Empezaremos por ilustrarnos conociendo que es el protocolo de KIOTO de 1997. Es el acuerdo de los gobiernos de las naciones unidas – ONU, sobre el Convenio Marco sobre Cambio Climático. El acuerdo ha entrado en vigor después de que 55 naciones que suman el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero lo ha ratificado. En la actualidad 129 países, lo han ratificado alcanzando el 61,6 % de las emisiones.
El objetivo del Protocolo de Kioto fue conseguir reducir un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990 para el periodo 2008-2012. Se trata que estamos ante el único mecanismo internacional para empezar a hacer frente al cambio climático y minimizar sus impactos.
Para este fin acordaron establecer objetivos obligatorios para que los países industrializados reduzcan las emisiones de los 6 gases antropogénicos de efecto invernadero como: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).
Igualmente necesitamos conocer que es comercio de emisiones?, como su propio nombre indica se trata de una compra-venta de emisiones de gases de efecto invernadero entre países que tengan objetivos establecidos dentro del Protocolo de Kioto; es decir, entre los países industrializados o pertenecientes al grupo de países que están en proceso de transición a una economía de mercado. De esta manera, los que reduzcan sus emisiones más de lo comprometido podrán vender los certificados de emisiones excedentes a los países que no hayan alcanzado cumplir con su compromiso.
Dentro de las emisiones con las que se podrá negociar, se encuentran todas las emisiones de los gases de efecto invernadero procedentes de:
1. Las cuotas de emisión asignadas por Kioto (sólo en caso de que hayan cumplido su objetivo)
2. Emisiones procedentes de la Aplicación Conjunta y del los Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Este comercio de emisiones, según el Protocolo de Kioto, entrará en pleno funcionamiento en el año 2008 a nivel internacional. Para este fin, entró en vigencia en octubre de 2003 una Directiva de la UE que supone el comienzo del sistema europeo de comercio de emisiones de gases de efecto invernadero (SECE)
El mecanismo ha generado numerosas críticas y temores, especialmente por parte de las organizaciones ecologistas que ven como un peligro grave en el mal uso y abuso del comercio de emisiones. Este mecanismo puede resultar perverso y requiere de una medida adicional más precisa, dado que estamos en un mundo de “vivos”.
Países como el nuestro, deben aceptar que el Carbono es negocio seguro y entender que es tiempo de involucrarnos al Protocolo de Kyoto, porque estamos obligados a reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero y este acuerdo internacional permitiría conseguir beneficios económicos e inversiones para el desarrollo económico y social de nuestro país.
El recurso que ofrece el tratado sobre cambio climático debe aceptarse como un Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que permita a las naciones partes del Protocolo vender, en forma de cupones, la cuota excedente de emisiones de gases de efecto invernadero a aquellas que sobrepasan los niveles permitidos y que no los han reducido al límite requerido.
Este tratado considera también la posibilidad de que los países ricos (los obligados por el tratado a reducir emisiones) desarrollen proyectos en países en proceso de desarrollo, financiando recuperación de bosques y actividades que contribuyan en la disminución global de emisión de esos gases, como el dióxido de carbono, liberados en gran medida por la combustión de petróleo, carbón y gas.
Como ejemplo vale citar, que una Compañía Azucarera Salvadoreña comenzó en 2002 a producir electricidad a partir de residuos de la caña de azúcar, y ésta ha sido incorporado en la red general de energía.
Esto ha ocurrido este año 2006, durante los cinco meses que dura la zafra y ya han cambiado los viejos molinos de caña por otros eléctricos más ahorradores. Gracias a sus resultados, se registraron en el MDL con una oferta de 89.000 bonos de carbono. Cada bono corresponde a una tonelada de gases no emitida, y cada uno se cotiza entre seis y 10 dólares. Según la misma fuente, Japón ya se ha se ha interesado en comprarlos.
Si pensamos en un proyecto en grandes ciudades como Lima, partimos que en sólo en siete años se depositan algo mas de 2,7 millones de toneladas de residuos sólidos.
Si se transforma en gas metano para sustituir los combustibles tradicionales, se estaría eliminando 1,19 millones de toneladas de dióxido de carbono, se sustituirían 60.000 barriles de petróleo anualmente, se generarían nuevos puestos de trabajo, y el proyecto se convertiría en ejemplo para casos similares en América del Sur. Este tipo de iniciativas pueden ser acogidas por la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional. Lamentablemente no he podido acceder a fuentes más precisas de información, sobre todo del volumen de aguas servidas que son evacuadas al océano pacífico, que pueden ser transformados en gas metano, humus y otros productos; a su ves recuperación de agua para riego y evitar contaminaciones.
Si tenemos en cuenta que la energía es un factor de desarrollo, pues ninguna comunidad puede lograr su desarrollo sin la disponibilidad de energía. En el ámbito rural puede ser un alivio para la pobreza, si aprovechamos las fuentes renovables y continuas como la energía solar, eólica, térmica, hídrica y cinética, para fines productivos.
Hacer funcionar bombas de agua usando energía eólica se puede abastecer aguas potables en medio rurales y llenar represas para uso agrícola. La cobertura eléctrica en áreas rurales igualmente puede ser posible a través de energía solar (paneles solares).
Para que estas instalaciones se mantengan en buen estado y crear un fondo de mantenimiento, cada familia pagaría 3,50 dólares mensuales y puede conectar dos o tres focos, un televisor en blanco y negro, una radio y, si el día es soleado, algún otro aparato de bajo consumo de energía.
También es posible ampliar instalaciones necesarias para que determinadas familias puedan utilizar la energía para fines productivos, como hacer funcionar una nevera (heladera) para conservar y vender alimentos o una máquina de coser y tejer. Para áreas urbanas y escasa visibilidad solar la energía solar no resultaría rentable. Otras fuentes energéticas importantes son sin duda el gas natural, etanol de la caña de azúcar, biodisel de palma aceitera y otras oleaginosas, gas metano y otros.
Para nosotros los peruanos sería importante que el gobierno suscriba su cuotas de emisión y formalice su compromiso cuantificado de limitación o reducción de las emisiones (% del nivel del año o período de base), teniendo en cuenta las siguientes fuentes contaminantes considerados en el anexo A del protocolo:
Gases de efecto invernadero
Dióxido de carbono (CO2)
Metano (CH4)
Oxido nitroso (N2O)
Hidrofluorocarbonos (HFCS)
Perfluorocarbonos (PFCS)
Hexafluoruro de azufre (SF6)
Sectores/categorías de fuentes Energía
Quema de Combustible
Industrias de energía
Industrias manufacturera y construcción
Transporte y otros sectores
Emisiones fugitivas de combustibles
Combustibles sólidos
Petróleo y gas natural
Otras emisiones
Procesos industriales
Productos minerales
Industria química
Producción de metales
Otra producción
Producción de halocarbonos y hexafluoruro de azufre
Consumo de halocarbonos y hexafluoruro de azufre
Utilización de disolventes y otros productos
Agricultura
Fermentación entérica
Aprovechamiento del estiércol
Cultivo del arroz
Suelos agrícolas
Incendio prescrita de sabanas
Quema en el campo de residuos agrícolas
Desechos
Eliminación de desechos sólidos en la tierra
Tratamiento de las aguas residuales
Incineración de desechos
Otros
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