La ciencia matemática o los conocimientos cuantitativas, desde sus inicios conceptuales los cuales están perdidos en los albores del tiempo y de la historia, siempre ha sido considerado como una de las creaciones más elevadas del imaginario humano, llegando a ser utilizada en casi todos (por no decir todos) los aspectos de la vida.
Como conjunto de ideas teorizadas y comprobadas, las matemáticas han logrado hacer una simbolización y por consiguiente una reducción de los caracteres y todas las variables que se dan en la cotidianidad y en cualquiera de los temas que se ha adentrado a estudiar; simplificando la naturaleza y las variables de la realidad a ecuaciones que son como algoritmos que responden de una manera específica a situaciones específicas, y es en este punto que se focaliza uno de los inconvenientes más polemizados en el mundo académico con respecto a la relación de la matemática con la economía. Ya que estas respuestas mecánicas no obedecen al comportamiento de la sociedad que generalmente se rige por actuaciones impredecibles y en algunos casos irracionales, no podemos modelar o hacer una ecuación las infinitas posibles reacciones que puede tener un individuo ante una variación en un precio o ante la variación de su situación laboral, aunque podemos tener una aproximación, las matemáticas no brinda más allá de conocimiento empírico y conjunto con las estadísticas, que nos proporcionan la historia de los datos, se quedan cortos ya que la historia de alguna forma no puede abarcar con exactitud el desarrollo del futuro, porque el comportamiento humano en general es como un evento independiente en el cual siempre hay las mismas posibilidades de que salga cualquiera de los resultados sin que los eventos pasados afecten las decisiones futuras. Como lo ha sido el gran fallo de la “Teoría Cuantitativa del Dinero”
Por otra parte, las matemáticas, a pesar de sus limitaciones para su uso en economía, ha aportado y ha generado avances y ha permitido facilitar la comprensión de fenómenos económicos, como los indicadores macroeconómicos, las teorías de optimización, que son imprescindibles para la eficacia de los mercados, la creación de la microeconomía y sobre todo la simplificación de operaciones extensas y multivariables a unos cuantos parámetros que se aproximan bastante al impredecible contexto.
Y aunque sin los postulados matemáticos sería imposible la realización de enfoques metodológicos a la hora de hacer economía, como lo son: la econometría, la economía matemática, los métodos estadísticos, la economía institucional y la economía especulativa. De alguna forma se consideran prescindibles y para algunos economistas (actuales y pasados) son conocimientos sobrevalorados que solo generan confusión y una abstracción sin garantías de la realidad, ya que la economía tiene por objetivo supremo, estudiar y analizar el actuar de los seres humanos.
No obstante, me quedo con las premisas Keynesianas, que hablan sobre la dificultad de ser economista, sosteniendo que se debe ser; historiador, estadista, matemático e incluso filósofo, el economista debe comprender los símbolos y utilizar las palabras, debe tener la capacidad de contemplación de aspectos particulares en relación con el todo y debe tener prospectiva (J. M. Keynes s.f).Por eso, ningún acervo de conocimientos esta demás para el aprendizaje y desarrollo de las ciencias económicas.
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Carlos Javier Prestan Serrano
Estudiante de Economía IV semestre
Universidad de Cartagena