Para estudiar bien en grupo hay que tener claras algunas estrategias que nos ayudarán a hacer efectivo nuestro tiempo y optimizar los resultados. Muchas veces, grupos de buenos estudiantes obtienen resultados por debajo de lo previsto cuando estudian juntos y es debido a una falta de planificación. Aquí desvelamos claves para hacerlo correctamente:
1. Escoge bien el espacio y los compañeros.
Estudiar es un acto que implica, fundamentalmente, a personas que tengan interés en aprender. Personas motivadas con ganas de compartir, mejorar y superarse. Intentad que el grupo esté formado por componentes así y equilibrar los niveles de compromiso, para que todo el mundo muestre un esfuerzo constante. Los grupos no deben ser muy numerosos, ya que fomentan la dispersión. De igual manera, hay que elegir un espacio adecuado. Un lugar con buena luz y temperatura, que tenga el espacio suficiente para que cada estudiante pueda esparcir sus apuntes y carpetas sobre la mesa, La combinación del factor ambiente con una buena selección de compañeros aumenta los resultados.
2. Realiza una buena planificación.
Es aconsejable fijarse metas para así ir calibrando cual es la evolución del estudio. Establecer jerarquías a la hora de asimilar conceptos (hay información imprescindible y otra no tan importante). Fíjad un objetivo acorde a la capacidad del grupo y avanzar de manera constante y uniforme, con pausas repetidas cada X tiempo. Lo habitual es una pausa de 10-15 minutos cada 60 o 90 minutos de estudio. Lo aconsejable es estudiar durante el día, un mínimo de 2 horas, y no sobrecargar al cerebro, que tiene una capacidad limitada de procesamiento.
3. Retroalimentarse.
Compartir es vivir, que se dice. Por mucho que vayas a estudiar el mismo temario, siempre existen sutiles variaciones que complementan tu estudio. Además, hay estudiantes que aportan a su estudio información adicional que puede dotar de una mayor perspectiva tus conocimientos. Siempre ocho ojos ven más que dos, así que aprovecha la posibilidad de realizar consultas, solventar dudas de manera inmediata y establece debates que amplíen tu dominio de la materia.
4. Realizar «Role-play».
Estas técnicas consisten en adoptar diferentes roles para comprobar la asimilación de conceptos. Por ejemplo, que tú hagas de ponente y el resto de los restantes alumnos de la clase (en caso de preparar una exposición), o que una persona haga de profesor y formule preguntas de manera aleatoria. O hacer un ping-pong de preguntas y respuestas. Todos estos métodos son dinámicos y ayudan a afianzar los conceptos.
5. Debate y conclusiones.
Para concluir, algunos del grupo adoptan una posición determinada y los demás les discuten desde la perspectiva opuesta. De esta manera, repasarán puntos en común y se solventarán posibles contradicciones. Al final del día es recomendable evaluar el trabajo realizado, saber si se han conseguido los objetivos propuestos o no.
