré la prudencia de reconocer que no tuve palabra y me recomprometeré otra vez con ella.

Día con día tienes la oportunidad de adquirir valor. Una persona responsable significa tener la cualidad de cumplir con su palabra. Tienes que ser congruente. ¿Quieres sentirte mal? Tu decides. Tu eres parte de un todo y todo es parte de ti. Tener palabra significa responsabilidad.

Cede siempre la razón

La llave del éxito depende sólo de lo que podemos hacer de la mejor manera posible.

  1. Longfellow

Para explicar este concepto es necesario analizar un poco lo que es la verdad: No existe cosa alguna que no sea; si puedes ver, percibir o sentir algo, entonces es. Si es, de la forma que sea, entonces existe. La verdad es lo que es. Todas las cosas son verdaderas, no hay cosa alguna que no sea verdadera.

La verdad es una metáfora. En efecto, cuando hablamos de nuestras creencias, utilizamos metáforas para describirlas. Esto vale también para las verdades científicas. Con ella nos expresan los científicos sus propios mapas acerca de la realidad (González, 1999).

Hemos usado incorrectamente la palabra verdad para querer decir impreciso. Una cosa puede ser inexacta y todavía puede ser verdad. Por ejemplo, 2+2 no puede sumar cinco, pero la inexactitud no es una falsedad. Si un niño escribe en su tarea 2+2=5 no hay modo de evitarlo.

Supongamos que un niño está dentro de una recámara y su madre está afuera. El niño afirma que la puerta está pintada de blanco. La madre afirma que la puerta está pintada de negro. ¿Que pasa si se dieran cuenta que no hay cosa que no sea, que todas las cosas son verdaderas, incluyendo el punto de vista propio y el de oponente? Entonces ambos podrían duplicar su entendimiento de la verdad.

En días pasados, en una comida en casa de mis suegros, se entabló una discusión entre mis dos cuñados de la opinión que tenía cada uno de ellos, con respecto a la conducta de un político. El primero insistía que el político no tenía sensibilidad y que sus decisiones eran arbitrarias. El otro decía que era una persona de confiar y que estaba tomando decisiones certeras en su carrera. Ambos estaban analizando la situación de acuerdo a la experiencia que tuvieron con el político. Para poder entender más y saber más del político, será necesario que estén dispuestos a aceptar el punto de vista del oponente.

Esto me hace pensar en la historia de cinco sabios que vendados fueron llevados a tocar un elefante. A cada uno de ellos se le dio la oportunidad de tocarlo y sentirlo con la mano. Después fueron llevados al interior de un cuarto y se les quitó la venda de los ojos, donde cada uno de ellos describió su experiencia con el elefante; uno dijo que se parecía mucho a un árbol, porque había tocado la enorme pierna del animal; otro dijo que se parecía a un acantilado, pues había tocado uno de los costados; otro más dijo que había tocado una cuerda maciza, porque había tocado la cola y así sucesivamente. El punto de vista de cada uno fue diferente sobre lo que era el elefante. Sin embargo ninguno de ellos, ni todos juntos pueden abarcar lo que es un elefante.

Mi punto de vista y tu punto de vista pueden parecer demostrables y aún así, pueden ser opuestos. Debido a que nuestros puntos de vista difieren podemos caer en una discusión. Un punto que debemos recordar, es que las discusiones siempre tienen lugar con la intención de descalificar el punto de vista de la otra persona para proteger el suyo propio. Si tu no defiendes tu opinión, generalmente, es porque no necesita que se defienda, ya que estás convencido de que tu punto de vista es el correcto. Tu único propósito al discutir es convencerme de que yo estoy equivocado. Si pudiéramos aprender a ver los puntos de vista contrarios como equilibradores e integrantes del cuadro completo de la verdad, nos complacería escuchar el punto de vista de nuestro oponente.

Los hechos son fácilmente probados y fácilmente defendidos, mientras que la verdad no puede probarse, porque no hay un parámetro objetivo con el cual medirla. (todas las cosas, incluyendo los parámetros son parte de la verdad). Es fácil probar que el aire que nos rodea contiene ciertos elementos básicos como el hidrógeno y el oxígeno, ya que este es un hecho. Otra cosa muy diferente es probar que este mismo aire es de variables tonos de azul, los cuales a veces cambian a todos los colores del arco iris; esto es la verdad.

Por lo anteriormente expuesto es razonable pensar que en una discusión, cualquiera que esta fuere, las dos personas que están interactuando, tienen la razón, puesto que dentro de su estrecha capacidad mental está concibiendo el fenómeno en cuestión. Lo adecuado ante estas circunstancias es ceder la razón, sabiendo de antemano que la antítesis complementa la verdad que tu estás buscando.

El Mullá Naserudín le daba de comer al burro todos los días, pero un día le dio pereza y le dijo a su mujer: Ve a darle de comer al burro. A la mujer no le sentó bien la orden, y se pusieron a discutir quién debería hacerlo. No se pusieron de acuerdo, y al fin Naserudín dijo: Hagamos una apuesta; vamos a guardar silencio los dos y el primero que hable, le da de comer al burro. La mujer asintió con la cabeza, y ambos cerraron la boca dispuestos a no abrirla para nada.

Naserudín se sentó en un rincón del cuarto, cerrado en su silencio absoluto. Su mujer se aburrió pronto y se fue a casa del vecino, donde permaneció hasta el anochecer. Les dijo a los vecinos lo que había pasado, y añadió: Él es tan tozudo que antes se morirá de hambre que ceder ante mí. Vamos a enviarle una sopa caliente, porque ya tendrá hambre para estas horas.  Le dieron una cazuela con sopa hirviendo al chico de la casa para que se la llevase a Naserudín.

Mientras tanto, un ladrón había entrado en la casa de Naserudín y había empezado a cargar con todo lo que encontraba.  Cuando vio a Naserudín sentado en un rincón sin moverse, se creyó que estaba paralítico, y le cogió incluso el gorro que el Mullá llevaba puesto, pero este no se movió ni dijo una palabra.

En el mismo sitio y postura estaba cuando llegó el muchacho con la sopa.  El chico dijo: Le traigo esta sopa de casa de sus vecinos.  El Mullá trató de hacerle entender por señas lo que había pasado, cómo había venido un ladrón y había llevado todo lo que había en la casa, incluso su propio gorro.  Para expresar la pérdida del gorro, señaló a su propia cabeza dando varias vueltas con el dedo.

El muchacho entendió que quería que le echase la sopa por la cabeza, y así lo hizo sin fijarse en la temperatura del líquido.  Naserudín recibió la espesa lluvia ardiente sobre la cabeza, pero ni se movió ni dijo una palabra.  Su cara y su barba habían quedado en estado lamentable, y el muchacho, al verlo, volvió corriendo a su casa a contar todo lo que había visto y entendido, el robo, el baño de sopa y el silencio del Mullá.

Al oír el informe, su mujer cayó en la cuenta de todo lo sucedido y fue enseguida a casa.  Allí encontró a su marido exactamente en el mismo sitio en que lo había dejado, sin moverse; y llorando y riendo al mismo tiempo, le dijo toda excitada: ¿Se puede saber que quiere decir todo esto? El Mullá contestó: Ve a darle de comer al burro.  Y no vuelvas a ser tan terca.

Moraleja: El burro no se queda sin comer.

Juega siempre a ganar/ganar (Actitud)

Las puertas de la sabiduría nunca están cerradas

  1. Franklin

Los papeles que jugamos en la vida son cuatro:

  1. Perder/perder. En este tipo de juego se encuentran los Los seres humanos que viven en el pesimismo. Sus expresiones más comunes son: En todo me va mal. Nadie me quiere. Todos me hacen daño. Y cuando tienen conflictos entre ellos, toman como mejor opción romper las relaciones. Es poco frecuente que se enfrenten a resolver sus propios problemas. Son gente que esperan que el tiempo sane las heridas. Son perdedores.
  2. Perder/ganar. Este papel lo desempeñan las víctimas. Este tipo de personas le echan la culpa de sus problemas a los que les rodean, además viven en el pasado. Sus quejas más frecuentes son: Por culpa de mi padre no pude estudiar y soy un desdichado. Mi mamá me desprecia por mi color. Cuando tienen conflictos, no solamente esperan, sino que crean las condiciones para que les vaya peor y tengan la razón de lo que afirmaron de su desgracia. Para las víctimas, todos están bien, menos ellas.
  3. Ganar/perder. Este tipo de papel es frecuente en la gente agresiva, que se aprovecha de su condición y saca provecho a toda relación. Para estos hombres y mujeres, todos están mal menos ellos. Sus expresiones son: No confío en nadie. Mis compañeros son unos fracasados. Todos están equivocados. En la solución de conflictos son muy agresivos y no se tientan el corazón para dominar y sacarle provecho a sus compañeros.
  4. Ganar/ganar. A este juego de la vida se le llama “juego ecológico”. Porque es un juego que es bueno para mí y aceptable para las personas que interactuan conmigo. Las expresiones más frecuentes son de equidad y justicia: ¡Vamos a lograrlo! No te desanimes, en este proyecto ambos vamos a salir ganadores. Cuando tienen conflictos, este tipo de gentes se “rinden ante lo que son y toman acción” Una de las características más importantes es que viven en el presente y lo aceptan tal y como es. Son personas responsables, que empeñan su palabra y la cumplen.

Al conocer los cuatro papeles que has jugado en el transcurso de tu vida y que seguirás jugando, te da oportunidad de escoger la actitud que quieras tener en tus interrelaciones. Jugar a ganar/ganar es una opción que te llevará más fácilmente hacia la cima de tu desarrollo personal.

Aumenta tu autoestima

Nuestro rendimiento nunca será mayor que

 la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Dr. Lair Ribeiro

Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto que causa la actitud que se tenga ante la vida. La actitud, para mí es más importante que los hechos. Más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que los éxitos, que lo que otras gentes piensen o hagan. Estoy convencido que la vida es 10% lo que me sucede y 90% como reacciono a ello. Y así es contigo, estamos a cargo de nuestras actitudes.

Consideraciones sobre la autoestima:

  • La actitud que tenga hacía mí mismo determina mi autoestima.
  • Mi autovalía depende de la autoimagen que tenga de mí mismo.
  • Los demás no determinan mi valía, así como tampoco las circunstancias.
  • Tengo la capacidad para pensar, enfrentar cualquier desafío y lograr lo que me proponga, tanto como cualquier otro ser humano.
  • Tengo derecho a buscar, obtener y disfrutar la felicidad.
  • Dios me creó a su imagen y semejanza y sólo por eso valgo.
  • Si la imagen que tengo de mí mismo no es la que me agrada, entonces mi autoestima será baja. En la medida que la imagen sea de mi agrado mi autoestima será mejor. La buena nueva se encuentra en el hecho de que puedo, en el momento que así lo decida, cambiar la imagen que tengo de mí por la imagen que deseo de mí mismo, una imagen tal y como yo quiero ser.

El cambiar la imagen implica varios pasos:

  • Crear en mi mente la imagen que deseo de mí.
  • Fijar en adelante mi atención en la imagen creada.
  • No permitir que nada ni nadie me haga cambiar la nueva imagen.
  • Actuar y tener una actitud acorde a mi nueva imagen.
  • La nueva imagen alimenta mi autoestima, y en la medida que ésta mejora, así también mi autoestima alta mejora mi autoimagen, haciéndose un círculo virtuoso.

Nuestro rendimiento nunca será mayor que la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Autoacéptate

El amor constituye la curación milagrosa.

Louise L. Hay

Es un concepto que recogen todas las religiones filosóficas. Somos en la vida aquello que rechazamos ser. Cuando afirmas por ejemplo: No quiero ser como Pedro, estás dando el primer paso para ser igual a él, y todos, menos tu, te darás cuenta de que es así. Si por ti no puedes, te verás obligado, por eso te convertirás en aquello que no deseas ser. Y si por ti puedes, la voluntad substituirá la obligación. Por eso lo que tu aceptes tal vez se convierta en realidad o tal vez no. Depende de lo que tu quieras. El verdadero cambio en ti sólo llegará cuando aceptes a los demás tal como son y te aceptes a ti tal como eres.

Mi punto de vista es que la aceptación o rechazo de un individuo en nuestra sociedad, generalmente, no dependen de si sean o no valiosas para toda la sociedad. A menudo dependen de si son adeptos a jugar nuestros juegos sociales. Por consiguiente, muchas personas sólidas, valiosas y bellas, son rechazadas y, a causa de esto, están destruyéndose ellos mismos en este momento. Esta destrucción puede ser muy bien una forma de suicidio, ya sea literal e inmediata a un sistema de autocastigo prolongado por el que una persona anula sus cualidades, niega su carisma natural y su talento y finalmente, pierde la confianza en sí mismo, convirtiéndose en una sombra en el rincón. Algunos de nuestros genios más grandes, son personas muy sensibles y esta misma gente sensible es la que más fácilmente es aplastada por la brutalidad de nuestros juegos sociales.

Aceptación no quiere decir tolerancia, ni tampoco poder arreglárselas. Significa rendirse y hacerse uno con la otra persona, permitiéndole ser quien es, haciendo lo que él está haciendo. Cada persona es creadora en forma completamente diferente de los que la rodean y trae su propio patrón intrincado y perfecto a nuestro universo. Sin su patrón, nuestro universo está incompleto. Si no le permitimos ser él mismo sin ejercer nuestro juicio hostil, nunca tendremos la oportunidad de sentir su magnificencia natural. Nuestro rechazo será la causa de que se retraiga y esté a la defensiva, escondiendo su verdadero y vulnerable yo, a causa de nuestra crueldad. Sin embargo, cuando sabe que es aceptado incondicionalmente, se relaja en su propia singularidad y empieza a realizar movimientos decisivos en su vida.

No hay puntos intermedios entre el rechazo y la aceptación. Cada persona está, ya sea expandiendo una parte de sí misma en confianza y autoridad o destruyéndose como resultado de nuestra aceptación o rechazo hacia ella en este momento.

La aceptación es una herramienta que puede ser usada eficazmente. Para ganar esta carrera empieza por apartar el pie del acelerador, respira y mira alrededor de ti y en tu interior reconócete y acéptate tal como eres. Si deseas ser totalmente aceptado por otros, empieza aceptando a los demás total y completamente.

Cuando realmente nos amamos, nos aceptamos y nos aprobamos exactamente tal y como somos, entonces todo funciona en la vida. Es como si ocurrieran pequeños milagros en todas partes. Todo mejora a nuestro alrededor. Amarte y aprobarte, crear un espacio de seguridad, confiar, merecer y aceptar, todo esto originará una organización en tu mente, creará relaciones más afectuosas en tu vida. La gente que se ama a sí misma y a su cuerpo, no abusa de sí misma ni de los demás. La autoaprobación y la autoaceptación en estos momentos son las claves principales para los cambios positivos en todos los campos de nuestra vida.

El amarse a sí mismo comienza con no criticarnos más. La crítica nos encierra en el mismo patrón que estamos queriendo cambiar. El ser comprensivos y amables con nosotros mismos, nos ayuda a lograr el cambio. Recuerda que te has estado criticando por muchos años y no ha funcionado. Trátate con aprobación y observa tus resultados.

Respétate y respeta a los demás

Sólo podemos respetar a los demás

cuando uno se respeta a sí mismo.

Sólo podemos dar, cuando nos damos a nosotros mismos.

Sólo podemos amar, cuando nos amamos a nosotros mismos

Abraham Maslow

Todo ser humano que ves a tu alrededor, tiene un secreto. Este secreto, que rara vez se admite aun a sí mismo, es que él es una encarnación de Dios. Él sabe que la inspiración creativa del mundo emana de él. En lo profundo de su alma está escondido un orgullo feroz y hermoso de ser él mismo. Una manera segura de llegar al corazón de cualquier persona es demostrarle que están activamente conscientes de su magnificencia escondida. Estar activamente consciente significa mostrarle activamente respeto.

Cualquier cosa que hagas a otros, también lo haces para ti. No es posible que respetes a otra persona a menos que primero te consideres a ti mismo respetado y respetable. Si deseas ser respetado, empieza por respetar a los otros lo más conscientemente posible.

Una forma de mostrar el máximo respeto por otra persona es escuchando sus deseos, sus palabras y algunas veces yendo más allá de las palabras y escuchando la canción que hay en su alma.

Da afecto y recíbelo

No se puede amar algo por decreto.

El amor es una expresión voluntaria del corazón.

Juan Antonio Razo

Este fue un experimento de René Spitz con los niños huérfanos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, asilados en los hospitales, en Inglaterra, atendida por una orden de religiosas del siglo pasado. La casa tenía una mortalidad infantil que sobrepasaba el 90%. Las hermanas se habían resignado tristemente a tal situación, pues creían que la causa era el hecho de que los niños habían sido encontrados en los quicios de las puertas y en las calles y era evidente que habían sido expuestos a incontables enfermedades y privaciones antes de su llegada, lo cual era la causa de su enfermedad y las muertes prematuras.

Siguiendo con el relato, una mujer que había criado a su propia familia llegó a trabajar al orfanatorio. Sus deberes se limitaban a trapear y a lavar, pero sus instintos maternales eran constantemente despertados por el llanto de los bebés. Cuando empezó a consolarlos le dijeron que los infantes probablemente morirían de todas maneras y que, con la cantidad de trabajo que había que hacer, no había tiempo para atenderlos de otra forma que no fuera alimentarlos.

Sin embargo, obtuvo permiso y mientras hacía sus tareas pasaba algún tiempo cargando y calmando a los pequeños. Para el asombro de todo el mundo, excepto de la mujer que limpiaba, los niños empezaron a progresar. Ganaron peso y empezaron a balbucear y a jugar. El grado de mortalidad bajó del 90% al 10% casi de un día para otro.

Nosotros no somos diferentes de esos niños. Debemos compartir afecto con aquellos de nuestro universo o moriremos. La muerte, como resultado de una falta de afecto, no vendrá tan rápida o misericordiosa en los adultos como lo es para los niños. Sin embargo, es igualmente predecible.

Nos pasamos esta fuerza de vida de unos a otros a través de las muestras de afecto. Es de vital importancia para la salud el que muestres afecto y que lo recibas. El verdadero afecto no es necesariamente el intercambio de abrazos y besos. Esos actos pueden muy bien intercambiarse sin que exista ningún afecto de por medio.

Algunas personas encuentran al compartir su cariño con otros seres humanos tan difícil, que vuelcan su afecto hacia los animales. Estas personas llenan sus necesidades de afecto dándolo a los objetos amados de sus vidas, sus mascotas. Al hacerlo, intercambian la misma energía vital que nutre a los seres humanos, no podría provenir de ninguna otra criatura diferente o que no formara parte del mismo patrón vibrante de los seres humanos. Así como nuestros niños son criados con las leches de otras criaturas no humanas, nuestros espíritus pueden nutrirse de su afecto. Somos la misma familia.

Sólo es posible dar a otras personas aquello que tenemos para nosotros mismos. Un hombre pobre no puede darte o prestarte dinero. Un hombre que no posee un huerto, no puede darte frutas, por consiguiente; para poder dar afecto necesitamos tenerlo.

Para muchos de nosotros, la experiencia con otros seres nos ha enseñado qué tan fácilmente podemos ser lastimados. A veces parece ser más seguro aparentar afecto y jugar juegos de afecto que abrir nuestro corazón y entregarnos verdaderamente. Los juegos de afecto, sin embargo, no pueden nutrir la parte profunda y vital de nosotros, que debe intercambiar energía amorosa con otros seres para poder seguir adelante. Se requiere que confíes por tu lado, para que puedas intercambiar afecto sincero con otra persona.

Para tener mayor afecto en tu vida, empieza hoy a dar más afecto a aquellos que te rodean. El acto de dar está relacionado muy estrechamente con el acto de recibir. Al repartir estos regalos, recibirás automáticamente las recompensas de los regalos. El acto de regalar requiere de dos personas que se rindan mutuamente. En ese momento el que da y el que recibe, se vuelven uno.

Una señora que tenía por costumbre dar limosna a un pobre a la puerta de la iglesia que frecuentaba, se llevó un día la mano al bolso, y sólo entonces cayó en la cuenta de que se le había olvidado. El mendigo mantenía la mano extendida hacia ella, y entonces reaccionó con tacto y rapidez. Le dijo “hoy no tengo nada que darle, pero al menos puedo estrecharle la mano. Y así lo hizo, con sincera naturalidad y sentimiento. El mendigo no se dejó ganar en cortesía, aceptó el apretón de manos y dijo: Hoy me ha dado usted más que todos los demás días.

Aclárate con tus amigos

La verdadera amistad es una planta de lento desarrollo,

que debe de resistir la adversidad antes de tener derecho a esa denominación.

George Washington

El Mullá Naserudín vio un grupo de policías en la plaza del pueblo, y echó a correr inmediatamente a toda velocidad para escaparse. Los policías lo persiguieron calle tras calle y campo tras campo por todo el pueblo y los alrededores. Por fin, él se paró de repente, se dio la vuelta y dio la cara a sus perseguidores. Los policías casi se le cayeron encima con la velocidad que llevaban; por fin pararon y lo rodearon. Cuando todos recobraron el aliento, el Mullá preguntó: ¿Por qué me perseguíais? Contestaron: Porque te estabas escapando de nosotros. Bien, replicó el Mullá, pero ahora no me escapo de vosotros. A lo cual el jefe de la policía respondió: Tampoco nosotros te perseguimos ahora. Y así acabó el enfrentamiento. Esta es la historia de muchos malentendidos entre amigos.

Crea el hábito de la lectura

Los libros son las abejas

que llevan el polen de una inteligencia a otra.

Lowell

Algunas personas se han preocupado por no tener una carrera, y piensan que no lograrán ser  alguien importante en la vida por esta carencia, pero yo te voy a decir lo contrario: no es condición necesaria y suficiente cursar una carrera para triunfar en la vida, sólo basta que tengas la instrucción adecuada para funcionar en la sociedad. La mejor manera de tener dicha instrucción dentro de cualquier área del conocimiento es leyendo. La lectura te da información actualizada de lo que está pasando en el mundo, de las corrientes del pensamiento, de la nuevas tecnologías, etc. La lectura tiene doble propósito; por un lado te instruye y por otro, leer me parece considero que es una muy buena manera de relajarse. Entrar en la mente y en la experiencia de otro ser humano que quizá desde hace muchísimos años dejó de existir, es una experiencia inolvidable.

El hombre que no ha tenido el hábito de leer, está prisionero en su mundo inmediato en cuanto a tiempo y espacio. Su vida cae dentro de una rutina establecida; se limita al contacto y la conversación con algunos amigos y conocidos, y no ve más de lo que sucede en su alrededor. De esta prisión no hay fuga posible. En el momento en que tomas un libro entras en un mundo distinto, y si se trata de un buen libro, inmediatamente entras en contacto con uno de los mejores narradores del mundo. Este narrador te guía y te conduce a una nación diferente o a una época distinta, y te platica situaciones que nunca te hubieras imaginado o te invita a discutir algún tema especial o un aspecto de la vida de la que nada conoces.

Para vivir un par de horas en un mundo y alejar nuestros pensamientos de las exigencias del presente inmediato, es un privilegio que deben envidiar aquellos que se encuentran presos en las cárceles corporales.

La lectura es un hábito, y como tal es necesario formarlo. Algunas personas podrían decir que no encuentran satisfacción en leer; que se cansan desde el momento en que ven la extensión de un texto o un libro. Otros afirmarán que tal o cual tema no les interesa. Quizás algunos dirán: «Yo comienzo con entusiasmo, pero después de diez o doce renglones me canso y lo dejo». A todos les contesto que la lectura es un hábito que surge de un simple acto de elección. Un mal hábito puede ser substituido por un buen hábito. ¿Por qué no mejor te formas el hábito de permitirte un breve espacio de cinco minutos al día para leer?

Si no tienes el hábito de leer, mi mejor recomendación es que te comprometas a trabajar en ello. Existe una extensa fuente de publicaciones como libros, manuales, literatura técnica, periódicos y revistas, para ampliar tu propio conocimiento y acervo cultural. La lectura es poder absoluto. Cuando abres un libro, abres un mundo lleno de conocimiento, diversión y entusiasmo. Únete a esos científicos, poetas y héroes en una emocionante travesía para visitar otros mundos maravillosos y misteriosos, englobados dentro de la palabra escrita.

¿Alguna vez te interesaste en un libro o una publicación? ¿Qué te llamó la atención? ¿El título? ¿Las ilustraciones? ¿El tema? ¿La portada? Todo parece coincidir con la subjetividad con que te fuiste formando. Te has formulado preguntas, has hecho análisis de todo lo que te rodea. Y allí comienza una especie de oferta y demanda entre lo que necesitas o deseas saber y lo que quieren hacerte saber. Tú deberías elegir, porque necesitas tener una vivencia correcta de las cosas. En cierto modo, necesitas creer en algo. Creer no sólo en sentido espiritual, sino en aceptar (o no) conceptos, hechos y realidades de otros hombres. Es éste el momento, entonces, de tomar un libro, de familiarizarse con lo escrito. Todo lo que venga a tu mano léelo, analízalo, estúdialo. Luego extrae lo bueno. “Claro, (me dirás) encontrar lo justo, lo adecuado, lo positivo, lo preciso, no siempre es fácil, incluso puede ser subjetivo». Pero te contesto que no podrás diferenciar lo bueno de lo malo de tal o cual autor, si antes no lees su pensamiento. Luego de la lectura vendrá el análisis y la crítica.

El hábito de la lectura irá profundizándose en ti hasta llegar a momentos extraordinarios. Si algún amigo o compañero te preguntase: ¿Cuándo leer? contéstale: lee cuando necesites saber y creer. Hazte tiempo para eso. ¿Dónde leer? En donde te sientas a gusto. ¿Cómo leer? Con el deseo y la disposición de aprender. ¿Para qué leer? Para conocer al mundo y sus ideas. ¿Qué leer? Todo lo que puedas y que sea de provecho para ti.

Recuerda que la lectura te hace libre, te da seguridad y te provee de una armadura para luchar contra la adversidad.

Estrategias de desarrollo económico

¿Si no yo quién; si no hoy cuándo?

El tiempo es precioso, pero la verdad

 es más preciosa que el tiempo.

Disraeli

Ya he mencionado en la sección 1.1,  que los medios humanos: La libertad, la voluntad y la inteligencia, son elementos integradores para labrar nuestra verdadera identidad. He dedicado tiempo para tener claro cuál de estos tres aspectos es el más importante y  llegué la conclusión que no debo perder tiempo en esta búsqueda, porque el uso de cualquiera de los atributos en forma independiente, carecería de fuerza y no me serviría en nada para tomar decisiones en mi desarrollo. La vida es tan limitada, que en lo trascendental de ella, nada más que tu, tienes la libertad de decidir sobre cuándo hacer o dejar de hacer las cosas, en esta decisión deberás hacer uso de tu inteligencia. La libertad te la otorgó Dios y deberás usarla con responsabilidad y esto te dará la fuerza para la toma de decisiones. Aquí se requiere que manejes adecuadamente tu voluntad, porque sin ella, el arbitraje se hará tedioso y en ocasiones, imposible. Recuerda: Tu y nadie más que tu, eres el responsable de tu vida, hoy.

Hace muchos años llegó a la ciudad donde vivo Ana María Rabatte y ofreció una charla (así le gustaba nombrar a sus conferencias). Al declamar un poema de su propia inspiración que se titula “En vida hermano, en vida”; me permití un momento de reflexión y decidí aprovechar la oportunidad que nos da Dios de estar en este mundo y mi enfoque hacia la vida empezó a cambiar. He aquí el poema:

Si quieres hacer feliz

a aquel a quien más amas,

díselo hoy, no esperes a mañana,

en vida hermano, en vida…

Si deseas dar una flor

no la mandes a la tumba,

hoy con amor debes darla,

en vida hermano, en vida

Si deseas mostrar tu amor

a quien comparte tu casa,

al amigo, cerca o lejos,

en vida hermano, en vida…

No esperes que mueran

tus amigos para amarlos,

y hacerles sentir un afecto,

en vida hermano, en vida.

Tu serás muy feliz

si enseñas a ser felices,

a todos los que conozcas

en vida hermano, en vida…

No visites panteones

ni llenes tumbas de flores

llena de amor los corazones,

en vida hermano, en vida.

 Utiliza adecuadamente tu tiempo

Vacía tu dinero en tu mente

Y luego tu mente llenará tus bolsillos.

Benjamín Franklin

Alguien dijo: Se puede perder la riqueza y también la salud, pero con dedicación y trabajo podrán recuperarse, sin embargo: ¿Quién conoce a alguien que haya recuperado una hora perdida? El tiempo es un recurso ilimitado por igual para todos: 24 horas por día ó 60 minutos por hora; ni uno más ni uno menos. El tiempo para algunas personas parece transcurrir lentamente, para otras rápidamente. Es el recurso que unos aprovechan, mientras que otros desperdician impunemente.  Para un niño de un año; ese año es toda su vida. Para un adolescente de 17 años, un año es una 1/17 parte de su vida. Un hombre de 40 años, un año es 1/40 parte de su vida. Para una persona de la tercera edad de 85 años, un año es 1/85 parte de su vida. Esta idea, nos lleva, a sentir que un año es relativamente más pequeño para un adulto que para un niño, por la proporción que significa en su vida. Recuerda cuando estabas en la primaria y esperabas tu nuevo cumpleaños; pasaba muchísimo tiempo (relativamente); ahora recuerda con qué velocidad pasa el tiempo.

¿Es el tiempo en sí diferente para cada persona?  No.  La diferencia está en la idea y comportamiento que cada uno de nosotros tiene y aplica ante ese recurso. Quienes lo aprovechan son aquellos que lo han entendido como recurso limitado, al modificar su forma de pensar y actuar, siendo más eficientes y efectivos en un mismo intervalo de tiempo; una forma de ser diferente para quienes viven “haciendo tiempo”. En ese grupo también están los hombres de gran talento y sorprendente inteligencia, que aunque tienen otras capacidades y habilidades, no saben utilizar su tiempo, ese recurso limitado. Un sabio platicó de un hombre que le pidió a Dios que le aligerase los eventos más importantes de su vida, Dios le entrega un carrete de hilo con un número limitado de nudos y le dice: Ésta es tu vida, y cada uno de los eventos más importantes, son los nudos. El hombre, como deseaba vivir plenamente, terminaba de disfrutar un evento importante en su vida y jalaba el carrete para que el próximo evento llegara pronto. La vida se le acabó en un santiamén.

Toma con madurez los asuntos de dinero

A mayor poder, mayor prudencia.

Anónimo

Seamos sinceros. La mayoría de las personas que se enredan cuando manejan asuntos de dinero es por falta de responsabilidad a hacia ello. El problema es que gastan más de lo que ganan. La solución del conflicto no es nada fácil. Cuando se está inmerso dentro de un mar de deudas, parece imposible nadar para salir de nuevo a la superficie. Cuando se enmaraña la situación tan complicadamente; el temor, la culpa y los resentimientos de inseguridad tienden a dificultarnos todo pensamiento y acción. Culpamos a todos, menos a nosotros de nuestros problemas financieros y esto nos lleva a estar dentro de un juego peligroso.

Aristóteles dijo: Lo que tenemos que aprender a hacer, lo aprendemos haciéndolo. El mejor plan para liquidar tus deudas y poner en orden tu vida financiera será aquel que descubrirás por sí solo al hacerlo. Solamente tienes que tomar las cosas con calma reconociendo que únicamente tu y sólo tu eres el responsable de lo que pasa.

Comprométete a ti mismo en llevar las riendas del asunto y con decisión piensa en ello y toma riesgos para tener respuestas que te ayudarán a salir de este atolladero. Y tal vez esto que ahora puedas estar pasando, te sirva de experiencia para tus futuras decisiones y pienses dos veces que hacer con tu dinero y con lo que todavía no tienes.

Establece límites financieros

Siempre vaya hasta donde su vista alcance;

Cuando llegue ahí, siempre podrá ir más adelante.

Zig Ziglar

A como van las cosas dentro de la cultura de la tarjeta de crédito, la mayoría de la gente no sabe si tiene dinero o no. ¿Cómo es posible? Usualmente no poseen una idea clara del balance de su cuenta bancaria, y ni qué decir de lo que deben. Segundo, jamás elaboran un presupuesto personal o familiar y, si lo llegan a hacer, no se atienen a vivir dentro de los límites considerados.

Así que sin un presupuesto, aunque tengan el dinero en la mano, no se acordarán que la mayor parte de ese dinero ya está destinado a liquidar su tarjeta de crédito y sus deudas, o bien para su sustento, o pensando favorablemente: para incrementar sus ahorros. De modo que siguen gastando como borrachos en parranda y preguntándose por las mañanas por qué les duele tanto la cabeza. Pues es la cruda del remordimiento de haber gastado irresponsablemente, y lo más triste es que ni siquiera pueden disfrutar lo que se han comprado.

Si no tienes un presupuesto, ¿por qué no dedicas un viernes en la noche o un sábado por la mañana a realizar un jueguito de presupuesto? Las reglas son sencillas. Establece un límite financiero y comprométete a vivir dentro de él. Anota los gastos por prioridades y los compromisos de pago de lo que debes. No olvides ahorrar al menos el diez por ciento de tus ingresos.

Siéntate con tu familia, si eres soltero puede hacerlo solo; si eres casado deberás hacerlo con tu esposa(o), sin hijos. Hablar de dinero no tiene necesariamente que ser una tortura. Puede resultar divertido. ¡Atrévete a hacerlo!

Liquida tu adeudo

Sé cauto en prometer algo,

porque tendrás que cumplirlo.

Anónimo

Ha llegado el tiempo de detenerte en tu loca carrera y liquida tus adeudos lo más pronto que puedas. Apriétate el cinturón y resuelve cumplir con el deber de sanear tus finanzas:

  • Primero, suma todo lo que debes.
  • Segundo, tienes que sacar la cuenta de las cantidades semanales o mensuales que estás en posibilidades de pagar.
  • Tercero, asegúrate de notificar a tus acreedores y negocia con ellos, para ver si los pagos son adecuados.
  • Cuarto, paga puntualmente.
  • Y quinto, vive por favor dentro de tus posibilidades para que no te metas otra vez en semejantes líos.

Sé que este plan parece muy simplista. Pero es, al fin y al cabo un plan. Y cualquier plan es mejor que ninguno.

Ahorra un poco todos los días

Si ahorra el diez por ciento de sus ingresos,

habrá dado el primer paso

hacia la riqueza y la prosperidad.

George S. Clason

¿Qué porcentaje de tus ingresos ahorras mensualmente? ¿Cuánto dinero tienes en el banco para cubrir tus emergencias? Recuerda la regla básica del ahorro. Necesitas tener en tu cuenta de ahorro por lo menos el equivalente a tres meses de tus ingresos para protegerte de un desastre. Considerando este promedio ¿estás arriba o abajo? O  definitivamente no cuentas con absolutamente nada. Sé que puede resultarte muy difícil ahorrar, especialmente cuando se está endeudado y la necesidad de efectivo parece aumentar día con día, pero a la larga te sorprenderás al ver cuánto dinero puedes ahorrar en el peor de los tiempos si depositas en el banco un diez por ciento de tus ingresos cada mes, con constancia y fidelidad.

Comparte con otros

Los buenos modales son el modo feliz de hacer las cosas.

Ralph W. Emerson

Una buena alternativa para salir de deudas es diezmar. Dios está esperando siempre. Él dice: No habéis alimentado a los pobres, dado techo a la viuda y al huérfano ni os habéis preocupado por los oprimidos. En el tercer capítulo de Malaquías, el viejo profeta escucha a Dios decir: ¡Me estáis robando! Cuando la gente le preguntó a Dios, ¿Cómo? Dios replicó: En diezmos y primicias. Cuando hablamos sobre compartir, sobre compasión, no estamos hablando simplemente de donar un porcentaje de nuestras utilidades. Hablamos de una actitud de compasión que afecta todas las cosas que hacemos. En mi experiencia, independientemente de mi condición religiosa, pienso que las personas que comparten generosamente son los que triunfan. Son los que dan afecto y gratitud no importando a quien. A fin de cuentas, cuando la vida termine, la forma como se te recuerde es lo que hace la diferencia y nosotros determinamos esos recuerdos desde el principio.

El propósito de la vida humana, es servir y mostrar compasión y deseo por ayudar a los otros. La mejor porción de la vida de un hombre bueno, son sus pequeños, anónimos, olvidados actos de bondad y amor. Lo importante es compartir sólo por el gusto de hacerlo. La mayoría de nuestros pequeños actos de compartir pasarán sin ser recordados, pero los seguimos haciendo. El acto de compartir, honra a nuestro creador. Da esperanza y ayuda a los más necesitados y un sentido de placer y retroalimentación a nosotros. El hombre debe escoger si ha de ser rico en cosas o en libertad de usarlas. Cualquier pequeño acto de compartir, especialmente cuando “no tenemos con qué hacerlo”, ¡nos proporciona la libertad!

Estrategias de desarrollo social

Redefine tu lenguaje

Todos tenemos la obligación

de decir cosas sensatas y razonables

Goethe

Los maestros, amigos, familiares al igual que los padres, tienen un largo dedo índice que apunta vigorosamente hacia ti y te dice que deberías ser diferente. Siempre que te encuentres con la palabra debería, la culpa aparecerá inmediatamente. Donde quiera que encuentres culpa, encontrarás una cantidad equivalente de resentimiento de aquellos que están involucrados con su creación.

Cuando respondemos al debería encontramos dónde estamos atorados en nuestras creencias y cuáles son las limitaciones que creemos tener. Debería, es una de las palabras más nocivas del lenguaje. Cada ocasión en que utilizamos debería, estamos, en efecto diciendo: Equivocado. O estamos equivocados, o estuvimos equivocados o vamos a equivocarnos. No creo que necesitemos más equivocaciones en nuestra vida, necesitamos tener más libertad de opción. Me gustaría tomar la palabra debería y remplazarla del diccionario por la palabra podría. Podría nos da una opción y así nunca nos equivocamos.

Otra palabra que trae mucha confusión es tengo que…, se siente como una obligación que francamente afecta nuestra acción. Sugiero que la cambie de su lenguaje con la palabra quiero y prefiero hacer…

Ejemplo: Tengo que trabajar, por quiero y prefiero trabajar.

Todo lo que yo hago, lo hago porque sincera y personalmente quiero hacerlo, no porque tenga que hacerlo. Es verdad que muchas de esas cosas me desagradan, las considero equivocadas, no las apruebo e incluso las rechazo.

Sin embargo al cambiar mi lenguaje, los voy aceptando, porque al fin y al cabo forman parte de mi vida como el trabajo y el estudio.

Cambia tus creencias

—No Juan, no hay tal lugar. El cielo no es un lugar ni un tiempo.

 —El cielo consiste en ser perfecto…

Se quedó callado por un momento

“Juan Salvador Gaviota”  Richard Bach

Nuestros sueños nos inspiran, nuestros temores nos motivan y nuestro sistema de creencias, o nos sabotean o nos apoyan. Nuestras creencias ejercen un poder increíble y nuestras fuerzas creadoras y destructoras, son guiadas por ellas. Es por eso que es tan importante el reestructurar nuestro sistema de creencias, para asegurarnos que validan y apoyan nuestra perfección.

Todas las creencias se relacionan con el pasado. Se derivan de esa combinación de experiencias y juicios que están almacenados en tu mente subconsciente o tu sistema de creencias. Cuando te aferras a viejas creencias, estás haciendo caso omiso de la verdad que brota de la evidencia y de las nuevas experiencias. Cada experiencia nueva que tienes, está conectada con todo tu sistema de creencias. Estas creencias cambian el tono, la forma y el significado de todas las nuevas experiencias para que se vuelvan consistentes con las antiguas. Es así como nuestra habilidad para percibir lo que es, está limitada por nuestro sistema de creencias previamente establecido, por lo que, en nuestra búsqueda para experimentar la verdad, debemos permitir que nuestro sistema de creencias sea lo más flexible posible.

Cada día de tu vida, estás rodeado por nuevos patrones de luz y de nuevas oportunidades para descubrir a través de tus experiencias. Cuando tenazmente te resistes a todo, menos a lo que previamente percibiste como la verdad, excluyes de tu vida todas las verdades, excepto aquellas que forman la diminuta cuerda de la que te sostienes. Creas tu realidad de acuerdo con los conceptos que crees que son verdad. Cuando, por ejemplo, te crees enfermo hasta que tu mente se abre lo suficiente para ver que la enfermedad es sólo una pequeña parte de tu experiencia completa y que el estar sano, está a tu alcance y sólo basta con tomarlo.

Los pensamientos dependen de las creencias de las personas que los tiene. Si no te gusta lo que se manifiesta en tu vida, analiza lo que has pensado y las creencias que hay detrás de tus pensamientos. Cambia las creencias, renuévalas lingüísticamente, y en tu vida surgirán nuevas manifestaciones. Tu estás al mando de tu nave. Saca las manos de los bolsillos, toma el timón con firmeza y determinación y pon rumbo hacia los mares que hayas elegido, aquellos que antes surcaste en tu océano mental.

A este respecto, la Biblia también nos enseña cómo emprender un proceso de cambio:

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente (Efesios 4:22-23).

De antemano sabemos que un comportamiento renovado y un enfrentamiento a los retos actuales no es fácil de alcanzar, sino que es una actuación que demanda mayor esfuerzo, dedicación y principalmente fe…, mucha fe.

Date la oportunidad de cambiar tus creencias y la vida te recompensará.

Vive el presente

—¡Pero si es verdad! ¡Soy una gaviota perfecta y sin limitaciones! Y se estremeció de alegría

“Juan Salvador Gaviota”  Richard Bach

El primer paso para poner nuestra vida en orden, es admitir la realidad: Es como es. Aprende a no preocuparte por lo que pueda ocurrir la semana que viene o por lo que pasó la semana anterior. El pasado como el futuro son fantasía. El futuro no te ha sucedido todavía y el pasado está desvirtuado, porque inmediatamente después de que ocurre cualquier incidente, tu percepción del mismo empieza a distorsionarse por las realidades presentes y por tu siempre cambiante punto de vista. El pasado nunca es recordado exactamente como ocurrió, por el contrario, es visto a través de la distorsión retroactiva, una distorsión resultante del hecho de que la memoria está sujeta a las presiones abrumadoras de las creencias. Normalmente, no volvemos al pasado a tiempo para poder crear nuevamente la escena como originalmente sucedió; miramos hacia atrás desde nuestro punto de vista actual y lo vemos como creemos que sucedió.

El pasado ya pasó. Ya no podemos cambiarlo. Sin embargo, sí podemos cambiar nuestros pensamientos acerca del pasado. No debemos castigarnos en el momento actual porque alguien nos hirió en el pasado. Si optamos por creer que somos víctimas indefensas y que todo es inútil, entonces el Universo nos ayudará en esta convicción, y nos iremos por la coladera. Es vital que liberemos estas ideas y creencias anticuadas y negativas que no nos apoyan ni nos nutren. Incluso nuestro concepto de Dios debe ser uno que esté a favor de nosotros, no en nuestra contra. Vivir el presente es realmente para personas valientes, personas que saben pagar precio soltando su pasado y enfrentando la realidad que tienen frente a sus ojos. Hace algunos meses fui a un encuentro de escritores y alguien dijo: El recurso más valioso del poeta es el instante, y así lo creo, el instante es lo único que existe; antes y después se encuentra el pasado y el futuro, de ahí la verticalidad del tiempo que anotan algunos físicos.

Ríndete a lo que es

—Esteban Gaviota, tienes la libertad de ser tu mismo, tu verdadero ser, aquí y ahora, y no hay nada que te lo pueda impedir. Es la ley de la gaviota, la ley que es.

“Juan Salvador Gaviota”  Richard Bach

He aprendido que rendirme a lo que es, me asegura el triunfo de todos los esfuerzos. El universo fluye, como fluye un río en un campo perfecto, siempre cambiante en su camino al mar desde donde proviene. Imagina que te has arrojado a este río de la vida desde la orilla de un viejo muelle destartalado, al final de la cual hay una cuerda atada a un madero que flota en la corriente. Has decidido sumergirte en el río de la vida, respiras profundamente y saltas desde el muelle. Pero a medio camino, antes de que siquiera hubieras tocado el agua, te arrepentiste. Parecía demasiado drástico, demasiado aterrador, así que te afianzaste de lo que estaba más cerca de ti y resultó que era una cuerda. Estás ahora en el río de la vida, tomado de la cuerda, flotando, pero sin ir a ningún lado. La corriente te golpea. Tus manos se están cansando. Te aterra la idea de que la cuerda se pueda romper o que se te resbale y la dejes ir. Esta cuerda simbólica representa el apego que tienes hacia las cosas que crees correctas.

Tienes miedo de que si te desprendes de tus creencias, éstas desaparecerán y te quedarás sin nada que le dé validez a tu existencia. Por lo tanto te pregunto: ¿En dónde estarías si soltaras la cuerda que está atada a tu sistema de creencias? La verdad es que estarías en el río de la vida donde ya estás de todos modos. La diferencia consistiría en que ya no estarías luchando contra la corriente, te estarías dejando llevar por ella.

Ya sientes dolor en los brazos. Los costados te duelen de tanto luchar contra la corriente. Rendirse significa soltar la cuerda. Si la sueltas, sentirás alivio; ya no te dolerá nada, podrás nadar de espalda y mirar al cielo. Podrás ver pasar los árboles y a los niños jugar a las orillas del río. La misma corriente que antes te golpeaba, te acariciará y sostendrá. Serás libre de nadar a donde te plazca, a uno y otro lado del río, y cuando hayas recobrado tu fuerza, podrás también nadar río arriba siempre que así lo desees. Tu vida se habrá rendido a la corriente del río. Si alguna vez llegaras a sentir miedo, siempre habrá una cuerda flotando en el agua para que puedas asirte a ella, de cuando en cuando, que te enfrentes a la corriente para que te impresione su fuerza y se afirme en tu mente que la rendición es una forma de vida.

De acuerdo al análisis precedente; si así fuere, la historia de tu vida ha sido una de la que se han alternado entre la resistencia y la rendición. Cuando te resistes, sufres y lo que resistes es siempre la corriente natural de la verdad; lo que es. Tu formas parte del río de la vida. Poco a poco, a través de la eternidad de tu ser, te rindes y fluyes con la vida como ésta es. Al rendirte, descubres para tu deleite, que no estás siendo sacudido a lo loco y lanzado en todas direcciones, sino que estás siendo adoptado suavemente al patrón de la madre naturaleza. Rendirte permite a tu voluntad y a tu fuerza brotar de la luz, del flujo perfectamente diseñado de la vida eterna. Como resultado, tendrás ahora la fuerza de la corriente del río para apoyar tus sueños y tu fuerza será aumentada muchas veces.

¿Cómo sabrás que no te estás dejando llevar por la corriente, que te estás resistiendo? Un dispositivo envía mensajes de alerta a través de tu sistema cuando olvidas rendirte. El mensaje es el dolor. El dolor te aterrará y te impulsará a actuar. Para librarte del dolor, descubre la causa de tu resistencia y ríndete a ella.

Solamente aceptando y fluyendo con nuestras propias vidas, podremos empezar a saber realmente “quiénes somos” como seres eternos. Crear fantasías entre las realidades de la vida, nos facilita el poder esconder nuestro eterno yo. Cada uno de nosotros podrá descubrir su identidad eterna sólo si los procedimientos que utilicemos para hacerlo están libres de ilusión y fantasía.

Ten siempre una imaginación creativa

¡Hay una razón para vivir! Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia. Podremos descubrirnos como criaturas de perfección, inteligencia y habilidad. ¡Podremos ser libres!¡Podremos aprender a volar!

“Juan Salvador Gaviota”  Richard Bach

La imaginación es más importante que los conocimientos. Un ser humano puede lograr lo que desea, siempre y cuando sus deseos sean sensatos y definidos, y ponga en él toda su capacidad de anhelar, y toda la fuerza dirigida de su imaginación. La imaginación creativa es útil en los buenos tiempos, pero es esencial para los tiempos de crisis.

Hoy más que nunca el hombre debe tener la capacidad de enfrentarse a su medio con imaginación creativa, ya que estamos en una época difícil en la que se lucha con ideas para superar limitaciones de recursos o condiciones de crisis aunque muy poca gente ha nacido con una imaginación creativa extraordinaria, también es cierto que toda persona “normal” puede cultivar y desarrollar esa facultad mental en forma ilimitada. En principio, todos tenemos potencialmente esa capacidad mental, pero la mayoría la ha atrofiado por falta de aplicación, por tender al conformismo y aceptar, sin cuestionamiento, la información que recibe.

Recordemos que vivimos en una sociedad condicionada por patrones regulares de información, y que la gente los acepta por la “ley del menor esfuerzo”, porque simplemente no le gusta pensar, independientemente de otros obstáculos que también impiden el desarrollo de nuestra creatividad: Temor al fracaso, fallas en el sistema educativo, preferir la crítica, etc. También porque la creatividad es una forma de pensar que frecuentemente se considera difícil, tal vez porque es contraria a los hábitos lógicos y tradicionales con los cuales hemos convivido. La creatividad implica quebrar las rutinas y patrones establecidos, es observarlos desde otra perspectiva con una mente abierta para recibir y dar nuevas ideas.

El pensamiento creativo mantiene una lucha cerrada contra todos los prejuicios, hechos y conceptos tradicionales comúnmente aceptados. Adolfo Torres indica que la imaginación es la más divina de todas las cualidades del hombre, la que más lo acerca a Dios. Yo así lo creo. Así como nuestro cuerpo físico lo entrenamos para mantenerlo en forma, también es necesario entrenar y cultivar nuestro pensamiento creativo. Hay que estimularlo presentándole retos que demanden soluciones creativas en un ambiente apropiado. Deberá apartar su tiempo para reflexionar, meditar y visualizar sobre sus objetivos o problemas específicos. Hagamos nuestro taller mental para llegar a la esencia misma de la imaginación creativa. También aprendamos y desarrollemos verdaderamente el hábito de usar dos herramientas básicas: Lápiz y papel; nos sorprenderán lo resultados obtenidos.

Planea  antes de actuar

—Pedro Pablo Gaviota ¿quieres volar?

—Sí, quiero volar.

Gaviota que ve lejos, vuela alto.

“Juan Salvador Gaviota”  Richard Bach

Todo lo que existe en el Universo físico surgió en primer lugar en la mente. El pensamiento es energía, y la energía sigue al pensamiento. Los pensamientos generan sentimientos, que generan comportamientos. Los comportamientos tienen consecuencias en el universo físico, que a su vez generarán nuevos pensamientos, lo cual completa el ciclo de pensar/sentir/actuar.

La sabiduría es el uso inteligente del conocimiento consciente e inconsciente. La experiencia, asociada a una profunda reflexión interna descubrirá los secretos del Universo, pues es ahí, en el interior de cada cual, donde están guardados.

La sabiduría se manifiesta mediante la agudeza de la percepción y la flexibilidad de la acción. Si lo que estás haciendo no funciona, detente, piensa, analiza y decídete por una nueva acción. Continuar actuando de la misma manera y esperar resultados distintos es una manifestación de desequilibrio mental. Actuar a veces puede significar no hacer nada. No hacer nada es, en muchas ocasiones, hacer lo que es necesario hacer.

Numerosos casos han demostrado que las personas más efectivas son las que se han habituado a pensar (planear) antes de actuar; que han definido claramente sus propósitos y hacia ellos canalizan en forma dirigida sus esfuerzos y, sobre todo, saben responder a las oportunidades inesperadas, capitalizándolas para su beneficio. Dicho en otras palabras, son personas que han aplicado sus propósitos de la Planeación Estratégica a su vida personal. Y tiene que ser así, porque el mundo actual de cambio acelerado, con eventos sorpresa y altamente turbulento, exige personas efectivas, orientadas a resultados.

Persevera siempre

Las puertas sólo se abren para quien gira el picaporte.

José Narosky

La perseverancia es también una expresión de fe para llegar a donde se quiere; es una actitud positiva que se traduce en acción dinámica para avanzar con un propósito. Sin este ingrediente, la perseverancia desaparecerá para dar paso a un comportamiento que, aunque dinámico en apariencia no tiene propósito alguno definido.

El secreto para cultivar la perseverancia está en saber qué es lo que se quiere y cómo se espera lograrlo. Recuerde que para alcanzar el éxito, lo único que se necesita es persistencia y jamás, pero jamás, pensar en la derrota.

Estrategias de desarrollo ético espiritual

Imita a JESÚS, “El varón perfecto

Quisiera conocer los pensamientos de Dios,

lo demás son sólo detalles.

Albert Einstein

Jesús es el único modelo perfecto a seguir en el desarrollo de tu vida. En Él puedes ver la manifestación del deseo de Dios para cada uno de sus hijos; Él es el Hijo perfecto, rey de reyes, señor de señores. Imitar a Cristo, resulta entonces en seres humanos maduros, sabios, disciplinados y perfectos; enteramente preparados para toda buena obra.

Toda la creación de Dios obedece a un diseño exacto y perfecto que el Creador especificó. Es nuestra responsabilidad el buscar comprender y respetar tal diseño; todo aquello que está fuera de lo establecido por el diseño de Dios, debe ser restaurado a ese orden.

Debido a que la obra de Dios opera fundamentalmente en forma individual, es preciso establecer que todo proyecto que tu realices, deba enfocarse a tu desarrollo integral y el desarrollo armónico de tu familia y tu comunidad. El éxito se mide exclusivamente en el testimonio que estés dando en la vida. De allí que, todo programa en tu vida obedecerá a las leyes de la siembra y la cosecha: Sembrar verdad, cosechar justicia.

El objetivo de Dios es que seamos sus hijos dichosos, felices; y tenemos la responsabilidad de facilitar el que cada uno de sus hijos sea un verdadero representante de Dios en su círculo social; esto implica no sólo tener información y acatar lo que Dios dice, también debes proveerte de espacios, para que se desarrolle lo que Dios dice; si Dios dice que eres un embajador, debes proveerte de una embajada para que tal representación sea realidad. La visión de Dios es de naturaleza comunitaria y debe ser nuestra regla. Lo que somos en Dios debe manifestarse directamente en la comunidad en la forma de buenas obras. Somos la solución que Dios ha dado a los problemas y necesidades sociales de nuestras comunidades.

La jurisdicción de Dios está por sobre toda jurisdicción humana; Dios es el rey de toda la tierra y ésta es de Él. Nuestra participación entonces se basa en este precepto de verdad y se hace en obediencia a toda la instrucción de la Palabra de Dios, la cual establece el respeto y obediencia a las leyes constitucionales del país y de la entidad, dentro del marco de justicia divina.

Es importante que lo anteriormente anotado se lea y se relea hasta comprenderlo completamente. De aquí el éxito de la encomienda que tenemos como hijos de Dios.

Busca siempre la armonía con Dios

Bendice, alma mía,al Señor, y bendiga todo su ser su santo nombre.  Bendice, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios.  Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y de misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo de que te rejuvenezcas como el águila.

Salmo 103

El ser humano está en permanente búsqueda. Buscamos algo que nos dé sensación de paz, la eternidad del momento. Aunque no sepamos definirlo, nos dirigimos incesantemente al encuentro de la armonía. Procura armonizarte con Dios, con todo y todos los que te rodean, con el ritmo del tiempo y contigo mismo, entonces el estrés desaparecerá de tu vida y la liberación dará su recompensa. La armonía es la esencia de la existencia.

Todos formamos parte de Dios. Todo lo que pensamos, decimos o hacemos contribuye de forma positiva o negativa a la armonía que tenemos con el universo. Si experimentas tu existencia a través del miedo y la falta de armonía, tu contribución será negativa para la frecuencia vibratoria del universo. Pero si vives en armonía y respetas tus relaciones con los demás, si te empeñas en pensar globalmente y actuar localmente con la misma coherencia, estás contribuyendo al éxito universal. El éxito universal y tu éxito personal siempre van de la mano porque son interdependientes. En días pasados escuché en la televisión que cada hombre es como una célula en la naturaleza y que si el hombre enfermaba, la naturaleza enfermaba también. Uno es consecuencia de otro.

Todas las mañanas realizo un recorrido de 25 kilómetros a mi centro de trabajo, el mayor disfrute lo encuentro en contemplar la obra de Dios durante los veinte minutos del trayecto, cuando las luces se entrelazan entre las nubes y estallan en mil colores entonces pienso que es momento adecuado para hacer oración. Si estos espectáculos se dieran cada cien años, estaría el mundo entero pendiente de tal acontecimiento. Pero el hecho que suceda a diario, el hecho que sea tan común, llega a ser tan cotidiano que no le hacemos el menor caso y perdemos la oportunidad de armonizarnos con la obra de Dios. ¿Desde cuándo viste por última vez a las estrellas? ¿Cuándo fue el último día que te sentaste a contemplar gustoso un atardecer? ¿Cuál fue el último día que te abandonaste a Dios?

Una reflexión que nos invita al abandono hacia nuestro Dador de la Vida, está en el Salmo 23 que dice:

“El Señor es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor a su nombre. Aunque ande por un valle de sombras de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en casa del Señor moraré por largos días.”

Busca el momento que más te guste para hacer oración y armonizarte con Dios. Pero, ten mucho cuidado, porque no puedes decir Padre nuestro; si no ves a todos los hombres como tus hermanos; si los desprecias o simplemente los ignoras. No puedes decir que estás en el cielo; si tu visión no ve mas allá de tus propias narices y lo que más te preocupa son tus bienes materiales en la tierra. No puedes decir santificado sea tu nombre; si lo que tu realizas a cada momento es jurar el nombre de Dios en vano y no consideras su santidad porque en tu vida está la imagen de un Cristo falso. No puedes decir hágase tu voluntad, si existe un discernimiento entre tu voluntad y la voluntad de Dios y lo que te importa es lo que tu deseas, más de lo que Dios tiene preparado para ti. No puedes decir danos hoy nuestro pan de cada día; si no compartes el pan con los necesitados; si no dedicas tiempo a tu familia, padres y  amigos; si no compartes el pan de la palabra con ellos. No puedes decir Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; si tu vida está encadenada al laberinto culpa/resentimiento y estás viviendo una permanente ofensa a la justicia y a la caridad. No puedes decir no me dejes caer en tentación y líbranos del mal; si caes a cada rato consciente de que lo que haces te hace daño; si intencionalmente entras a la vorágine de la maldad y de la injusticia y cierras los ojos para no extender la mano a los olvidados y perdidos. Si huyes de tus responsabilidades como hombre o como mujer en la construcción de un mundo mejor. No puedes decir amén; porque mientes si no aceptas todo esto (Razo, 1997).

Medita constantemente

No tengo ninguna revelación en especial de la voluntad de Dios… Él se revela a Sí mismo a todo ser humano diariamente, pero nosotros cerramos nuestros oídos a su aún pequeña voz.

 Mahatma Gandhi

Muchos consideran a la meditación solamente como una práctica espiritual o como una cuestión religiosa. Y en ocasiones nos topamos con que algunas sectas están completamente en desacuerdo con ella y manifiestan que es una práctica inadecuada de origen oriental o bien es una corriente de la new age, la mayoría opina más por desconocimiento, que por razonamiento de lo que realmente es.

Sin embargo la meditación nos sirve para muchas cosas. Para entrenar a la mente a enfocarse en forma efectiva y clara, para el relajamiento del cuerpo y la mente y también para conectarnos con nosotros mismos.

Pero lo fundamental de la meditación es el que entres en contacto con Dios. Recuerda que cuando oras, le estas hablando a Dios. Cuando meditas, le permites a Dios que te hable. ¿Cómo es esto?  Dicen los expertos que tenemos alrededor de 60,000 (sesenta mil) pensamientos al día. ¿Si esto es así, cómo entonces estando ocupada nuestra mente todo el tiempo, podemos escuchar esa aún pequeña voz en nuestro interior?

Debemos darnos al menos quince minutos al día para relajarnos completamente, acallar nuestros pensamientos, aquietar la mente y entrar en contacto con Dios (los místicos le llaman meditación contemplativa). Al meditar, podremos encontrar las respuestas a las dudas que nos agobian, la solución a grandes problemas, paz y serenidad. Se pueden mejorar con la meditación la confianza en uno mismo, la memoria y reducir el estrés. Podemos lograr una mejora en nuestra calidad de vida con la práctica cotidiana de la meditación.

Numerosos estudios han demostrado fehacientemente que cuando meditamos se estimula nuestro sistema límbico, nivelando la producción de sustancias conocidas como hormonas del estrés. La relajación empieza por el cerebro y nuestro sistema endocrino responde a la meditación, favoreciendo el estado de los huesos, músculos y órganos internos y también equilibrando el ritmo cardiaco y el ritmo respiratorio.

También al meditar se estimula nuestro sistema inmunológico, reforzando nuestra protección contra las enfermedades. Además de la práctica de la meditación en forma relajada podemos realizar actividades y meditar al mismo tiempo por ejemplo la meditación con movimiento como el Tai Chi, o bien al estar desempeñando nuestro trabajo, ejercitándonos o simplemente caminando.

Lo que tenemos que hacer es concentrarnos precisamente en esa actividad, sin dejar que nuestra mente divague. Si acaso llega algún pensamiento no relacionado con lo que estamos haciendo, sin esfuerzo, dejemos que ese pensamiento se aleje. Poco a poco aprenderemos a enfocar nuestra mente en forma efectiva y clara en lo que estamos haciendo. Así, obtenemos los beneficios de la meditación y al concentrarnos, hacemos mejor lo que estemos haciendo, con más calidad. Estaremos viviendo y disfrutando del momento presente, el aquí y el ahora.

Perdona y perdónate

Si vienes a ofrendar, deja tu ofrenda a un lado y ve a reconciliarte primero con tu hermano.

Jesús de Nazaret

La palabra perdón se compone de otras dos: Para y dar. Pues el que perdona se da más a sí mismo. Perdonar es el camino a la liberación, el que auténticamente se libera es el que perdona, echando de su alma el rencor y la venganza, pasiones que envilecen y consumen; además se despojan del círculo culpa/resentimiento. Al perdonar no pretendemos cambiar el pasado, pero cambiamos el presente y consecuentemente el futuro se verá veneficiado.

Emmet Fox dice en su libro El Sermón de la Montaña, que cuando guardamos resentimientos hacía alguien, estamos unidos con esa persona por una cadena más fuerte que el acero. Si de verdad queremos separarnos de ese alguien lo mejor es soltar cualquier sentimiento negativo hacia la persona y verla como un ser más en la tierra.

Perdonar es un instrumento de compasión que nos libera de nuestras viejas heridas y resentimientos, eliminando por completo el complejo de víctima. El hecho de perdonar no quiere decir que estés condonando la acción y menos aún que estés dispuesto a que te vuelvan a lastimar. De eso no se trata, aunque algunas veces si no manejas bien la acción de perdonar, puedes caer en esta situación.

Es muy importante también perdonarte a ti mismo. Algunas veces eres muy crítico y severo contigo mismo. Debes aprender a soltar el remordimiento y a perdonarte lo antes posible en cualquier situación en que te encuentres.

¿Cómo sabrás que ya has perdonado de verdad? Si puedes recordar el suceso y no sientes el más mínimo dolor, malestar o cualquier sentimiento negativo, quiere decir que ya te has liberado de esa atadura. Recuerda que nada se olvida, el no recordar el suceso o el agravio es porque lo has ocultado en lo más profundo de tu ser para no sentir dolor. Sin embargo algún evento como una canción, una situación similar, etc., te lo hará recordar y surge a la superficie causándote dolor, entonces es el momento de utilizar tu inteligencia emocional y resolverlo una vez por todas.

Algunos pasos que puedes hacer para perdonar son:

  1. Considera qué circunstancia vivió esa persona para llegar a ser como es, o qué situación estaría viviendo para haber hecho lo que hizo, aún intencionalmente.
  2. Considera qué parte jugaste o qué hiciste que propició el incidente. Cuál fue tu responsabilidad en el conflicto.
  3. Deja atrás el papel de víctima y prosigue con tu vida.
  4. Recuerda las cosas positivas y buenas que te unieron a esa persona, los ratos buenos y bellos que pasaste con ella, los momentos de amor, apoyo, consejo y comprensión mutuos.
  5. Visualiza a la persona que te lastimó recibiendo bellos regalos, muestras de amor y de perdón, logrando sus anhelos, triunfando.
  6. Deséale que se encuentre a sí misma, que encuentre su camino.
  7. Liberar a la persona con el perdón es liberarnos a nosotros mismos para vivir en el presente, en el aquí y en el ahora; disfrutando la vida al máximo.

Al conservar ese odio, rencor, resentimiento o remordimiento, estás perpetuando tu malestar y te vas consumiendo poco a poco, dejando de disfrutar el momento. Cada vez que recordamos cualquier episodio que nos causa dolor, dejamos de vivir el aquí y el ahora. Dejamos de avanzar en nuestro desarrollo personal, en nuestro crecimiento espiritual.

Para concluir esta sección te pido que recuerdes el Padre Nuestro. Esta oración que nos dejó Jesús, es la oración más completa que conozco. Matemáticamente se divide en siete enunciados contundentes y redondos. Pero lo que más me impacta es el flujo y reflujo de energía y las situaciones que causa si esta energía la manejamos adecuadamente. Lee con detenimiento esta frase: …perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Claramente se observa que la condición para ser perdonado es haber perdonado. Necesitas optar por liberar el pasado y perdonar a todo el mundo, incluyéndote a ti mismo para que puedas recibir el perdón de Dios.

Tal vez no sepas cómo perdonar; quizá no quieres perdonar, pero el solo hecho de decir que estas dispuestos a perdonar inicia el proceso del perdón. Y lo demás vendrá por añadidura, porque Dios te perdonará por las ofensas en que incurras y estés arrepentido de ello.

Ten una actitud mental positiva, elimina el temor

La gente triunfa más por su actitud que por su aptitud.

Juan Antonio Razo

Dentro de la sociedad actual, encontramos a mucha gente víctima del temor. Viven un estado de ánimo negativo que va más allá de lo que aparece en la superficie de la gente con temor. Mucha gente no se atreve a enfrentarse a ellos mismos, a su problemática y a su situación. Ante el temor, si tan sólo nos acercáramos a Dios un mundo nuevo viviríamos, aún con la incertidumbre.

Jesús tenía miedo y se lo comentaba a sus discípulos. Peleó contra él hasta el punto de sudar sangre en el huerto. Sin ese miedo, Jesús no hubiera sido un ejemplo para nosotros, hubiera sido sólo un hombre y nada más.

Es probable que toda la vida tengamos que lidiar con el miedo. Si esperamos a que desaparezcan nuestros miedos antes de empezar a hacer algo, jamás comenzaremos. El libro de Proverbios menciona a un granjero tonto que esperaba a que el cielo esté totalmente despejado para sembrar el campo. Casi siempre hay por lo menos una nube en el cielo y aquellos que están acostumbrados a observarlo probablemente vean más. No existe el momento perfecto, sólo es un gran pretexto y una explicación racional para no avanzar.

Jesús sabía que la mejor manera de vencer el miedo era mirar hacia delante. Él tuvo que ir a Jerusalén a pesar de que sabía lo que le esperaba; ahí declaró su identidad con valentía ante sus ejecutores y lloró hasta que el sudor se convirtió en sangre, no obstante siguió adelante. Enfrentó el miedo con dignidad.

Aceptar a los demás, sin juzgarlos, sin expectativas, es algo fácil de decir y difícil de hacer. El miedo siempre es el problema; el amor siempre es la solución. Amar incondicionalmente significa celebrar la inteligencia divina trascendiendo todos los miedos. Es un constante desafío para el equilibrio de la dualidad razón/emoción. Este equilibrio significa, vivir lo eterno ahora, sin resentimientos del pasado, ni expectativas del futuro. Al amar incondicionalmente aprendes a codificar el futuro sólo como una posibilidad y no como una expectativa. Una expectativa incumplida genera frustración. Una posibilidad, aunque no se concrete, sigue siendo una posibilidad.

El temor es la energía que contrae, cierra, capta, huye, oculta acumula y daña. El amor es la energía que expande, abre, emite, permanece, revela, comparte y sana. El temor cubre nuestros cuerpos de ropa, el amor nos permite permanecer desnudos. El temor se aferra a todo lo que tenemos; el amor lo regala. El temor prohíbe, el amor deja ir. El temor duele, el amor alivia. El temor ataca, el amor repara. Lo que más temas es lo que te atormentará, el temor lo atraerá hacia ti como un imán.

La definición de temor es: Expectativas y recelo de un daño futuro. Aceptar que algo malo va a pasar. Profunda convicción al fracaso. Actitud propia del perdedor. Lo peor y negativo del temor, es que programa mentalmente a quien lo sufre, para que le sucedan las cosas que más teme. Este efecto del temor está ilustrado en la vida de Job, según narra la Biblia, Job, era un hombre rico y con una gran familia, sin embargo era víctima de un gran temor, que él mismo explica cómo se martirizaba.

Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposando: no obstante, me vino turbación (Job: 25-26).

El temor de Job le produjo derrota, destrucción, enfermedad y desastres en su persona, en su familia y en sus posesiones. La vivencia de Job parece ser el modo de vida de mucha gente de ahora en día, que vive en temor y con temor. Cuando una persona tiene temor, le está dando lugar a crear una realidad (lo que teme) y a más temor.

Si alguna persona teme…

  • Al fracaso, es altamente probable que fracasará.
  • A una enfermedad, las probabilidades aumentarán para tenerla.
  • A que no gustará su nuevo proyecto, estará propiciando a que así sea.
  • A que su decisión no sea efectiva, de antemano estará fijando los resultados.
  • A conflictos con sus enemigos, ya estará propiciando un conflicto grave.

Finalmente, cuando ocurre lo que tanto temía, terminará repitiendo las palabras de Job: El temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. Es evidente que la incertidumbre genera miedo y éste conlleva al temor. Es lo opuesto a la fe, pues mientras ésta expresa la creencia segura de que va a acontecer lo que deseamos (que debe ser bueno para nosotros y aceptable para los demás), el temor expresa que algo malo nos puede pasar.

El miedo es parte de la vida. ¿Cuáles son tus miedos que no te dejan alcanzar sus metas? Una vez que has asimilado que los miedos nunca van a desaparecer, ¿cuánto tiempo más estás dispuesto a seguir estancado?  Te recomiendo que cantes todas las mañanas para fortalecer tus emociones. Recuerda que el pájaro no canta porque sea feliz, sino es feliz porque canta. Cuando alguien te pregunte cómo estás, en tu mente responde: Lleno de amor y sentirás luego el milagro de esta declaración.

La pasión es el amor convertido en acción. Es el combustible que alimenta el motor de la creación. Es el cambio de los conceptos a la experiencia. La pasión es el fuego que nos lleva a expresar quiénes realmente somos. Nunca niegues la pasión, pues eso equivale a negar quién eres y quién quieres realmente ser. La pasión es el amor por el hacer. El hacer es ser experimentado.

Una actitud mental positiva se logra, no por las circunstancias externas que están en nuestro medio y a las cuales nos enfrentamos, sino por circunstancias internas relacionadas con el poder de nuestra mente y de nuestra fe. La diferencia en resultados estará en la actitud mental asumida ante las circunstancias externas.

La experiencia ha demostrado que el pensamiento es magnético: Si es positivo, seguro que atraerá cosas positivas; pero si es negativo, también atraerá lo negativo. Por eso solamente triunfan los que creen lograrlo, porque utilizan su mente, en la que guardan los recursos para triunfar. Ello explica el porqué una inmensa mayoría de gente vive mecánicamente, porque no sabe pensar. Lea con detenimiento lo siguiente: Si tienes temor, actúa como si tuvieras valor; si tienes tristeza, actúa como si estuvieras feliz; si tienes pesimismo, actúa como si tuvieras optimismo. La mente llega a aceptar las instrucciones (al pie de la letra) que repetidas veces se le dan y afirman; ve las cosas con optimismo y actúa como si ya tuvieras el triunfo. La actitud mental positiva se fortifica cuando nos conocemos y sabemos de nuestras debilidades y fortalezas, y así nos hemos aceptado. Para mantener el estado mental positivo te recomiendo que conozcas tus fortalezas y debilidades, actúes siempre positivamente y aproveches las oportunidades, piensa en grande pero con los pies sobre la tierra, mantén siempre pensamientos de bondad, amor nobleza y superación; visualiza tus objetivos como si ya los hubieses alcanzado.

Elimina la culpabilidad y el resentimiento de tu vida

Cuanto menos seguro se sienta un hombre

Tanto más tendrá prejuicios extremos.

Clint Eastwood

Examina cuidadosamente estas expresiones y piensa con qué frecuencia las usas en su vida: ¡Qué tonto soy! ¡Por qué demonios hice esto así! ¡No puedo creer que haya hecho esto tan estúpido! ¡Por qué yo, Señor! No soy muy bueno para estas cosas. No sirvo para esto. Soy tan torpe, etc. Esto es hablar de culpabilidad.

Hemos escuchado desde muy pequeños, frases como éstas de familiares y amigos, y que nosotros las repetimos constantemente: ¡Es tan tonto! ¡Por qué diablos hizo esto! Dios mío, lo hizo de nuevo. ¡Espero que nunca vuelva a ser tan estúpido!, etc. Esto es hablar de resentimiento que va de la mano con la culpabilidad. Es la misma actitud vuelta hacia afuera. La culpabilidad y el resentimiento son la misma enfermedad: La desilusión dentro de mí, por mí y la desilusión dentro de mí por ti. Cuando estás descontento en exceso contigo mismo, entonces simplemente descargas el exceso en otros como resentimiento.

Todos los vicios, como el cigarro, el alcohol, y las drogas; por un lado, y la comida, la televisión, el trabajo exagerado, por otro; son desahogos temporales de síntomas de culpa. Estos vicios sirven para dos propósitos: Nos esconden de la enfermedad y la alimentan, al proporcionarnos algo más de qué avergonzarnos. Así, el síndrome se mantiene. Evitamos cargar nuestra culpa, porque no la consideramos como una enfermedad, más bien como un defecto dentro de nosotros mismos que no podemos corregir. Es para nosotros más fácil mantener los síntomas distraídos, porque al evadirlos evitamos poner al descubierto nuestro dolor al darnos cuenta que no puede ser curado.

Para reconocer que existe una enfermedad en ti, visualízate en cómo serías sin padecerla. Naciste puro, perfecto y completo. Cada ser humano es perfecto del todo de la existencia. El todo de la existencia es Dios: Dios es perfecto. Describirnos a nosotros mismos o a los demás como imperfectos es una blasfemia cometida contra el modelo perfecto al que pertenecemos.

Hubo un tiempo, cuando el hombre era muy diferente de cómo es ahora, cuando vagaba libremente. Su trabajo en la vida era simplemente la supervivencia. Con el tiempo el hombre evolucionó, empezó a formar sociedades y comenzaron a surgir los problemas. El alojamiento, comida y defensa, tenían que ser organizados por un líder o un grupo de líderes. La cooperación de la comunidad era necesaria y dependía de estos líderes hacerla efectiva. En sus mentes primitivas el miedo era la única herramienta con qué contaban. Utilizaron la amenaza de muerte, el dolor, el encarcelamiento para mantener a la comunidad  bajo su mando. Conforme avanzaba la sociedad, fue encontrando un método más eficaz que matar y encarcelar para mantener a la gente bajo el poder de los líderes. Los líderes aprendieron a crear dentro de la mente de las masas: Pasiones personales con verdugos personales. A través del adoctrinamiento, lentamente las masas, llegaron a estar por completo convencidas de que eran inherentemente perversas y que estaban equivocadas. A la larga, llegaron a creer que al dejárseles que se las arreglaran como mejor pudieran, la mayor parte de lo que hicieran estaría mal o sería estúpido o perverso. Después de varias generaciones, con este adoctrinamiento, se volvió muy acertada la idea de que sólo con la guía y liderazgo de aquellos en el poder, los individuos serían capaces de llevar una vida en la que podrían tener éxito y gozar de bienestar, vidas que no serían destruidas por la naturaleza perversa de ellos mismos y de otros. Previo a esa programación en masa, lo correcto y lo incorrecto simplemente significaba lo correcto contra lo incorrecto; o la eficiencia contra la ineficiencia; o lo factible contra lo no factible.

Fue a través del advenimiento de la religión y el gobierno, que utilizaron el sentimiento de culpa como herramienta para controlar a las masas, que aprendimos a concebir lo correcto y lo incorrecto como un profundo reproche personal y emocional. Tener la razón en cualquier caso ha venido a significar darle validez. Esto no quiere decir que tus acciones o tus pensamientos sean válidos, sino por el contrario, estoy indicando que la naturaleza personal del juego de lo correcto y lo incorrecto, te da a ti validez o no validez.

En términos simples, se nos ha dicho que no se puede confiar en que nosotros seamos exactamente quienes somos. ¡Debemos ser disciplinados, cuidados y vigilados, de otra manera no seríamos una sociedad de ciudadanos modelo! La mayoría de nosotros creemos, que debido a que la naturaleza del hombre es débil y deshonesta, debemos tener control externo de la policía y el ejército y los controles internos de la culpa implantada.

Hemos transmitido la enfermedad de la culpa a través de los siglos. Hemos aprendido que la culpa es una forma correcta de pensar, una forma correcta de ser y una herramienta necesaria para educar a nuestros hijos. Muchas sectas cristianas no se avergüenzan de predicar que las personas nacen perversas y que sólo aceptando a Jesucristo como su salvador personal, pueden ser liberados de su propia maldad. Sin embargo en las Escrituras, Jesús nos recuerda constantemente que nuestro único pecado es la culpa que nos separa de la unidad con el todo de la vida: Dios.

Nacemos para volar. Nacemos para remontarnos en la brisa de verano. Nacemos para jugar, para reír como niños. Nacemos para crear belleza y armonía entretejiendo diseños delicadamente balanceados unos con otros; el tapiz perfecto de la vida humana en el planeta Tierra. La mayoría de los seres humanos hemos perdido la confianza en nosotros mismos y en los demás. Hemos perdido la habilidad de vernos como personas. En lugar de eso, cada uno de nosotros fijamos nuestra atención en nuestras habilidades e inhabilidades. Cubrimos el terrible vacío que proviene de no darle la cara a Dios, pretendiendo ser grandiosos: Ropa grandiosa, carros grandiosos. Hablamos y caminamos de igual manera. No queremos que las personas noten esa confusión, esa soledad y ese miedo de penetrar el pozo profundo de nuestro ser.

Nadie está exento de los resultados caóticos de la culpa en masa y cada uno tiene la responsabilidad de erradicarla de nuestras vidas y de nuestra sociedad. Debemos trabajar juntos con el convencimiento de que las generaciones futuras puedan vivir en una sociedad que aliente y exalte la magnificencia personal del hombre, en vez de una sociedad que duda y lo protege en contra de maldades imaginarias. Sólo hay una forma de librarse de las culpas. Debemos cambiar las cintas programadas de nuestro subconsciente y esto requiere de dedicación y perseverancia. La culpa es una enfermedad que tu o yo programamos entre los que nos rodean. Encontramos vulnerabilidad en otras personas y usamos sutiles púas de culpa para manipularlas.

¿Cómo manipulas a otras personas con la culpa? ¿Cuáles son los juegos favoritos de culpa? Nunca responderás honestamente a esta pregunta, hasta que te hayas aceptado a ti mismo como alguien que manipula a otros. Si no ves mal el ser un manipulador o el usar la culpa como un instrumento de manipulación, te será imposible efectuar el cambio. Tus acciones manipuladoras continuarán. Aquello a lo que se resiste, persiste. Eso es lo que hace difícil curar la culpa. Sin embargo, podemos empezar a curarnos cuando estemos dispuestos a aceptar que somos culpables y que como tales, llegamos a contagiarnos la culpa como una enfermedad.

Un aspecto importante de la culpa es que siempre va acompañada de resentimiento. La culpa no sólo es una enfermedad que se contagia, es una enfermedad cuyos síntomas se sienten solamente como una reacción a alguien. Uno siente culpa como resultado de expectativas insatisfechas impuestas por uno mismo o por otros. Cuando son impuestas por uno mismo, estas expectativas representan puntos de vista de personas que son o han sido importantes para esa misma persona.

Las expectativas de Dios, como no son explicadas por los llamados representantes de Dios, consisten en que debemos comportarnos de un modo determinado. Cuando no satisfacemos estas expectativas; afligimos y enojamos a Dios, contrayendo una deuda de culpa que provoca una reacción secundaria, una sensación de resentimiento hacia Dios por hacernos sentir culpables. Y al continuar el círculo vicioso, ¿qué nos puede hacer sentir más culpables que el resentimiento hacia Dios mismo? Por lo que la tercera reacción, es la culpa otra vez. Las mismas condiciones existen con respecto a nuestros padres, los guardianes del orden, maestros, ministros, sacerdotes, amigos, familiares, etc.

Ahora que estás consciente de la relación culpa/resentimiento, piensa en las personas en que has programado culpa y reconoce que cada una de ellas tiene un resentimiento hacia ti, de igual tamaño que la culpa que lo ocasionó. Un hombre que cierra con llave todas sus rejas y puertas y emplea un gigantesco perro guardián para proteger sus posesiones, es un hombre convencido de que muy dentro de él, existe una inclinación por robar las pertenencias de otros. Sólo está proyectando aquello que siente acerca de sí mismo. Una sociedad incapaz de confiar en sí misma, llena de personas culpables, debe ser defendida, no en contra de acciones y reacciones naturales, sino en contra de reacciones perversas que provienen de una maldad y perversidad programadas.

¿Qué pasaría si volvieras la vista atrás y vieras todos esos incidentes caóticos como pasos imperfectos hacia tu despertar? ¿Qué pasaría si abolieras el lenguaje de fracaso de esas experiencias y las reconocieras como triunfos? ¿No estarías entonces en posibilidad de encontrarte y considerar tu magnificencia, en lugar de crear su sordidez imaginaria? Concentrándote en tu magnificencia, podrías empezar a reprogramar tu subconsciente y tu vida, hacia logros magníficos.

Se necesita valor para desafiar la vida, a sabiendas de que la posibilidad de fallar existe. Es mucho más fácil, pretender estar oprimido, hasta el punto, que nadie esperará que triunfes y entonces nadie te culpará si fracasas. El desafío que te ofrezco es uno que contiene infinidad de oportunidades personales y requiere de una tarea monumental. En este punto de la evolución del hombre, estamos reconociendo que mucha de la programación previa de la mente humana, es contraria a tus metas personales y globales.

La luz que es fuente de vida, perderá entonces su opacidad y se volverá clara. Nos veremos a nosotros mismos como seres eternos y reconoceremos nuestro lugar en la eternidad. Gozaremos de excelente salud, porque ya no tendremos necesidad de sufrir. La soledad imaginaria desaparecerá y seremos arrullados por cientos de personas cariñosas que nos rodean. Reconoceremos la muerte como el nacimiento a una mejor y obtendremos paz y confianza, liberándonos de la garra mortal con que la culpa ha estrangulado nuestras vidas.

Apártate de las adicciones

La filosofía de mi vida siempre

ha sido que las dificultades se esfuman

cuando se les hace frente con valentía.

Isaac Asimov

El niño herido que subyace en nosotros es causa importante de una conducta adictiva. Si advertimos que nuestro niño herido está detrás de la conducta compulsiva/adictiva, podemos analizar la adicción en un contexto mucho más amplio. Una adicción tiene una relación patológica con cualquier forma de alteración del humor que tenga consecuencias perjudiciales para la vida. Las adicciones a todo lo que se pueda ingerir son las que más dramáticamente alteran el humor. El alcohol, las drogas y los alimentos tienen un inherente potencial que provoca a la alteración del humor. Pero existen diferentes maneras en que los sentimientos pueden ser trastornados.

Las conductas adictivas incluyen el trabajo, ir de compras, el juego, el sexo y los rituales religiosos. De hecho, cualquier actividad puede utilizarse para alterar los sentimientos porque distraen. Las actividades cognoscitivas son una manera poderosa de evitar los sentimientos. Todas las adicciones tienen un componente racional que se llama obsesión. Los sentimientos mismos pueden ser adictivos. Puedes ser adictivo a la ira. La ira disfraza el dolor y la vergüenza. Cuando haces corajes, te sientes fuerte y poderoso; más que vulnerable e impotente.

Probablemente conoces a alguien adicto al miedo. Los adictos al miedo tienden a imaginar catástrofes y desastres por todas partes. Siempre están preocupados y vuelven locas a otras personas.

Algunos son adictos a la tristeza y/o a las penas. Parecen no sentirse tristes; son tristes. Para un adicto a la tristeza, ésta se convierte en su propia forma de ser. Las personas que más me preocupan, son los adictos a la alegría, me refiero a los niños buenos obligados a sonreír constantemente y estar alegres. Es como si la sonrisa se hubiera congelado en su rostro. Los adictos a la alegría nunca ven nada mal. Sonríen mientras cuentan que su madre falleció. ¡Son una paradoja!

Los objetos también pueden crear adicciones. El dinero es lo más común. Sin embargo, cualquier objeto puede convertirse en una preocupación y, por lo tanto, es una fuente de alteración del humor. En el fondo de la mayoría de las adicciones, no importa qué factores genéticos intervengan, se encuentra el niño herido de la infancia, quien constantemente anhela la satisfacción de sus necesidades. No se requiere estar mucho tiempo junto a un adicto para observar esa conducta de él.

Las adicciones que más han mermado a los seres humanos, son al alcohol y a las drogas. Séneca, el filósofo romano contemporáneo de Jesucristo, dijo: La embriaguez es, sencillamente, una locura voluntaria. Casi dos mil años después, Bertrand Russell añadió: La embriaguez es un suicidio temporal… la alegría que trae es meramente negativa, un cese momentáneo de la infelicidad. El abuso del alcohol y las drogas se han convertido en una tragedia nacional, pero para mí es un síntoma de un malestar más grande aún, no obstante, hay una puerta abierta a este tipo de adicción y a otras similares. Sin embargo, las creencias de tu círculo social pueden influir negativamente en tu restauración. Con frecuencia se menciona que de las garras de las drogas y del alcohol nadie logra escapar, y yo te aseguro lo contrario. Víctor fue expulsado de la preparatoria por portar drogas dentro de las instalaciones, pero eso no era lo más grave, lo verdaderamente preocupante fue que para mantenerse “alegre” recurría a “desafíos” que gradualmente fueron creando una psicosis social que lo obligó a abandonar el lugar donde él vivía junto con su familia. Al llegar a la Universidad, aparentemente estaba tranquilo, pero no. Guardaba en su corazón culpa y resentimiento que lo hacían sentirse infeliz. Cuando Víctor entendió que aceptándose, reconociéndose, amándose y apoyándose lo llevaría hacia la felicidad, entonces tomó la decisión de ser un hombre nuevo y actualmente está entusiasmado por su desarrollo personal. En estos días visitó su lugar de origen y se sorprendió que la gente que lo rechazaba, ahora está sorprendida de la decisión que tomó Victor: De ser cada día mejor y consecuentemente es aceptado por ellos.

Nos servimos de la bebida para escapar de la depresión, sin embargo, lo que necesitamos es encontrar el modo de enfrentarnos a ella, utilizando pensamientos positivos con valor y creatividad. Durante las últimas décadas, las drogas recetadas han sido empleadas para controlar los síntomas de la depresión; al ser prescritas por respetables médicos psiquiatras pueden ser de uso seguro y de ayuda en el tratamiento de la ansiedad; por el rápido aumento de la popularidad de estas drogas, están siendo consumidas sin prescripción médica. Para escapar de la depresión, la gente está tomando tranquilizantes, excitantes y antidepresivos como si fueran galletas.

Lo peligroso de los tranquilizantes, es que cualquier paz mental que proporcionen, es una paz mental artificial. Cuando compramos una pastilla para conseguir paz, nos confiamos en soluciones baratas, en lugar de soluciones profundas. Otra forma económica, pero equivocada para escapar de la depresión, es la adicción a la televisión; el mundo se está volviendo adicto a la tele, la está usando  irresponsablemente como un medio de evasión de la realidad y sus efectos que en él tiene, son por demás delicados porque contamina a los seres humanos con una serie de información dañina que se siembra en su mente, en la mayor parte de las veces de manera definitiva.

Sin embrago, lo que pasa por ahí no es tan importante como lo que ocurre en tu vida y en la mía ¿Cómo manejas tus propios errores y la depresión que seguramente sigue a eso?

Aléjate de las depresiones

Un corazón valiente siempre superará todas las dificultades.

Anónimo

La realidad no se equipara con nuestros sueños y, en consecuencia, nos desesperamos. Entonces, para hacer frente a nuestra depresión, comenzamos a pensar y actuar destructivamente. Como resultado, nuestra vida cae en espiral, hasta que parece no haber manera de que logremos levantarnos de nuevo. Hay una tremenda tentación de sufrir en silencio. Nuestro orgullo no nos deja admitir la verdad. No queremos que la gente sepa que fracasamos. En el Oriente, por ejemplo, no perder cara lo es todo. Los británicos dicen: Mantén firme el labio superior. Es un mito machista mexicano eso de que los hombres no lloran. Yo no conozco a nadie a quien le agrade verse en conflictos.

Es más fácil, cuando menos al principio, pretender que todo está muy bien. Nuestra desgracia se convierte en un terrible secreto. Construimos murallas a nuestro alrededor y nos alejamos de aquellos que pudieran simpatizar con nosotros o incluso ayudarnos. Como un animal enfermo, nos escurrimos por ahí y esperamos sanar.

¿Eres tu así? Cuando tus sueños están amenazados y andas perdido en una niebla de desesperación, ¿te vuelves silencioso y te apartas de todos? ¿Te quedas rondando por ahí, sonriendo valientemente, pretendiendo que nada está mal cuando en realidad el mundo entero se está colapsando sobre tu cabeza? ¿Qué pasa cuando tus sueños se mueren y la depresión se adueña de ti? Algunas personas responden al ciclo de fracaso y depresión en formas francamente predecibles. Al principio, están tentadas a negar lo ocurrido o ignorarlo. Entonces tratan de echarle la culpa o de culpar a otros. Invariablemente intentan eludirlo. Algunas se quedan inmovilizadas por la depresión. Otras hacen cosas desesperadas y destructivas para ponerle fin. Otras más siguen viviendo por siempre en la desesperación. Finalmente, otras simplemente se sientan y se mueren, pero no tienen que hacerlo.

¿Te suena familiar todo esto? No podemos ayudarnos a nosotros mismos mientras simulamos estar bien. Y nadie puede ayudarnos cuando no admitimos que tenemos esa necesidad. Es particularmente triste que en nuestra sociedad (donde el amor debería prevalecer), tanta gente ponga una cara celestial, cuando en realidad vive en un infierno. La depresión no puede ser tratada mientras la neguemos o ignoremos. El principio del fin de esa lucha es admitir que se está luchando, primero para uno mismo y, luego, poco a poco, por aquellas personas a las que se les tenga confianza para que caminen con uno por el camino de la recuperación.

Yo sé que nuestras vidas pasan por momentos de grandes tragedias y de terrible sufrimiento. No creo en eso de poner buena cara, cuando es tiempo de luto. Negar nuestra depresión, enmascararla o tratar de escapar de ella para siempre, lleva a la desgracia. Existen ciertos sueños que, si mueren, no pueden volverse a soñar. Cuando mueren, lo único que podemos hacer es llorar y esperar a que se acaben las lágrimas; hasta que de alguna forma, Dios nos dé el valor de volver a soñar otra vez.

Pero no debemos entregarnos a la pena o dejar que nuestros fracasos y decepciones nos conviertan en víctimas. El pesimismo es una enfermedad peligrosa que puede sofocar o matar nuestro potencial humano. Debemos transmitir esperanzas, nunca desesperación. Compartamos nuestras alegrías, no nuestras tristezas. Yo creo que es bueno contar una y otra vez las obras de Dios en hombres y mujeres que conozco, que se levantaron de una profunda depresión, para amar y soñar nuevamente. Si nuestros sueños no se realizan, si la depresión obstruye nuestros pasos, debemos recordar que siempre hay esperanza.

Qué desperdicio es emborracharnos hasta matarnos durante la negra noche de la depresión, cuando la salida del sol puede estar a punto de ocurrir. Espero que mis próximas palabras no suenen a un optimismo demasiado exagerado, porque en el curso de mi vida he aprendido que efectivamente hay una lucecita al final de casi todos los túneles, como insinúa en uno de sus poemas Carlos Pellicer. Los arco iris, en realidad, salen después de casi todas las tormentas. Las lágrimas probablemente se conviertan en risa. El luto algún día sucumbirá ante la alegría. Hasta ahora, a mis cuarenta y seis años de vivir en este planeta, después de una noche larga y negra, he visto salir el sol para calentar de nuevo mi vida.

Después de la crucifixión, viene la resurrección. Después de la muerte, viene la vida.  Después de la desesperanza, viene la esperanza. La depresión nos engaña cuando pensamos que nunca se terminará. En realidad, el final de su depresión bien puede estar a la vuelta de la esquina. De ningún modo estoy minimizando la depresión y el terror que ésta conlleva. Tengo gran simpatía por la gente que sufre desesperanza y privaciones a través de sus pesadillas privadas. Los familiares o amigos preocupados pueden ser como enviados de Dios durante el camino. Pero si sucumbimos a la depresión, si nos suicidamos o nos conformamos con una miserable muerte en vida, perderemos la oportunidad que la depresión nos brinda.

En nuestros tiempos de sufrimiento, Dios nos prepara para ayudar a otros que encontraremos por el camino. Cuando nuestros sueños mueren, Dios nos da la fuerza para estar ahí ayudando a nuestros hermanos y hermanas cuando ellos pierdan sus sueños. Estos tiempos son duros. Nuestros sueños se hallan amenazados por fuerzas que están más allá de nuestro control. A veces perdemos la batalla, pero juntos ganaremos la guerra, con ayuda de los demás aprenderemos a soñar de nuevo, y entonces, algún día, cuando menos lo esperemos, nos sorprenderá ver esos sueños hechos realidad.

Elimina el estrés de tu vida

Si no contribuyes a la solución del problema,

entonces tu mismo eres parte de él.

 Proverbio chino

Vivimos en una sociedad en donde el 60% de las visitas al médico, son más bien por problemas de estrés que de enfermedades específicas. Es la sociedad del estrés, donde las medicinas que más recetan son tranquilizantes. El estrés es el resultado, entre otros factores, de las presiones a que se somete la gente en su afán desmedido de obtener logros, de resolver problemas y de otras muchas cosas. Hay estudios que demuestran el efecto que tiene el estrés en la salud. Nuestras defensas bajan y nuestro organismo se hace más propicio a las enfermedades. El odio, rencor, culpa, resentimiento y  remordimiento son algunos sentimientos que causan estrés, que si se vuelven perennes nos llegan a causar enfermedades y hasta padecimientos graves, tales como el cáncer, cardiopatías, colitis, etc.

La fuente principal de tensión psicológica ejercida sobre la gente se deriva de la manera como trata sus propios sentimientos y actitudes, como resultado de los conflictos internos que son generados por una gran variedad de situaciones externas tensas. Es entonces, en el mundo interno de cada hombre, donde verdaderamente se presenta el meollo del problema.

Casi puede aseverarse que la gente vive con estrés y en estrés, cuando no da valor al significado y objetivo de un verdadero descanso. Un principio que no es bien comprendido por la sociedad.

Recurramos a lo que dice Dios por medio de la Biblia para entender cómo podemos manejar el estrés en nuestra vida. Para ello lean este versículo:

Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el séptimo día de toda la obra que hizo.  Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación  (Génesis 2:23).

Eso es ritmo y armonía, las mismas características de todo cuanto ha creado el señor. Es indudable que cuando Dios contempló su obra, la analizó y reflexionó sobre significado y propósito. Dios así daba significado y propósito a su trabajo y con ello sentaba precedente para que el hombre también tuviera la necesidad de ese descanso, que el séptimo día cierra un mini ciclo de su vida.

El descanso no es solamente para reflexionar sobre el significado del trabajo y el camino de la vida, sino también es para refrescar mi creencia y mi compromiso con Cristo. Es un descanso para afinar mis instrumentos internos de navegación, de tal manera que esté preparado para regresar al mundo por otra semana más, para ser fecundos creadores… en fin, para justificar nuestra existencia misma.

No cabe duda, el descanso que Dios sugiere, no tiene nada que ver con la teoría actual del ocio físico, sino que es un reposo para llegar a lo más profundo de nuestro ser, precisamente ahí, donde la fatiga espiritual nunca es alcanzada por aquellos artículos y actividades producidos y dirigidos a superar el ocio físico. El descanso prescrito por Dios es el que nos permite reconstruir nuestro mundo interior; es el reposo que nos trae paz, entusiasmo y vida en abundancia.

En la actualidad hemos escuchado que también los niños padecen estrés y lo que es peor, también padecen depresión. ¿No era esto común sólo en los adultos? Y nos seguimos preguntando a dónde llegarán las futuras generaciones, si paralelamente al progreso y la civilización, las depresiones están a la orden del día. A veces, cuando el mundo parece estar en contra es difícil conservar el equilibrio mental. Para algunos es imposible. Entonces sobreviene el colapso nervioso.

Si el problema persiste en la mente aparecerá incluso la ansiedad, el sueño quedará perturbado, el trabajo en la oficina o en la fábrica rendirá menos por falta de concentración o calidad mental, disminuirá el apetito y el peso, y quizás dé origen a impulsos de suicidios. Las probabilidades de suicidio, sin embargo pueden interponerse en el proceso de restablecimiento.

Es de todos conocido que conforme vamos creciendo debemos ir madurando mentalmente y esto se refleja en nuestro comportamiento, no quiere decir esto que perdamos el sentido del humor o la capacidad de asombro; la madurez se demuestra cuando nos hemos enfrentado a algún problema y aplicamos la ecuanimidad y otras virtudes que debemos tener.

Da siempre las gracias

Ore siempre. La oración tiene un poder incalculable.

Jackson Brown Jr

Hay que dar las gracias para reforzar y elevar el funcionamiento de nuestra vida. La gratitud es la madre de los demás sentimientos. Por lo general, reclamamos aquello que no tenemos y que nos gustaría tener, o aquello que tuvimos y perdimos. Es raro encontrar a alguien que dé las gracias por aquello que tiene, o por aquello que no tiene y no le gustaría tener. Hay una gran escasez de gratitud en el mundo de los seres humanos. Esta falta de gratitud genera desequilibrio e infelicidad en nuestra vida. Da gracias a Dios cada día por lo que tienes y te gustaría tener y Dios seguirá proporcionándote no sólo eso, sino también cosas que no tienes y no sabes todavía que te gustaría tener. Todas las mañanas da gracias a Dios por lo que te ha dado y por lo que te tiene preparado.

Te recomiendo que te despiertes muy de mañana y te des como regalo un amanecer. Observa la explosión multicolor de luces que te ofrece la aurora. Escucha cómo los pájaros agradecen a Dios antes que tu. Siente cómo la brisa acaricia tu cuerpo y saborea el aroma de las flores. De esta manera, al ver tanta gratuidad de Dios, lo más seguro es que sonrías y digas: Gracias Señor, gracias, y de esta manera ya estás empezando a hacer la oración del día.

Vive con entusiasmo

Para un alma alegre, el mundo está repleto de cosas interesantes.

 Alexandra Stoddard

Entusiasmo se deriva de dos vocablos griegos: En y theos, que quiere decir: Dios dentro de ti, o lleno de Dios. Mientras más vivo, más confirmo que el entusiasmo es el pequeño secreto reconocido para alcanzar el éxito. La diferencia verdadera en capacidad, habilidad e inteligencia entre aquellos que tienen éxito y aquellos que fracasan, generalmente es mínima. Pero si dos hombres están en igualdad de condiciones, el hombre con entusiasmo tiene la balanza a su favor. El entusiasmo es una fuerza interna ilimitada; es energía emocional del corazón y de la razón. Es emocional, porque nos hace vibrar y actuar con decisión; es del corazón, porque nos da gozo interno; y es de la razón porque nos hace actuar hacia donde queremos, hacia nuestros objetivos.

El entusiasmo es una actitud y un comportamiento que podemos adquirir en cualquier momento o a cualquier edad, pero no en forma de un elixir, sino bajo una actividad mental positiva y deseos de conquistar. Cuando carezcas de entusiasmo actúa como si lo tuvieras. Recuerda que la fuente del entusiasmo está contigo mismo y se revitaliza con una actitud mental positiva, la perseverancia y los logros que se van alcanzando en el camino para llegar al destino que has determinado. El entusiasmo no germina donde existe odio, pesimismo e ideas destructivas; entonces hay que modificar esa conducta, reconociendo tus fortalezas y tus debilidades. 

[1] Ejemplo de afirmaciones: Yo soy un hombre arriesgado, seguro, fuerte, vencedor, etc. Recuerda el contrato el cual te comprometiste en tu vida.

[2] Estudio de las causas supremas de bondad y la maldad de los actos humanos.

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Rodríguez Moguel Ernesto Alonso. (2004, febrero 15). Plan personal y triángulo de vida. Aprende a ser lo que quieres ser. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/plan-personal-y-triangulo-de-vida-aprende-a-ser-lo-que-quieres-ser/
Rodríguez Moguel Ernesto Alonso. "Plan personal y triángulo de vida. Aprende a ser lo que quieres ser". gestiopolis. 15 febrero 2004. Web. <https://www.gestiopolis.com/plan-personal-y-triangulo-de-vida-aprende-a-ser-lo-que-quieres-ser/>.
Rodríguez Moguel Ernesto Alonso. "Plan personal y triángulo de vida. Aprende a ser lo que quieres ser". gestiopolis. febrero 15, 2004. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/plan-personal-y-triangulo-de-vida-aprende-a-ser-lo-que-quieres-ser/.
Rodríguez Moguel Ernesto Alonso. Plan personal y triángulo de vida. Aprende a ser lo que quieres ser [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/plan-personal-y-triangulo-de-vida-aprende-a-ser-lo-que-quieres-ser/> [Citado el ].
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