Cleto, un sagaz gerente de la empresa, está sumamente ocupado viendo la nómina, la situación económica de la empresa es sumamente buena a pesar de la crisis, pero en la medida en que disminuya costos, los beneficios para los gerentes aumentarán en un apetecible porcentaje.
Revisando el documento piensa: «con una disminución del costo de la planilla, podría mejorar mis beneficios anuales».
Cleto con su idea, planteará a la junta directiva un agresivo «programa de ajuste de personal» para disminuir la planilla de 325 trabajadores, con esta acción, que seguramente será aprobada, 60 personas quedarán si trabajo.
Es medio día y usted transita en su automóvil por alguna calle de la ciudad. El ruido de los vehículos, el ya cotidiano humo negro de las camionetas y la lentitud del transito se suma al calor húmedo característico de la época. «Va a llover» piensa y a la vez observa con algo de curiosidad varios grupos de personas que parecen haber escogido una parte del arriate o la banqueta para ir de día de campo. El hecho le parece extraño pues ese día no es domingo y el lugar esta muy contaminado….. Vuelve a ver rápidamente y se da cuenta que se ha confundido: son trabajadores almorzando.
Estos cortos relatos nos muestran dos facetas de una realidad ineludible de la época que estamos viviendo: la gran distancia que existe entre el idealismo de considerar al ser humano, como el elemento más valioso de la organización y la realidad en algunas empresas bastante común, donde es simplemente un dato, un número, sin más: un recurso…
En este sentido, queda claro, que las empresas existen para ganar dinero, y que la contribución de las personas se remunera, lo que compensa este esfuerzo.
No obstante lo anterior, la ecuación en la realidad, no funciona de manera tan simple, ya que lo que sobre el papel se percibe como «recurso humano» en la práctica, la comprensión de las personas y su gestión, tiene que ver, con un sin número de factores que lo convierten en una tarea compleja.
En todo esto, existe una verdad ineludible, las organizaciones, requieren de las personas para realizar las tareas.
Basado en este simple hecho, se hace importante entender, que para que ello se realice de una manera adecuada, es importante, no solamente colocar reglas y normas, tal como lo plantea la Administración, sino también, conocer a profundidad los procesos que intervienen en la percepción y sentido de la realidad de los diferentes miembros que integran la organización.
Sin ánimo de parecer paternalista, es importante entender, el compromiso social y psicológico que los empresarios, adquieren con sus trabajadores; en ese contexto, la conciencia sobre las necesidades humanas debe ser el primer paso para buscar la competitividad.
Tal planteamiento, podría dar lugar a pensar que se concibe al encargado de la gestión humana, como un trabajador social dentro de la organización.
No obstante nada está más lejos de la realidad, desde el momento en que enfocamos la satisfacción de las necesidades humanas, como plataforma fundamental para el alcance de la productividad de ellos dentro del trabajo.
Superando la instancia de los famosos Factores Higiénicos, propuestos por Herzberg, una de los objetivos básicos de las organizaciones, que desean mejorar su competitividad, es sin lugar a dudas, la humanización de estas.
Tal enfoque, hace importante, sino necesario, la compresión y conocimiento de los diferentes grupos de seres humanos que conforma las empresas y el momento actual que los diferentes países viven.
Es claro que la gestión humana, debe estar presente de ambos lados Empresa – empleados, pues de esta manera siempre encontraremos factores que propicien la entera satisfacción y la armonía entre ambas, esta sería la situación ideal.
Desafortunadamente, viendo la realidad que nos presentan los cuadros diarios de los ambientes de trabajo, hay mucho que desarrollar en esta área, en este sentido, consideramos pertinente mencionar algunos aspectos humanos a desenvolver, para humanizar el ambiente laboral:
- En primer lugar el desarrollo de la capacidad humana en las diferentes actividades de trabajo, tanto como la creación de condiciones de estabilidad laboral.
- La importante tarea de transformar las organizaciones, en centros de aprendizaje y desarrollo personal, lo que propiciará una mejora en el desempeño laboral.
- Crear en los miembros de la organización, capacidad de respuesta ante los retos que plantea el cambio y las variables del ambiente que lo propician.
- Generar en la empresa, diferentes grados de comunicación y espacios que impulsen los procesos participativos, que desarrollen la creatividad y la responsabilidad ante tareas comunes.
- Introducir dentro de los miembros de la organización, mecanismos que permitan aumentar la responsabilidad de ellos ante esta, a través de la toma de decisiones éticas y participativas.
La comprensión, sensibilidad, participación e inclusión de las diferentes personas que conforman la organización, tanto como sus diferentes formas de aportar a los procesos productivos, darán como resultado un cambio cultural que permita que las organizaciones sean más competitivas y al mismo tiempo mucho más humanas.
Nota: Este artículo hace parte del libro «Seres humanos en el mundo laboral», Guatemala.