La soberanía en aguas del océano Pacífico, a la altura del paralelo 18º Sur -una zona marítima aproximadamente de 37.900 km2- es tema de controversia entre Perú y Chile, a partir de los tratados que dieron por finalizada la “Guerra del Pacífico”, dado que en sus respectivos textos no se hace, explícitamente, referencia a las fronteras marítimas.
La “Guerra del Pacífico” (por otros denominada “la guerra del salitre”) , estalló hace 128 años (1879), y aún sigue muy viva para los tres países involucrados, particularmente para Perú y Bolivia que perdieron importantes territorios a manos de Chile. Los incaicos, la actual región chilena de Tarapacá y los del altiplano la hoy segunda región de Antofagasta, por la que tenían , acceso al océano Pacífico. En total : 179.141 km.2.
El diferendo que mantiene Perú frente a Chile en la zona de fronteras, se tensó recientemente, cuando a fines de enero el gobierno de Alán García protestó ante el proyecto de ley –aun en discusión parlamentaria- del gobierno de la presidente Bachelet pretendiendo crear una nueva región – Anca y Parinacota- que según la cancillería peruana contiene una delimitación errónea de la frontera entre ambos países. Esto llevó a Lima a plantear la necesidad de modificar los límites marítimos, posición que desde el Palacio de la Moneda se rechaza.
La proyectada región se extiende desde el océano Pacífico hasta la cordillera de los Andes en el límite con Bolivia y en ella se encuentra el lago Chungará -uno de los más altos del mundo junto con el Titicaca. Su estratégica ubicación geográfica facilita el acceso a toda la región denominada “Macro Región Andina”, zona que comparte una historia y una cultura común al integrar lugares como Machu Picchu, Cuzco (Perú), Tiawanaku (Bolivia) , San Pedro de Atacama (Chile).
El diferendo, se refiere al espacio marítimo comprendido entre latitud 18º y longitud 70ª Oeste, en el cual Perú superpone en 18.820 millas cuadradas al mar que, según Chile, le pertenece según los acuerdos de 1952 y 1954. El proyecto fue aprobado por unanimidad en el Congreso de Perú (3/11/05) fuera promulgado por el ex presidente Toledo (ley Nº 28621).
Esta nueva proyección que presenta el gobierno peruano, según la cancillería chilena que lo rechaza, constituye a la vez un problema para la aspiración de Bolivia de acceso al Pacífico a través del norte chileno que desde el “Protocolo de salida al mar de 1891”, ambos países vienen, periódicamente, negociando.
“ La manzana de la discordia”
Charles de Varigny -espectador francés de la larga contienda del Pacífico- escribió: “En los momentos de formarse las repúblicas chilena y boliviana, este territorio inculto sin valor servía de frontera natural entre los dos países. Frontera vaga, indecisa, a la que ni uno ni otro Estado concedieron durante mucho tiempo ninguna importancia, hasta el día en que afortunados exploradores descubrieron los ricos yacimientos de salitre y guano. El desierto de Atacama deja de ser una frontera natural y se transforma en la manzana de la discordia”.
Desde tiempo atrás, la zona norte y sur peruana, con sus puertos “enfocados” hacia los mercados del Pacífico (asiáticos, mexicano y californiano) representa un relevante enclave geopolítico, como salida más favorable para el comercio hacia dichos mercados, para Bolivia, Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay, a través de los proyectados “corredores bioceánicos” conectados directamente a Ilo, Matarani, Arica, Iquique, Antofagasta.
En relación a los límites marítimos, Chile Afirma que quedaron fijados con Perú en sendos tratados pesqueros y, en relación a la soberanía marítima, a partir de la primera declaración reivindicatoria de las 200 millas que planteara el gobierno de Santiago en 1947, la que fuera suscrita posteriormente por los países del Pacífico Sur como acto internacional. ( “Declaración de Santiago”, 18/08/1952). Considera el país transandino, que la misma fue ratificada por tratados firmados entre ambos países ( 1952 y 1954,) así como por señalizaciones en terreno realizadas en 1968 y 1969 (Hito Nº 1 en el Mar chileno, denominado “Orilla del Mar”).
Las relaciones entre Chile y Perú se crisparon a principios de este mes de agosto, cuando Lima publicó la nueva cartografía marítima aprobada por la citada ley, expresando al actual gobierno de Alan García estar decidido a presentar una demanda sobre el asunto ante la Corte Internacional de La Haya.
El secular problema boliviano
La diplomacia chilena, a lo largo de los tiempos que siguieron a la finalización de la guerra del Pacífico, tentó a Bolivia a lograr un acuerdo respecto a una salida al mar. El puerto de Arica fue un tema de solución. Pesaron razones de orden geopolítico y de alto contenido estratégico.
Desde la época de Portales -políticamente nacionalista, económicamente integracionista, militarmente defensivo, navalmente hegemónico- los estadistas chilenos consideran que el progreso de su nación deriva de la seguridad nacional y ésta, como consecuencia del equilibrio continental.
En mis “Crónicas geopolíticas” publicadas por el diario El País, el 23 y 30 de abril de 1978 me referí extensamente al acercamiento que, en procesos de dictadura constitucional, realizaran Pinochet y Banzer en el conocido “Abrazo de Charañas” (8,02,1975) procurando una solución al diferendo. Es de destacar que en el tema de la salida de Bolivia al Pacífico incidieron otros actores: Morales Bermúdez por Perú, Ernesto Geisel por Brasil, integrantes del “cuarteto de los cóndores mayores” , a la que se sumaron otros en Argentina y Uruguay en la década infame del ´70.
¿Por qué intervinieron estos dos últimos? ¿Qué motivaciones los alentaban? La asunción a la presidencia del Gral. Geisel fue oportuna para que los presidentes de Chile y Bolivia iniciaran la “apertura del diálogo”, hecho que significó una etapa fundamental en el proceso geopolítico del Cono Sur. Bolivia no se aferraba ciegamente a una solución definitiva a su problema de mediterraneidad, dado que abrigaba la esperanza de que se gestase una solución que no vulnerase los intereses de Perú derivados de sus acuerdos con Chille. (tema de las reclamadas “provincias cautivas” : Tacna y Arica). Lima enfatizaba que por el artículo 3º del Tratado de Paz, Chile no podía ceder a un tercer país (Bolivia) territorios que anteriormente habían sido peruanos. Por su parte Itamaraty procuraba que Chile cediera a Bolivia un estrecho corredor al norte de Arica, paralelo a la vía ferroviaria que une a dicho puerto con La Paz, de modo de facilitar la concreción de su proyecto transcontinental -“Ruta Capricornio”- uniendo San Pablo con el puerto chileno para la salida de su producción hacia los ya promisorios mercados asiáticos, cruzando el “heartland” sudamericano.
El actual tema energético
Desde hace un año, aun sin mantener relaciones diplomáticas formales, Bolivia y Chile debaten en agenda abierta sobre el secular problema de la mediterraneidad del altiplano. La ultima reunión tuvo lugar a principios de este mes, con ocasión de una visita a Bolivia de la Comisión de Política Exterior del Senado chileno. En la oportunidad, al igual que hace 32 años con la propuesta de un canje de territorios, ahora el gobierno de la Sra. Bachelet le propone al presidente Morales avanzar en un proceso de integración energética en el campo de la electricidad, la geotérmica y el gas natural, tema prioritario dentro de una agenda de diálogo de 13 puntos. En compensación, “Chile debe estar disponible para aumentar el acceso al mar a Bolivia para conferirle una cualidad marítima, pero eso, es distinto a conferir soberanía” expresó la presidenta al matutino “El Mercurio”. Simultáneamente, el presidente del Consejo de Ministros de Perú -Jorge del Castillo- recordó que su país hace años le otorgó una franja marítima, sin soberanía denominada “Bolivia Mar” , y en cuanto a la postura del Palacio Tagle ante el posible “corredor marítimo”, aclaró que “ no son trabas, es el derecho de Perú porque el Tratado de Lima , 1929 , así lo indica.
Cualquier concesión a Bolivia en territorios que fueron peruanos deben contar con la aquiescencia de Perú, porque tiene derechos de pase y servidumbre en dichas zonas”.
Para Bolivia la demanda de recuperar su histórica salida al mar en condiciones soberanas, desde siempre se presenta como una invariable política de Estado .Según la Chancillería del Palacio Quemado, el Tratado de 1904 es “ignominioso, profundamente injusto, profundamente insolidario, de un país que ha vencido a otro”.
Nota: La faja territorial reclamada por Bolivia (10 km. de ancho x 160 km. desde su frontera) sería similar a la que Croacia cedió en el 2003 a las mediterráneas Bosnia y Herzegovina, permitiéndoles un acceso directo hacia el mar Adriático).