El mundo está lleno de ruido, un ruido perfecto para, precisamente, que no escuches nada, ni siquiera a ti mismo, a tu verdadero yo. Porque de seguro estás continuamente escuchando tus pensamientos llenos de ruidos externos que tú haces tuyos.
Se tú mismo, atrévete a no ser un clon de ese mundanal ruido. ¿Puede haber algo más maravilloso que tener el coraje de ser tú mismo y amarte tal y como eres?
¿A que nunca te dijeron que tienes identidad propia, que eres un ser único y especial? ¿A que nunca te enseñaron a amarte? ¿Cuántas veces te has sentido desdichado, solo, incomprendido, lastimado…? Siempre esperando algo de alguien.
Si tu interior está confuso, si tienes un vacío que no sabes cómo llenar, si haces tonterías de las que luego te avergüenzas por colmar ese vacío, si no te sientes pleno, dime entonces ¿Qué es eso que sin palabras transmites a las personas con las que te relacionas?
Para tener una vida sana tienes que tener una autoestima alta, y esto comienza con el respeto, la confianza y el amor a ti mismo. Para tener éxitos en la vida la seguridad interior es sumamente importante y esta seguridad empieza cuando te amas a ti mismo y cuidas tu crecimiento como persona.
Trabajando la metodología de Louise L. Hay aprendí a amarme, y sé que no es fácil, yo no tuve guía directa de nadie lo conseguí practicando los ejercicios que ella recomienda. Tuve muchos altos y bajos, épocas en las que revoleaba los libros de rabia.
Pensaba que todo era mentira porque no me veía el avance y me impacientaba, sin embargo nunca abandoné y conseguí algo que anhelé desde que me leí su libro “Usted Puede Sanar su Vida” ser Hay Teacher y poder enseñar a otras personas.
Trabajé fuertemente los diez pasos que ella enseña para potenciar la autoestima y comenzar a amarme, hoy te dejo tres de ellos para que te animes y no demores ni un minuto empezar a practicarlos.
1. Deja de criticarte
Desgraciadamente criticar y chismorrear está a la orden del día en cualquier reunión, sea ésta del tipo que sea; dígase reunión de trabajo, una charla con amigas, la cola del supermercado…
Y por supuesto está el criticarte a ti mismo, ese diálogo interno que no deja títere con cabeza. Siempre encuentras algo que reprocharte y comienza:”Eres tonto” “Soy un desastre” “Soy un desastre y medio” Soy un flojo”, “No valgo para nada” “Soy un estúpido” “Nadie me escucha porque solo digo tonterías”.
Luego te conviertes en la víctima: “Nadie me comprende” “Nadie entiende mi punto de vista” “No le importo a nadie”…
Deja ya de criticarte, obsérvate, valórate, cuando creas que te has equivocado enfócate en lo que has aprendido con ese fallo, concédete palabras de apoyo diciéndote que la próxima vez lo harás mucho mejor.
Cuando te sorprendas criticándote, corrige lo que sea que te hayas dicho con una frase de aliento y de apoyo.
2. Deja de asustarte a ti mismo
¿Cuántas veces te has sorprendido pensando cosas catastróficas? Cuando tienes algo que resolver, ¿Cuánta negatividad creas con referencia a eso? Haces de un grano de arena una montaña, creas tus propios miedos.
Esto suele darse cuando te encuentras enfermo, cuando has quedado con alguien y no aparece o no llama; empiezas a pensar lo peor, en el trabajo si escuchas cualquier comentario negativo lo primero que piensas es que te van a despedir.
Todos esos pensamientos negativos con los que te asustas y te haces sufrir son afirmaciones negativas que a veces toman forma en el mundo real, combate eso rápidamente con afirmaciones positivas.
Haz lo que tengas que hacer para solucionar tus asuntos y destierra cualquier pensamiento doloroso o negativo, acostúmbrate a desterrarlos con ideas positivas y enriquecedoras. Luego, actuar de esta manera será algo natural para ti.
3. Se amable, cariñoso y paciente contigo mismo
Como ya he mencionado, algo que atrasó mi avance fue la impaciencia. La impaciencia es una resistencia que se necesita descubrir y soltar, así que cuando comiences tu trabajo interior para cambiar pautas y empezar a amarte, valorarte, respetarte, sé amable y paciente contigo mismo.
La paciencia es poderosa, cultívala, huye de la gratificación inmediata pues es fugaz y finalmente no sirve para nada. Disfruta mientras recorres el camino, observa cómo poco a poco tus hábitos cambian para mejor y vas sintiéndote poderoso y valiente.
Es normal equivocarse cuando se está aprendiendo, y quien no comete ningún error, no aprende. Las cosas no cambian de repente, no te des por vencido y practica, a la larga te alegrarás y te sentirás orgulloso de ti mismo.