¿Qué hace geniales a Albert Einstein, Steve Jobs, Nelson Mandela, Lance Armstrong o Frank Rijkaard?
No malgasta su energía en sutilezas, enfocando hábilmente todo su esfuerzo en sus prioridades y metas importantes.
No se enreda en chismorreos o en luchas por tener la razón. Aprovecha la información valiosa, y no pierde tiempo para actuar.
Valora los contenidos claros, y se comunica de forma ágil, franca y abierta, preguntando lo que necesite saber, y siempre enfocado a descubrir lo que necesitan saber.
Consume los recursos necesarios para sus objetivos, ni más ni menos. Goza de su trabajo y su talento sin ser esclavo de él.
No tiene ninguna necesidad de exhibirse, aunque no lo descarta si el proyecto y sus objetivos lo requieren.
Innova dentro de un proceso abierto a medio y largo plazo, generando en el camino resultados a corto plazo.
Expresa sus emociones, incluyendo el enfado cuando este es conveniente, usándolas como herramientas al servicio de su acción. Su pasión por alcanzar sus sueños es lo que los dota de gran capacidad de autocontrol emocional.
Ve la vida con perspectiva amplia, comprendiendo la complejidad, y surfeando por las olas del caos.
Sus productos son simples, espontáneos y llenos de sentido.
Es insobornable y solo se lo puede controlar si este control esta alineado con sus objetivos.
Puede mostrar su cara apacible o despiadada. Puede ser el más conformista o ser el mayor disidente. Esto dependerá de si las circunstancias son adecuadas para el sano desarrollo tanto de sus proyectos, como del progreso humano.
Su motivación es interna, basada en su propia ética y valores. Es inmune a la presión y al juicio externo.
