No creo equivocarme al decir que son valores no solo necesarios, sino, también imprescindibles en toda empresa que se de cuenta que “ una empresa sin credibilidad no es nada, por que perder la credibilidad empresarial yo personal es el comienzo del fin”.
Lo que se acaba de mencionar es tan importante no solo para las empresas, sino también para las personas, por que no hay forma más fácil de perder el tiempo que el tratar y/o hablar con personas que han perdido su credibilidad.
Justicia: Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada cual lo que le corresponde.
Verdad: Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
Sinceridad: Valor que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones.
Cabe enfatizar que «decir» la verdad es una parte de la Sinceridad, pero también «actuar» conforme a la verdad, es requisito indispensable.
En muchas instituciones y/o empresas esta comenzando el predominio de la mentira y el engaño, algunos de los trabajadores, esperando que no sea la mayoría de ellos; no dudan de mentir y/o engañar a los demás trabajadores inmersos en un proceso, bajo pretexto de servir a algún amigo o por lograr una prebenda y /o dádiva, aunque para ello tengan que contravenir la normatividad vigente, no dudando de arriesgar a todos ellos, muchas veces utilizando indebidamente las claves y/o password entregados a ellos por confianza, traicionando la confianza brindada.
Se ha llegado a tal perdida de valores por parte de estos malos trabajadores que incluso se molestan e increpan airadamente a trabajadores con principios, por el solo hecho de haber dicho la verdad y no permitirles que con sus astucias y engaños logren favorecer a terceros y/o a ellos mismos trasgrediendo la normatividad vigente y arriesgando a los demás trabajadores, a ellos mismos y a la empresa.
No podemos permitir que esta malsana actitud siga arraigándose más en nuestras empresas y/o sociedad; donde los honestos han pasado a ser tontos, los que informan una actitud riesgosa que contravenga las normas son soplones y ellos: los mentirosos, los deshonestos son los vivos y/o los hábiles que pretenden o hacen los que les venga en gana. Donde la corrupción de simple ha pasado a ser una corrupción mafiosa; pues entre ellos se protegen.
Antes de sacarse la careta o se les descubra, logran ganarse la confianza en base a falsas palabras y actitudes ensayadas, con la única finalidad de tomar conocimiento de las herramientas informáticas y/o de seguridad que les permitan en el futuro sacar provecho de ello, sin importarles el arriesgar a las personas que confiaron en ellos y en esa falsa honestidad.
No es nada raro en estas inescrupulosas personas fingir o tratar de ganarse la amistad de los que trabajan con ellos para lograr sus fines, quienes confían en ellos muchas veces recién se dan cuenta del engaño cuando se encuentran inmersos en un problema por el exceso de confianza en una falsa amistad o en la equivocada valoración de honestidad de las personas de su entorno laboral…
¿Alguna vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira, la falta de sinceridad de un supuesto amigo?.. Seguramente si; la incomodidad que provoca el sentirnos defraudados, es una experiencia que nunca deseamos volver a vivir. Por ello debemos tratar de valorar lo mas exactamente a nuestros colaboradores antes de empoderarlos.
Que se haga Realidad; “Siglo XXI de líderes y ejecutivos éticos”.