La Contabilidad ambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

De manera global, en el mundo empresarial, social, cultural y político, se han tomado decisiones de manera consciente o inconsciente, que perjudican los recursos del planeta y todo esto afecta la calidad de vida de las futuras generaciones. Por esto, es importante obtener resultados medibles de la afectación al medio ambiente con el fin de que los actores del sector público y privado tomen las medidas correctivas necesarias. Aquí es donde la contabilidad ambiental jugará un papel muy importante, ya que es una herramienta fundamental para la obtención de datos cuantificables que ayudan a los usuarios con la toma de decisiones.

Palabras clave: Sustentabilidad, contabilidad ambiental, social, ODS.

Antecedentes de la contabilidad ambiental

En cuanto a los antecedentes de la contabilidad ambiental, la contabilidad a lo largo de la historia como menciona Casson (2018) se ha visto influenciada por el medio socioeconómico en el que se desarrolla, por lo que ésta se ha ido adaptando y actualizando a los cambios que sufre dicho medio. De ahí que, la tendencia en los actuales momentos es que la contabilidad no sólo se limite a presentar los estados financieros tradicionales sino más bien informes que reflejen las particularidades de la realidad ambiental y social.

Por tanto, se habla de una contabilidad social relacionada con el compromiso de los entes económicos con la sociedad, el medio ambiente y su recurso humano; asimismo se habla de la contabilidad ambiental que tiene el objetivo de medir el impacto de las decisiones de un gobierno o empresa en el medio ambiente en términos económicos (Mejía Soto et al., 2014).

Cardona y Velásquez (2017) mencionan que la contabilidad ambiental o medioambiental surge como propuesta en 1996, como respuesta de  la  denuncia del  riesgo y daño ambiental de la Conferencia  del  Medio  Ambiente  en  Estocolmo  en  1972, ante lo cual  la Organización  de  las  Naciones  Unidas  integró  el  Consejo  Mundial  de Negocios Sustentables [World   Business Council for Sustainable Development-WBCD-] para evaluar y promover un sentido común en la producción de bienes y servicios, impulsar y desarrollar la eco-eficiencia en las organizaciones, su compromiso socio ambiental y  considerar sus consecuencias económicas (Chen, Lupi, Viña, He & Liu, 2010).

Posteriormente, la conferencia Rio+20 [Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible] celebrada en Río de Janeiro en junio de 2012, galvanizó un proceso para fomentar la adopción de un nuevo cuerpo de Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS] que permitan continuar con el impulso generado por los ODM u Objetivos de Desarrollo del Milenio dentro de un marco global de desarrollo para más allá de 2015 (Leal et al, 2018).

En julio de 2014, el Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General de Naciones Unidas propuso un documento con 17 objetivos para su aprobación por la Asamblea General de septiembre de 2015. Dicho documento fijó las pautas para la futura negociación y aprobación de los nuevos ODS y la agenda global de desarrollo para el periodo 2015-2030.  Finalmente, el 25 de septiembre de 2015, en el marco de la 70ava edición de la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, todos los países del mundo adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el documento marco que regirá las actividades para el bienestar de las personas y el cuidado del planeta por los próximos 15 años (Tollefson, 2018).

Paradigmas de la contabilidad

Acerca de los paradigmas de la contabilidad, la dimensión y el alcance de la contabilidad como ciencia superan las fronteras de la racionalidad financiera, administrativa y económica en las empresas y en la sociedad misma, por cuanto el devenir del pensamiento contable va más allá de las estimaciones, reconocimiento, medición, presentación y revelación de la información económico-financiera, por lo que el paradigma contable actual no solo está alrededor de los beneficios económicos y financieros generados por una organización, sino también en la generación de bienestar social y la promulgación de ambientes y ecosistemas sostenibles (Pacheco e Higuera, 2017).

La utilidad de la información financiera, se deposita en el contenido y oportunidad en que los estados contables son presentados a los distintos usuarios, información que per se otorga legitimidad y credibilidad a la organización.  Por lo cual, captar los efectos sociales y ambientales concernientes a la entidad, se suman al cuerpo informativo de la credibilidad y de una imagen fiel de la misma (Barth & Landsman, 2018).

Si la misión de la contabilidad es otorgar información útil, confiable, relevante y comprensible al usuario general, la relevancia, valor probable o posible de un asunto ambiental debe ser considerado en la construcción de una transparencia, que mejore, construya ventajas e integre los intereses de los distintos stakeholders, ayudando con ello a crear oportunidades de mejora de los procesos internos (Albelda, Correa & Carrasco, 2007).

En consecuencia, en este aspecto De la Rosa (2019) afirma que cualquier proceso de mejora en los procesos internos debe de considerar el reconocer la pertinencia de incluir los temas ambientales en la elaboración de la información de las empresas, en lo cual, el juicio profesional del contador público responsable de la preparación de información financiera es fundamental al decidir el reconocimiento contable de los eventos económicos.

Definición de contabilidad ambiental

Con respecto a la definición de contabilidad ambiental [Green Accounting], ésta tiene diversos matices y una naturaleza compleja, lo cual ha logrado generar una discusión académica de interés, y que ha llevado a cuestionar la aplicación de este concepto a nivel profesional, debido a que el reconocimiento de recursos naturales dentro de la empresa no tiene un lineamiento tan preciso como lo tiene el de la partida doble para la contabilidad financiera que, con los datos que proporciona, puede informar sobre el desempeño financiero de una compañía y constituye una base para las decisiones por parte de los diferentes usuarios de la información (Ministerio del Ambiente, 2014).

Para analizar el término de contabilidad ambiental, Herrera (2019) señala que es necesaria la incorporación de un sistema contable ambiental a los sistemas de información económica nacional, que permita efectuar la medición, evaluación y control de las actividades económicas. Todo esto con el fin de evidenciar el desarrollo, el cual se ha pretendido medir con la apropiación de la contabilidad financiera y económica, utilizando información social y ambiental de manera aislada y desarticulada solo para informar condiciones de acuerdo a intereses de la política de turno.

En consecuencia, es necesario contar con un sistema de contabilidad nacional que incorpore información apropiada sobre los contextos humanos que garantizan la vida con calidad, dignidad y bienestar social, un verdadero desarrollo. Por otro lado, Jiménez, Manzano y Conesa (2015) también definen la contabilidad ambiental como sistema que permite el reconocimiento, organización, valoración y registro de las condiciones y cambios en los elementos naturales y del ambiente, articulando indicadores de evaluación de sostenibilidad en el contexto del desarrollo, a través de sistemas de información que faciliten el control de las acciones que afectan la condición de la naturaleza y el desarrollo nacional. El sistema de cuentas ambientales que a nivel internacional se está desarrollando es un paradigma contable, y difiere del sistema contable tradicional debido a que el valor de los recursos no lo definen las transacciones comerciales, sino el valor agregado de los diferentes beneficios de la relación directa con el hombre (Ignat, et al., 2016).

En consecuencia, a través de los reportes de información no financiera, se presentan mediciones y relaciones de comunicación entre las empresas con grupos de interés que permiten medir el desempeño medioambiental de una organización en términos económicos, y se contribuye a la toma de decisiones y esto implica que la contabilidad deba poseer la capacidad de proporcionar una imagen más completa sobre la posición y desempeño financiero, social y ambiental de una empresa.

A su vez, reflexionando sobre las empresas y su responsabilidad social, el mundo empresarial se ha convertido muchas veces en culpable de problemas tales como la extinción de especies, emisión de humos y gases que contaminan la atmósfera y hacen desaparecer paulatinamente la capa de ozono, el derretimiento de hielos, lluvia ácida, desechos tóxicos que contaminan las aguas, agotamiento y sobreexplotación de recursos naturales, etc.

Sin embargo, la preocupación por el medio ambiente ya no es un tema ajeno, involucrando a las empresas en la sustentabilidad medioambiental para lo cual están adoptando códigos de conducta acorde con los valores ecológicos de la sociedad, los cuales se traducen en la implementación de sistemas de producción limpios y respetuosos con el medio ambiente, al tiempo que se esfuerzan en comunicar al exterior las medidas medioambientales adoptadas y los logros alcanzados (Abeysekera, 2013).

En otras palabras, las empresas tienen sus propios objetivos y, para cumplirlos, toman una serie de decisiones las cuales tienen diversas consecuencias, pues desarrollan sus actividades en un entorno social y ambiental en donde afectan a muchos sectores de este entorno, como al medio ambiente, a la comunidad, a los trabajadores, al Estado, etc., por lo que la responsabilidad social juega un importante rol que, según Robbins (2002), va más allá de lo que requieren las leyes o la economía, en el cual las empresas resaltan las buenas prácticas y la responsabilidad que tienen por el impacto de sus decisiones, acciones y omisiones.

Divulgación de la información social

Otro aspecto relevante a considerar es con respecto a la divulgación de la información social, aspecto en el que las empresas buscan comunicar el éxito o los desafíos de sus estrategias socio-ambientales, así como la coherencia ética de sus operaciones. El reconocimiento de una responsabilidad por encima de los límites exclusivamente económicos propios de la teoría clásica, nos introduce en un escenario donde además de los accionistas de la firma se dan cita otros agentes con intereses en la entidad ante quienes la misma tratará de legitimarse.

El proceso de legitimación de la entidad tiene en cuenta la existencia de unos grupos sociales de referencia hacia los que de forma preferente va dirigida la información comunicada por la empresa con relación a sus actuaciones. La información integrada o informe integrado [IR] es una de las innovaciones más recientes dentro de la corriente relacionada con informes de sostenibilidad e información no financiera en el mundo. Aunque algunas compañías comenzaron prácticas de IR en la década del 2000, la presentación de informes integrados ha sido reconocida solo desde 2010 como la mejor manera de obtener un panorama completo del valor de las empresas, superando las limitaciones de los informes tradicionales (Jensen y Berg, 2012).

En resumen, la evolución en la divulgación de información no financiera es producto de los tiempos actuales que desafían a una rendición pública de cuentas que demuestre el seguimiento de ciertos estándares y la consideración de las preocupaciones de los grupos de interés, más allá de las necesidades de los inversores y de los acreedores. Como consecuencia, el aumento en las exigencias y la evolución en la literatura y los procesos de estandarización sobre aspectos no financieros, han obligado a que las empresas de todo el mundo adopten nuevas prácticas y nuevos canales de comunicación que permitan que las distintas audiencias interesadas en la información sean observadores de primera mano de sus actividades y su impacto en el entorno.

En respuesta a este nuevo contexto, se ha hecho fundamental que los informes corporativos evolucionen, al tiempo que los procesos empresariales sean revisados y actualizados sin perder de vista sus impactos económicos, sociales y medioambientales. El IR hoy constituye una alternativa mediante la que se pretende asegurar que los distintos grupos de interés conozcan los asuntos más importantes relacionados con los negocios que fijen las necesidades financieras, económicas y sociales en el corazón de los procesos y estrategias organizativas (Rivera, Zorio & García-Benau, 2016).

Con esto podemos observar cómo la contabilidad ambiental es una gran área de oportunidad para las empresas, especialmente de México, porque con el paso de los años el tema sustentable se va volviendo más importante, y tarde o temprano las empresas tendrán que empezar a tomar decisiones con el fin de generar beneficios para el desarrollo sostenible, logrando así, los ODS.

Referencias

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  • Albelda Pérez, E., Correa Ruiz, C., & Carrasco Fenech, F. (2007). Environmental management systems as an embedding mechanism: a research note. Accounting, Auditing & Accountability Journal, 20(3), 403-422.
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Denisse Ibarra Sonia. (2019, septiembre 20). La Contabilidad ambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-contabilidad-ambiental-y-los-objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Denisse Ibarra Sonia. "La Contabilidad ambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible". gestiopolis. 20 septiembre 2019. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-contabilidad-ambiental-y-los-objetivos-de-desarrollo-sostenible/>.
Denisse Ibarra Sonia. "La Contabilidad ambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible". gestiopolis. septiembre 20, 2019. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-contabilidad-ambiental-y-los-objetivos-de-desarrollo-sostenible/.
Denisse Ibarra Sonia. La Contabilidad ambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-contabilidad-ambiental-y-los-objetivos-de-desarrollo-sostenible/> [Citado el ].
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