Introducción
El objetivo del presente trabajo es exponer de la forma más resumida, ilada y coherente posible, un conjunto de reflexiones del autor, acerca de política y sociedad contemporánea, dentro del marco del Curso:”Política y Sociedad”; orientado por el profesor Dr. Diego Berroa, de la Universidad de la Habana, como parte de la Maestría de Educación Superior, correspondiente al desempeño 2010-2013.
En su alcance las reflexiones no van más allá de razonar sobre la infinita variedad de nexos existentes entre Política y Sociedad, con énfasis entre los de la terna: política-economía-sociedad, con un enfoque desde el marxismo, su teoría económica y dentro de ella con acento en la -crítica- economía política marxista, pensando desde tres momentos: primero, de cara al pasado, – repensando en sus orígenes-, segundo, de cara a la actualidad, -empalmando con una muestra de consideraciones contemporáneas-, y finalmente el tercero, de cara al futuro, mediante una síntesis de elementos para caracterizar su proyección, todo en función de dar respuesta a los requerimientos del tema “Política y Economía”, sobre la base de los conocimientos adquiridos y ampliados, durante el desarrollo del Curso.
En tal sentido, en general el orden con que se presentan las reflexiones como trabajo académico, incluye una breve introducción, el desarrollo en el que se parte de unos antecedentes necesarios, como fundamentos de las reflexiones contemporáneas, parar finalmente aproximarse, en forma de síntesis, a una identificación de temas trascendentes y sugerentes para examen y polémica permanente, para el futuro, a manera de conclusiones y recomendaciones. Adjunto además se relaciona la Bibliografía consultada.
El partir para estas reflexiones desde el marxismo, se debe a la convicción, de la necesidad de esta fuente fundamental –probada- de pensamiento crítico y transformador, vinculada a la práctica política-económica-social, lo que quiere decir, a un convencimiento sobre bases fundamentadas, de las que una selección de ellas se exponen a continuación, como antecedentes, y de las que algunas, forman parte de otro trabajo elaborado con anterioridad, por el propio autor, titulado: “Sobre a quién se puede considerar marxista en los umbrales del Siglo XXI, en medio del llamado: “cambio de épocas”, dentro del marco del Diplomado de Economía Política, correspondiente al curso 20082009, en la Facultad de Economía de la Universidad de la Habana.
Como aclaración necesaria, para contribuir a empalmar los mencionados antecedentes como parte de estas cavilaciones, es inevitable precisar que no se trata del resultado concienzudo de una investigación, cuya magnitud y trascendencia desbordarían el propósito de “lobby”, que no abarca tampoco todo el espectro del pensamiento de quien es uno de los más grandes pensadores revolucionarios de todos los tiempos, tampoco que se pretende establecer una escala para determinar lo que sería un enfoque marxista, sino que se trata de expresar una selección de sondeos intelectuales del autor, para contribuir a fundamentar, lo que se puede identificar como: “la Terna: Política-Economía-Sociedad”,
Con tal orientación se transitó, a través de la academia, por temas relacionados con la teoría y procesos políticos contemporáneos, la teoría económica y la economía política, la filosofía, la historia y el estudio de la sociedad en general, para promover una aproximación a la terna, objeto de las presentes Reflexiones, con el propósito de que sea evaluada y determinar si confirma o contradice, o vale la pena adicionarla a otras, ya existentes, hechas por interesados en el tema, y que pueda servir de motivación y base a futuros trabajos, incluso del propio autor.
La importancia y vigencia de estas reflexiones están dadas por que se realizan dentro de un escenario, en término de tiempo, en el que es incuestionable que han reverdecido, más temprano que tarde, las ideas de Marx, en medio de lo que se ha dado en llamar, por algunos, “un cambio de épocas”. Momento en que el discernimiento discursivo individual y el pensamiento humano en general, como resultado y entre circunstancias y acontecimientos, entran al fuero de la razón pensante en un ambiente en el que, en ocasiones, todo parece poder ser cuestionado, desde el sentido común hasta las ciencias mismas.
Desarrollo
Antecedentes:
Una rápida vuelta de cara al pasado posibilita sondear antecedentes considerados necesarios, y a la vez partes componentes, de las reflexiones, objetos de este trabajo.
De esta forma la época de Marx es clasificada, según algunos pensadores actuales, como el segundo momento de cambio de época en la historia de la humanidad, identificado con el nacimiento de la civilización industrial, la cual requirió trescientos años para desarrollarse…
Para el autor, el contexto de esta época se puede caracterizar por los siguientes acontecimientos que la identifican: Europa era el escenario principal de la historia, siglo XVIII, 1789, con la revolución francesa la burguesía toma el poder en Francia, ya en Inglaterra había comenzado la revolución industrial, se formaba el proletariado como clase asociada a la nueva industria, trabajando por insuficientes salarios, sin sindicatos organizados, ni leyes que lo ampararan y con perspectiva que mientras más avanzara la ciencia y la técnica, menos obreros tendrían trabajo…
Marx, a partir de estos acontecimientos y en medio de ellos, llega a conclusiones que son verdaderos descubrimientos. Históricamente, de resaltar los más significativos se encargó F. Engels en el discurso ante su tumba.
A los efectos de estas reflexiones, y en apretada síntesis, se hace referencia sólo a que Marx concluyó:
En lo histórico.
- Demostró que la historia de la humanidad es la historia de luchas entre las clases, que todas ellas giran en torno al Poder social y político de unas sobre otras para conquistarlo. Demostrando que la historia se ha movido por antagonismos y luchas entre las clases, dominantes y dominadas, explotadoras y explotadas…
- Que históricamente, las relaciones capitalistas de producción serían la última forma antagónica del proceso histórico y la sociedad sin clases alcanzada mediante la praxis revolucionaria, sería la síntesis del proceso histórico.
En lo económico.
- Formuló su teoría valor trabajo.
- Mostró las bases de sus ideas económicas y los rasgos fundamentales de su crítica al modo de producción capitalista y de sus consecuencias en su obra, El Capital.
- Dio luz definitivamente a la verdadera relación entre el capital y el trabajo como contraposición entre uno y otro, y la identificó como la contradicción fundamental del modo de producción capitalista, de la que es parte y resulta la explotación del obrero por el capitalista. Que el obrero crea una plusvalía de la que inicialmente se apropia el capitalista y luego la reparte con arreglo a determinadas leyes económicas entre la clase capitalista, o sea, en realidad la distribuye de acuerdo a sus intereses.
- Apuntó que el modo de producción del capitalismo industrial conduciría a la superación de la propiedad privada, no sólo por la rebelión de los oprimidos, sino además condicionada por la propia evolución del capitalismo, en el que la progresiva acumulación del capital determinaría la necesidad de nuevas relaciones de producción, basadas en la propiedad colectiva de los medios de producción. Y que superada la propiedad privada, el hombre vencería la enajenación económica y todas las demás.
- Del mismo modo que las relaciones económicas dan origen a las clases sociales y a la infraestructura económica, y que esta última crea las condiciones para la formación de una superestructura, integrada por la ética, la cultura, la religión y el ordenamiento jurídico. – NO la determina, establece o fija mecánicamente, como algunos “manualistas” sostuvieron, tergiversando lo expresado por Marx-.
En lo filosófico.
- Criticó la economía política, basado en el materialismo histórico. En tal sentido sostuvo que la historia es consecuencia del desarrollo dialéctico de la infraestructura económico-social, causa de las circunstancias cambiantes por los hechos, y motor de la evolución de la humanidad.
Por otra parte:
- Sentenció que: “Los filósofos no habían hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trataba era de transformarlo”.
- Significó que: “La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria”.
- Sintetizó que: “La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica”.
En lo social.
- Atribuyó gran importancia al estudio de la totalidad social, para él: “lo concreto es lo concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones”, o sea, la totalidad y la diversidad se complementan, no se contraponen.
- Su teoría recuperó la complejidad e historicidad de lo social.
- La vinculación entre la teoría y la praxis fue algo esencial.
En lo teórico y metodológico vinculado a la praxis, como práctica consciente.
El marxismo como toda teoría (en cuanto a qué plantea y qué defiende) y su relación con la práctica (referente a cómo se defiende y a quién) ha estado en función de los avatares de la vida, las circunstancias y el quehacer de lo hombres en función de sus intereses, especialmente los de clase económica y social.
A luz de estos antecedentes expuestos acerca del marxismo, al enderezar la cara a la actualidad y orientar la atención de las reflexiones hacia un escenario más cercano en el tiempo, se pueden observar de entre la infinita variedad de nexos, las principales mezclas de hechos que lo componen, de la siguiente forma: son, por una parte: la desaparición de un Sistema Socialista Mundial, la destrucción de la URSS, el debilitamiento del movimiento obrero internacional, la división en los partidos de izquierda, en Europa y otras aéreas geográficas; un mundo en el que existen guerras locales y regionales de origen y naturalezas étnicas, religiosas, y otras en las que se encierran y desatan pasiones reprimidas en el tiempo; determinadas además por una globalización galopante que va abarcando todas las esferas de la actividad humana, que al parecer – en el modesto entender del autor: es la expresión de la búsqueda de un nuevo régimen para el proceso de acumulación en términos del capital, acompañado por una crisis financiera en el Sistema Capitalista Mundial, en medio de la estructural y funcional en la economía real, con énfasis en la recesión de la economía de los EUA, e intentos de esta, en aplicar como paliativos: recetas neoliberales y tratados de libre comercio para determinados países; el bloqueo petrolero del Mundo Árabe a Occidente; la emersión de China pujando por ser, en la próximas décadas, la primera potencia económica mundial, el redimensionamiento de Rusia para mantener su lugar de Superpotencia, la India y Brasil, ascendiendo como economías emergente ya forman el BRIC; la marcha integracionista de países de la América Latina, a partir del avance logrado por algunos de ellos con las conquistas políticas alcanzadas, por cada uno, a favor de su independencia, soberanía y libre determinación, en contraste, con la manifestación, una vez más, de la naturaleza de poder y fuerza del Imperialismo como sistema mundial, y la hegemónica –de dominación e imposición por las armas- del Imperio norteamericano, manifiesto en su redespliegue de posiciones militares, en todo el mundo -.
Entonces surgen, entre tantas alternativas que se esbozan hoy por diferentes teorías algunas interesantes, incluso atendibles, en un mundo, como se ha tratado de caracterizar anteriormente, en que todas las áreas geográficas constituyen a la vez un escenario en si mismas y para el resto del mundo, planteamientos tales como “que la historia avanza ahora con mayor velocidad¨”- que cuando Marx –; otros, que clasifican la época presente como “el tercer cambio de época” en el que la Humanidad se enfrenta a un salto cuántico hacia delante, a la más profunda conmoción social y reestructuración creativa de todos los tiempos; nuevos, que sin advertirlo claramente, estamos dedicados a construir una civilización extraordinariamente nueva, y la identifican con la revolución tecnológica en las comunicaciones, en realidad según el autor, debía ser hacia “la era de los servicios”, entre los que las comunicaciones estarían consideradas – y cuyos efectos, algunos pronostican, que se sentirán en pocas décadas: disolviendo familias, sacudiendo economías, paralizando sistemas políticos, haciendo saltar en pedazos valores, afectando a todos.
O sea, que se ponen en cuestionamiento las viejas relaciones de poder, los privilegios y prerrogativas de las comprometidas élites de hoy, y proporciona el trasfondo sobre el que se librarán mañana las luchas claves por el poder. Es justo expresar que existen otros pensamientos, otras teorías interesantes y de importancia, no citadas por razones obvias de magnitud y alcance del trabajo
Pero a fin de cuentas, entre tantas teorías, el marxismo se reafirma con fuerza renovada, ya que lo cierto es que el Sistema Capitalista a ninguna escala, ni en ninguna de sus fases, ni etapas le ha resuelto el problema a las sociedades y menos aún a la humanidad en sus años de existencia, o sea, ya es históricamente demostrada y reiterada su incapacidad para resolver los problemas y desafíos originados en y por su propio funcionamiento. De donde se infiere que en la proporción en que este Sistema continúe condenando a segmentos cada vez más crecientes de las sociedades contemporáneas a la explotación -ya no sólo a obreros fabriles como en la época de Marx, cuando su contradicción esencial era identificada como capital vs. trabajo- y todas otras formas de opresión, discriminación y segregación, con sus efectos derivados de desempleo, hambre, miseria, necesidad, pobreza, marginalidad y exclusión social, y ahora además en su fase imperialista, con el desarrollo de la carrera armamentista para afianzar la hegemonía mundial y su necesaria realización en las guerras, agrediendo al medio ambiente, a la naturaleza, entre otras formas:, dañando progresivamente la capa de ozono, rompiendo el equilibrio ecológico, agravando el efecto invernadero, contribuyendo a la exterminación de las especies, incluso poniendo en riesgo la propia humana, convirtiendo lo alimentos en combustible, mediante la mercantilización del agua, el tráfico de personas, sus órganos, las drogas, entre otras causas. Y un “socialismo” cuyas recetas y métodos para su aplicación, por diversas causas, motivos y razones tampoco ha demostrado dar solución a los problemas reales a que se enfrenta la humanidad en los inicios del siglo XXI.
Es por ello que la humanidad necesita, requiere de soluciones para garantizar su propia existencia y supervivencia con un horizonte y un pensamiento critico, transformador, base para la práctica social de una clase y más, mientras estas existan, y para cuando no existan, que asista a los obreros, trabajadores de los servicios, campesinos, intelectuales, a todos: población que envejece y se desactiva de la producción en general, jóvenes y niños, a los pueblos , o sea, con una visión que sea la alternativa para la humanidad, su sociedades de que un mundo mejor es posible y de cómo construirlo sobre bases, principios y metodologías prácticas, como actividades conscientes, para poner fin al orden actual y establecer ese otro, distinto, ya que mientras exista el capitalismo con todo lo que conlleva y aunque se vista con nuevos ropajes, seguirá estando presente su esencia explotadora y destructiva e insostenible, todo esto condiciona en opinión del autor, la renovada vigencia del marxismo como vía objetiva que parte y toma en cuenta la realidad que es lo que explica, en gran medida, su vigencia.
Por otra parte se ha comprobado en diferentes momentos la capacidad implícita en el marxismo, como Sistema Teórico abierto, de enriquecerse en correspondencia con el desenvolvimiento histórico, las circunstancias y las luchas por la emancipación de los explotados y oprimidos por el Sistema Capitalista. Es por esto que el regreso a Marx y el reverdecimiento reconocido de su legado hoy, es punto de partida para la teoría y la acción en medio del ir y venir, merced al cual las teorías y los conceptos deben ser aplicados para interpretar, reinterpretar y transformar la realidad, y redimensionarla a la luz de las experiencias prácticas de las luchas, de las crisis y otros fenómenos que tienen lugar en el marco del capitalismo contemporáneo y la evolución de la humanidad.
El autor considera que quien cuente con este arsenal de armas ideológicas, se identifique a partir del enfoque materialista de la historia, lo interprete adecuada y creativamente, lo asuma, sepa usarlo, lo use, luche y tenga resultados, ese será el marxista de hoy y de siempre,. No se tiene que suplantar a Marx, ni repetirlo, ni ser eco de él, ni ajustarse a manuales, ni a recetas escolásticas, sino defender y defenderse con fundamentos y orientarse en cada momento, sin perder el rumbo hacia un mundo mejor, más humano en el que lo que se “globalice” sea la solidaridad entre los pueblos, los hombres y sus relaciones sociales en general, políticas y económicas; y que vayan quedando pendiente como verdaderos problemas para la especie humana, sólo las contradicciones entre el propio hombre y la naturaleza. En fin, llegar a ser sencillamente un hombre con pensamiento crítico, “el hombre nuevo”, el más parecido a CHE, en su época
Al final es posible que algunos aún, a pesar de estos antecedentes y reflexiones expuestas hasta aquí, aún piensen que solo con el marxismo no se logrará, a ellos, sobre estas bases expuestas se les puede responder, pero sin el marxismo menos; otros, que no sea suficiente con el marxismo, a estos, pero si necesario. De cualquier forma el autor tiene entre sus propósitos además de cumplir con los requerimientos del Curso, ejercitarse en pensar y reflexionar en el pensar con un orden marxista, a partir de su percepción de la realidad objetiva de la época en que vive e invitar a todo otro interesado, ya que lo considera una necesidad permanente. Y contribuir, desde su modesta posición y talento, a: estimular el pensamiento crítico, ejercitarlo, fortalecer la autoconciencia sobre él, incitar a su diseminación, y “levantar fuego para repensar la realidad”.
No obstante además, a manera de síntesis, y de cara al futuro, el autor considera quid destacar de entre los aportes del marxismo al estudio de la sociedad humana, sus relaciones sociales orgánicas de diversos tipos, y de la humanidad, que se asocian por tanto a “la terna Política-Economía-Sociedad”, y a las Ciencias Sociales en general, los siguientes:
- El examen de la totalidad social;
- La complejidad e historicidad de lo social. La concepción materialista de la historia y su contenido dialectico;
- Pensamiento crítico;
- la relación entre la teoría y la praxis;
- Las formaciones económico-sociales como Sistemas económicopolítico- social.
Para dejarlos identificados como resultado de esta Reflexión, a manera de temas, objetos para permanentes exámenes futuros, y sobre los que sólo se darán algunos elementos, para contribuir a la motivación de la polémica, ya que existen “hoy” teorías contemporáneas, tales como “Sistema de Sistemas”, “La Complejidad”, “El caos” y “El paradigma Socio crítico”, entre otras, las que en ocasiones de forma explícita o implícita; directa o indirecta; parten, se fundamentan, confirman, niegan, critican o refrieren al marxismo, pero difícilmente lo ignoran, se sustraen o soslayan, además también se pueden mencionar autores: Max Horkeimer, La Escuela de Frankfurt, Herber Marcuse y Los Promotores de La Teoría Crítica Reflexiva, por mencionar algunos.
Pero, para terminar, es conveniente regresar al camino por el que veníamos y referirnos a algunas de las características que para el autor siguen siendo bases de prognosis y recomienda, por ejemplo:
Examinar la totalidad social, mediante el estudio de las ciencias que componen las ciencias sociales, entre las que se destacan la economía, la ciencia política y la sociología, y otras que las complementan, como unidad de lo diverso. De lo que se trata, es de identificar y relacionar los elementos componentes, múltiples y diversos que constituyen la totalidad social entre sí y con el todo en el pensamiento, o sea, la totalidad concreta que existe en la realidad, sobre la base de que es la unidad de lo diverso lo que expresa el carácter contradictorio de todo lo social.
La complejidad e historicidad de lo social. La concepción materialista de la historia, y dialéctica.
Ante una época, como la actual, en la que se llegó a proclamar “el fin de la historia, el triunfo de la economía de mercado y la democracia liberal”, no es permisible pasar por alto las críticas del materialismo histórico a la tradición positivista en las ciencias sociales, ya que reaparecen “hoy” como orientaciones supuestamente innovadoras del pensamiento científico de avanzada. Se trata de criticar desde el marxismo la linealidad de la lógica positivista, la simplificación de los análisis que reducen la enorme complejidad de las formaciones económico-sociales a unas pocas variables cuantitativamente determinadas, y a la pretensión empirista de un observador completamente separado del objeto de estudio.
Por otra parte en cuanto a la dialéctica marxista interpretar transformar las contradicciones sociales en sus diferentes planos, el general, que contrapone el desarrollo de las fuerzas productivas con las relaciones sociales de producción; y el particular, el desenvolvimiento concreto de las luchas de clases.
Estar claro que no es que para el marxismo las ideas “no se desechan”, como en no pocas ocasiones “expresa” el saber convencional de las ciencias sociales, sino que ellas “se consideran” como expresiones –rudimentarias o excelsas o fragmentadas– de las contradicciones sociales existentes, que hay que transformar y solucionar.
En el pensamiento marxista no hay lugar a dudas, Marx no es un hombre de confusión en sus descubrimientos y aportes, según él, el proceso histórico está precisamente promovido por el permanente movimiento que generan las contradicciones y los conflictos sociales; y las revoluciones sociales, y son resultantes de los antagonismos sociales que marcan los momentos y fundamentos de sus derroteros.
Es de interés del autor antes de terminar, llamar la atención del lector interesado en el tema -para no dejar un importante “cabo suelto”-, hacia el hecho de que al elaborar estas reflexiones tuvo, e invita a que se tenga presente, de forma sostenida durante su examen, una expresión de Marx, que se identifique su contenido, esencia y el espíritu de su letra, como uno de los pilares de las reflexiones, y es aquella en la que expresa: “la dialéctica es, por esencia, crítica y revolucionaria”.
La importancia de este interés está dada porque en y para las Ciencias Sociales esta es una verdad, que debe asumirse como motivación y base permanente de la lucha del hombre actual y del futuro, por su supervivencia, de la batalla de ideas en que se encuentra inmersa hoy la humanidad y como parte de ella Latinoamérica, y especialmente nuestro país, Cuba, sobre las que Martí y Fidel son cómplices en el tiempo. Y en tal sentido el autor no conoce que exista, hasta “hoy”, otra concepción que contenga premisas y principios semejantes, que a la par condicione proactivamente el cuestionamiento radical del orden Económico-Social-Político existente, y se asocie a su transformación hacia uno superior, dentro de un posible mundo mejor, con el cual también está comprometido.
De lo que lo que se puede concluir preliminarmente, sin temor a equivocación, que sin pensamiento dialéctico no hay pensamiento crítico, esto es, sin un pensamiento que obligue permanentemente a identificar las contradicciones y tensiones fundamentales en cualquier análisis social, trasformarlas, encausarlas, sino solucionarlas, para ello hay que repensar críticamente la realidad del mundo de hoy, hasta hoy y el futuro.
La relación entre la teoría y la praxis ocupa un lugar clave en la recuperación de la vitalidad que el marxismo puede insuflar a las ciencias sociales.
No se desconoce lo que se llegó a denominar como “el marxismo occidental”, caracterizado por “el divorcio orgánico entre este marxismo y la práctica política”. Este divorcio entre teoría y práctica, y entre reflexión teórica e insurgencia popular, cuya integración fuera tan importante en el marxismo clásico, tuvo consecuencias que nos resultan familiares en nuestro tiempo. El golpe decisivo para volver a reconstituir el nexo teoría-praxis sólo podrá aportarlo la contribución de un marxismo renovado por su nexo con la terna política-económica-sociedad.
Las causas de la deserción de intelectuales del campo de la crítica y la revolución son muchas, y no pueden ser exploradas en su complejidad en los límites de un trabajo como este. Baste sólo con incluir la reflexión de que: Marx no estaba interesado en revelar los secretos del régimen capitalista por mera curiosidad intelectual, sino que se sentía en la necesidad de trascenderlo, convencido de su incapacidad de construir, dentro de sus estructuras, un mundo más justo, humano y sostenible. Y esta discapacidad aún más evidente “hoy”, a comienzos del siglo XXI, Por lo que la reintroducción del marxismo en el debate Político-Económico-Social-Filosófico contemporáneo –así como en la agenda de los grandes movimientos sociales y fuerzas políticas de nuestro tiempo, sea una necesidad- .
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
- Marx, C. Engels, F.: Obras escogidas en 3 tomos y en tomo único.
- Castro Ruz, Fidel: Escritos y discursos, especialmente: El Diálogo de Civilizaciones, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2007.
- Selección de bibliografía básica y complementaria insertada en el CD-R del curso.
- Colectivo de autores: Teoría Sociopolítica. Selección de temas, Tomos I y II, Editorial “Félix Varela”, La Habana, 2006
- Consensos 2. Políticamente incorrecto. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004. Entrevistas y trabajos de personalidades de la política e intelectuales: Paul Street; Robert Fisk; Frei Betto; Noam Chomsky; Therry Meyssan; Francoise Houtart; y Fidel Castro.
- Pensamiento Crítico y emancipación Social, Atilio Borón; Centro de Estudio del PLED, 2009.
- “Sobre a quién se puede considerar marxista en los umbrales del Siglo XXI, en medio del llamado: “cambio de épocas”, Luis René Sollet Zúñiga, Diplomado de Economía Política, 2008-2009, Facultad de Economía de la Universidad de la Habana.