Determinación de las crisis empresariales y su gestión

Todas las empresas deben enfrentar, antes o después, situaciones financieras realmente conflictivas y traumáticas. Algunas logran superarlas: son las “ganadoras”.

Otras sucumben irremediablemente: son las “perdedoras”.

Pero, todos los estudios coinciden en señalar que las organizaciones que han podido superar con éxito sus períodos de crisis son aquellas que han actuado con decisión ante sus primeros síntomas. ¿Cuáles son esos síntomas?

Resumen:

La posibilidad de una crisis financiera es parte integral de la propia actividad empresarial.

Las situaciones de crisis se pueden dividir en cuatro niveles de creciente peligrosidad: crisis en potencia, crisis en gestación, crisis en desarrollo y crisis total.

Las empresas que han logrado superar por completo sus períodos de crisis han sido aquellas que han actuado cuando se encontraban en los dos primeros niveles.

La característica clave y el origen de la crisis en potencia consiste en que en el entorno se están produciendo cambios importantes y la empresa sigue aferrada a sus valores y enfoques tradicionales y a la forma “como siempre se han hecho aquí las cosas”.

En el nivel de crisis en gestación, la empresa comienza a mostrar los primeros síntomas típicos de una situación de crisis: los indicadores básicos de la actividad empresarial comienzan a mostrar claros síntomas de debilidad y deterioro.

Los estudios indican que la mayoría de las empresas que pudieron superar con éxito sus crisis, lo lograron porque actuaron mientras se encontraban en el momento de iniciar el nivel de crisis en gestación.

¿Cómo puede usted determinar en qué nivel de crisis se encuentra su empresa?

La posibilidad de una crisis financiera forma parte de la propia naturaleza de todas las empresas, pequeñas, medianas, grandes, multinacionales o globales que sean. Las estadísticas de quiebras de cualquier país así lo confirman. (“Los cinco pecados capitales de las Pymes”). Los escándalos repetidos de empresas gigantescas, cotizadas en las bolsas más importantes del mundo, también lo reafirman: basta leer los periódicos o escuchar los noticieros de televisión. Ninguna empresa está exenta de ese fatídico riesgo. Incluso, como es sabido, un período de rápido crecimiento de la empresa puede convertirse en una situación de crisis.

Los cuatro niveles de la crisis

Muchos autores, analistas e investigadores de la realidad empresarial han estudiado con minuciosidad cientos de casos de empresas en crisis. Entre ellos podemos señalar a Zimmerman, Wilson, Argenti, Hambrick, Lorange, Deal y Kennedy, que, en conjunto, han analizado los procesos de crisis de más de 1.200 empresas de los EE.UU., Europa, América Latina y Japón. Una de las primeras conclusiones de estos analistas es que las situaciones de crisis se pueden dividir en cuatro niveles de creciente peligrosidad:

Nivel 1: Crisis en potencia.
Nivel 2: Crisis en gestación.
Nivel 3: Crisis en desarrollo.
Nivel 4: Crisis total.

Otra de las conclusiones es que las empresas que han logrado superar y recuperarse por completo de sus períodos de crisis han sido aquellas que han actuado, con firmeza y acierto, mientras se encontraban en los dos primeros niveles. Las que han dado larga a la adopción de medidas correctoras se han visto, luego, penalizadas por la magnitud de las acciones a implantar para enderezar el rumbo o por la inutilidad de toda iniciativa en vista del grado de deterioro estructural alcanzado.

En consecuencia, en este artículo nos vamos a centrar en los dos primeros niveles de crisis, señalando los síntomas de cada uno de ellos, de tal manera de conformar una especie de termómetro, barómetro o conjunto de señales de alerta, que le permitan a los niveles de responsabilidad empresarial concienciarse de la situación que podrían enfrentar a corto plazo, analizar más fondo (de manera objetiva y honesta) la problemática y adoptar las medidas pertinentes con suficiente tiempo.

Crisis en potencia

La situación de crisis en potencia es una de las más delicadas ya que se produce en empresas en las que una situación financiera aparentemente sólida y saludable induce a sus responsables a la auto-complacencia y a descuidar el análisis de la organización, lo que les impide determinar en qué áreas debe cambiar la empresa con el fin de adaptarse eficazmente a las transformaciones que se están produciendo en el entorno.

La situación de crisis en potencia se genera cuando, a pesar de en que en el entorno se están produciendo cambios importantes, la empresa sigue aferrada a sus valores y enfoques tradicionales y a la forma “como siempre se han hecho aquí las cosas”. Los principales síntomas de una situación de crisis en potencia son los siguientes:

La empresa ha mostrado durante años un comportamiento positivo, pero mediocre, sin grandes avances o crecimientos.

La empresa, por el contrario, ha crecido muy rápidamente durante los últimos años, pero no ha ajustado sus estructuras, sistemas y estilo de gestión a sus nuevas dimensiones.

Los altos niveles directivos se han ido alejando progresivamente de los consumidores, usuarios o clientes debido a que “están demasiado ocupados gestionando la empresa” o se consideran “demasiado importantes para dedicar su tiempo a esas cosas”.

En la empresa, los niveles de comunicación interna son muy bajos, deficientes y burocráticos.

Existen problemas de fondos en todas o en algunas de las siguientes áreas: falta de liderazgo o liderazgo muy débil, comportamientos inadecuados, baja moral laboral, deficientes o inexistentes métodos formales para el establecimiento de objetivos y metas, deficientes sistemas de retroalimentación, muy bajo nivel de autocrítica y/o aceptación de la misma.

Excesiva burocracia que se refleja en áreas como: excesivos niveles jerárquicos, relaciones internas poco fluidas, disciplina en exceso rígida, exceso de normas y reglamentos, y similares.

La comunicación con los proveedores se ha vuelto demasiado compleja y consume excesivo tiempo.

Los consumidores, usuarios o clientes comienzan a percibir que en la empresa nadie se preocupa en realidad por ellos: se le dedica poca o nula atención a las quejas, procesos demasiado complicados para adquirir o utilizar los productos y servicios, baja calidad de los productos o servicios, y similares.

La gestión se concentra exclusivamente en los datos contables y cuantificables (en muchos casos, el área financiera es la que detenta el verdadero poder).

La cultura de la empresa es tan inadaptable que no permite ningún cambio o transformación interno.

Cuando el entorno no cambia con mucha rapidez, es posible que una empresa siga operando sin grandes problemas arrastrando una situación interna de crisis en potencia. Pero, cuando el entorno cambia con mucha rapidez, como es el caso de los tiempos en que vivimos, la organización puede pasar, también con extrema rapidez, del nivel de crisis en potencia al nivel de crisis en gestación.

Crisis en gestación

En este nivel, también llamado “pre-crisis”, la empresa comienza a mostrar los primeros síntomas típicos de una situación de crisis. Los indicadores básicos de la actividad empresarial comienzan a mostrar claros síntomas de debilidad y deterioro. Las principales señales de alarma son, entre otras:

Problemas de liquidez: déficit moderado de caja, pérdida de capital circulante o capital de trabajo (tesorería).

Problemas en el área de los cobros: incremento de los impagados, ventas que se hacen a sabiendas que serán de dudosa recuperación.

Problemas con la rentabilidad: los niveles de rentabilidad comienzan a descender de forma notoria, la rentabilidad se convierte en pérdidas moderadas que se consideran “aceptables”, la caída de la rentabilidad repercute en todas las áreas de la empresa.

Problemas en el mercado: ventas estancadas o en descenso, pérdida de participación de mercado, imagen débil en el mercado, y similares.

Problemas con la calidad: exceso de reclamaciones y quejas, incapacidad para satisfacer las expectativas de clientes importantes, deterioro del prestigio de la empresa, incremento de las devoluciones, etcétera.

Problemas con el personal: la moral laboral empeora, incapacidad para contratar personal de calidad, alto nivel de rotación y absentismo, descenso de los niveles de productividad, y similares.

Problemas con la organización de la empresa: confusión y conflictos frecuentes, indefinición en la asignación de responsabilidades, deficiente comunicación interna.

Problemas de gestión: excesiva centralización de las decisiones, ausencia de objetivos y metas precisos en áreas clave.

Problemas de ajuste con el entorno: la empresa sigue operando con los mismos métodos y sistemas a pesar de que sus responsables son conscientes de los cambios que se están produciendo en el entorno (“no hay peor ciego que el que no quiere ver”).

Problemas con la planificación y las previsiones: los niveles de mando no saben cómo predecir lo que va a suceder en el entorno a corto plazo.

Problemas en el área de la innovación: la empresa se resiste a innovar o a mejorar sus productos, servicios, sistemas, enfoques de gestión, etcétera.

Si su empresa, en estos momentos, está mostrando varios de estos síntomas, es conveniente que comience a preocuparse: los estudios indican que la mayoría de las empresas que pudieron superar con éxito sus crisis, lo lograron porque actuaron mientras se encontraban en el momento de iniciar el nivel de crisis en gestación. Pero, los estudios también afirman que si en este nivel no se adoptan las medidas correctoras pertinentes, la empresa puede caer muy rápida y fácilmente en el nivel de crisis en desarrollo, complicándose exponencialmente su ya dudosa recuperación.

Cita esta página

L. Soriano Claudio. (2006, noviembre 8). Determinación de las crisis empresariales y su gestión. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/determinacion-de-las-crisis-empresariales-y-su-gestion/
L. Soriano Claudio. "Determinación de las crisis empresariales y su gestión". gestiopolis. 8 noviembre 2006. Web. <https://www.gestiopolis.com/determinacion-de-las-crisis-empresariales-y-su-gestion/>.
L. Soriano Claudio. "Determinación de las crisis empresariales y su gestión". gestiopolis. noviembre 8, 2006. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/determinacion-de-las-crisis-empresariales-y-su-gestion/.
L. Soriano Claudio. Determinación de las crisis empresariales y su gestión [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/determinacion-de-las-crisis-empresariales-y-su-gestion/> [Citado el ].
Copiar

Escrito por:

Imagen del encabezado cortesía de kianjacy en Flickr