Introducción
Desde la más remota antigüedad, el hombre se ha preguntado por la realidad, tanto para resolver sus problemas más inmediatos y satisfacer sus necesidades, como para saber qué son las cosas que lo circundan.
Esta necesidad de conocer surge del asombro del hombre ante los procesos de los fenómenos que se manifiestan en el Universo: los eclipses, los movimientos de los astros, la sucesión de las estaciones y muchos otros fenómenos le cursaban extrañeza, admiración y además temor, y así de esa manera surgen factores que propician buscar el porqué, el qué (las cuatro causas aristotélicas: causa material, formal, final) de los fenómenos naturales.
Resulta difícil precisar el nivel de conocimiento alcanzado por los pueblos primitivos previo al tercer milenio antes de Cristo. Lo que si puede afirmarse es que en Egipto y Mesopotamía surgieron los primeros indagadores de las cosas que rodean al hombre. Existen numerosos testimonios escritos de los reconocimientos logrados por dichos pueblos hacia el año 2000 a. C. En ambas regiones había ya por entonces ciudades cuyo centro de reunión era el templo, con sus sacerdotes y astrólogos; asimismo, contaban con topógrafos, arquitectos e ingenieros de irrigación.
¿Qué es la Ciencia?
Los griegos dividieron el estudio de la realidad, que llamaron filosofía, en diferentes áreas: filosofía primera o metafísica, que estudia el ser de las cosas; astronomía, que se ocupa de los astros y sus movimientos; física, que tiene como objeto el estudio de la naturaleza; biología, que estudia los seres vivos; ética, que señala el camino al bien y a la felicidad; política, que indica cómo debe organizarse la ciudad y teología o estudio de Dios. Para los griegos, la ciencia era un conocimiento seguro, racional, explicativo y demostrativo, que señalaba las causas del fenómeno estudiado.
Ya Platón (427-347 a. C.) nos muestra en sus obras a Sócrates (470399 a. C.) su maestro, quien afirmaba la deficiente validez de la simple opinión (Doxa) como base del conocimiento. Su diálogo Teeteto está dedicado a buscar las condiciones de un conocimiento científico, capaz de superar el mundo de las apariencias (mundo físico o sensible).
Por ejemplo, cuando una vara se introduce en un estanque, da la impresión de esta quebrada, apariencia distorsionada de la realidad debida al fenómeno de la refracción de la luz.
Aristóteles (384-322 a. C.) se adentra sistemáticamente sobre los requisitos del conocimiento humano para llegar a la realidad de las cosas. Trata de esto en los Segundos Analíticos y sobre todo en el libro IV de su Metafísica. Tiene conciencia de que el conocimiento científico es distinto del conocimiento que por opinión se tiene comúnmente. La opinión (Doxa) es un juicio inseguro, basado en el conocimiento superfluo de las cosas en base a sus apariencias. No sabe dar razones (argumentos válidos y demostrables, sustentados en datos empíricos y datos intelectuales o teóricos) de lo que afirma y juzga con gran riesgo de equivocarse. En cambio, la ciencia es más segura, ya que da explicación de lo que afirma y se refiere a las causas de las cosas.
Hasta principios de la Edad Moderna, en base a las apariencias, se opinaba que sólo había cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Lavoisier (1743-1794), entre otros, comenzó a investigar científicamente los elementos que constituyen la materia y que hoy día sabemos que son más de cien.
La Ciencia Moderna
Durante siglos, el concepto griego de ciencia prevaleció. Llegado el siglo XVI aparece una serie de pensadores notables, con un concepto de ciencia diferente. El principal autor de esta nueva forma de pensar es el florentino Galileo Galilei (1564-1642). La nueva ciencia que intenta fundar no consiste en explicar filosóficamente la realidad acudiendo a sus causas últimas, sino en describir los fenómenos y explicar la realidad por sus agentes más inmediatos.
Por ejemplo, los antiguos astrónomos, entre ello Ptolomeo, siguieron a Aristóteles en la creencia de que los astros eras seres inteligentes, cuya sustancia era eterna, inalterable e incorruptible, ya que les consideraba como intermediarios entre lo corruptible del mundo físico y lo eterno de Dios. Mientras que Galileo comprobó mejor el sol y sus manchas solares, la luna con sus montañas y los primeros planetas con sus satélites naturales, dándose cuenta de que están compuestos de la misma materia que la tierra.
Y fue así como Galileo hubo de romper con el peso de la tradición que venía desde los griegos; su talento se impuso y demostró lo fundado y sólido de su intento. Sin embargo, no podía objetar la idea de Aristóteles de que el conocimiento científico ha de ser seguro, cierto y demostrativo; ni podía reducir la Ciencia a lo opinable (Doxa) y discutible. El genio del florentino logró un conocimiento seguro y firme, sin recurrir a conceptos filosóficos, mediante la unión de la ciencia de la naturaleza con la matemática.
De este modo nació la ciencia fisicomatemática guiada por el método galileano, y como la conocemos, basada en la medición (características cuantitativas: medida, peso, duración, etc.) de los fenómenos y sus representación a través de fórmulas o modelos matemáticos.
Y es así como este nuevo pensamiento científico se ha extendido por todo el mundo. En sus tres siglos de existencia, esta ciencia nueva ha logrado portentosos avances tanto en el conocimiento de la realidad como en su dominio y transformación. Su prestigio es tan seguro que otras disciplinas, como la psicología, la biología y la sociología, intentan a veces seguir el modelo de las ciencias naturales (física-matemática).
¿Cómo ha logrado la Ciencia su intento?
Los grandes avances de la físico-matemática se deben, por un lado, a los hombres de gran talento (que aprovechan y desarrollan sus facultades humanas superiores: lenguaje, la razón, el pensamiento (inductivo, deductivo y analógico) y la solución de problemas) que se han dedicado a la investigación científica, como Kepler (1571-1630), Descartes (1596-1650) y su método de la duda Cartesiana o método cartesiano, y Isaac Newton (1642-1727).
Por tanto los grandes éxitos, frutos y avances en la ciencia pura y aplicada, es sin lugar a dudas, por un instrumento cognoscitivo denominado el Método Científico el cual emplea, y cuyos cuatro pasos son los siguientes:
- Las Observaciones que el científico realiza sobre el fenómeno o sector de la realidad que va a estudiar; la mide y cuantifica, las cataloga y analiza.
- La Experimentación, que consiste en violentar la naturaleza para que responda de alguna manera a las cuestiones que el investigador le plantea (manipulación y control de variables o condiciones). El hecho de que en las escuelas existan laboratorios, significa que seguimos la línea marcada por el Método Galileano o método de Galileo.
- Luego, el científico formula o diseña una hipótesis premilitar que pueda explicar el fenómeno en cuestión, cuyas razones ignora. Pero no basta la hipótesis; el método científico exige un cuarto paso dirigido a comprobarla (criterios de confiabilidad y veracidad).
- Se trata ahora de Verificar (demostrar), de someter a una serie de pruebas empíricas e intelectuales la hipótesis preliminar formulada. Si ésta resiste las pruebas a la que es sometida, entonces se ha logrado un avance científico, pasando la hipótesis a convertirse en una tesis que en cualquier momento pueda ser una ley de bajo o alto nivel.
Y es así como, el científico tiene que apoyarse, además, en una serie de instrumentos cognoscitivos. Ya que necesita de la actividad propia de su mente, que es la abstracción e imaginación, igualmente necesarias son la inducción, la deducción y la analogía que son elementos del razonamiento o de la razón.
Por tanto se puede decir que, el conocimiento o pensamiento humano está en continuo proceso dialéctico de captar su propia realidad y la del mundo sensible. Y es así como existen diferentes formas de conocer al ser humano y al mundo sensible (objetos materiales) desde puntos de vista o enfoques diferentes (objetos formales) empleando modos distintos de conocer (métodos: generales, específicos y particulares; véase anexos).
Hume, empieza por constatar que el hombre tiene dos tipos diferentes de percepciones, que son impresiones e ideas. Con impresiones quiere decir la inmediata percepción de la realidad externa. Con ideas quiere decir el recuerdo de una impresión de este tipo.
Por ejemplo. Si un individuo se quema en una estufa caliente, recibe una impresión inmediata o crea en su mente una imagen del suceso. Mas adelante puede pensar en aquella vez que se quemo. Es a esto lo que Hume llama Idea. La diferencia es que la Impresión es más fuerte y más viva que el recuerdo de la reflexión sobre el recuerdo. Se puede decir que la sensación sólo es el original, y que la Idea o el recuerdo de la sensación sólo es una pálida copia. Porque la impresión es la causa directa de la Idea que se esconde en la conciencia.
- Cualidades objetivas o cualidades primarias de los sentidos según John Locke, se refiere a la Extensión de las cosas; su peso, forma, movimiento, número. En cuanto a estas cualidades cuantitativas podemos estar seguros de que los sentidos reproducen las verdaderas cualidades de las cosas.
- Cualidades subjetivas o cualidades secundarias de los sentidos según John Locke, son cualidades cualitativas como color, sabor o sonido, aunque no siempre reflejan las verdaderas cualidades que son inherentes a las cosas mismas, sino que sólo reflejan la influencia de la realidad exterior sobre nuestros sentidos.
¿De dónde recibimos nuestras ideas y conceptos?
¿Es realmente el mundo como nosotros lo percibimos?
Locke decía que poco a poco vamos juntando y entrelazando las sensaciones formando conceptos durante nuestras experiencias. Pero todo el material de nuestro conocimiento (contenido de conciencia) sobre el mundo sensible entra al fin y al cabo por los órganos sensoriales. Por lo tanto, los conocimientos que no pueden derivarse de sensaciones simples, son conocimientos falsos y deben ser rechazados.
No hay nada en la inteligencia humana, que no haya pasado antes por los sentidos. La mente puede ser considerada como una pizarra vacía (tabula rasa), en el momento del nacimiento.
Por lo tanto, queda comprendido que, la experiencia (externa o interna) como la fuente exclusiva de nuestro conocimiento sensible. De aquí surge la regla de oro del empirismo: sólo es valido aquel conocimiento que esté debidamente apoyado en una experiencia sensible.
¿Cuáles son las fuentes para la adquisición del conocimiento?
En resumen, se puede decir que, el empirismo y el racionalismo son enfoques filosóficos, que son validos en la adquisión de conocimiento, y así mismo los podemos considerar para describir, comprender y analizar los fenómenos naturales, sociales y del hombre mismo, ya que a partir de los datos sensibles, se obtienen las representaciones o ideas. Y estas representaciones o ideas nos permiten construir conceptos o abstracciones científicas para identificar al objeto de estudio de determinado problema de la vida cotidiana.
1.5.- El pensamiento Científico
¿Qué es la ciencia?
La ciencia como concepto general y logístico, es la investigación metódica de las leyes naturales por la determinación y la sistematización de las causas de un fenómeno o hecho determinado (véase glosario de términos).
Para Aristóteles, la ciencia o epísteme consiste, no tanto en una serie de conocimientos objetivos, sino en una virtud intelectual que se define como hábito demostrativo, entonces podemos concluir que esa aptitud propia del científico tiene, como instrumento de formación, precisamente el silogismo, operación que demuestra rigurosamente las tesis propuestas. Y, por fin, con esto se concluye que la Lógica es el instrumento propio del científico y del filósofo.
El vocablo «ciencia» proviene del latín scientia, que en un sentido estricto significa «saber». Sin embargo, al término saber debe otorgársele un significado más amplio y, así, ciencia seria el «conjunto de lo que se sabe por haberlo aprendido mediante una continua actividad mental o razonamiento (inductivo, deductivo o analógico)… para tener ciencia hay que abarcar al menos todo un sistema de conocimientos; para tener saber basta con poseer más conocimientos acerca de uno o varios sistemas. En una palabra, el saber es la ciencia del hombre que ha buscado la oportunidad de observar, analizar, interpretar, comprender los elementos que forman parte de los procesos que identifican o caracterizan a un fenómeno o hecho en el mundo sensible».
Ciencia (en latín scientia, de scire, ‘conocer’), término que en su sentido más amplio se emplea para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la experiencia sensorial objetivamente verificable. La búsqueda de conocimiento en ese contexto se conoce como ‘ciencia pura’, para distinguirla de la ‘ciencia aplicada’ —la búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico— y de la tecnología, a través de la cual se llevan a cabo las aplicaciones. (Para más información, véanse los artículos individuales sobre la mayoría de las ciencias mencionadas a lo largo de este artículo.)
También se puede definir a la ciencia, desde un punto de vista totalizado, como un sistema acumulativo, metódico y provisional de conocimientos comportable, producto de una investigación científica y concerniente a una determinada área de objetos y fenómenos.
Se debe de reconocer que, la ciencia es un sistema de conocimientos en desarrollo, los cuales se obtienen mediante los correspondientes métodos cognoscitivos y se reflejan en conceptos exactos, cuya veracidad se comprueba y demuestra a través de la práctica social. Además se puede decir que, es un complejo fenómeno social, que incluye numerosas facetas y está relacionado con otros numerosos fenómenos de la vida social. La aparición de la ciencia y su desarrollo constituye una parte integrante de la historia universal de la humanidad. Si la ciencia no puede surgir ni desarrollarse al margen de la sociedad, tampoco ésta, en una fase elevada de su desenvolvimiento, puede existir sin la ciencia. El sentido histórico de la aparición y desarrollo de la ciencia consiste en dar satisfacción a las necesidades de la producción de bienes materiales, la practica político-social, la estructura económica de la sociedad, el carácter reinante de la concepción del mundo, las distintas formas de conciencia social, el nivel de desarrollo de la producción, la técnica, la cultura espiritual, la instrucción y también la lógica interna del propio conocimiento científico.
El éxito de la creación científica depende no sólo del talento, la agudeza y la fantasía del científico, sino también de los instrumentos o aparatos necesarios. Es precisamente el desarrollo de la técnica lo que ha proporcionado a la ciencia medios potentísimos de experimentación y de investigación lógica, como son el sincrociclotrón, las naves espaciales y las maquinas lógicas. Por ello, se puede decir que, la práctica social es la esfera de aplicación de los conocimientos, y en este sentido constituye el objetivo del conocimiento. Es importante reconocer que, la Práctica sirve de criterio a la veracidad de los resultados del conocimiento científico. De hecho, en cualquier esfera de la ciencia, la orientación práctica representa el estímulo fundamental y determinante de la investigación científica.
Es importante enfatizar que, el conocimiento científico persigue la máxima exactitud, excluyendo todo lo individual, todo lo que el científico haya podido aportar por cuenta propia: la ciencia es una forma social, de carácter general, de desarrollo del saber. Toda la historia de la ciencia confirma un hecho de que cualquier subjetivismo ha sido eliminado siempre o al menos se evita en lo posible, de modo más implacable, de la senda de los conocimientos científicos, conservando únicamente la supraindividualidad, lo objetivo. Las obras artísticas son únicas en su género, mientras que los resultados de las investigaciones científicas son generales. La ciencia es un producto del “desarrollo histórico general en su resumen abstracto”. En cambio el arte admite la invención, la introducción por el propio artista de algo que en esa forma precisa no existe, no existió y probablemente no existirá en la realidad del mundo sensible o físico.
Pero la ficción artística es únicamente admisible en lo que se refiere a la forma singular de expresar lo general, y no en lo que respecta a su contenido: la verdad artística no admite la menor arbitrariedad y subjetivismo. Si el artista, al reflejar lo general, no mantiene la unidad orgánica con lo especifico (típico) y singular, el resultado no será una obra artística, sino un simple esquematismo y sociología desnuda. Si, por el contrario, reduce todo en su obra a lo singular, copiando ciegamente los fenómenos que observa y separando lo singular de lo general y de lo específico, obtendrá una copia naturalista, en lugar de una obra artística. En la ciencia, por el contrario, lo fundamental consiste en eliminar todo lo singular e individual, todo lo que no se puede repetir, y conservar lo general en forma de conceptos y categorías. En el mundo, la forma de lo general es la ley. Por eso, el conocimiento científico es el conocimiento de las leyes que representan a los fenómenos o hechos y sus procesos dentro del mundo sensible o físico.
1.6.- Orígenes de la ciencia
Los esfuerzos para sistematizar el conocimiento se remontan a los tiempos prehistóricos, como atestiguan los dibujos que los pueblos del paleolítico pintaban en las paredes de las cuevas, los datos numéricos grabados en hueso o piedra o los objetos fabricados por las civilizaciones del neolítico. Los testimonios escritos más antiguos de investigaciones protocientíficas proceden de las culturas mesopotámicas, y corresponden a listas de observaciones astronómicas, sustancias químicas o síntomas de enfermedades —además de numerosas tablas matemáticas— inscritas en caracteres cuneiformes sobre tablillas de arcilla. Otras tablillas que datan aproximadamente del 2000 a.C. demuestran que los babilonios conocían el teorema de Pitágoras, resolvían ecuaciones cuadráticas y habían desarrollado un sistema sexagesimal de medidas (basado en el número 60) del que se derivan las unidades modernas para tiempos y ángulos.
En el valle del Nilo se han descubierto papiros de un periodo cronológico próximo al de las culturas mesopotámicas que contienen información sobre el tratamiento de heridas y enfermedades, la distribución de pan y cerveza, y la forma de hallar el volumen de una parte de una pirámide. Algunas de las unidades de longitud actuales proceden del sistema de medidas egipcio y el calendario que empleamos es el resultado indirecto de observaciones astronómicas prehelénicas.
El mayor impulso que genera la ciencia es el deseo de explicaciones sistemáticas y controlables por la evidencia empírica. El propósito distintivo de la ciencia es el descubrimiento y la formulación en términos generales de las condiciones en las cuales ocurren sucesos de diversas clases, y las proposiciones generalizadas de tales condiciones determinantes que sirven como explicaciones de los sucesos correspondientes.
La ciencia es una de las pocas realidades que se pueden legar a las generaciones venideras. Los hombres de cada periodo histórico asimilaron los resultados científicos de las generaciones anteriores, desenvolviendo y ampliando algunos aspectos nuevos. Del doble elemento de la época, lo inmutable y lo fijo, lo aún no comprobado y lo establecido definitivamente, solamente lo último es acumulativo y progresivo.
Aquellos elementos que constituyen buena parte de la ciencia y que son la parte efímera y transitoria, como ciertas hipótesis y teorías, se pierden en el tiempo y conservan, cuando más, cierto interés histórico.
Cada época elabora sus teorías según el nivel de evolución en que se encuentra, sustituyendo a las antiguas que pasan a ser consideradas como superadas y en consecuencia anacrónicas.
Lo que permitió a la ciencia llegar al nivel actual fue un núcleo de técnicas de orden práctico (método científico), los hechos empíricos y las leyes que forman el elemento de continuidad, y que ha venido siendo perfeccionado y ampliado a lo largo de la historia con la evolución misma del hombre.
La ciencia en los modelos en los que se representa hoy, es relativamente reciente. Solo en la edad moderna de la historia adquirió el carácter científico que muestra hoy. Pero ya desde los comienzos de la humanidad, se encuentran los primeros trazos rudimentarios como vestigios de conocimiento, de técnica, y que luego se constituiría en ciencia.
La revolución científica, propiamente dicha, se registra en los siglos XVI y XVII con Copérnico, Bacon y su método experimental, Galileo Galilei, Descartes y otros. No surgió, pues, por casualidad. Todo descubrimiento ocasional y empírico de técnicas y conocimiento referente al universo, la naturaleza, y los hombres, desde los antiguos griegos, egipcios y babilonios, la contribución al espíritu creador griego sintetizado y ampliado por Aristóteles, las invenciones hechas en la época de la conquista, preparan el surgimiento del método científico y el espíritu de objetividad que va a caracterizar a la ciencia a partir del siglo XVI, antes de forma indefinida y ahora de modo riguroso.
Años más tarde, ya en el siglo XVIII, el método experimental se perfecciona y aplica a las nuevas áreas del conocimiento. Se desarrolla el estudio de la química, de la biología, surge un conocimiento más objetivo de la estructura y funciones de los organismos vivos. En el siguiente siglo se verifica una modificación general en las actividades intelectuales e industriales. Surgen datos nuevos relativos a la evolución, al átomo, la luz, la electricidad, el magnetismo y a la energía nuclear. Ya en el siglo XX, la ciencia con métodos objetivos y exactos, desarrolla investigaciones en todos los frentes del mundo físico y humano, obteniendo un grado de precisión sorprendente, no sólo en el campo de la navegación espacial, de las comunicaciones, cibernética y de los trasplantes, sino también en los más diversos sectores de la realidad social.
1.7.-. El empirismo y la ciencia moderna
Mucho es lo que le debe la ciencia moderna al Empirismo en lo que contiene exclusivamente a la observación y a la experimentación. El constante progreso de tales averiguaciones, la extensión de las mismas a los seres vivos, los logros de la teoría evolucionista, el desarrollo de la bioquímica, la cibernética, la inteligencia artificial, la robótica, la mecatrónica han ido constantemente ganando terreno al supernaturalismo y a las “fuerzas vitales” de la naturaleza tal como la concibe la ciencia.
En la actualidad ya no se cree, de la manera efectiva y con la amplitud de antes, en la interferencia de un mundo sobrenatural (invisible) en el mundo en que habitamos. Si el aparato de radio o el coche tienen una avería, si un niño tiene calentura o muestra otros síntomas de enfermedad, si una plaga de insectos destruye las cosechas ya no atribuimos tales eventos o hechos a causas intangibles o espirituales. Ya incluso atribuimos las enfermedades mentales, la delincuencia infantil, la neurosis ansiosa, la anormalidad sexual o las tensas relaciones conyugales a causas psicológicas. Cada vez creemos más en que la averiguación de la causa de muchas cosas o eventos es de la incumbencia exclusiva de la CIENCIA. Con todo, el misticismo sigue desorientando a mucha gente, misticismo que constituye el torcido método de su manera de pensar; por lo que no hay que cejar en la actitud crítica, antes bien es preciso intensificarla más y más. Pero, después de todo, podemos asegurar que el supernaturalismo va de vencida.
La ciencia en su evolución, tiene indudablemente como eje impulsor, los métodos e instrumentos de investigación (método científico) que se acrecientan y perfeccionan, aunados al espíritu científico, perspicaz, riguroso y objetivo.
1.9.-. CRITERIO DE VALIDACION DE LA CIENCIA
“Una plena claridad es la medida de toda la verdad”
Hursserl
Cuando una cosa es evidente por sí misma, no hay mayor dificultad; pero, ordinariamente, la mayoría de las cosas no son evidentes por sí misma y necesitan una demostración. La ciencia vale tanto cuanto es capaz de probar, pero la ciencia no puede demostrarlo todo, ya que dependen de otros conocimientos anteriores, indemostrables y que son evidentes por sí mismos.
Martínez (1989) comenta que en el siglo pasado, se hacía hincapié en la base empírica de la evidencia; en este siglo, preferentemente en las últimas décadas, la epistemología ha destacado más la importancia de la evidencia racional.
Hoy en día, debemos ponernos muy alertas a la hora de aceptar algo como más o menos “evidente”, tenemos que hacer una crítica sistemática para reducir el margen de error de nuestros conocimientos. Martínez propone seis criterios de validación de la ciencia:
- No podemos empezar a pensar desde cero, ya que otros han pensado antes que yo, y yo soy llevado por su pensamiento. Pueden existir varias hipótesis, teorías o cuerpos coherentes de creencias que, aun cuando sean muy diferentes unos de otros, den razón suficiente de todos los hechos conocidos en un campo determinado de una disciplina.
- Es posible superar los conceptos de “objetividad” y “subjetividad” con uno más amplio y racional, que es el de “enfoque” ya que representa una perspectiva mental, un abordaje, o una aproximación ideológica, un punto de vista desde una situación personal, que no sugiere ni la universalidad de la objetividad ni los prejuicios personales de la subjetividad; sólo la propia apreciación.
- El concepto de enfoque nos lleva ha otro sumamente rico, el de complementariedad. Si cada enfoque nos ofrece un aspecto de la realidad y una interpretación de la misma desde ese punto de vista, varios enfoques, y el dialogo entre sus representantes, nos darán una riqueza de conocimiento mucho mayor.
- Es necesario revalorizar en nuestros medios académicos la intuición y más concretamente el llamado conocimiento tácito. La intuición se encuentra tanto al principio como al final de todo proceso cognoscitivo y de todo conocimiento científico. Al principio en la postulación de hipótesis y conjeturas prometedoras y al final en la “verificación” de cada uno de los resultados y conclusiones. Toda demostración, todo razonamiento y toda prueba no son sino una cadena de intuiciones menores, de “visiones intelectuales” que indican que las cosas son de una determinada manera. Y aunque dicho proceso sea en parte consciente, nunca lo es plenamente.
- En la mayoría de los diseños de investigación de corte clásico se utiliza la lógica analítica (derivada de los principios aristotélicos, unida a una visión determinista derivada de los empiristas ingleses como D. Hume y J. Mill), se ha ido demostrando cada vez más que dicha lógica es incapaz de comprender los complejos problemas de las ciencias humanas, ya que los sistemas humanos no funcionan con la secuencia de esta lógica ordinaria ni con la casualidad de un solo sentido, sino que son sistemas con interacción reciproca e influenciada circular; es decir, se debe ceder el paso a una nueva lógica estructural, sistemática y dialéctica. En un sistema, según L. Von Bertalanffy (1981), se da un conjunto de unidades interrelacionadas de tal manera que el comportamiento de cada parte depende del estado de todas las otras, pues todas se encuentran en una estructura que las interconecta. En los seres humanos se dan estructuras de un altísimo nivel de complejidad, las cuales están constituidas por sistemas de sistemas cuya comprensión desafía la agudeza de las mentes más privilegiadas.
- La verdad tiene sólo un carácter provisional. Nuestros conocimientos actuales no se pueden verificar; en el sentido estricto lo más que podemos hacer es confirmarlos con pruebas o contrastes concluyentes que nos reafirman en nuestras ideas actuales, pero que no durarán más de lo que dure el enfoque o paradigma aceptado. La verdad tiene un sentido histórico, y siempre estará en continuo proceso de formación. “Las verdades de hoy constituirán los errores del mañana…”
Por lo tanto, es necesario considerar que la verdad será siempre subjetiva, ya que lo que en determinado tiempo parezca una verdad, en un futuro puede complementarse o dejar de ser una teoría o un instrumento cognoscitivo válido, ya que los fenómenos, están constantemente en cambios infinitesimales.
1.10.- LOGROS Y LÍMITES DE LA CIENCIA PURA Y APLICADA
¿Qué es lo que ha logrado la ciencia pura y aplicada durante el desarrollo de la humanidad?
En primer lugar, un mayor acercamiento a la realidad sensible, mediante el estudio profundo, fundado y riguroso de los fenómenos, descubriendo las leyes universales que rigen en los procesos de los fenómenos. Por ejemplo, los eclipses se consideraban antiguamente como portadores de malos augurios, mientras que hoy en día se sabe cómo se producen y pueden predecirse con bastante exactitud.
En segundo lugar, han permitido un conocimiento más extenso de la realidad. Actualmente sabemos mucho acerca de áreas que hace siglos ni siquiera se sospechaba existieran. Como por ejemplo, la química quántica o la teoría de la relatividad de Einstein, y la Física Quántica.
Por último, la ciencia ha modificado nuestra manera de pensar y de vivir, mediante el desarrollo de la técnica (revolución industrial, se pasa de la artesanía a la manufactura. Artesano ). Tal es el caso de la fabricación de nuevos medicamentos, sin los cuales la probabilidad de muerte de un enfermo era muy alta; el desarrollo de órganos artificiales y así como muchas otras cosas que han permitido la prolongación de vida del hombre. Así tenemos que en la época prehistórica el promedio de vida oscilaba entre 20 y 30 años; a finales del siglo XIX la expectativa de vida era de 50 años y en la actualidad es aproximadamente de 70 años, todo es gracias a la ciencia pura y aplicada.
Sin embargo, la ciencia pura y aplicada tiene sus límites, que son de dos tipos.
- Existen límites del desarrollo que puede tener una determinada ciencia y que no le permiten, por ahora, conocer algo de la realidad que estudia. Pero el tiempo y las investigaciones se encargarán de que estos límites retrocedan y el hombre vaya conociendo mejor la realidad sensible. Por ejemplo, Augusto Comte afirmó que era ocioso tratar de conocer la composición química de los astros; sin embargo en la actualidad es posible obtenerla con precisión gracias al análisis espectroscópico.
- Existen también límites Metodológicos, que nacen de la forma parcial y relativa de considerar la realidad sensible, los cuales la ciencia nunca podrá superar. Están más allá de su competencia, pues el método científico que emplea no le permite alcanzar determinados aspectos. Por ejemplo, a la ciencia escapan conocimientos sobre las realidades meta-empíricas, como la conciencia y la libertad. Están mas allá de sus métodos, procedimientos y técnicas de investigación clásica, y deben estudiarse con un tipo de investigación distinto al sistema clásico (ciencias experimentales como: física, química, biología, etcétera), como la investigación histórica, la filosófica, la religiosa y otras.
Esto nos permite se concientes de que la ciencia es valida, pero no constituye el último modo de conocimiento al alcance del hombre. Por lo que no hay que caer en el error de absolutizarla, ya que en la realidad sensible y en el hombre hay campos que trascienden el método científico tradicional o clásico (método: Aristotélico, Galileano, Baconiano y Cartesiano). La pasión de vivir; la responsabilidad y la culpabilidad; el amor y la entrega. Toda la enorme variedad de los valores internos del hombre, como la bondad, la justicia, el amor, y otros muchos dominios como la creación artística, no pueden ser tratados desde un punto de vista puramente científico o tradicional, sino al contrario deben ser vistos como enfoques epistémicos o epistemológicos, ya que pueden estudiarse como sistemas, y así conocer y comprender la relación que existen entre sus elementos y sus conexiones.
Por supuesto, el alma no existe en su concepción idealista y religiosa. Pero existen procesos psíquicos, como conciencia, sensación, percepción, concepción, pensamiento, emociones y voluntad.
Pues también Aristóteles describió en su tratado, en mayor grado, fenómenos psíquicos reales, y no el alma abstracta, de la cual empezó a hablar después el cristianismo, tergiversando en gran medida los conceptos de Aristóteles.
Los idealistas siempre intentaron e intentan interpretar las psiquis como una manifestación de cierto principio espiritual primario, independiente de la materia. El materialismo dialéctico afirma que la psiquis es lo secundario, puesto que debe su origen a la materia; y que el ser, la materia y la naturaleza son lo primario.
La historia de la psicología es la historia de la lucha del materialismo contra el idealismo, y de su victoria sobre éste. Cualesquiera sean en los detalles los conceptos del mundo, en última instancia todos ellos pueden dividirse en dos grupos. Si una persona cree que el mundo circundante existe sólo en su conciencia, es idealista. Si cree que el mundo sensible, la naturaleza y el ser existen fuera e independientemente de su conciencia, es materialista. En una palabra, para el materialista lo primario es el ser; para el idealista, la conciencia.
Se han cometido muchos errores en la comprensión de los fenómenos psíquicos. Así, Baruch Espinosa (1632-1677), filósofo, ateo y materialista holandés, consideraba el pensamiento como un atributo eterno de la materia. Desde mediados del siglo pasado adquirió amplia difusión el paralelismo psicofísico, según el cual los fenómenos psíquicos y fisiológicos se desarrollan en forma independiente, paralelamente uno al otro. Desde comienzos de nuestro siglo, en la psicología norteamericana se extendió el behaviorismo (del inglés behaviour, conducta; 1925); esta tendencia reaccionaria niega la conciencia y la actividad conciente del hombre.
1.11.- Integrantes de la capacidad intelectual
La capacidad intelectual está compuesta de:
1. Conocimiento- la información acumulada sobre las experiencias anteriores puede estar disponible cuando un individuo necesita resolver un problema. Cabe hablar del conocimiento en términos de:
a) Cantidad: el número de elementos de información relativos a un problema, y
b) Calidad: la utilidad del conocimiento para solucionar problemas al permitir que los nuevos problemas se consideren como casos especiales de lo ya conocido.
2. Habilidades cognoscitivas- tipos de operación que actúan sobre la información que se tiene sobre experiencias anteriores. Para propósitos pedagógicos podemos agruparlas en:
a) Habilidades del pensamiento: un número de habilidades complejas que se aplican aislada o conjuntamente, y
b) Habilidades de comunicación: relacionadas con la organización y presentación de la información destinada a informar y comprender a otro individuo, o sistematizar la información para uso propio.
John Locke, utiliza el Método Introspectivo como dos vías diferentes, para describir las experiencias en el ser humano.
- La experiencia Externa proviene de la SENSACION y PERCEPCION (el mundo de los sentidos de acuerdo con Platón) que es la modificación que experimenta el alma cuando los sentidos la excita directamente (factores externos, estímulos).
- La experiencia Interna es el camino de la reflexión que es la autopercepción del alma de su propio acontecer (el mundo de las ideas según Platón).
Locke ante el embrollo y la desorientación causados por los erróneos métodos de pensamiento reinantes en su tiempo, intentó, en su Ensayo sobre el entendimiento humano, establecer los límites del raciocinio. Arguye Locke que la verdad debe estar limitada a lo que puede ser deducido o lógicamente construido a través de la experiencia sensorial; que la prueba infalible del amor a la verdad está en “no tomar en consideración ninguna proposición con mayor seguridad que la que pueda facilitar la prueba sobre la que ésta está construida”, al objeto de que el grado de asentamiento que prestemos a un determinado punto de vista estribe en los fundamentos de probabilidad existentes en su favor.
Y, como sea que las especulaciones metafísicas y los dogmas teológicos no disponen de tal base, dichas especulaciones y dichos dogmas no deben ser tomados en consideración. Si tales hipótesis son aceptadas como verdades reales, nos encontramos entonces “viviendo sumidos en una especie duermevela” a “un estado de ignorancia ilustrada”.
Durante el siglo XVII, varios filósofos pertenecientes a la corriente filosófica del Empirismo (John Locke, George Berkeley y David Hume, entre otros) adoptaron el punto de vista de que no tenemos absolutamente ningún contenido en la conciencia antes de adquirir nuestras experiencias mediante los sentidos Ya que un empirista desea hacer derivar todo conocimiento sobre el mundo de lo que nos cuentan nuestros sentidos (experiencias).
John Locke (1632-1704) intenta aclarar dos cuestiones. En primer lugar pregunta de dónde recibe el ser humano sus ideas y conceptos. En segundo lugar si podemos fiarnos de lo que no cuentan nuestros sentidos. Locke esta convencido de que todo lo que tenemos de pensamientos y conceptos son sólo reflejos de lo que hemos visto y oído. Antes de captar con nuestros sentidos, nuestra conciencia es como una tabula rasa, o pizarra en blanco.
Hay una línea que va desde Sócrates y Platón y pasa por San Agustín antes de llegar a Rene Descartes, Baruch Spinoza,
Leibniz. Durante el Siglo XVII todos estos filósofos fueron RACIONALISTAS. Opinaban que la RAZON es la única fuente segura de conocimiento. Sí, un RACIONALISTA cree en la RAZON como fuente de conocimiento. Opina que el ser humano nace con ciertas ideas, que existen por tanto en la conciencia de los hombres antes de cualquier experiencia.
Platón dice que no podemos saber nada con seguridad sobre algo que cambia constantemente. Sobre lo que pertenece al mundo de los sentidos, es decir, lo que podemos sentir y tocar, sólo podemos tener ideas o hipótesis poco seguras. Solo podemos tener conocimientos seguros de aquello que vemos con la razón. La propia facultad visual puede variar de una persona a otra. Sin embargo, podemos fiarnos de lo que nos dice la razón, porque la razón es la misma para todas las personas; la razón es lo contrario de las opiniones y los pareceres. Podríamos decir que la razón es eterna y universal precisamente porque sólo se pronuncia sobre asuntos eternos y universales. Solo podemos tener ideas vagas sobre lo que sentimos, pero sí podemos conseguir conocimientos ciertos sobre aquello que reconocemos con la razón.
¿Qué es el razonamiento?
El razonamiento es una operación lógica mediante la cual, partiendo de uno o más juicios, se deriva la validez, la posibilidad o la falsedad de otro juicio distinto. Por lo general, los juicios en que se basa un razonamiento expresan conocimientos ya adquiridos o, por lo menos, postulados como hipótesis.
Cuando la operación se realiza rigurosamente y el juicio derivado se desprende con necesidad lógica de los juicios antecedentes, el razonamiento recibe el nombre de inferencia. Los juicios que sirven como punto de partida son denominados premisas y desempeñan la función de ser las condiciones de la inferencia. El resultado que se obtiene, o sea, el juicio inferido como consecuencia, es llamado conclusión.
La inferencia permite extraer de los conocimientos ya establecidos, otro conocimiento que se encuentre implícito en las premisas o que resulte posible de acuerdo ellas. Cuando en la conclusión se llega a un conocimiento menos general que el expresado en las premisas, se habrá efectuado una inferencia deductiva. Cuando la conclusión constituye una síntesis de las premisas y, por consiguiente, un conocimiento de mayor generalidad, se habrá practicado una inferencia inductiva. Y, cuando la conclusión tiene el mismo grado de generalidad o de particularidad que las premisas, entonces se habrá ejecutado una inferencia transductiva. La ejecución de las inferencias se realiza conforme a ciertas reglas que han sido dilucidadas en la experiencia y formuladas de un modo estricto por la lógica.
En todo caso, lo que se obtiene como conclusión de una inferencia es simplemente un juicio de posibilidad, o lo que es lo mismo, una hipótesis.