En un estudio realizado en la prestigiosa universidad de Harvard se entrevistó a todos los alumnos de dicha universidad.
Entre diversas preguntas que se les formulo, una trataba sobre las metas en su vida: ¿Qué querían conseguir en el futuro? Sólo un 3% de los alumnos escribió lo que pensaba hacer con su vida. Veinte años después se les entrevistó de nuevo a todos. Por sorprendente que parezca, aquel 3% de los alumnos que había establecido sus metas por escrito valía económicamente más que el 97% restante. Y no solo eso, sino que estaban más sanos, alegres y satisfechos, y tenían mejor disposición ante la vida que el resto de los ex alumnos entrevistados.
Entonces el primer paso es definir hacia dónde vas, lo que deseas, tus sueños y todo aquello que anhelas.
Por absurdo que parezca, muchas personas van por la vida con la cabeza gacha y por si fuera poco con los ojos cerrados, rumiando una vida que para ellos es solo una agobiante rutina, con la única variante de las fiestas del fin de semana, y de esa forma terminan por apagar el entusiasmo, el fuego y la pasión con la que se debe vivir cualquier vida. Cuando les pregunto por ejemplo, ¿Por qué motivo trabajas? Me contestan: Porque necesito dinero para pagar mis deudas, pagar la renta, el teléfono, la luz, el agua, comer, etc.
En este mundo que ofrece miles de oportunidades, es increíble que más del 95% de las personas se levantan cada mañana para ir a trabajar, para tener con qué comer y poder así seguir viviendo, para luego levantarse al día siguiente, ir de nuevo a su trabajo y continuar con ese círculo vicioso. Como hacerles entender que uno puede crear su propio paraíso aquí y ahora.
La primera lección en tu camino hacia el éxito, es descubrir el sentido de tu vida. Esta es, sin lugar a dudas, la pregunta más importante que deberás hacerte. La respuesta debe ser clara y certera porque si no sabes cuales son tus sueños ¿cómo los harás realidad?
Tener una simple lista de sueños no es suficiente. Una vez que tengas tu lista es indispensable orar pidiendo la bendición de Dios para el logro de esos propósitos.
La voluntad de nuestro Padre Celestial para guiarnos en forma amorosa, su voluntad para bendecir cada una de nuestras palabras, pensamientos y actos, es el ingrediente que muchos motivadores, consultores, conferencistas olvidan, intencionadamente incluir. Si nuestros sueños permiten el desarrollo y bienestar de los seres humanos, no te quepa la menor duda que uno a uno se irán convirtiendo en realidad.
Los sueños de esa lista han de ser capaces de moverte a la acción. Es importante que esa lista este en correlación con tu misión en la vida. Es decir aquella actividad que realizarías aún cuando no te pagaran por hacerla. Es más, tu misión es aquella tarea por la cual tú incluso pagarías para que te permitieran realizarla. Es aquella tarea que te llena de alegría, aquella tarea que dibuja una sonrisa de satisfacción cuando la concluyes.
Cuando todo esta en orden, cuando descubres tu misión en la vida, cuando tus sueños los tienes bien definidos, La energía fluye a raudales, y todas las piezas van encajando en el rompecabezas de tu vida.
Como Walt Disney solía decir: «Si tienes un sueño, y crees en él,…¡corres el riesgo de que se haga realidad!»
Todos tus sueños materiales, profesionales, familiares e espirituales debes visualizarlos como si tuvieras todo el dinero del mundo para alcanzarlos, como si tuvieras todo el tiempo, como si tuvieras todo el apoyo, como si el talento necesario para lograr esos sueños ya estuviera contigo.
Esos sueños son la fuerza que motiva todas tus acciones; son la razón por la cual te levantas en la mañana y te vas a trabajar; son el combustible que mantiene ágil tu andar, te dan la energía y la disciplina para desarrollar los nuevos hábitos que necesitas adquirir para vivir la vida que Dios quiere que vivas. Un paraíso aquí y ahora.