Manejo del concepto de Liderazgo Moral

Hoy en día, estamos en un periodo peculiar de la historia de la humanidad, el cual está identificado por dos importantes métodos. El primero se podría decir que es un proceso de desintegración, que provoca la gran cantidad de complicaciones sociales que podemos observar en nuestro día a día. El segundo, es el proceso de integración, el cual se basa en el postulado de la unión de las personas e indaga nuevas maneras de poder colaborar todos unidos, para formar una sociedad que se cimiente en la armonía, paz y la unión.

En este artículo, me enfocare al segundo método, el proceso de integración. Cuando se habla de integración, debemos de tener muy presente dos conceptos (que serán ampliados un poco más en la parte de conceptos clave) líder y liderazgo. Por líder entendemos que es un individuo que tiene un lugar especial dentro de un conjunto de personas, y por otro lado el liderazgo es el conjunto de características que requerirá ese individuo para poder influir en la forma de hacer las cosas de ese conjunto de personas, pero cuando hablamos de liderazgo moral, podemos decir que este puede ser  practicado por más personas de ese grupo, que ayudaran al resto a poder cumplir sus objetivos planteados. Cuantas más personas del grupo usen este liderazgo, el grupo actuara de mejor manera.

Aplicar de esta manera el liderazgo tiene diversas ventajas, una de ellas es que todas las ideas y opiniones del grupo serán escuchadas, porque es una forma de reconocer que las habilidades e ideales de cada persona son vitales para revolucionar a toda la organización o inclusive a una sociedad. En lugar de que el grupo solo se moldee en base a las fortalezas o carencias de un individuo, el grupo se verá beneficio del punto de vista, capacidades y el atrevimiento de hacer cosas diferentes de todos sus miembros.

Por otro lado, se erradicaran las problemáticas que tienen que ver con respecto al egoísmo o la disputa de poder de los individuos, en esta forma de liderazgo se velara por los intereses de todos y cada uno de los miembros.

No se requiere alguna perspectiva especial o alguna posición en particular para aplicar el liderazgo moral. Dicho de otra forma, el liderazgo moral no quiere el reconocimiento o la aprobación de alguien. La única finalidad que tiene es la de servir para lograr el bienestar de todos. Cuantos más individuos logren realizar el liderazgo moral en cualquier ámbito, más avance se alcanzara.

Conceptos clave

Para facilitar el proceso de lectura sobre el tema “Liderazgo moral”, se citaran algunas definiciones que se consideran importantes que el lector conozca:

Liderazgo. 

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“Conjunto de habilidades que debe poseer determinada persona para influir en la manera de pensar o de actuar de las personas, motivándolos para hacer que las tareas que deben llevar a cabo dichas personas sean realizadas de manera eficiente ayudando de esta forma a la consecución de los logros.”  (Definista , 2014)

Moral. 

“Conjunto de costumbres y normas que se consideran buenas para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad.” (Oxford , 2018)

Liderazgo moral.  

“El liderazgo moral ha de ser un liderazgo que está plenamente consciente de las dinámicas de desintegración – integración que caracterizan a nuestra época actual que conscientemente se alienan con los procesos de integración.” (Lagunes, 2016)

Antecedentes. 

El modelo de liderazgo moral se fundamenta principalmente en un concepto que tomo fuerza inicialmente por grupo de instructores internacionales en Rusia, en el año de 1992, en el que Eloy Anello (estudiante de la universidad de Bolivia) participó. De esa experiencia, se formó una base inicial, que incluía un resumen corto sobre algunos de los elementos que se tienen hoy en día sobre su marco conceptual, así como una especie de directorio con quince capacidades del liderazgo moral.

Anello tuvo la brillante idea de aumentar la estructura del concepto, uniéndola con sus compromisos dentro de su escuela en Bolivia, complementándolo a su vez, en una parte de un proyecto que iba a realizar con el Instituto Superior de Educación Rural (ISER), que el proyecto consistía en capacitar a profesores de zonas rurales como agentes del progreso de la comunidad. Este proyecto, que requería que se tuvieran que redactar doce libros de texto, sería el inicio de una gran y larga etapa de colaboración con Juanita Hernández, quien en ese entonces era la coordinadora del proyecto y coescritora de los libros.

Debido a que Anello y Hernández estaban unidas por la Universidad Nur, en Bolivia, esta tuvo el rol de atmosfera para la formación de otras aplicaciones en las áreas de educación, salud y en la juventud. Esto fue especialmente verdadero a finales de los 90´s, ya que en esta década se realizaron proyectos que tenían como eje central al liderazgo moral, y no eran cualquier tipo de proyectos, sino que eran para el área de Desarrollo Socioeconómico de la universidad (que fungía como una Organización No Gubernamental, haciendo uso de fondos de todo el mundo y realizando esos proyectos en Bolivia y demás países).

Manejo del concepto de liderazgo moral. 

Anello y Hernández realizan una referencia al siguiente texto proveniente de un informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que fue publicado en 1988:

“La estrategia para lograr salud para todos (implica) generar un liderazgo moral, el cual generalmente falta en muchas sociedades”. (OMS, 1988)

Para lograr poner en contexto el liderazgo moral, Anello y Hernández estipularon tres funciones que cualquier grupo de seres humanos debe de tener como mínimo:

  1. Conseguir cumplir objetivos y metas
  2. Formar y fortificar la unidad del grupo
  3. Potenciar las habilidades de todos los miembros del grupo

Viendo lo anterior, el liderazgo moral está encaminado a provocar un liderazgo compartido que provoque el cumplimiento de las funciones previamente mencionadas.

Dentro de este contexto, los autores mencionan que:

“El verdadero liderazgo moral está ejercido por aquél que sirve más a la comunidad, no por aquél que domina a la comunidad.”

Ediciones de sus libros.

La información que tiene que ver con liderazgo moral es publicada en primera forma dentro del tejido de un proyecto ligado entre la Universidad de Nur y el Instituto Superior de Educación Rural (ISER) en Bolivia, en el cual la universidad prestaba servicios de capacitación y suministraba algunos elementos. Todos los libros que a continuación se mencionaran tienen a Anello y Hernández como sus autores.

Primera edición (1993).

Esta es la primera edición, en la cual se empiezan a formar y cimentar las características del liderazgo moral, así mismo lo unen con otros temas que tienen que ver con el desarrollo de las comunidades, los cuales son: trabajo en equipo, organización estratégica, indagación participativa, entre otros). Este fue una recopilación de doce libros, pero en el primero de ellos era donde más se tomaba la temática de liderazgo moral, incluía cinco elementos del marco conceptual y una reseña de las 18 capacidades de este liderazgo, además se mencionaban las técnicas y habilidades que requería tener un individuo que se dedicara al desarrollo de las comunidades.

Segunda edición (1996).

En esta nueva edición se añade una nueva parte al marco conceptual que se tenía en la primera edición, decidieron titularlo como “Una forma de la nobleza esencial del hombre” y borraron cinco capítulos sobre algunas capacidades.

Tercera edición (1996).

Esta edición se lanza el mismo año que la anterior, por lo cual no hubo muchos cambios, el más significativo fue que se volvieron a añadir los cinco capítulos que habían sido eliminados en la versión anterior.

Cuarta edición (2010).

Después de muchos años, decidieron que era hora de volver a lanzar una nueva versión de su libro, en esta versión se optó por añadir un capítulo entero totalmente nuevo, que titularon “Modelos mentales de la naturaleza humana y de las sociedades”. Para poder lograr un capitulo sólido, se realizó con la ayuda de Peter Newton, quien tenía tiempo experimentando con este tema. Así mismo se decidió extender la presentación de las reseñas de las capacidades y se decidió por volver a eliminar esos cinco capítulos sobre capacidades determinadas.

Cabe señalar que estos libros fueron publicados con un estilo de manual para capacitar, y cuentan con ejercicios de comprensión, graficas, formas de aplicar lo aprendido y bibliografía extendida en cada capítulo.

El libro comienza con un estudio sobre los problemas que se tienen hoy en día entre los seres humanos, referenciando la gran cantidad de problemas y retos que tiene que superar el ser humano, que como se mencionó en la introducción de este artículo se trata de un proceso de desintegración, y también se hace referencia a las labores que realizan diferentes organizaciones o personas para buscar oportunidades, para lograr formar una sociedad que se caracterice por tener justicia, respeto y armonía, a esto se le llama proceso de integración.

Se exploran con cierto grado de detalle los modelos mentales y los paradigmas, que influyen en este proceso, concluyendo que para poder llegar al “proceso de integración”, lo primero que se tiene que hacer es cambiar nuestra manera de pensar, esto también lo podríamos interpretar como un cambio de paradigma, que nos provocara una actitud positiva sobre el futuro que viene, y como una reacción en cadena, esto generaría motivación para labrar un futuro mejor.

Dentro de este paradigma, se insiste mucho en que se necesita con urgencia el liderazgo moral.

La necesidad de liderazgo moral.

Las diferentes organizaciones de todo el mundo (pudiendo ser privadas, públicas o sin fines de lucro) están realizando diferentes actividades y reuniendo esfuerzos para erradicar los grandes males que dañan a las comunidades de todo el planeta, pero se han dado cuenta que la tecnología, políticas y medios científicos no son capaces de resolverlos por si solos. Indagando un poco más a fondo para encontrar el problema de raíz de esta crisis que azota a varios niveles de las sociedades, hay una carencia muy notoria de valores, y esto se ve reflejado en las cúpulas sociales, económicas y políticas, inclusive ambientales de nuestro día a día.

Esta carencia de valores es una porción importante de toda la causa profunda que provoca esa carencia importante de liderazgo moral, el cual se nota en todos las partes  de la sociedad. Como una forma más breve de explicar esto, no es ni la falta de recursos económicos, ni la habilidad para organizarse, inclusive tampoco son los conocimientos que se tengan, lo que hace falta para poder hacer de este mundo un lugar mejor, sino el liderazgo moral que tanta falta nos hace.

Sin embargo, hay que tener muy presente que es lo que en verdad significa ese liderazgo moral. Se señala que el liderazgo moral debe de ser un liderazgo que esta completamente enterado de las dinámicas de desintegración e integración, que es algo muy representativo de nuestro periodo actual, y que este (el liderazgo moral) va alineado con los procesos de integración; poseer una visión completa de la sociedad que se desea formar y de algunas de las herramientas que se utilizaran para lograrlo, y tomando como asiento esta visión y las herramientas necesarias, se debe combatir incesantemente para lograr formar esa sociedad que queremos; acarrear un compromiso profundo y que sea realmente personal para luchar por la metamorfosis individual, utilizando el sendero del desarrollo y ejemplificación de una existencia formada por valores éticos y morales, diferenciado por habilidades tanto de rectitud como de bondad, y de lidiar por una evolución colectiva por a través de labores que promuevan la unidad de todos.

Modelos mentales de liderazgo que aún prevalecen. 

Existen diferentes modelos de liderazgo moral que pueden ser valorados de acuerdo a la forma en que aportan a alcanzar los logros que se plantea un grupo. Se pueden clasificar estos modelos prevalecientes en cinco principales categorías (aunque actualmente se consideran que existen más, en este artículo me enfocare en esos cinco y en el liderazgo moral) los cuales son: autoritario, paternalista, sabelotodo, manipulador y democrático: Durante un seminario sobre el “el liderazgo: conceptos y desafíos”  que se realizado en Austria durante el año de 1995, se aplicó un cuestionario a los 72 ceos y directivos de organizaciones que asistieron, provenían de 35 países diferentes. Estos cuestionarios mostro que estos cinco modelos que se mencionaron anteriormente eran muy notorios en los 35 países de donde provenían los participantes, lo cual indica que estos son muy comunes aun cuando sean diferentes entornos culturales.

El líder autoritario. 

La principal característica que encontraremos en un líder autoritario es que da órdenes y espera que sean obedecidas al instante, tal y como lo dijo y sin que le cuestionen si es la mejor decisión o no. No tiene dialogo con sus colaboradores y evita a toda costa dar explicaciones sobre porque tomo esa decisión u ordeno tal cosa. El principal modelo del líder autoritario se basa en las organizaciones militares, aunque ahora este tiene su propio estilo en el caso de directivos – subordinados.

Los colaboradores de un directivo autoritario por lo regular tienen ese sentimiento de rencor, el cual se puede ver reflejado de forma abierta o indirecta. Cuando este rencor se expresa de forma abierta, llevara a un estado de rebeldía o una especie de insurrección. Cuando este rencor se guarda por parte del colaborador y no se expresa, se estará en un estado de conformidad y obediencia sin cuestionamiento.

Dando un ejemplo un poco más “extremo” pero que igual guarda relación, es en la época de la esclavitud, el colaborador siempre dirá ¡sí! Sin cuestionar nada de lo que le diga su jefe. Pero, en el fondo de esa supuesta sumisión, por lo regular, podremos encontrar una obstinación pasiva que draga esas actividades que tiene que realizar. En numerosas ocasiones surgirán algunas dificultades “misteriosas” que obstaculizan el trabajo y que nunca se sabrá quien fue el que en realidad lo obstaculizo y evito que se pudiera realizar como se tenía planeado. Siempre las actividades se realizarán de la forma más lenta posible y sin una pizca de iniciativa, a manera de protesta pacífica.

El líder paternalista.

Una persona que practica una forma de ser paternalista en su modelo de liderazgo, puede desear de verdadera fe el bienestar de sus colaboradores y de todas las personas de las cuales se rodea, encontrando siempre motivación por ese sentimiento de cariño que les tiene. El trato característico de este modelo, es muy similar (como su nombre lo indica) al trato que le daría un padre a su hijo, o dicho de otra forma, como un padre trataría de sobreproteger en todo momento a sus hijos.  El los cuidara y protegerá en todo momento, removerá todos los inconvenientes que encuentren en su sendero, hará varias cosas por ellos y siempre les dirá que no hay nada de qué preocuparse, ya que les dejara todo en “bandeja de plata”. En algunas ocasiones le preguntara a sus colaboradores o a los miembros del grupo con los cuales está tratando, cuáles son sus opiniones y parecerá que es un líder democrático (este modelo se describirá un poco más adelante), pero al final de cuentas él es el que timara la decisión que le plazca. El líder paternalista no auxiliara a sus colaboradores a potenciar sus habilidades y sus capacidades. Tal vez piense que no tienen muchas habilidades sus colaboradores. Él lo que en verdad siente, es satisfacción al notar que es muy necesario y requerido por sus colaboradores, que sin el no podrían cumplirse los objetivos planteados.

El líder paternalista se encontrará contestando todo el tiempo a los problemas o necesidades que puedan atravesar sus colaboradores, superficialmente parecerá que hay unidad en el grupo y armonía, ya que las tareas se están haciendo. Pero esto no es del todo cierto, ya que las labores no las realizan todos. Ya que prácticamente todo depende de aquel líder paternalista.

En conclusión, el liderazgo paternalista solo fomenta comportamientos de dependencia y cierto desamparo, que bloqueara la capacidad de innovación y creatividad de los colaboradores y la responsabilidad que cada persona tiene en el grupo. Entonces, cuando el líder ya no está, el grupo no podrá seguir a flote, porque no hay otro miembro que tenga la capacidad y las habilidades para ocupar ese cargo, debido a que nunca las pudo explotar.

El líder sabelotodo.

Este modelo de liderazgo, con frecuencia pasa cuando hay una notable diferencia entre los conocimientos o habilidades de un colaborador con el resto de su equipo.

Lo que ocurrirá es que, el colaborador que posee mayor número de habilidades o mayor conocimiento sobre los temas que se estén tratando, querrá tener el control del grupo tomando como base sus conocimientos que el considera superiores al de los demás. Es muy frecuente que este modelo lo veamos en el área académica, con los profesores, consejeros o asesores, u otras personas que su trabajo consiste en compartir o enseñar sus conocimientos a las demás personas. En las relaciones que tienen con el resto de las personas, el líder sabelotodo siempre que tenga la oportunidad, presumirá de sus conocimientos, sus habilidades o formación académica. Disfruta que los demás escuchen y sean testigos de sus capacidades. Así mismo, tratara de “ridiculizar” a los otros miembros o tratar de hacerlos menos, tal vez haga bromas de sus ideas o de lo que quieran aportar.

Y este modo de sentirse un ser superior frente a los demás, provocara sentimientos de inferioridad por parte de los demás colaboradores. Entonces, si el líder les pregunta que piensan sobre determinada cosa, no querrán dar su aportación aunque sea muy buena, por miedo a que se burle de ellos o la demerite, ya que siempre estarán las comparaciones con las ideas que tenga el líder sabelotodo.

De esta forma, todo lo que podrían aportar el resto de los integrantes del equipo se pierde, y hará que este líder, se desanime y queje de que nadie aporta ideas o conocimientos, más que el (anqué todo esto se derivó a causa de su comportamiento). La falta de unión entre el líder y el resto de los integrantes afectara la realización de las tareas que tengan asignadas y con esto no podrán alcanzar los objetivos.

El líder manipulador.

Lo que ejercen los tres modelos anteriores sobre el liderazgo, posiblemente sean francos en su pretensión por ayudar a los demás integrantes del equipo o querer que participen y aporten ideas, aunque su propia actitud de superioridad evite que logren esto y todo se vea estropeado. Caso contrario al de ellos, podemos encontrar al líder manipulador, que solo finge el querer ayudar al resto del grupo o pensar en su bienestar, para ocultar su verdadera intención y motivos.

Es muy común que encontremos este tipo de liderazgo en la política, con sentimientos que van desde el desengaño hasta la desconfianza. Cuando los colaboradores de un grupo o cualquier tipo de persona, se da cuenta que ha sido manipulada todo el tiempo por alguien más, es muy común que se vuelvan temerosas y carezcan de confianza, por lo que será difícil que vuelvan a confiar en alguna organización o un nuevo grupo de trabajo.

Después de que se maltrata el espíritu de equipo en un grupo o en alguna sociedad, como consecuencia de confiar en las mentiras de un líder manipulador,  será muy difícil volver a hacer que esas personas confíen en un nuevo líder o en integrantes de otro grupo.

Desventajas de los cuatro modelos de liderazgo. 

De acuerdo a lo que pudimos leer sobre los cuatro modelos mentales del liderazgo, en el fondo comparten el mismo problema de raíz. Todos quieren tener el control del grupo, a través de intervenir permanentemente en el proceso de la toma de decisiones, usando diferentes métodos, como pueden ser: la autoridad, el afecto, la inteligencia o la manipulación. La necesidad de siempre querer tener el control de todos, se traduce como una necesidad insaciable de poder.

Así mismo, ninguno de estos modelos servirá para poder alcanzar las tres funciones que se mencionaron en el manejo del concepto del liderazgo moral.

Los cuatro modelos no toman en cuenta la labor de poder desenvolver y aumentar las habilidades y capacidades de los miembros del grupo, a través de ayudarles a fomentar nuevas capacidades y de practicar las que ya poseen para que no se pierdan. Por otro lado, los sentimientos que provocan estos modelos de liderazgo en el grupo suelen echar abajo su potencial tanto individual como grupal: los rencores y las insurrecciones no permitirán que salgan a la luz los esfuerzos positivos; el sentimiento de inferioridad no permitirá que salgan a la luz la creatividad de cada persona, la dependencia que se puede llegar a tener hacia una persona limitaran los esfuerzos del grupo, entre muchos otros males que terminaran por arruinar los posibles esfuerzos colectivos que se pudieran llevar a cabo.

Sin una unión entre los pensamientos y las visiones positivas, no será posible que cualquier grupo colabore unido de una forma asociada y sistematizada. El liderazgo autoritario, sabelotodo y manipulador provocan que todos los miembros del grupo estén a la merced de los líderes. Mientras el paternalista parecerá que si existe unión y cohesión entre los miembros del grupo, pero este solo será un sentimiento superficial, ya que tendría que haber una “buena relación” entre el líder y el resto de los miembros. Pero ese constante sentimiento de dependencia aunada con la irresponsabilidad del resto de los integrantes, no permitirá sacar lo mejor de cada miembro del equipo.

El líder democrático.

De acuerdo a (Garrido, 2008) el líder democrático posee dos particularidades que lo distinguen de los otros modelos mentales, es elegido por el resto de los miembros del grupo y dará mayor participación a el resto de los integrantes del equipo. Pero, no todo en la vida es perfecto, y también se encontraran algunos problemas en este modelo mental, algunos de estos son:

  • Una vez que es elegido por el resto de las personas o de acuerdo a sus cualidades, puede que el líder tenga comportamientos no adecuados y que eviten que se alcancen los objetivos, como en los otros cuatro modelos.
  • El resto de los miembros del equipo deben de elegir entre los aspirantes que han sido propuestos, y en ocasiones no están de acuerdo con ninguno de los que han escogido. Además, por lo regular, siempre se va a beneficiar a los que tengan más relaciones o a los que solo quieren el poder, en lugar de los que de verdad son honestos y quieren hacer las cosas bien, que tienen como principal característica las ganas de servir y ayudar.
  • Aunque en este modelo mental es más probable que el resto de los miembros puedan dar su opinión de lo que piensan, es posible que el líder no las tome en cuenta cuando sea la hora de la toma de decisiones.

Si el líder logra adaptar las siguientes habilidades, podrá ser considerado más “democrático” y aumentar el desempeño del grupo:

  • Considerarse como el organizador y coordinador del equipo y no solo se le verá como un líder.
  • Auxiliara a todos los integrantes del equipo para que puedan darse cuenta de la cantidad de ventajas que se tienen si se opta por elegir recursos y soluciones que sean justos para todos los involucrados.
  • Escuchará a todos los miembros, sus opiniones, sus puntos de vista de las temáticas que se estén tratando, antes de emitir su opinión o conclusión, y esta será considerada como un aporte a la conclusión grupal, nunca como el veredicto final.
  • Hablará cada determinado tiempo sobre todas las opiniones que se hayan hecho, mencionando las posibilidades y los diferentes caminos que se hubieran tomado si se hubiera escogido una o la otra.
  • Siempre querrá que todos participen en las actividades que se estén llevando a cabo, con la finalidad de que todos puedan mostrar sus habilidades y que tengan la oportunidad de aprender nuevas cosas.

El líder moral. 

El liderazgo moral, de acuerdo a Anelo & Hernández (1996)  se cimienta con las siguientes seis características.

El espíritu de servicio. 

Por lo regular, cuando se le pregunta a cualquier individuo que es lo que piensa que debe de hacer un líder, tienden a contestar, que es aquel que: tiene el control de un grupo de personas o está a cargo de ellas, que es el número 1 y por eso llego ahí, que todos deben de obedecerle, entre otras cosas. Estas ideas que prevalecen sobre el liderazgo o como es que tiene que actuar un líder, que se basa en la afirmación de poder o control sobre otros, debe de ser discutido y cambiarlo por uno que este fundamentado en el servicio hacia otros. La peculiaridad primordial del liderazgo debería de ser el espíritu de servicio. Un auténtico liderazgo moral, esta practicado por la persona que sirve a la comunidad, no por aquel que tiene mayor control de la comunidad.

Cualquier sociedad, organización o un grupo de personas requieren de esta forma de liderazgo, que se dirige al cambio tanto colectivo como personal, que se comprometa con los valores y principios morales de todos los involucrados y siempre con la verdad, que siempre quiera que la organización o el grupo trascienda, no solo el, y regido por el ideal de que siempre se debe de servir al bien común y nunca al personal.

Cualquier individuo que decida empezar a servir al bien de todos, descubrirá que es una manera de lograr una satisfacción personal de forma profunda. Así que, el no buscara que lo reconozcan por las acciones que realiza, el espíritu de servicio le llevara a generar nuevas habilidades que le ayudaran para todos los aspectos de su existencia. De esta forma, el servir al resto de la comunidad, aportara para su propio proceso de cambio.

El propósito del liderazgo: la transformación personal y social.

El liderazgo moral fomenta la transformación personal (de la propia persona que lo practica) y la transformación social (el resto de las personas con las que interactúa). La transformación personal se dará cuando la persona se encuentre en un proceso de aumentar sus habilidades y cualidades que le ayuden a servir mejor al resto de personas. Mientras que la transformación social vendrá cuando la persona que ponga en práctica lo que aprendió con su propia transformación y la sociedad se volverá más unida y justa para todos. Ambas transformación deben de ir juntas, ya que no puede existir una sin la otra. No será posible que una sociedad se vuelva justa y unida, si las personas no fomentan y usan esas cualidades en su día a día, entonces no podrán tener su propia transformación personal. Pero, debemos de ser conscientes de que no solo con la transformación personal no podrá por sí sola, resolver todos los males que aquejan a una sociedad. Se debe tener una visión compartida por todos, de la sociedad que se desea tener, que entre todos se quiere lograr, un convenio sobre las normas o practicas básicas que se deben de seguir. Algunas de estas prácticas podrían ser: igualdad de derechos para poder opinar y dar nuestros diferentes puntos de vista, eliminar prejuicios, entre otros. Después se debe de tratar de ayudar a alcanzar la visión compartida. La transformación se reforzara con el sentimiento de compañerismo que se tenga en la sociedad o en el grupo. Entonces, un grupo que posea ideales altos, que este en camino de la transformación social, generara un ambiente de ayuda que fomentara y mantendrá la transformación personal de todas las personas que lo forman. Así mismo, si todos unimos fuerzas, el grupo podrá alcanzar objetivos que para una persona o un grupo que no comparte todo esto son imposibles.

La responsabilidad moral de investigar y aplicar la verdad.

Ningún individuo puede saber todo y conocer la verdad absoluta de todas las cosas, aunque siempre es necesario tratar de instruirse más. Podemos aprender leyendo diferentes libros o artículos con diversa información, en cursos o conferencias. Pero una forma muy importante de aprender es escuchando a las personas y tomar en cuenta sus opiniones. Después, debemos de intentar usar lo que aprendimos para nosotros mismos y para el resto de la sociedad. Se reconocen que existen dos tipos de verdad.

Uno es la verdad “contingente”, que es todo lo que ocurre, sucesos y hechos en nuestro día a día. La verdad “ideal” es aquella que se trata sobre los valores y principios, como podrían ser la justicia o la unión, que serán las que regirán nuestras decisiones. Para poder tomar la mejor decisión, debemos de saber cuáles son los sucesos más significativos que han transcurrido, saber cuáles son los principios o valores que deberán ayudar a saber que es mejor y finalmente imaginar cual es el resultado al que queremos llegar.

Cuando se busca la verdad “autentica” debemos despejar nuestra mente sobre prejuicios y evitar inclinar la balanza hacia un lado. Debemos de evitar creer todo lo que escuchamos o dar por cierto una única opinión, tenemos que reflexionar toda la información que recibimos por medio de la lectura, lo que oímos o lo que vivimos en carne propia, con el fin de elegir el mejor camino. Después, usaremos la verdad que hemos deducido, para poder emplearla en nuestro proceso de transformación tanto personal como social, aunque en ciertas ocasiones se nos hará un poco complicado.

La nobleza esencial del ser humano.

Podemos encontrar muchas opiniones e ideologías sobre cuál es la verdadera naturaleza del hombre. Algunos estudiosos señalan que el hombre no es más que un animal racional. Por ende, señalan que es normal que se deje llevar por sus pasiones o instintos, sin razonar bien las consecuencias de una u otra acción, puede estar enojando, odiando, entre otros sentimientos. Aunque está muy claro que el ser humano posee una naturaleza inferior, que si nos encauzamos solo en esta, dará una mala  interpretación de lo que en verdad es el ser humano, ya que también tiene una naturaleza superior, lo que quiere decir que el hombre tiene la capacidad de desarrollar virtudes. El ser humano tiene el potencial para desarrollar cualidades de tipo

“espirituales”, como podrían ser, la bondad, la generosidad, la honradez, el perdón, entre otras.

Aunque cada persona nade con una naturaleza que se considera “noble” y posee una gran cantidad de bondad, se reconoce que estas cualidades esenciales se mostraran progresivamente, gracias a la consecuencia de los procesos de aprendizaje y evolución.

La transcendencia.

Cuando queremos empezar a actuar con liderazgo moral, tendremos diferentes obstáculos los cuales tendremos que encarar, ya que este proceso no es para nada sencillo. Viendo esto de manera personal, puede que nuestros deseos materialistas, intereses en particular o malos hábitos, pueden entorpecer la forma en que practiquemos nuestra verdad que decidimos escoger.

Sabemos que es lo que tenemos que realizar, pero siempre habrá ocasiones en que nos cueste mucho llevarlo a cabo. Cuando estemos tratando de ayudar a nuestro grupo, comunidad, colaboradores, entre otros, siempre encontraremos lapsos de frustración. Siempre nos encontraremos con alguien que no hace las cosas como debería o no le importa hacerlo bien. El resto puede llegar a ser indiferentes y pensar que ya no se pueden cambiar estas situaciones, podremos encontrar detractores de nuestras idea y decirnos que están mal, en estas situaciones, es cuando debemos hacer uso de la “trascendencia”, que quiere decir que nos dará la fuerza necesaria para poder atravesar esta situación, sin darnos por vencidos, cuando pasemos un “bache” en nuestra senda tanto personal como social. Cuando no sepamos qué es lo que debemos hacer, que tengamos ese momento de frustración y se nos nuble todo, la trascendencia nos dará la capacidad y nos ayudara a desprendernos de esa situación en particular de forma instantánea, reorientarnos con la perspectiva de nuestra visión, para finalmente, volver a la tarea que dejamos con una nueva perspectiva y ganas de terminarla. La trascendencia nos ayudara a evitar que “nos ahoguemos en un vaso con agua” cuando en realizar todos los problemas tienen solución.

Nos dará la energía necesaria para seguir firmes con nuestros ideales y seguir con nuestros principios, cuando atravesemos dificultades o tentaciones, nos permitirá dejar atrás nuestra naturaleza baja. Y obviamente, será pieza clave para el proceso de toma de decisiones.

El desarrollo de capacidades.

Hace algunos años (y creo que en el presente algunas personas aún tienen este concepto) se creía que una persona moral ella aquella que no quería ni tener ni causar problemas al resto de personas. Hoy en día este concepto ha ido evolucionando, para tener un significado más activo de lo que es la moralidad. Una persona moral debe de ocuparse activamente en un cambio personal y social, pero para poder trabajar activamente en este cambio debe de desarrollar algunas capacidades que le ayuden a ser mejor, de acuerdo a Anelo & Hernández (2010) son 19 capacidades, las cuales formaran este liderazgo moral eficiente al que se aspira a llegar, cada capacidad contiene diferentes conceptos, habilidades y destrezas.

El esfuerzo por comenzar a utilizar una capacidad comienza un proceso de cambio en nuestras vidas, poco a poco, a través  del esfuerzo de usar constantemente esa capacidad y que se vuelva un proceso de retroalimentación, un individuo podrá generar un mayor número de habilidades, actitudes y cualidades que se requieren para alcanzar el éxito.

A continuación se citaran textualmente las 19 capacidades que Anelo & Hernández (2010) mencionan debe de poseer una persona con liderazgo moral, y que las mismas están divididas en tres diferentes categorías.

Capacidades que contribuyen a la transformación personal.

Este grupo de capacidades van de la mano con el interior de cada individuo, esta cimentado en su integridad general  y su propia voluntad, como para vivir de acuerdo a sus principios y proponer iniciativas y conducirlas por el buen camino. Así mismo, se anexan las capacidades que se relacionan con el aprendizaje y reflexión, estas capacidades son el cimiento del carácter que posee cada ser humano e influirá en cómo se llevaran a cabo sus relaciones interpersonales, como en la labor que haga en la transformación social. De acuerdo a Anelo & Hernández (2010) estas capacidades son:

  • La capacidad de valorar nuestras propias fortalezas y debilidades sin implicar el ego: la autoevaluación
  • La capacidad de instruirse de la reflexión sistemática sobre la acción dentro de un marco conceptual coherente y evolutivo
  • La capacidad de pensar de modo sistémico en la búsqueda de soluciones
  • La capacidad de tomar iniciativas de manera creativa y disciplinada
  • La capacidad de mantener el esfuerzo, perseverar y superar los obstáculos en el logro de los objetivos
  • La capacidad de oponernos a las bajas pasiones y tendencias egocéntricas: volviéndonos hacia propósitos y capacidades más elevados: la autodisciplina
  • La capacidad de manejar los asuntos y responsabilidades con rectitud de conducta basada en principios morales y éticos.

Capacidades que contribuyen a mejorar las relaciones interpersonales.

Este grupo tendrá influencia sobre la capacidad de relacionarse con el resto de los individuos de una manera que sea en beneficio para todos, también son de suma importancia en la labor conjunta para la transformación social. Estas capacidades son:

  • La capacidad de inculcar con amor los pensamientos y las acciones
  • La capacidad de animar a otros y ofrecerles alegría
  • La capacidad de participar efectivamente en la junta mutua para la toma de decisiones grupales
  • La capacidad de construir y promover la unidad en diversidad

Capacidades que contribuyen a la transformación social.

Estas capacidades son sumamente necesarias para la labor colectiva, que encamina el desarrollo y progreso de la sociedad. Pero, no nos traerán ningún beneficio si se quiere usarlas sin el resto de las capacidades anteriormente mencionadas, deben de estar basadas en la rectitud, iniciativa y perseverancia, así como las relaciones interpersonales.  Las capacidades son:

  • La capacidad de cooperar eficazmente con otros
  • La capacidad de contribuir al establecimiento de la justicia
  • La capacidad de comprender las relaciones de dominación-sumisión y de contribuir hacia su transformación en relaciones basadas en la mutualidad y el empoderamiento
  • La capacidad de diseñar actividades educativas que empoderen al estudiante La capacidad de crear una visión de un futuro deseado basada en valores y principios compartidos
  • La capacidad de interpretar el significado de los procesos sociales y acontecimientos actuales a la luz de una perspectiva histórica apropiada
  • La capacidad de servir en una institución de manera que empodere sus miembros en servicio a la humanidad.

Objetivo del liderazgo moral. 

El liderazgo moral nos otorgara de un desarrollo individual, ya que lograra otorgarnos diversos conocimientos, tener un control de nuestro ego, analizar las cosas con un sentido objetivo y sin inclinar hacia un lado la balanza para la toma de decisiones. Este desarrollo nos beneficiara en todas nuestras habilidades, ya que nos hará descubrir nuevas y potencializar las que ya tenemos.

En la sociedad o en el grupo en el cual somos parte importante, podremos fomentar valores con armonía y paz. Podremos potenciar las cualidades de todos los miembros, que sean escuchados y que se tomen en cuenta sus opiniones, que se sientan arropados por este liderazgo.

Propuesta de tesis. 

Identificar cuáles son los tipos de liderazgo que predominan en los directivos de las organizaciones de la zona Córdoba – Orizaba.

Objetivo.

Conocer los liderazgos que predominan en la zona, para poder determinar estrategias que lleven al líder de la organización a tener liderazgo moral.

Agradecimientos. 

Agradezco a mi familia, por darme todo el apoyo y el impulso para seguir día con día, al Instituto Tecnológico de Orizaba y al CONACYT por abrirme sus puertas y permitirme continuar mis estudios con la Maestría en Ingeniería Administrativa y al Doctor Fernando Aguirre y Hernández por motivarme con su conocimiento en el seminario de Fundamentos de Ingeniería Administrativa para realizar cada uno de los artículos asignados.

Conclusión.

Hablar de liderazgo moral, es hablar de un modelo mental, que de empezar a practicarlo, no solo será para nuestro propio beneficio, sino para el de todas las personas con las cuales convivimos. Este modelo se basa en la nobleza que por naturaleza, todo ser humano posee, que se caracterizara por el espíritu de servicio.

Creo, que si logramos desarrollar estas capacidades y habilidades, podremos lograr esa transformación personal y colectiva que tanto se necesita hoy en día, ya no solo hablar de grupos en una organización, o de toda la empresa, sino para un sociedad, un pueblo, un país.

Para finalizar, creo todos debemos de empezar a practicar todo lo relacionado con el liderazgo moral, para tratar de hacer de este mundo, un lugar mejor para vivir.

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Baranda Pacheco Martín. Manejo del concepto de Liderazgo Moral [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/manejo-del-concepto-de-liderazgo-moral/> [Citado el ].
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