Se están viviendo tiempos nuevos, tiempos en los que muchos paradigmas se rompen. Uno de ellos, el de las personas que hacían toda su carrera profesional en una misma empresa, ha sido reemplazado por el de empleados que buscan nuevos retos y oportunidades, y no temen en dejar su trabajo si encuentran uno nuevo que les brinde tales posibilidades. Esta situación irremediablemente genera un incremento en la rotación del personal, lo que puede atentar contra el mantenimiento de un clima organizacional único y permanente en el tiempo. Se multiplica así uno de los retos principales de los departamentos de recursos humanos.
Es difícil definir la cultura organizacional. Es más fácil sentirla, vivirla, que definirla. En general se podría decir que es el conjunto de valores empresariales que definen el comportamiento de cada uno de sus empleados, convirtiéndose en hábitos diarios. Cuando se tiene una cultura organizacional fuerte, los empleados trabajan más felices y aportan más valor a su organización, lo que invariablemente repercute en los resultados empresariales. De hecho, un estudio de Gallup de unos años atrás encontró que las empresas parte del Fortune 500 que tenían altos índices de satisfacción laboral habían aumentado sus ganancias en una tasa cuatro veces superior a la de aquellas empresas con índices bajos .
Muchas empresas se limitan a ubicar su misión, visión y valores en cuadros a la entrada de su oficina, y creen que sólo con eso están manteniendo y fortaleciendo la cultura organizacional. Hay que ir más allá, no se trata sólo de tener claras las políticas y valores empresariales sino de vivirlos. Es aquí cuando el departamento de recursos humanos adquiere una importancia aún mayor dentro de la empresa, impactando directamente con sus políticas en los resultados corporativos. Cuando este departamento es realmente estratégico en las empresas, las personas que se vinculan a la empresa son reclutados y seleccionados por ser compatibles con tales valores que predica la organización, haciendo que su cultura organizacional perdure en el tiempo.
La cultura organizacional es la suma de todas las personas que han pasado y que están actualmente en la empresa. Contratar a personas que estén en capacidad de vivir tal cultura es fundamental para hacer que perdure. A mayor adaptación de un colaborador a la cultura empresarial, habrá mayor productividad de su parte, ya que encontrará satisfacción personal en su desempeño diario. Las empresas deben contratar de acuerdo a sus valores, y no deben temer desvincular a la organización a alguien que no encaje en su cultura. Puede que en el corto plazo no se vean los beneficios de una decisión de este tipo, pero a largo plazo esto se verá reflejado en los resultados de la empresa.
En definitiva, vivir y hacer perdurable el clima organizacional de las empresas, el cual se basa en los valores de las mismas y que se debe reflejar en el comportamiento de cada colaborador, es un punto de vital importancia para el desempeño organizacional. Es aquí donde el departamento de recursos humanos entra a participar con un papel protagónico, haciendo, por medio de procesos de reclutamiento y selección verdaderamente estratégicos y de diferentes actividades de fortalecimiento, que el clima organizacional propio de una empresa se mantenga y se viva, y no quede reducido a un cuadro con la misión, visión y valores de la empresa colgado en la recepción de las oficinas.