La teoría pesimista y la conducta del sujeto

La realización del siguiente trabajo es con la finalidad de hacer un análisis de la teoría pesimista y la conducta del sujeto, y en caso particular la de los alumnos a nivel superior. Se Iniciara con conceptos que nos amplíen el contenido de esta teoría, los cuales se tomarán de referencia hacia el propio alumno, de su conducta y del pesimismo que pueda presentar, además servirá para poder precisar su relación intrínseca al tema a tratar, y así tratar de determinar si el alumno que es pesimista, lo hace por la falta de valores, o porque adopta alguna conducta similar o simplemente es una actitud de observar las cosas; aunque debo aclarar que en el siguiente trabajo no se alcanzaran a cubrir totalmente todos los parámetros que merece el tema, pero que nos servirán para tener una visión de los tipos de conductas por las que atraviesan los jóvenes universitarios.

El autor Arthur Schopenhauer, nos dice lo siguiente acerca de la teoría en estudio, en base a su obra Cumbre, en el que expone “El mundo como voluntad y representación”, el se pregunta sobre la esencia del conocimiento, y manifiesta que tiene dos alternativas de solución, la primera es tomar una actitud pre metafísica despreocupada por el carácter antológico del sujeto y del objeto y la segunda está relacionada con la metafísica en la que si le interesa el carácter antológico del objeto y del sujeto.”

Este autor que se toma de referencia, nos permitirá analizar la actitud metafísica en la que nos dice que esta puede manifestarse de tres maneras distintas: Realismo, Idealismo, o Fenomenalismo. Las primeras dos corrientes metafísicas, tratan de explicar la realidad del mundo exterior, se basan en un problema mal planteado y presuponen que entre objeto y sujeto existen una relación de causalidad, suponiendo que es la realidad la que produce la representación en el sujeto, o dicho de otra manera, que es el sujeto quien produce la representación del objeto. Se trata de dos falsos supuestos, porque las relaciones causales se dan entre los objetos representados y no entre sujeto y objeto. Y la última manifestación se refiere a que el individuo se le relaciona completamente con la voluntad y en la que él niega completamente su propio ser que refleja en el fenómeno.

Apertura

Para dar inicio con este estudio, tomaremos algunos escritos del autor Schopenhauer de su obra principal, El mundo como voluntad y representación (1819), en la cual proponía los elementos éticos y metafísicos dominantes de su filosofía atea y pesimista, en la que estaba en desacuerdo con la escuela del idealismo, ya que se opuso fuertemente a las ideas del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, quien creía en la naturaleza espiritual de toda realidad. Por otro lado aceptaba, con algunas reservas, la teoría del filósofo alemán Immanuel Kant, de que los fenómenos existen sólo en la medida en que la mente los percibe como representaciones.

Sin embargo, no estaba de acuerdo con éste en que la «cosa-en-sí» (Ding an sich), o realidad última, exista más allá de la experiencia. La identificaba por su parte con la voluntad experimentada. No obstante, la voluntad no está limitada a una acción voluntaria previsible; sino que toda la actividad experimentada por la personalidad es voluntad, incluidas las funciones fisiológicas inconscientes.

La voluntad es la naturaleza innata que cada ser experimenta y adopta en el tiempo y el espacio como apariencia del cuerpo en su representación completa, por lo que la realidad innata de todas las apariencias materiales es la voluntad, y que la realidad última es una voluntad universal. Por otro lado la tragedia de la vida surge de la naturaleza de la voluntad, que incita al individuo sin cesar hacia la consecución de metas sucesivas, ninguna de las cuales puede proporcionar satisfacción permanente a la actividad infinita de la fuerza de la vida, o voluntad. Así, la voluntad lleva a la persona al dolor, remedio al sufrimiento y a la muerte; a un ciclo sin fin de nacimiento, muerte y renacimiento, y la actividad de la voluntad sólo puede ser llevada a un fin a través de una actitud de renuncia, en la que la razón gobierne la voluntad hasta el punto que cese de esforzarse.

Desde el punto de vista epistemológico, las ideas de Schopenhauer pertenecen a la escuela de la fenomenología, medio por el cual se hizo famoso por su misoginia, aplicando sus ideas al considerar los principios que constituyen el fundamento de la actividad sexual humana, defendiendo que los individuos se unen no por las sensaciones del amor sentimental sino por los impulsos irracionales de la voluntad.

Uno de los escrito de Schopenhauer nos dice que la esencia del hombre es la voluntad y la esencia de la voluntad es la tendencia del objeto, es decir el deseo, por lo tanto el hombre siempre está deseando algo y nunca consigue una plena satisfacción, por eso es infeliz.

Desarrollo

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Comenzaremos por hablar del concepto de personalidad, que etimológicamente proviene de la palabra persona, que en griego se escribe como prosopón y significa «máscara»; la cual se define como la organización dinámica dentro del individuo y de los sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento característico. Este concepto se interpreta como una organización relativamente estable y perdurable del carácter del propio temperamento, del intelecto y físico de una persona, lo cual determina su adaptación única al ambiente que lo rodea, para obtener formas en su mayor parte del tiempo estable, características del individuo, como son su forma de pensar, experimentar y comportarse. Se desarrolla y cambia a través de la vida, pues es el resultado de la interacción de la herencia genética y el ambiente del ser humano, por el aprendizaje social y las experiencias personales. Es la manera habitual en que se comportan las personas, donde manifiestan sus conductas y experiencias. Es individual y social; individual porque cada persona es única e irrepetible y social porque somos conscientes de nuestros actos, pero que también vemos como nos condiciona el entorno y lo construimos. No tienen una existencia, se infiere a partir de la conducta de los seres humanos.

Es una abstracción que nos ayuda a ordenar la experiencia y predecir el comportamiento.

La personalidad tiene dos componentes, uno de base genética, denominado temperamento, y otro que es identificado como carácter, que depende de determinantes sociales y del ambiente del individuo. Por medio del carácter es como desarrollamos nuestras virtudes y habilidades, nos indica el modo que tiene el ser humano de actuar, pensar y expresar afectividad.

Con base a lo anterior decimos que los seres humanos generalmente viven la vida de manera natural, con momentos o etapas en el cual se siente con desanimo, pero que si ese desanimo se convierte en un habito, de malos pensamientos y de conductas no objetivas, entonces pasa por momentos dolorosos y se enfrenta a ese tipo de situaciones, mismas que determinaran como afrontarlas en la vida, si con optimismo, o con pesimismo.

El cerrarse a una cierta conducta conlleva a que tengamos una manera de actuar y ver la vida, de modo que si en una situación difícil no rescatamos lo bueno, y no nos enfocamos a verla de manera positiva, hablamos entonces de tener una conducta pesimista.

De esta manera ya enfocándonos a la conducta pesimista, el ser humano se encierra en una serie de ideas del cual no rescata nada de objetividad, si no que van creyendo que todo lo que les pasa es por mala suerte, que siempre le irá mal, que nada funciona, que todo es un fracaso, que no importa nada, y al no superar estos pensamientos, estos tienden a apoderarse de la conducta del individuo, convirtiéndolos en personas aisladas de su entorno social, y adquiriendo desconfianza y desanimo para todo lo que pretendan realizar.

A continuación se definirá al pesimismo como: (del latín pessimum, «lo peor»), doctrina filosófica que sostiene (invirtiendo la tesis leibniziana) que vivimos en el peor de los mundos posibles. Desde el punto de vista psicológico, constituye uno de los rasgos o síntomas más señalados de la enfermedad conocida como depresión”. Es por ello que la gran mayoría de los seres humanos está de acuerdo en que es mejor disfrutar la vida que sufrirla, son pocas las personas que piensan que no vale la pena por ver la vida de una forma muy desfavorable, ya que desconocen su verdadera esencia, por lo que se sienten menospreciados por los demás, como defensa se ocultan tras un muro de desconfianza y se hunden en la soledad y el aislamiento. Así, aislados de los demás se vuelven apáticos, indiferentes hacia sí mismos y hacia las personas que los rodean, tienen mayor propensión a despreciar a otros, siendo el temor un compañero natural de esta desconfianza y aislamiento.

El ser humano es el único ente pensante que tiene el poder de contemplar su vida, actividades y privilegios, y por medio de la conciencia lo lleva a buscar, a transformar, a escoger y a decidir lo que para él es significativo. Para lograr este cambio se debe hacer uso de los valores, sus creencias y principios, puesto que continuamente están incidiendo en su conducta, actitudes y decisiones, siendo la base para establecer un comportamiento de la vida en general.

Para finalizar este análisis considero que toda esta teoría del pesimismo gira alrededor de la actitud de la persona, es un estado mental influenciado por nuestras experiencias, sentimientos y conductas; “La actitud que transmitimos será lo que generalmente recibimos”. Ya que cualquier ideal positivo tendrá como adversario un ideal pesimista: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos.

Cierre

A manera de conclusión, me voy a referir a un fragmento del Arthur Schopenhauer, de su libro Parerga y Paralipómena, la cual dice los siguiente:

«Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre… La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido. La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo, y después morir… Y así sucesivamente por los siglos, de los siglos hasta que nuestro planeta se haga trizas.»

Por lo que puedo decir que en la actualidad, gracias al periódico, la radio, la televisión e incluso por el internet, escuchamos que el mundo y la humanidad se dirigen hacia una catástrofe de destrucción, derivado por el calentamiento global de la tierra, las enfermedades biológicas y de transmisión sexual, la delincuencia organizada, la violencia intrafamiliar, la corrupción en todos los niveles sociales y sobretodo la pérdida de los valores y las buenas costumbres como una decadencia moral que ya no tiene remedio.

Todo esto me lleva a reflexionar y aceptar la filosofía de este autor.

Bibliografía

  1. Larsen, R. & Buss, D. (2005). Psicología de la personalidad (Segunda edición). México, Editorial Mc Graw Hill. ISBN 970-10-5065-7
  2. Ingenieros, José. El hombre mediocre
  3. Filósofo para esta época
  4. Nuevas cuestiones acerca del sentido transmutación de los valores Arthur Schopnenhauer
  5. Arthur Schopenhauer

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Morales Ozuna Elias. (2010, noviembre 22). La teoría pesimista y la conducta del sujeto. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/teoria-pesimista-la-conducta-del-sujeto/
Morales Ozuna Elias. "La teoría pesimista y la conducta del sujeto". gestiopolis. 22 noviembre 2010. Web. <https://www.gestiopolis.com/teoria-pesimista-la-conducta-del-sujeto/>.
Morales Ozuna Elias. "La teoría pesimista y la conducta del sujeto". gestiopolis. noviembre 22, 2010. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/teoria-pesimista-la-conducta-del-sujeto/.
Morales Ozuna Elias. La teoría pesimista y la conducta del sujeto [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/teoria-pesimista-la-conducta-del-sujeto/> [Citado el ].
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