Las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (CRAC) atienden a una numerosa clientela de sectores de ingresos medios y bajos, de zonas urbanas y rurales en el país. Dado que ofrecen diversos tipos de productos, distribuidos a través de una amplia red de agencias, resulta relevante evaluar la rentabilidad de estos productos y agencias con el fin de identificar y analizar sus principales determinantes como herramienta básica para mejorar su gestión.
El documento se presenta en cinco secciones, empezando por el análisis de la actual situación financiera de las CRAC; y una segunda sección en la que se describen los productos que las CRAC ofrecen. En la tercera y cuarta sección se presentan los resultados del costeo por productos y su rentabilidad por monedas, así como los resultados del costeo y rentabilidad por agencias, respectivamente. Finalmente, en la quinta sección, se presentan conclusiones y recomendaciones.
Las CRAC en el Perú
Las CRAC son entidades especializadas de microfinanzas establecidas, en 1993, como instituciones financieras no bancarias, reguladas por la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), con un accionariado privado y limitadas exigencias de capital mínimo. Frente a la desaparición de la banca estatal de fomento, las CRAC se orientaron en un inicio a proveer servicios financieros a los segmentos de la población no atendidos por la banca comercial, priorizando el sector rural.
De igual manera que en el caso de las Edpymes y las CMAC, su aparición ocurre en un contexto de desarrollo de las microfinanzas en el Perú, generado por la estabilidad macroeconómica, el crecimiento del aparato productivo, la reforma financiera y la creación de un marco regulatorio favorable.
Las CRAC han sufrido varios cambios, que se pueden enmarcar en tres etapas:
- Entre 1993 y 1996, en que se establecen 18 CRAC con un significativo apoyo del Ministerio de Agricultura. Estas organizaciones, inicialmente, manejan una estructura patrimonial fragmentada con recursos de fondos subsidiados por el sector público. Sus colocaciones netas, concentradas en el sector agrícola, se ampliaron de 7,8 millones de dólares americanos a 39,7 millones de la misma moneda entre finales de 1993 y 1996, respectivamente. En esta misma época (finales de 1996), los adeudos representaban el 67,1% de sus pasivos y mostraban una mora de 13,6%.
- Entre 1997 y 2000, se presentó un deterioro en la calidad de su portafolio crediticio, que puso en peligro su viabilidad financiera, asunto que tiene como colofón la intervención y liquidación de siete CRAC por la SBS. Los cambios en los marcos legales posibilitan una mayor concentración de su estructura patrimonial y la aprobación de programas de refinanciación y transferencia de cartera.
- Desde el año 2001, la situación de las CRAC registra avances, se diversifica el portafolio crediticio y se reducen las colocaciones agrícolas. Mejora la viabilidad financiera y empiezan a hacerse visibles diferencias entre las CRAC. En este período, se reduce el apoyo del sector público a estas organizaciones y la SBS las supervisa en forma más rigurosa.
La cartera de las CRAC crece desde el año 2001 (de 55,4 millones de dólares americanos en diciembre de 2000 a 72,3 millones de dólares americanos en febrero de 2003), la mora se reduce de 14,9% a 9,7% y la cartera en riesgo de 30,4% a 27,6%, como resultado de la diversificación de las colocaciones y de la aplicación del Rescate Financiero Agropecuario.
Los depósitos crecen de 35,2 millones de dólares americanos a 71,9 millones de dólares americanos y, en febrero de 2003, representaron el 65,9% de los pasivos. La actuación de las CRAC, casi siempre limitada a ámbitos departamentales, implica ventajas y desventajas.
Por un lado, sus accionistas tienen un conocimiento más profundo de los mercados regionales en los que trabajan, lo cual genera una toma de decisiones más ágil. Por otro lado, esta misma característica genera riesgos, en la medida que se concentran en una región sin poder diversificarse, mantienen una significativa concentración en la agricultura y las predispone a riesgos derivados de los efectos recesivos en las economías locales.