El concepto del caos es tan interesante para la física y las matemáticas como lo es para la religión y otras expresiones humanas dedicadas a dar respuesta a aquello que se escapa de lo obvio.
Tanto la Torá (תּוֹרָה) como la Biblia cristiana comparten una misma versión del génesis en la que puede leerse que de la nada surgió una voz que disipó las tinieblas al crear la luz, aunque relatos similares pueden leerse en otras latitudes como en las expresiones creacionistas chinas, mayas, aztecas, moche, toltecas e incas. El punto está en que se presume que antes de que hubiese un orden como el que sugiere la física mecánica y cuántica (en ciertos puntos) en todo el universo, primero hubo un caos y, si las teorías son ciertas, este proceso se repetirá de forma constante pues se estima que después del hipotético big bang ocurrirá el big chash y viceversa.
Justamente en la búsqueda del entendimiento del caos y otros planteamientos físicos y matemáticos surgió, por mera casualidad, pues se sabe que no era intensión de los investigadores dar con tal descubrimiento, lo que ahora se conoce como “fractales”, nombre acuñado por el matemático polaco Benoit Mandelbrot y compartido por el también matemático francés Gaston Maurice Julia; los fractales son figuras geométricas con características especiales en donde se conjugan dos conceptos opuestos pues son a la vez finitas e infinitas, explicado de forma sencilla esto se debe a que la superficie del fractal es finita pero su longitud es infinita.
Para facilitar el entendimiento de lo antes descrito puede hacerse uso de la gráfica de la misma manera en que su descubridor lo hizo a través del “Conjunto de Mandelbrot”:
Ahora bien, ¿cómo un acertijo matemático que goza de una belleza extraordinaria cuando se utilizan los computadores para recrearlos puede asimilarse a la gerencia y, más aún, utilizarse como una herramienta gerencial?
Para responder tal pregunta hay que ahondar en los fractales, como se sabe son figuras geométricas que se repiten de manera infinita pero ordenada, variando solo de tamaño pero manteniendo la línea central que la originó, como su superficie es finita puede observarse como un cuerpo concreto y, si se quiere, uniforme, pero como su longitud es infinita su alcance se extiende más allá de lo imaginable. Sobre este principio surge lo que he llamado la Fracto Gerencia o Gerencia Fractal.
Uno de los requisitos más comunes e incluso obligatorios de la gerencia estratégica que se propagó en la década de los noventa en el siglo XX y en los primeros años del siglo XXI es la tenencia de UNA visión y UNA misión soportada por un conjunto de metas y objetivos para hacerlas realidad, lo cual carece de sentido si se homologa el concepto de los fractales a la gestión administrativa.
El principio de la fracto-gerencia surge del cuestionamiento del pensamiento lineal y limitado de UNA sola visión y por ende UNA sola misión, pues se observan los planes más como la rama de un árbol con sus intrincados y caprichosas extensiones, que como una línea recta o una figura piramidal.
Este planteamiento ya fue introducido en el libro “La Teoría del Saltamontes” cuando en su contenido se explica la manera en que han de observarse los sueños individuales, pero en el campo de la administración y la gerencia la existencia de múltiples sueños y visiones podrán ser leídos con mayor detalle en mi libro titulado “Gerentes Ineptos” cuando se expone este tema.
Pero la gerencia fractal no se limita únicamente a la existencia de múltiples visiones dentro de la planificación estratégica empresarial, también contempla la multidimensionalidad de la estructura administrativa y la replicación infinita de la esencia que originó su existencia.
Hasta el presente las empresas sólo se han dedicado a convencer a sus empleados de la importancia que posee alcanzar la única visión que posee; si bien los valores organizacionales surgen de estudios de las conductas ideales y se emplean instrumentos para mantener motivados a los empleados, éstos no necesariamente entienden y observan a la empresa de la misma manera, sin embargo, es posible crear una réplica significativa, a escala y consecutiva que permita a la empresa manifestarse de manera concreta y, a la vez, extenderse de forma infinita. Esto es posible porque desaparecen las limitaciones tradicionales de las tareas y obligaciones usualmente adjudicadas a cargos y posiciones y se distribuye la responsabilidad de los procesos de la misma manera como lo hace el músico que escribe una pieza en su pentagrama.
La fracto gerencia sugiere que la empresa debe perder su estereotipo y abrirse a esquemas no-convencionales, de hecho este pensamiento es lo que hizo posible la visualización de la empresa como lo expone el Zeitgeist Gerencial (1997). La empresa deja de ser un intrincado muro donde un grupo de personas trabajan aisladas del entorno en la búsqueda de un ideal ajeno, para convertirse en entidades de infinito alcance donde cada visión, cada sueño alcanzado robustece su presencia e impacto.
En la gerencia fractal las unidades que conforman una empresa u organización no son las únicas réplicas del pensamiento central de la misma, gracias a una serie de procesos y métodos cuidadosamente estudiados es posible encontrar en cada empleado o colaborador una réplica, en la escala conveniente, del espíritu mismo de la empresa, por ende, se cumple el principio matemático de los fractales; la empresa (superficie) es finita, tiene razón social, finalidad y alcance, pero el impacto (longitud) que crea la actividad de sus colaboradores y representantes, en el escenario donde se desarrollan, es infinita, si y solo sí se logran alinear como réplicas exactas del origen.
Nota: Las reflexiones y propuestas aquí planteadas son de mi autoría y del producto de mis investigaciones en el campo de las ciencias administrativas.