En definitiva hablar de evaluación no es nada fácil pues es un tema delicado, ya que al día de hoy en México, no contamos con una cultura que la acepte conscientemente como una práctica reflexiva, no impositiva y que la misma nos lleve a la mejora continua. Esto es debido a que muchas veces nos cuesta trabajo salir de la zona de confort para analizar y reflexionar sobre el impacto y deficiencias que hay en nuestros centros educativos, por lo que a continuación se presentarán los conceptos de evaluación y gestión según la concepción del autor para después abarcar algunos aspectos sobre la importancia de la autoevaluación de los centros educativos.
En esta época en la que el sistema educativo está buscando ver a las escuelas como organizaciones inteligentes, que pueden rendir cuentas a el sistema educativo y a la sociedad el tema más recurrente de escuchar es la calidad educativa, que se argumenta se logrará si tenemos mejores maestros, por lo que el tema de la evaluación para la mejora es una constante en toda la práctica educativa.
Por consiguiente la gestión escolar, que es el término que se usa para nombrar a todos lo que sucede en la escuela, está encaminada en el logro de los aprendizajes del alumno, se supone que cuando se empezó a denominar a las actividades de los centros educativo con el término de gestión fue porque se empoderó a la escuela para la toma de sus decisiones de acuerdo a sus características, es decir que centrarán los esfuerzos a sus necesidades inmediatas, propias del contexto, sin embargo no se ha logrado pues aunque quisiéramos hacer cosas que respondieran más a lo que demandan los estudiantes, tendríamos que desviarnos de los contenidos que el estado nos impone y en este momento los maestros estamos más preocupados por qué el alumno aprenda lo que marca el programa para cuando se les avalué a nivel nacional obtengan buenos resultados, aunque algunos contenidos lleguen a ser intrascendentes para ellos, he ahí la importancia e incoherencia de la evaluación hoy en día.
Así mismo siendo la evaluación una práctica tan actual, a la vez tan compleja y difícil de detallar, proponemos que revisemos algunas definiciones para después llegar a una conclusión sobre lo que es para nosotros la evaluación de la gestión educativa.
“Las evaluaciones no son un fin sino un instrumento para la rendición de cuentas y el mejoramiento de la calidad educativa” (Rodríguez)
“es el momento en el que cada establecimiento educativo recoge, recopila, sistematiza, analiza y valora toda la información relacionada con el desarrollo de sus acciones y los resultados de las mismas.” (Valderrama)
Basado en lo anterior podemos definir evaluación como un proceso de recopilación de datos con el propósito de encontrar áreas de oportunidad para la mejora continua, que fortalezca la dinámica institucional y el logro de los aprendizajes.
Cabe mencionar que la evaluación no es un proceso al que podremos ponerle un punto final, pues siempre habrá cosas que mejorar dentro de la escuela, a si mismo situándonos ya en el concepto en la gestión, recordemos que todos los actores que intervienen están siempre en movimiento y este vaivén toma como centro la formación integral del estudiante, por lo que siempre habrá cosas nuevas que aprender y no debemos ver la evaluación cómo una herramienta de medición de lo que ya se aprendió sino con el fin de aprender de los que se está haciendo y lo que se va hacer para mejorar.
Por otro lado Soto hace un buen análisis de lo implica la evaluación cuando objeta:
“La evaluación no ha sido una práctica que realimente sistemáticamente el funcionamiento de los diversos servicios educativos debido, por un lado, a la falta de una “cultura de evaluación” que propicia ideas conservadoras que asocian a la evaluación con el control y el castigo y no con sus potencialidades para identificar logros y deficiencias que permitan reorientar acciones.” (Soto)
El paradigma de la evaluación siempre lo hemos relacionado con sentimientos de temor y dudas, pues es el momento en que nos van a decir si estamos dando resultados aprobatorios o no, por lo que nos parece muy interesante lo que dice Soto cuando menciona la falta de cultura, ya que como mucho se ha comentado carecemos de madures y honestidad a la hora de autoevaluarnos pues nos es fácil aceptar un cambio sino viene de nosotros mismos. Por ejemplo actualmente lo que hacemos cada fin de mes en los consejos técnicos es autoevaluarnos, aunque según nuestra experiencia muchas veces no llegamos a ser tan sinceros en cuanto a nuestra práctica y no logramos la reflexión, que es la esencia en la evaluación. Tal es así que al momento de reorientar acciones que sería el propósito principal de evaluación, tal vez por comodidad, seguimos haciendo lo mismo sin aceptar que no hemos tenido avances con esas estrategias y que debemos re direccionar para poder lograr los resultados que esperamos.
No obstante, la autoevaluación puede ser la mejor opción cuando un centro educativo quiere generar un proyecto de intervención que lo lleve al logro de los propósitos que se ha planteado, debido a que los miembros se sentirán parte de este proceso, buscarán alternativas propositivas y además la evaluación saldrá de ellos, no como algo obligado y que tengo que hacer porque se les pidió. Aunque en la autoevaluación puede que pequemos de omisión, pues generalmente no nos damos cuenta que hay cosas que están afectado o que se han vuelto problemas, ya que como son tan comunes no las notamos, esto lo podemos ejemplificar de la siguiente forma:
Si María va a casa de Juanita, y de pronto le dice, – hay algo diferente aquí qué hiciste, Juanita le contesta que nada, pero no recuerda que la última vez que fue María fue a su casa, estaba pintada de otro color y las cortinas eran otras, después de unos minutos María se percató de esto y se lo dijo a Juanita.
Por tanto María que es externa a la dinámica de la casa de Juanita pronto se dio cuenta de las diferencias. Con esta analogía buscamos explicar que la autoevaluación se debe de ayudar de los actores que no están inmersos en la dinámica diaria, para que sea más fácil encontrar nuestras áreas de oportunidad, pero también se tiene que tener conciencia de lo que se nos diga no será por atacarnos sino que serán críticas propositivas y que debemos cuestionar pero con miras a reflexionar.
Por lo anterior Valderrama dice que “la gestión es un proceso que debe estar centrado en aprovechar los talentos del equipo docente para así poder encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan”, como ya se mencionó se debe procurar que todos estemos inmersos en la evaluación pues todos somos parte de los procesos e identificar qué puede aportar cada quien y saberlo aprovechar de manera que cada uno de los miembros se sientan parte de la evaluación y responsable de la misma.
También menciona que en este proceso se debe identificar las fortalezas y oportunidades para mejorar y poder hacer un plan de intervención pertinente, para centrar la evaluación en la gestión, por eso se deben recordar los indicadores, que se debieron definir desde que se plantearon las metas o propósitos del proyecto de mejora, pues serán las que dictaminen los aspectos a evaluar. Cuando ya se han recordado los indicadores se deba analizar si se alcanzaron y en que medida, pues recordemos que la evaluación puede ser cualitativa o cuantificable, en nuestra experiencia es más fácil medir los avances con porcentajes, de manera que recomendamos para la rendición de cuentas se hagan mesurablemente pues se podrán apreciar de forma gráfica los avances y retroceso en los diferentes aspectos.
Por otro lado Rodríguez menciona que en Cuba se aplica el método del entrenamiento metodológico conjunto donde el proceso de evaluación es un acompañamiento donde se evalúa la gestión y al docente se le prepara y enseña, buscando que aprenda de sus errores y lo mismo pasa con la institución que se evalúa se les acompaña para el logro de los objetivos. Podemos considerar que en México nos ha hecho falta que se reoriente el enfoque que se tiene sobre la evaluación para que se rompa con los tabús que frenan el crecimiento pues recordemos que la evaluación siempre tendrá ese propósito.
Para finalizar y retomando lo anterior sería mejor que la autoevaluación fuese un proceso de acompañamiento que reorientará las acciones de forma propositiva y corresponsable, como se supone se debe hacer en el consejo, sin embargo a falta de una supervisión constante, no se ha logrado pues la mayoría del tiempo, al menos desde nuestra experiencia no se actúa con honestidad.
Fuentes bibliográficas.
RODRIGUEZ, Izquierdo J., Evaluar la gestión un proceso integrador en la gestión educativa, 2007 foro de evaluación de la gestión educativa. Colombia
SOTO, Reyna C. 2004, La evaluación de la gestión educativa como un instrumento que permite mejorar continuamente el servicio, brindando educación de calidad en cada una de las escuelas telesecundarias. Universidad La Salle de Pachuca,
VALDERRAMA James R. Subdirección de mejoramiento. Documento base para AL TABLERO.
