RSC. Apertura de una estrategia competitiva para la pequeña empresa

Hoy consideramos a las organizaciones como entes que contribuyen al desarrollo y mantenimiento del entorno social, por medio de las actividades que llevan a cabo en los diversos giros existentes y a través de su compromiso con la población en general. De este modo, las empresas hoy ya no son consideradas como simples actores económicos, sino que, ante el nuevo entorno en que nos desempeñamos son también vistas como actores sociales importantes e influyentes en la estabilidad económica y social, local y mundial.

Así dentro del actual contexto, las empresas han cobrado especial relevancia como protagonistas, no solo en lo concerniente a volúmenes de ventas y utilidades, sino también a la explotación y uso de recursos naturales, en su influencia en el ámbito público y político, así como en la estabilización social, entre muchos otros campos de acción que revelan su importancia. De este modo, además de generar utilidades para sus socios y accionistas, las organizaciones deben tomar en cuenta que su actuar impacta positiva o negativamente en la calidad de vida de sus empleados y de las comunidades en las que realizan sus operaciones y en las que comercializan sus productos o servicios.

Es por ello que, al abordar lo concerniente a la responsabilidad social corporativa, es fundamental considerar que dicha filosofía implica el fomento de modificaciones positivas en el modo de conducirse y desenvolverse, tanto de los individuos como de las organizaciones, provocando cambios en su cultura organizativa más que en las estructuras que las componen, es decir, se requiere un fuerte compromiso con el bienestar social.

Por otra parte, en los mercados globalizados actuales con mayor sensibilidad e incertidumbre, así como la alta competitividad observada, propicia a las empresas hacia la búsqueda de mecanismos de diferenciación y crecimiento sostenido. Por ello, un número creciente de empresas ha considerado a la responsabilidad social empresarial o corporativa, como una nueva forma de gestión y de hacer negocios.

¿Qué es la Responsabilidad Social Empresarial? 

La responsabilidad social empresarial, es definida por (Javier, 2014) como la integración voluntaria de las preocupaciones sociales y medioambientales en las operaciones comerciales y en las relaciones con los distintos ámbitos de influencia de la empresa.

Es así que hoy, las organizaciones se ocupan de que sus operaciones sean sustentables[1] en el aspecto económico, social y ambiental, reconociendo los intereses de los distintos grupos con los que se relacionan y buscando la preservación del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de las generaciones futuras. Por ello, la RSE[2] es considerada como una visión de negocios que integra el respeto por las personas, los valores éticos, la comunidad y el medioambiente con la gestión misma de la empresa, independientemente de los productos o servicios que ésta ofrezca o del sector al que pertenezca.

Además, dicha visión de negocios debe respaldarse en los valores expresados por la empresa y tiene que ser plasmada en un conjunto integral de políticas, prácticas y programas a lo largo de todas sus operaciones. De lo contrario, las organizaciones pueden encontrase en riesgo de implementar prácticas que, si bien son socialmente responsables, al no formar parte de una cultura organizacional arraigada, son susceptibles de suspenderse ante cualquier contingencia, crisis financiera o modificaciones en la dirección de la empresa.

Por otra parte, la responsabilidad social corporativa es un término que trata de un compromiso de carácter ético en la gestión de las organizaciones y abarca aquellas responsabilidades que la empresa asume ante la sociedad o ante sus grupos de interés (stakeholders[3]), ya sea porque lo exige la ley, porque forman parte de su función, o porque la organización lo asume voluntariamente. (Inversión & Finanzas.com, 2013)

Finalmente, otra de las definiciones de RSC[4] indica su base como el compromiso que asume una empresa para contribuir al desarrollo económico sostenible por medio de colaboración con sus empleados, sus familias, la comunidad local y la sociedad, con el objeto de mejorar la calidad de vida. (Cajiga, s.f.)

Stakeholders  (Enríquez, 2014)

Stakeholders (Enríquez, 2014)

En este sentido, es la empresa en general y no sólo el empresario, quien tiene un rol ante la sociedad y el entorno en el que opera, obteniendo de la pauta de hacer negocios rentables, desarrollados de forma ética y basados en la legalidad; una estrategia que genera ventajas importantes:

Mayor productividad: A través de mejores condiciones para el cliente interno que conduce a mejor retención de talentos y por ende menores índices de rotación.

Lealtad del cliente: A través de la satisfacción de sus necesidades y demandas, empezando por proveerle productos y servicios de calidad a un precio atractivo, así como un lugar donde pueda transmitir sus necesidades y quejas; y donde obtenga fácilmente información de las condiciones de producción, certificaciones de productos, entre otras.

Acceso a mercados: Derivado del cumplimiento de estándares y certificaciones exigidas por actores externos, incluyendo los consumidores.

Credibilidad: Ya que la empresa que es respetuosa de las personas, las comunidades, el medio ambiente y la sociedad en su conjunto, proyecta una reputación que le garantiza mayor sostenibilidad en el tiempo, anticipándose a situaciones que puedan afectar a la empresa, y reaccionado con mayor agilidad para la adaptación. (Cruz, 2013)

La responsabilidad social y sus actividades tienen que ser voluntarias e ir más allá de las obligaciones legales, pero en armonía con la ley, y así contribuir con el desarrollo del país al maximizar beneficios económicos, sociales y ambientales. Sin embargo, la responsabilidad social no debe confundirse con prácticas de altruismo, éticas o ambientales exclusivamente, sino que debe ser una práctica desde una perspectiva sistémica que forme parte de integral de las estrategias de negocio.

Stakeholders de la RSE

Los individuos ostentamos la propia responsabilidad de cuidar nuestro entorno en todos los aspectos que ello implica, ya sea desde el tema medioambiental hasta el respeto por las normas éticas y sociales establecidas. No obstante, las organizaciones, como un conjunto de individuos agrupados por un fin común, no sólo poseen esa misma responsabilidad, sino que además invisten gran capacidad de influencia social que hoy, ha sentado las bases que guían las prácticas empresariales, convirtiendo la cultura organizacional en el pilar fundamental para la planeación de sus operaciones. (Cajiga, s.f.)

En este contexto podemos observar que las compañías exitosas con filosofía de RSC, demandan operar en una sociedad en la que no sólo existan adecuadas condiciones de educación, salud y trabajo, sino que también se cuente con escenarios que garanticen la seguridad de sus consumidores. Así, estas sociedades de éxito obtienen incremento en la demanda de sus productos y/o servicios y por consiguiente colaboran en el crecimiento económico y social de las comunidades en los países donde celebran y llevan a cabo sus operaciones.

Por otra parte, la sociedad también necesita y demanda compañías que generen empleos e ingresos y que ofrezcan productos y/o servicios benéficos para el mejoramiento de la calidad de vida de sus grupos de interés.

Pero ¿cuál es la relación existente entre la responsabilidad social y dichos grupos de interés o stakeholders? A este respecto como bien sabemos, las organizaciones se interrelacionan con la sociedad en la que se ubican al tener vínculos con un grupo de personas u organizaciones de interés, que como se ha mencionado puede ser en el ámbito económico, político, social y ambiental. Por ello, considerando la sostenibilidad, desarrollo y permanencia de una organización, es fundamental considerar el rol que cumplen los stakeholders sobre éste tenor. Ya que una buena o mala decisión que impacte el bienestar de un stakeholder de la institución, puede generar buenos resultados y por consiguiente el éxito; o por el contrario, hacer fracasar e incluso desaparecer a una organización. (Guioteca, 2014)

Dentro de este marco, es de suma importancia que las empresas e instituciones tengan perfectamente identificados, definidos y priorizados a cada uno de los stakeholders que causan impacto, ya sea positivo o negativo en sus operaciones; con el propósito de generar estrategias que permitan la comunicación y gestión efectiva de todos los grupos de interés, permitiendo así el desarrollo mutuo.

(Rivera & Malaver, 2011), en su documento de investigación titulado “ La organización: los stakeholders y la responsabilidad social” expresan que, inicialmente las empresas se enfocan totalmente en la generación de riqueza para sus propietarios, no importando su responsabilidad para con los demás grupos de interés. No obstante, la sociedad se encargó de exigir el cumplimiento de dicho compromiso, cuando una de las primeras manifestaciones de cuestionamiento hacia las organizaciones por parte de un grupo de interés, fuese presentado en el llamado “movimiento obrero” que surgió en Inglaterra en la época de la revolución industrial, con la finalidad de hacer valer los derechos de los trabajadores y garantizar su bienestar. Logrando entonces que las presiones ejercidas por el sector obrero, obligarán a las empresas a comenzar a preocuparse por satisfacer las necesidades básicas de sus empleados además del requerimiento económico de sus accionistas. Sin embargo, los cambios no surgen únicamente como resultado de la movilización social obrera, sino también ante las condiciones que imperaron en el mercado. Ya que, en el período comprendido entre 1800 y 1930, la oferta, que hasta ese momento había sido inferior a la demanda y que obligaba al cliente a consumir sólo lo ofrecido, comenzó a equipararse; provocando que se enfocarán esfuerzos en el estudio y entendimiento del comportamiento del consumidor; puesto que ahora las personas requerían productos y servicios acordes a sus necesidades.

Por tanto, fue a mediados del siglo XX que la empresa comprendía la importancia de satisfacer las necesidades tanto de sus clientes, como de sus trabajadores y accionistas; cuando surgió la preocupación de otros grupos de interés por conceptos como sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.

Es entonces que según (Cajiga, s.f.), los grupos de interés o stakeholders pueden clasificarse de la siguiente manera:

Grupos de interés consustanciales: Son aquellos sin los cuales sería imposible la propia existencia de la empresa; por ejemplo, inversionistas y asociados con interés financiero.

Grupos de interés contractuales: Son aquellos con los que la empresa tiene algún tipo de contrato formal; por ejemplo, proveedores y clientes o consumidores, en virtud de su relación comercial; Y directivos y colaboradores, en virtud de su relación laboral.

Grupos de interés contextuales: Son aquellos que desempeñan un papel fundamental en la consecución de la credibilidad necesaria para las empresas, y en último caso, en la aceptación de sus actividades o licencia para operar; por ejemplo, autoridades gubernamentales y legislativas, en virtud del entorno regulatorio y legal; organizaciones sociales y comunidades en las que opera la empresa, en virtud de su imagen pública y credibilidad moral; competidores, en virtud del entorno del mercado; y el medioambiente, en virtud de la sustentabilidad de los recursos presentes y futuros.

Grupos de interés para la empresa  (Rivera & Malaver, 2011)

Grupos de interés para la empresa (Rivera & Malaver, 2011)

La fortaleza de la responsabilidad social corporativa en las organizaciones, procede de la acción de sus públicos interesados alineados, conscientes, organizados y activos; guiados por un liderazgo participativo, compartido y plural que construye una cultura organizacional potenciadora, abierta a los cambios y sensible a los procesos sociales. Por lo cual, una organización capacitada en este contexto, para actuar en su mercado de referencia, tiene mayores posibilidades de éxito.

Por consiguiente, el reconocimiento de la cultura organizacional arraigada y el diálogo con los grupos de interés, son los dos aspectos clave para la implementación, desarrollo y consolidación de la RSE en las empresas. Y, además, su implementación conlleva actividades de medición y reporte de sus impactos en el entorno, exigiendo rendición de cuentas y transparencia. (Ortiz, 2012)

Cultura organizacional y responsabilidad social corporativa

Es común observar, que actualmente un mayor número de empresas son conscientes de que pueden contribuir al desarrollo sostenible orientando sus operaciones al fomento de la responsabilidad social dentro de su cultura organizacional. Siendo ésta precisamente, uno de los pilares fundamentales para las organizaciones que buscan ser competitivas.

En este caso (Robbins, 2004), afirma que la cultura organizacional se refiere a un sistema de significados compartidos entre sus miembros y que distingue a una organización de otra, a través del conjunto de creencias y valores compartidos por los miembros de la organización. Así, la cultura se caracteriza porque condiciona el comportamiento de la organización, haciendo racional muchas actitudes que unen a sus integrantes, condicionando su modo de pensar, sentir y actuar.

Asimismo, (Chiavenato, 2000) presenta la cultura organizacional como un modo de vida, un sistema de creencias y valores, una forma aceptada de interacción y relaciones típicas de determinada organización.

De este modo, se puede concluir que la cultura organizacional es todo aquello que identifica a una organización y la diferencia de otra, a través de los valores, creencias, reglas, procedimientos, normas, etc. que sus miembros comparten y ejercen. Por lo cual, las organizaciones poseen una cultura propia, es decir, un sistema de creencias y valores compartidos al que se apega el elemento humano que las conforman.

Por ello en el entorno corporativo e industrial, podemos encontrar empresas tradicionales o innovadoras, flexibles o rígidas, amables o desagradables; pero siempre, sostenidas por un sistema de creencias que determinan su actuar. Por ejemplo, si una organización cree firmemente en la RSE como práctica de gestión, lo mas probable es que forme parte de su planificación y guie su acción en la variedad de situaciones y contextos que le sean presentados. (Diez, 2007)

Ética empresarial

Una de las bases de la cultura organizacional y de la responsabilidad social corporativa, sin duda es la ética, puesto que incide en los valores y en la toma de decisiones para la conducción de las empresas, y por ende, refleja su impacto en los grupos de interés al percibir las consecuencias que sus acciones generan en su ámbito de acción.

En ese sentido, una organización que opera de manera responsable tiende a aumentar su eficacia y eficiencia en términos de servicio y producción, y por consiguiente, aumenta su desempeño. Entonces, al ser más rentable una organización orientada a la RSE y la ética, eleva el nivel de vida de sus empleados y de la sociedad en general. (Diez, 2007)

Por tanto, ante tales referencias, al hablar de responsabilidad social es preciso considerar el desempeño ético de las organizaciones. Pues su actuación ética debe reflejarse en todas las acciones que se lleven a cabo, en las operaciones diarias que se ejerzan, y en el trabajo de todas las personas que la conforman.

De esta manera entonces, se busca que la ética forme parte integral de la cultura organizacional, regulada a través de un código que incluya los valores y principios de cada institución; que favorezca el respeto hacia sus colaboradores y a los derechos humanos, que fomente un clima organizacional positivo; que colabore en el cuidado del medio ambiente y el apoyo directo a la comunidad en la que se encuentre; entre muchas otras aplicaciones, como la rendición de cuentas y la transparencia.

Etica, Leyes y RSC

Etica, Leyes y RSC

(Diez, 2007) cita a los autores (Jones & George, 2006), quienes para la comprensión de la RSE o RSC, identifican un continuum que va, desde el enfoque obstruccionista hasta el enfoque proactivo en las organizaciones:

Enfoque obstruccionista: Consiste en que las compañías y sus gerentes no asumen la RSE y actúan de manera contraria a la ética y, de manera ilegal, hacen todo lo posible para no informar de su comportamiento a los grupos de interés de la organización.

Enfoque defensivo: Es aquel en el que la empresa y los gerentes se comportan de manera ética en la medida en que obedecen estrictamente los requerimientos legales, es decir su RSE se limita a cumplir solamente lo que dicta la legislación.

Enfoque acomodaticio: Según el cual las empresas y sus gerentes tienen un comportamiento legal y ético, y tratan de establecer un balance entre sus intereses, toman decisiones que parezcan razonables ante la sociedad y hacen lo correcto cuando la situación así lo exige.

Enfoque proactivo: Se ubica en lo más alto del continuum, porque las empresas adoptan activamente una conducta responsable, hacen más de lo necesario para conocer las necesidades de la comunidad y sus grupos de interés y disponen de los recursos para satisfacer dichas necesidades.

Aunado a lo anterior, la ética empresarial, simplemente puede manifestarse, por ejemplo, al proveer un producto o servicio con altos niveles de calidad que satisfacen eficazmente las necesidades del consumidor a un precio justo. Por ello es que se dice que, en todo sentido la organización debe demostrar un comportamiento ético que oriente la toma de decisiones y sus relaciones con los demás, sin perder de vista los objetivos que tiene en el terreno empresarial.

Así, la responsabilidad social será entonces, el resultado tanto de la conciencia ética de las personas como de las organizaciones que la practican.

Responsabilidad social en las Pymes

Obligar a través de una norma a realizar actividades de apoyo a las comunidades, al deporte, expresiones culturales y/o educativas, la generación de becas o ayudas, no puede considerarse como una genuina expresión de responsabilidad social, es simplemente el cumplimiento de la exigencia legislativa, de la acción impositiva de la ley cuyo irrespeto generará sanciones. Llevar a cabo todo lo anterior, sólo porque la ley lo exige, no conlleva a desarrollar una organización socialmente responsable.

La empresa mostrará una verdadera madurez organizacional cuando, independientemente de la norma, procure expresiones que faciliten el desarrollo, crecimiento y bienestar de quienes la integran y de aquellos que componen su entorno. (Socorro, 2009)

Por ello, la responsabilidad social es un pacto intangible que reafirma el compromiso entre la organización y su público y, como efecto secundario, incentiva la lealtad del cliente para con la compañía. Por supuesto, esto ha sido entendido por las organizaciones líderes en el mundo, que, al encontrar grandes beneficios en dicha filosofía, han incorporado la responsabilidad social empresarial a su estrategia de negocios como elemento diferenciador y como ventaja competitiva, con resultados financieros positivos. Es así que, cada vez más estudios realizados en distintas partes del mundo, comprueban la correlación positiva entre los resultados económicos y financieros y el comportamiento socialmente responsable de la empresa.

(Cajiga, s.f.)

No obstante, la visión errónea de que la responsabilidad social sólo es un tema de grandes corporativos, puesto que requiere grandes inversiones económicas, es uno de los principales obstáculos para que las pequeñas y medianas empresas consideren la implementación de acciones correspondientes a la RSC, como parte de sus operaciones.

Por tanto, considerando los datos emitidos por la Secretaría de Economía; en México, de las cuatro millones de empresas que existen, el 99% representa a las micro, pequeñas y medianas empresas, mismas que generan una fuerza laboral del 72% y contribuyen con el 52% del producto interno bruto del país. He ahí entonces, la necesidad de encontrar mecanismos efectivos de inclusión de las pymes a un entorno que propicie su desarrollo y éxito. (Pro México: Inversión y Comercio , 2014)

Desafortunadamente, para muchas pequeñas y medianas empresas en México, la RSE es un tema por completo desconocido, lejano o exclusivo de los grandes corporativos. Sin embargo, las pymes pueden incorporar la RSC en su gestión, tras delimitar su esfera de influencia y las decisiones y actividades que ésta pueda controlar, es decir, mediante planes y acciones alineadas a las actividades centrales de la empresa que aseguren su permanencia y dirigidas a sus stakeholders más cercanos. (Reyes, 2016)

Por ejemplo, a través de la integración de beneficios a sus colaboradores y sus familias, o mediante el enfoque hacia actividades que le permitan ver resultados en el corto plazo, como proyectos de eco-eficiencia, en donde se promueva un uso adecuado de los recursos para el logro del menor impacto negativo ambiental, que además, reporte beneficios económicos con menores costos operativos o incluso observando una mayor utilidad. Para de esta manera, con el tiempo, ampliar el alcance de la RSC dentro de la organización, pero nunca de forma reactiva sino sistemática. Ya que generalmente la vinculación inicial de las pymes con la ideología de RSC, ha sido en el aspecto social, implementando actividades aisladas, sin una estrategia que guíe el accionar de la empresa y que arraigue una esencia innovadora a su cultura organizacional. (Reyes, 2016)

En resumen, el desarrollo de medidas de RSE en los sistemas de gestión de las pymes debe incorporar una visión sistémica de procesos y de mejora continua, como parte fundamental de su estrategia para hacer crecer a la empresa y conseguir una ventaja competitiva. Puesto que, como ya se ha mencionado, la opinión pública espera hoy que las empresas sean parte de un cambio positivo en la sociedad, contribuyendo de manera sustentable al desarrollo de las comunidades; y al ser las pymes la mayor fuerza empresarial en México, no deben quedar atrás en la implementación de estrategias que les permitan obtener mayores beneficios frente a su competencia.

Conclusión 

La RSE brinda beneficios reales y tangibles para las empresas, que pueden medirse de diferentes maneras tanto cuantitativas como cualitativas, sin embargo, la realidad es que hasta ahora, su implementación ha estado más influenciada por la imagen y el prestigio que las organizaciones pretenden exteriorizar en su actuación, que por una necesidad de cambio y de sincera solidaridad con la sociedad y el medio ambiente.

No obstante, la evolución en la gestión de las organizaciones pasando de la coordinación y control de actividades por medio de estructuras verticales y divisiones operativas con relaciones de autoridad, a una concepción más abierta, de dirección gerencial horizontal y con operaciones flexibles, ha permitido también, modificar el papel social y ético de las empresas según las necesidades y el contexto apropiados, acorde a los requerimientos de la sociedad.

En este tenor, la responsabilidad social corporativa ha empezado a ocupar un importante espacio en las relaciones públicas y sociales, por lo que, la transparencia en la actuación de las empresas y la claridad y veracidad de su información en este tema, serán factores relevantes para generar y atraer mejores beneficios en una economía globalizada.

Referencias

  1. Cajiga, F. (s.f.). El concepto de responsabilidad social empresarial. México, D.F.: Centro Méxicano para la filantropía.
  2. Chiavenato, I. (2000). Administración de Recursos Humanos.
  3. Cruz, R. (28 de Mayo de 2013). Escuela de organización industrial. Obtenido de http://www.eoi.es/blogs/mintecon/2013/05/28/responsabilidad-social-empresarial-rse-3/
  4. Diez, E. (2007). La cultura y la responsabilidad social: binomio estratégico en las organizaciones. Visión Gerencial, 231 – 244.
  5. Enríquez, L. (19 de Noviembre de 2014). Planeación RSE . Obtenido de http://planeacionrsc.blogspot.mx/2014/11/stakeholders-o-grupos-de-interes.html
  6. Guioteca. (23 de Enero de 2014). Obtenido de https://www.guioteca.com/rse/que-sonlos-stakeholders-y-por-que-son-importantes/
  7. Inversión & Finanzas.com. (24 de Octubre de 2013). Obtenido de http://www.finanzas.com/aula-accionista/20131024/responsabilidad-social-corporativa2526954.html
  8. Javier, D. (06 de Mayo de 2014). World Confederation of Businesses (WORLDCOB). ¿Qué es la RSE? Houston, Texas, E.U.A: WORLDCOB.
  1. Jones, G., & George, J. (2006). Administración contemporánea. México, D.F.: McGraw-Hill.
  1. Ortiz, R. (2012). Escuela de gestores y emprendedores sociales (egesocial). Obtenido de http://www.escuelaegesocial.es/index.php/blog/92-los-stakeholders-como-centro-deaccion-de-la-rse
  2. Pro México: Inversión y Comercio . (2014). Obtenido de http://www.promexico.gob.mx/negocios-internacionales/pymes-eslabon-fundamentalpara-el-crecimiento-en-mexico.html
  3. Reyes, J. (05 de Enero de 2016). mx. Obtenido de http://elempresario.mx/management-mrkt/responsabilidad-social-empresarial-pymes
  4. Rivera, H., & Malaver, M. (2011). La organización: los stakeholders y la responsabilidad social. Bogotá D.C.: Universidad del Rosario.
  5. Robbins, S. (2004). Comportamiento organizacional. México, D.F.: Prentice-Hall.
  6. Socorro, F. (28 de Diciembre de 2009). De gerencia.com. Obtenido de http://www.degerencia.com/articulo/etica-etica-empresarial-y-responsabilidad-social

Agradecimientos

Especial agradecimiento al profesor investigador Fernando Aguirre y Hernández, catedrático de la maestría en ingeniería administrativa adjunta al Instituto Tecnológico de Orizaba, por el aporte técnico para la construcción del presente artículo y su dirección en el proceso de aprendizaje del pensamiento sistémico. De igual manera, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dedicado a promover y estimular el desarrollo de la ciencia y la tecnología en México, por el apoyo financiero para la realización de estudios de posgrado.

[1] Sustentable: Se refiere a algo que se puede sustentar o defender con razones.

[2] RSE: Responsabilidad Social Empresarial.

[3] Stakeholders: Palabra en inglés que, en el ámbito empresarial, significa ‘interesado’ o ‘parte interesada’, y que se refiere a todas aquellas personas u organizaciones afectadas por las actividades y las decisiones de una empresa.

[4] RSC: Responsabilidad Social Corporativa.

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Román López Teresa. (2016, octubre 18). RSC. Apertura de una estrategia competitiva para la pequeña empresa. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/rsc-apertura-una-estrategia-competitiva-la-pequena-empresa/
Román López Teresa. "RSC. Apertura de una estrategia competitiva para la pequeña empresa". gestiopolis. 18 octubre 2016. Web. <https://www.gestiopolis.com/rsc-apertura-una-estrategia-competitiva-la-pequena-empresa/>.
Román López Teresa. "RSC. Apertura de una estrategia competitiva para la pequeña empresa". gestiopolis. octubre 18, 2016. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/rsc-apertura-una-estrategia-competitiva-la-pequena-empresa/.
Román López Teresa. RSC. Apertura de una estrategia competitiva para la pequeña empresa [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/rsc-apertura-una-estrategia-competitiva-la-pequena-empresa/> [Citado el ].
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