¿Se te ha pasado por la cabeza últimamente que a lo mejor es hora de reinventar tu negocio, de hacer algún cambio? Y no estoy hablando de abandonar, sino de hacer cambios más o menos drásticos según tu situación. Ahora que se acercan estas fechas mucha gente se plantea estas cosas (en mi opinión cualquier momento es bueno, la verdad) y quizá este sea tu caso también.
¿Cuándo es un buen momento para reinventarte? En realidad eso es algo que tienes que decidir tu pero aquí tienes tres situaciones a considerar:
1. Cuando lo que haces ya no te emociona
Si llevas un tiempo sintiendo que ya no te motiva tanto lo que haces, que te aburre o que ya no supone un gran desafío y sientes la necesidad de ir a por más, este podría ser un buen momento para hacer cambios. ¿Qué tipo de cambios? Los explicaré en el artículo de la próxima semana. Eso sí, hay que tener cuidado con esta situación. No confundas aburrirte con algún aspecto de tu negocio, o estar cansada o estresada, con que tu negocio ya no te aporte lo que quieres. Son cosas distintas.
En un momento así lo primero que puedes plantearte es si necesitas unas vacaciones, porque a lo mejor has estado trabajando muchísimo y solo necesitas un descanso para volver a cogerlo todo con ganas. Tampoco tienes que pensar, como he dicho ya en alguna ocasión, que en tu negocio todo va a ser un camino de rosas y que si no te apasiona absolutamente todo lo que haces es que algo va mal. Siempre habrá algo que te guste menos, que te cueste hacer o que directamente no te guste nada. Y ya sabes la solución: o lo delegas (si puedes) o te aguantas.
Esta situación también puede ser delicada para ti si eres de las personas que se aburren enseguida de todo, y puede ser una de las causas por las que no te comprometes con nada, porque en cuanto las cosas se ponen algo difíciles o cuando hay algo que no te gusta mucho abandonas sin más. Y esa tampoco es la solución. O cuando asumes que tu negocio tiene que darte toda la satisfacción y cumplir todas tus necesidades cuando eso no es así. Quizá lo que te haga falta es añadir algo más de diversión a tu vida en forma de una nueva afición por ejemplo.
Aquí estamos hablando de cuando ya no encuentras satisfacción en prácticamente nada de lo que haces, cuando te aburres de hacer siempre lo mismo porque ya no hay desafíos, cuando tienes la mente siempre en otras posibilidades. Entonces quizá sea momento de plantearte un cambio, no necesariamente radical eso sí.
2. Cuando has hecho de todo y no ves resultados
A veces te esfuerzas, haces todo lo que se supone que tienes que hacer, incluso trabajas con un experto pero no tienes los resultados que quieres. Entonces es momento de cambiar las cosas, centrarte en otro nicho, averiguar bien la demanda. Esto es algo que puede pasar incluso aunque empieces con una estrategia clara y sabiendo bien los pasos clave para que tu negocio empiece con buen pie. Por eso es importante ser flexible y estar abierta a los cambios, aunque sea frustrante, aunque te cueste y en el fondo no quieras, porque en realidad no tiene sentido seguir haciendo lo mismo si no ves ningún avance.
3. Cuando tus circunstancias personales cambian mucho y no puedes con todo
A veces, aunque a nivel profesional todo te vaya bien, hay cambios personales que hacen que las cosas no sean como antes y que te plantees hacer algo al respecto. Tener hijos, trasladarte a otro país o cuidar de algún familiar enfermo pueden hacer que tus prioridades cambien de un momento a otro y que te plantees reinventarte para poder acomodarte a la nueva situación.
Estos son tres ejemplos de situaciones en las que puedes plantearte un cambio (no solo en tu negocio sino también a nivel profesional). A veces esta reinvención te hace ilusión y a veces te da pereza y miedo pero en ambos casos estás en una situación donde sabes que así no puedes seguir mucho más. Si decides que es hora de reinventarte, ¿cómo hacerlo, qué cambios puedes hacer? Te lo cuento en el siguiente artículo.
Ahora te toca reflexionar sobre tu situación y tu siguiente paso, ¿cuál es?
Así que si ya tienes claro que sí, que es momento de hacer cambios en tu negocio, ¿por dónde empiezas?
La respuesta es: exactamente por donde lo harías si tuvieras que empezar de cero. Por los cimientos. Ya sabes a estas alturas que si no tienes claro lo que quieres es fácil que te disperses, te dejes llevar por cualquier novedad, no te pongas en marcha y no tengas resultados.
En este caso es exactamente igual. Es hora de volver a plantearte por qué haces lo que haces (revisa tu gran porqué), qué es lo que quieres, cuál es tu nuevo objetivo y cómo quieres que encaje con tu estilo de vida. Esta última parte se suele subestimar y es fundamental para sentirte satisfecha y no verte desbordada. Para mi este es un paso clave y es lo primero que trabajo con mis clientas.
Una vez tienes todo eso claro, ¿qué cambios puedes hacer? Depende de tu situación, tu negocio y de lo que necesites, pero aquí tienes algunos ejemplos:
- A veces quieres conservar la estructura original. Por ejemplo, cuando yo cambié mi negocio tenía claro que quería que siguiera siendo coaching y mayoritariamente online, eso no cambió. Lo que modifiqué en ese caso fue mi nicho, es decir, el tipo de gente a la que te dedicas o el tema en el que te especializas.
Eso, por supuesto, supuso tener que empezar de cero. No fue fácil, pero esta vez contaba con unos conocimientos que no tenía antes, por lo que los avances fueron mucho más evidentes y tuve resultados antes.
¿Hay alguna forma de evitar esto? Pues por ejemplo asegurándote, cuando empiezas tu negocio, de que tu nicho cumple una serie de características. Entre ellas que esté dispuesto a pagar por lo que ofreces. Si no, por muy buena que seas y por mucha pasión que le pongas, no te irá muy bien. Aunque hay que decir que el tema del nicho puede ser controvertido y hay mucha gente que piensa que no es necesario en absoluto. Yo simplemente te explico lo que me funciona bien a mi, siempre según mi experiencia:
- A veces lo que pasa es que no vendes nada de nada (aunque eso sí, a la gente le encanta lo que haces…O eso dicen). El problema puede ser el mismo que antes o simplemente una norma básica de marketing y ventas: que no estás ofreciendo lo que tu cliente quiere sino lo que tu crees que quiere y te aseguro que muchas veces no es lo mismo. En este caso ya sabes cuál es la solución, interesarte por tus clientes potenciales y averiguar lo que quieren de verdad.
- Otras veces lo que necesitas es reorganizar lo que ofreces, analizar qué te da resultados que merezcan la pena, qué te sigue apasionando hacer y ampliar tus miras. Quizá es hora de crear nuevos productos o servicios o de modificar los que ya tienes. O puedes plantearte cómo ayudar a mas gente usando eventos o programas grupales. A veces estás deseando subir de nivel por decirlo de alguna forma, pero tienes miedo porque te has acomodado a lo que ya sabes hacer y se te da bien aunque no sea suficiente para ti en estos momentos…
- En otras ocasiones lo que necesitas es modificar tu modelo de negocio para adaptarte a las novedades o porque tu estilo te vida en cierta forma te lo exige. Por ejemplo si a partir de ahora tienes que trasladarte a menudo, hacer tu negocio online puede ser una buena idea para no tener que empezar desde cero cada vez que te trasladas. O modernizarte y ampliar tu zona de acción, ¿quién dice que tienes que limitarte a tu ciudad, pueblo o país? Tienes todo el mundo a tu disposición.
Estos son sólo algunos ejemplos de cambios que puedes hacer. En todo caso, los primeros pasos a dar son:
- Reconocer tu situación actual, qué pasa y qué necesitas
- Replantearte las bases de tu negocio
- Elegir los cambios más apropiados
- Empezar (por tu cuenta o con ayuda de un mentor o procesional que te guíe).
Así que tómate tu tiempo y empieza por el principio, ¿qué necesitas?.