La era del gas en Bolivia

En Bolivia estamos inaugurando una nueva era, una edad del Gas. Nuestro país fue bendecido por la naturaleza varias veces: en el siglo de la colonia con la Plata, en el siglo XX con el Estaño y en este nuevo milenio con el Gas.

Es ya un hecho que las reservas bolivianas de gas alcanzan los 52,3 trillones de pies cúbicos (TCF), las más altas de región, e inclusive las reservas de petróleo crecieron en 4,2 % al 1 de enero de 2002 llegan a 929,26 millones de barriles.

La consultora internacional De Goldyer & Mac Naughton realizó la certificación sobre el 98 % de reservas probadas y probables. El 1,6 % restante las realizó la residual-YPFB.

El estudio de certificación se realizó sobre 76 campos hidrocarburíferos, 40 de los cuales son productores y 36 en reserva.

Antes de la certificación Venezuela -que cuenta con 143 trillones de pies cúbicos en reservas de gas mezclados con líquidos- era el gigante gasífero latinoamericano, ahora Bolivia y sus 54 TCF´s de reservas de gas libre, coloca a Bolivia como principal país con gas en el Continente. En México hay 30 trillones de pies cúbicos de gas en reservas, Argentina con 26 trillones de pies cúbicos, Perú 13 trillones, Brasil ocho trillones y Chile cuatro trillones de pies cúbicos (Oil & gas Journal, enero 2002).

El hecho que Bolivia sea una potencia gasífera la reposiciona con ventaja empezando a gravitar en el concierto internacional, con peso propio.

Esas nuevas cifras confirman la necesidad de la búsqueda y apertura de nuevos mercados para el gas natural, para monetizarlas y generar ingresos de divisas tan necesarias con miras a construir infraestructura: caminos, aeropuertos, escuelas, hospitales, relanzar nuestros programas de salud y educación para formar a nuevas generaciones y elevar nuestro nivel de vida.

Actualmente, Bolivia tiene un contrato con Brasil para venderle 30 millones de metros cúbicos diarios de gas por 20 años, contrato que quedó chico con relación a la reserva que tenemos. Se busca, ahora, nuevos compradores del preciado energético –que es limpio, barato y apetecido por países industrializados- en mercados de México y Estados Unidos. Hay intenciones de compraventa de 24 millones de metros cúbicos diarios de gas entre el consorcio Pacific LNG (consorcio conformado por Maxus RepsolYPF como operador, BG Bolivia y Pan American Energy) y Sempra Energy.

En todo caso no sólo se debe pensar en exportación de gas natural licuado, sino también la generación de valor agregado al gas boliviano: una planta de conversión de gas a diesel y a energía eléctrica, reportarían mayores ingresos como valor agregado.

Lo paradójico de nuestra riqueza es que Bolivia tiene ingentes cantidades de reservas de gas, pero sólo una mínima parte de la población tiene acceso a este combustible para uso doméstico, por las pequeñas redes de gas natural en La Paz, El Alto, Potosí, Oruro, Sucre, Cochabamba y Santa Cruz, servicio que sólo cubre demandas de menos d 20 mil usuarios.

La mayor parte de los 8,2 millones de habitantes utiliza el gas licuado de petróleo –GLP- con precios subvencionados por el Estado. En el área rural el panorama es peor: los pobladores aún utilizan la leña como combustible lo que resulta irónico y contradictorio, pero es real.

Hasta la fecha –y por razones burocráticas- se ha postergado el proceso de privatización de las redes de gas natural que hubiera masificado el servicio de gas natural.

De ejecutarse los proyectos pensados para el gas, habrían para las arcas del Tesoro: ingresos anuales cercanos a los 600 millones de dólares, al margen de la ejecución de la venta de gas a Brasil, el país recibirá vía regalías, participaciones e impuestos por 300 millones de dólares una vez que se tenga el proyecto de venta a Brasil en los 30 millones de metros cúbicos diarios (MMCD), monto que se duplicará.

Ahora bien, el gas no sólo debe servir para que Bolivia vuelva a recuperar un espacio geopolítico perdido hacen más de cien años, con la pérdida del mar, en todo caso los recursos de la monetización del gas deben servir para elevar el nivel de vida de todos los ciudadanos bolivianos.

Los proyectos de monetización de gas llegarán a utilizar casi 30 TCF´s en: desarrollo del LNG (gas natural licuado), GTL (gas to liquids), plantas de petroquímica y fertilizantes.

La colosal empresa que nos espera: vender gas a mercados fuera de nuestra fronteras exige de un puerto marítimo.

Ello implica que Bolivia, como nunca en la historia latinoamericana, está en la oportunidad de elegir un puerto: entre los peruanos o los chilenos, elección que acarrearía una inversión de 2.500 millones de dólares, en construcción de plantas, mejoramiento de puertos, vías férreas, carreteras, facilidades e infraestructura, al margen de la dinamización económica persé del puerto elegido. La inversión en territorio boliviano de exportación de gas puede ser de alrededor de 1.800 millones de dólares en construcción de ductos, infraestructuras y otros.

La elección del puerto debe estar precedida de un serio análisis técnico entre puertos peruanos, habida cuenta que sería muy riesgoso comprometer semejante inversión en puertos chilenos, país con el que lamentablemente existe una profunda brecha histórica insalvable (guerra de 1879, por el que Chile arrebató injustamente la salida al mar a Bolivia, en guerra contra Bolivia y Perú). Sería incongruente en nuestra política exterior aportar 2500 millones de dólares a un puerto chileno y los bolivianos seguir postrados sin un puerto de salida al mar.

Es la oportunidad: o los chilenos quieren desarrollar su deprimida zona norte con fuerte inversión dándonos salida soberana y sin restricciones al mar, o definitivamente el gas sale por un puerto del país amigo, el Perú.

El proyecto de exportación de gas natural licuado (LNG) a mercados de México y Estados Unidos, impulsado por el gigantesco consorcio Pacific LNG, prevé una inversión global de entre 5.000 y 7.000 millones de dólares.

El detalle de las inversiones que ejecutará Pacific LNG fue expuesto durante el III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Gas y Electricidad, que se realizó entre el 22 y 24 de abril en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Esos estudios señalan que los costes de prefactibilidad del proyecto contemplan un gasto de 1.100 millones de dólares en el desarrollo de los pozos productores en el campo Margarita, ubicado en el bloque Caipipendi del departamento de Tarija (al sur de Bolivia).

A ello se agrega inversión de 700 millones de dólares en el tendido de ductos de exportación que transportarán el gas y los líquidos hacia el puerto.

El tendido de ductos de transporte de gas y líquidos, queremos pensar en territorio peruano, demandará un gasto de 530 millones de dólares y la instalación de la planta de licuefacción, con una capacidad de procesamiento de 6,6 millones de toneladas anuales, costará 2.000 millones de dólares.

Pacific LNG también invertirá 1.500 millones de dólares en la adquisición de 8 tanqueros, los que transportarán el gas natural licuado a lo largo de 4.300 millas vía ultramar hasta el puerto Rosarito en México, donde se realizará una millonaria inversión en la instalación de una planta de regasificación en Baja California. Interconexión con la red de gasoductos de Estados Unidos y las plantas de generación de energía.

Dados los importantes beneficios que recibirá la región del puerto por donde se exportará el gas natural licuado y las ganancias que percibirá Pacific LNG, es necesario que Bolivia busque mayores ingresos a través de las regalías e impuestos que recibirá por la exportación del gas natural licuado.

Hay que tener en cuenta también los intereses empresariales, de manera que el gas boliviano debe llegar a California en condiciones competitivas, empero, también debe permitir un retorno neto razonable al consorcio impulsor del proyecto.

El precio actual del gas en el mercado americano, de acuerdo a los parámetros del Henry Hub, se encuentra en 3,596 dólares por millar del British Termal Units (BTU-Unidades Térmicas Británicas), aunque el precio estimado para el gas en boca de pozo sería de entre 0,70 y 1,10 dólares por millar de BTU.

Si bien las posibilidades de exportación de gas natural licuado (LNG) son muy buenas, existe una importante competencia en el mundo. Países de la ex URRS o Qatar tienen más de 200 TCf´s de reserva. Países como Indonesia y las Islas Sakalin (ex URSS) se encuentran a similar distancia que Bolivia del mercado de California. Argelia también es otra competencia. Este país es el segundo exportador de LNG del mundo. Nuestro problema es la competitividad. Tenemos el gas y una salida a los mercados del Pacífico es vital.

Posterior al desarrollo de mercados internacionales se debe pensar en la democratización y masificación del uso interno, subvencionando el servicio a sectores más sensibles, de manera de tener con una herramienta limpia, segura y –literalmente hablando- casi eterna para que unas cinco generaciones de bolivianos disfruten de energía sin preocupación.

Y con los ingresos por impuestos y regalías hacer caminos, puertos en ríos, aeropuertos, escuelas…infraestructura, salud y educación, para que los bolivianos por los próximos 100 años puedan vivir con dignidad.

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Gómez Úzqueda Boris. (2002, marzo 20). La era del gas en Bolivia. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/era-gas-bolivia/
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