

El servicio al cliente consiste básicamente en forjar una serie de relaciones, en otras palabras, trata de involucrarse con los clientes y sus necesidades.Te propongo el siguiente ejercicio: piensa por unos minutos ¿Por qué vuelves una y otra vez a tu tienda o negocio preferido?…
Diversos estudios demuestran que los clientes vuelven a contratar los productos o servicios de una compañía porque les han hecho: SENTIR BIEN…
Suena simple ¿verdad?…
Un estudio conocido indica que un 40% de los clientes cambian de proveedor por razones de servicio, mientras que tan solo un 8% lo haría por motivos de precio y calidad del producto. En el informe anual realizado por la prestigiosa consultora Accenture se indica que el 66% de los consumidores se cambia a la competencia por el pobre servicio recibido, y un 81% considera que la empresa podría haber hecho algo más para retenerlos como clientes.
Por último, en una encuesta realizada por Forbes, empresa dedicada a la investigación, se señala que el 86% de los encuestados estaría dispuesto a pagar más a cambio de un buen servicio.
Por tanto, la clave está en:…
A continuación te comparto tres estrategias sencillas para generar una atención personalizada que dejará feliz a tus clientes:
Cuando llegamos a un restaurante y el mozo nos llama por nuestro nombre es una sensación agradable, mucho más cuando ha pasado un largo tiempo y aun se acuerda de nosotros. A todos nos gusta que nos llamen por nuestro nombre, de alguna forma nos hace sentir importantes, nos hace sentir bien.
Para lograr una mayor conexión con el cliente es necesario muchas veces romper el hielo mientras realizas la transacción. Puedes elogiar el reloj o la corbata del cliente, busca rápidamente un punto en común que puedas tener con él, y di algo como: “que bonitos lentes, yo tengo unos muy parecidos” de tal forma de iniciar una conversación que sirva como punto de inflexión. Puedes también hacer un comentario referente al clima o cualquier asunto que te sirva para conectar con el cliente.
IMPORTANTE: esta estrategia utilízala todas las veces que tengas la oportunidad, no obstante, si te están exigiendo que realices la operación con rapidez o notas que el cliente se encuentra muy apurado, evita aplicarla y alargar el proceso de atención. Pero recuerda, cada vez que lo hagas el proceso será mucho más placentero, para ti como para el cliente.
Sin duda la amabilidad y la cortesía son dos activos fundamentales para brindar una atención excepcional y personalizada. Una sonrisa amable pocas veces recibirá de vuelta un ceño fruncido por parte del cliente. Sin embargo, a pesar de ser una estrategia muy simple de aplicar, es la que con menos frecuencia se realiza. Sonríe y sé amable en todas tus interacciones con los clientes y obtendrás mayor satisfacción en tu trabajo.
Te animo a que pongas en práctica estas tres sencillas estrategias, repítelo en todos tus contactos con clientes hasta que se haga un hábito y comprobarás cómo tu trabajo se hace más fácil y tus clientes más felices.