Una herramienta utilizada comúnmente en la evaluación de la liquidez de una empresa es la razón corriente (Activo Corriente / Pasivo Corriente).
Mientras más alta sea la razón, mejor es el resultado de la evaluación. Nada más alejado de la realidad, puesto que mientras más efectivo tenga inmovilizada la empresa en cuentas por cobrar e inventarios, menos liquidez contará para el pago de sus obligaciones corrientes.
Peor aún en la actual coyuntura de contracción económica, donde las cobranzas son lentas, los inventarios demoran en venderse, el crédito de proveedores es mínimo y los préstamos bancarios para capital de trabajo son inaccesibles, por el sin número de requisitos que ahora se exigen.
Por lo que, lo más acertado sería evaluar el Estado de Flujos de Efectivo, específicamente, las actividades de operación del negocio, para conocer sí se está generando el efectivo suficiente para cubrir las obligaciones con proveedores, gastos de la empresa y pagos de impuestos, entre otros.
Quizá las actividades de operación arrojen un saldo negativo. De ser así: ¿cómo es que se están financiando tales actividades?, ¿con préstamos de socios, venta de activos fijos, préstamos de bancos, incremento de capital, etc.?. Identificar estas fuentes de financiamiento nos permitirá conocer la liquidez real del negocio.
Si el déficit de las actividades de operación es una constante, es una clara señal de alerta que no debe pasarse por alto. Probablemente se trate de un grave problema de liquidez, que de seguro se manifestará en la actual coyuntura de crisis, cuando no tenga más activos fijos que vender o acceso al financiamiento.
Por lo que, dejemos que las empresas manejen correctamente sus activos corrientes, adecuando sus políticas de crédito a la realidad actual, adquiriendo el inventario mínimo y necesario y no inducirlos al logro de mínimos de razón corriente para aparentar una falsa liquidez.
En resumen, aplicar la razón corriente para evaluar la liquidez de una empresa es una herramienta desfasada. Debemos concentrarnos en el análisis del Estado de Flujos de Efectivo y verificar que las actividades de operaciones generan los suficientes recursos para el pago de las obligaciones corrientes.