Como empresario te encuentras en la búsqueda de oportunidades para un mayor crecimiento de tus negocios. Sabes que el verdadero crecimiento es el crecimiento de las ganancias.
Parar lograrlo sabes que requieres “recursos” que generen valor.
Esos recursos pueden ser mejores productos, mejores ubicaciones, maquinaria más eficiente, instalaciones óptimas, clientes más rentables, proveedores que se conviertan en aliados estratégicos, un equipo de trabajo más efectivo y competente.
Los consultores y otros profesionales externos también son un excelente recurso para llevar tu empresa al siguiente nivel de crecimiento. Es bueno, los consultores excelentes.
Estas personas que contratas externamente para ayudarte a resolver un problema en tu empresa deben generar valor.
Llevo 30 años trabajando con empresarios de las más diversas actividades económicas.
Como consultor estoy comprometido con mis clientes a responder las siguientes preguntas, si deseo ser contratado. Tú como empresario, debes estar atento a esas respuestas:
- ¿Puedo agregarle algo que valga la pena al rendimiento global de esta empresa?
- ¿Mi pericia y experiencia como consultor hará que la empresa se acerque más a sus metas?
- ¿Puedo hacer que la compañía trabaje más eficazmente y obtenga mejores resultados financieros de sus operaciones?
- ¿Mis servicios le ahorrarán tiempo y recursos a la empresa?
- Con el presupuesto disponible para el proyecto que tendré a cargo ¿Podré realizar un trabajo inteligente, efectivo e integral.
La contratación de un consultor experimentado puede traer enormes beneficios a tu empresa. Puede ahorrar tiempo y recursos, puesto que no solo trae el conocimiento y la habilidad técnica, sino también la experiencia propia y la experiencia observada por él en otras empresas que pasaron, quizás, por las mismas situaciones que tu negocio ahora está pasando.
En un buen consultor buscas más que títulos universitarios, buscas un sentido pragmático para diagnosticar problemas y plantear soluciones eficaces.
Necesitas un buen consultor en tu empresa si:
• Tu empresa carece de un plan de negocios escrito,
• Tu negocio está enfrentando una grave crisis financiera,
• Los costos están experimentando un crecimiento constante,
• Los resultados financieros son negativos o muy bajos,
• La información que recibes para tomar decisiones no es confiable,
• Deseas llevar tu empresa al siguiente nivel de crecimiento,
• La competencia está creciendo y tu negocio está estancado, etcétera.
Sabrás que un consultor es competente, primero porque tiene un sentido perspicaz de ahondar en las causas de los problemas, sabrás por sus preguntas que sabe lo que está haciendo, escuchará más de lo que hablará, comenzará a generar sugerencias y consejos de sentido común que podrás ir implementando durante el proceso.
Es como cuando visitas a un médico para un problema de salud.
Hay algo que te dice que es un profesional calificado y comienzas a sentirte “a gusto” con él y confiado de poner en sus manos tu propia salud física. Una vez que le tomas confianza, te sigues atendiendo con él. No son los títulos pegados en la pared, es más bien que lo que te propone comienza a mejorar tu estado de salud desde las primeras visitas.
Igual sucede con el consultor que contratas para mejorar la salud de tu empresa. Si te sientes a gusto y confiado, los resultados que él produzca para tu empresa pagarán cientos de veces la inversión de contratarlo.
Parar lograrlo sabes que requieres “recursos” que generen valor.
Esos recursos pueden ser mejores productos, mejores ubicaciones, maquinaria más eficiente, instalaciones óptimas, clientes más rentables, proveedores que se conviertan en aliados estratégicos, un equipo de trabajo más efectivo y competente.
Los consultores y otros profesionales externos también son un excelente recurso para llevar tu empresa al siguiente nivel de crecimiento. Buenos, los consultores excelentes.
Estas personas que contratas externamente para ayudarte a resolver un problema en tu empresa deben generar valor.
Llevo 30 años trabajando con empresarios de las más diversas actividades económicas.
Como consultor estoy comprometido con mis clientes a responder las siguientes preguntas, si deseo ser contratado. Tú como empresario, debes estar atento a esas respuestas:
1. ¿Puedo agregarle algo que valga la pena al rendimiento global de esta empresa?
2. ¿Mi pericia y experiencia como consultor hará que la empresa se acerque más a sus metas?
3. ¿Puedo hacer que la compañía trabaje más eficazmente y obtenga mejores resultados financieros de sus operaciones?
4. ¿Mis servicios le ahorrarán tiempo y recursos a la empresa?
5. Con el presupuesto disponible para el proyecto que tendré a cargo ¿Podré realizar un trabajo inteligente, efectivo e integral.
La contratación de un consultor experimentado puede traer enormes beneficios a tu empresa. Puede ahorrar tiempo y recursos, puesto que no solo trae el conocimiento y la habilidad técnica, sino también la experiencia propia y la experiencia observada por él en otras empresas que pasaron, quizás, por las mismas situaciones que tu negocio ahora está pasando.
En un buen consultor buscas más que títulos universitarios, buscas un sentido pragmático para diagnosticar problemas y plantear soluciones eficaces.
Necesitas un buen consultor en tu empresa si:
• Tu empresa carece de un plan de negocios escrito,
• Tu negocio está enfrentando una grave crisis financiera,
• Los costos están experimentando un crecimiento constante,
• Los resultados financieros son negativos o muy bajos,
• La información que recibes para tomar decisiones no es confiable,
• Deseas llevar tu empresa al siguiente nivel de crecimiento,
• La competencia está creciendo y tu negocio está estancado, etcétera.
Sabrás que un consultor es competente, primero porque tiene un sentido perspicaz de ahondar en las causas de los problemas, sabrás por sus preguntas que sabe lo que está haciendo, escuchará más de lo que hablará, comenzará a generar sugerencias y consejos de sentido común que podrás ir implementando durante el proceso.
Es como cuando visitas a un médico para un problema de salud.
Hay algo que te dice que es un profesional calificado y comienzas a sentirte “a gusto” con él y confiado de poner en sus manos tu propia salud física. Una vez que le tomas confianza, te sigues atendiendo con él. No son los títulos pegados en la pared, es más bien que lo que te propone comienza a mejorar tu estado de salud desde las primeras visitas.
Igual sucede con el consultor que contratas para mejorar la salud de tu empresa. Si te sientes a gusto y confiado, los resultados que él produzca para tu empresa pagarán cientos de veces la inversión de contratarlo.