Introducción
En cada proceso revolucionario ocurrido en América Latina uno puede detectar la influencia del «Guevarismo». El legado del Che vive en la imaginación colectiva de los luchadores, y en el debate de los métodos, las estrategias y la naturaleza de sus luchas. Su mensaje es una semilla que en 30 años ha echado raíces en la cultura política de la izquierda Latinoamericana, desarrollando tallo y hojas, y dando frutos. O también, como uno de los hilos rojos que, desde la Patagonia hasta Río Grande, se han fabricado en el tejido de los sueños, utopías y acciones revolucionarias.
El Che no sólo fue un heroico combatiente, sino que además un pensador revolucionario, un precursor de un proyecto político y ético por el cual luchó y murió. La filosofía que le da coerción, color y calor a su empuje ideológico es un profundo y original humanismo revolucionario. Para el Che, el verdadero comunista, el verdadero revolucionario es aquel quien considera los problemas de la humanidad su propio problema personal; aquel que «siente profundamente cada vez que un hombre muere en cualquier parte del mundo; y se llena de una gran felicidad cada vez que aparece la bandera de la libertad en cualquier parte del mundo».
Su internacionalismo, además de ser un modo de vida, una creencia secular, un imperativo categórico, y una profunda sensibilidad fue la más original, pura, combativa y concreta expresión de este humanismo revolucionario.
El Che muchas veces repetía la célebre frase de Martí que resume `los colores de la dignidad humana: «A un hombre verdadero le debe doler cuando otro es golpeado en la cara». Su lucha por conseguir este tipo de dignidad humana era la fuerza detrás de sus acciones, desde la batalla de Santa Clara hasta su última apuesta en la sierra Boliviana.
El Quijote, la novela que leía el Che en la Sierra Maestra y que enseñaba en sus clases de literatura a los reclutas, campesinos, además de ser el héroe con quien se identificó irónicamente en su última carta a sus padres. Tampoco en ese momento se aleja del Marxismo.
El humanismo fue sin duda Marxista, pero el suyo fue un tipo de Marxismo poco ortodoxo, que se alejó radicalmente de los dogmas encontrados en los libretos de origen soviético o en las interpretaciones «estructuralistas» y «antihumanistas» que emergieron en Europa y Latinoamérica a mediado de los años ´60.
El Che demostró gran interés en los escritos del joven Marx en sus «Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844» porque esa obra sugiere concretamente «que el hombre es un ser individual, mientras que los problemas de su liberación pertenecen al ser social», enfatizando la relevancia de la lucha de la conciencia humana contra la enajenación: «sin este tipo de conciencia envolvente del ser social del hombre, el comunismo no es posible».
Enemigo mortal del capitalismo e imperialismo, Ernesto Guevara soñó con un mundo de justicia y libertad, donde el hombre dejaría de explotar a su prójimo. El hombre de esta nueva sociedad, a quien el Che llamó «el hombre nuevo» o «el hombre del siglo XXI», sería un individuo que, después de romper con la enajenación, se uniría con sus vecinos en solidaridad y hermandad universal». Este nuevo mundo debe ser un mundo de socialismo. Como dijo el Che en su «Carta a la tricontinental» (1967) «No queda otra alternativa; la revolución socialista o una caricatura de revolución».
A pesar de que el Che nunca elaboró una teoría acabada del rol de la democracia dentro de la transición socialista, rechazó concepciones autoritarias y dictatoriales que hicieron tanto daño a las creencias socialistas en este siglo. A aquellos que sostienen que las personas deben ser educadas desde arriba, ese dogma falso rechazado por Marx en su «Tesis sobre Feuerbach», es decir ¿quién le enseñará al profesor? el Che contestó en un discurso en 1960 «El primer paso para educar al pueblo es presentarles la revolución. Nunca dejes creer que les puedes ayudar a conquistar sus derechos a través de la educación por sí solo, mientras que deben aguantar un gobierno despótico. Primero y ante todo, enséñales a conquistar sus derechos y a medida que ganen representación en el gobierno, aprenderán lo que les enseñes y mucho más; sin mucho esfuerzo se convertirán en profesores, mejores que los demás».
En otras palabras, la única pedagogía que es libertaria es aquella que permite al pueblo que se eduque a través de la práctica revolucionaria, o como dijo Marx en Ideología Alemana, «en la actividad revolucionaria, los cambios personales coinciden con una modificación de las condiciones».
En marzo 1965 escribió un ensayo «Socialismo y el Hombre en Cuba», en el cual puso bajo escrutinio los modelos socialistas prevalentes en los países de Europa del Este y, siempre desde el punto de vista humanista y revolucionario, repudio a aquellas naciones cuya intención era derrotar al capitalismo, basándose en sus fetichismos.
«En la persecución del objetivo quijotesco de construir el socialismo a través del uso de herramientas gastadas heredados del capitalismo –incentivos materiales individuales, ganancias, etc. –podríamos encontrar que llegamos a un camino sin salida… Para construir el comunismo mientras fortalecemos los pilares de la sociedad debemos crear el hombre nuevo.»
Con relación a los problemas económicos fundamentales que el socialismo tenía que enfrentarse con la mayor urgencia, el Che redactó una serie de artículos que fueron publicados en la Revista “Nuestra Industria” y otras.
Como son:
- Acerca de los Costos de Producción.
- La actitud ante el trabajo.
- Los intereses económicos y los estímulos.
- Método de Dirección y Control de la Economía.
- La planificación socialista.
Che tuvo varias importantes responsabilidades en la dirección económica de la Revolución que le obligaron a prepararse y lograr aportes destacados al Pensamiento Económico, así:
- El 7 de Octubre de 1959 fue Jefe del Dpto. del INRA,
- El 26 de Noviembre de 1959 fue nombrado Presidente del Banco Nacional de Cuba.
- El 23 de febrero de 1961 fue nombrado Ministro de Industrias hasta 1965 en que partió para las actividades internacionalistas.
En el Ministerio de Industrias es donde permanece la mayor parte del tiempo y por la envergadura de las responsabilidades le obligó a estudiar Economía, Filosofía, Contabilidad, Estadísticas y Programación Lineal.
Che decía que sin conocer el libro “El Capital” no se puede ser un economista en todo el sentido de la palabra y se dedicó durante varios años al estudio del Capital de Carlos Marx con el profesor soviético Anastasio Mancilla.
También este gran hombre fue de los primeros en plantear la necesidad de una Escuela de Economía, pero no solo como institución sino una Escuela de Pensamiento.
El objetivo general de este Trabajo es expresar y dar a conocer las principales categorías económicas en las cuales el Ché analizó para la construcción del socialismo.
Latinoamérica y el subdesarrollo en el pensamiento del Ché
A los latinoamericanos se nos hace muy difícil competir en el ámbito internacional con nuestros productos, principalmente primarios, mientras dependemos de una gran producción manufacturera de alto valor agregado.
Esto sin contar que, aunque los países subdesarrollados del mundo representamos aproximadamente el 85% de la población mundial, en tanto los países altamente industrializados solo representan el 15%, paradójicamente los subdesarrollados producimos menos del 25% del producto global.
Existe una serie de características estructurales esenciales que tipifican la homogeneidad de los países latinoamericanos subdesarrollados: El peso fundamental de la economía de la población económicamente activa está en la agricultura; son economías abiertas basadas en la exportación de un grupo reducido de productos, generalmente primarios, que constituyen la fuente primordial del ingreso del país y existe un bajo nivel de vida de la población, acompañado de elevados niveles de desempleo, analfabetismo, malnutrición y otros males sociales.
Aunque no podemos apartarnos en el análisis del hecho de que los países latinoamericanos son heterogéneos y homogéneos a la vez, conviene valorarlos en su conjunto. Esto no implica ignorar no son posibles trayectorias y modelos de desarrollo idénticos para todos. Si alguien dio una visión de lo que era el subdesarrollo fue el comandante Ernesto Che Guevara, quien empleando una original analogía señaló lo siguiente:
“Un enano de cabeza enorme y tórax henchido es subdesarrollado en cuanto a que sus débiles piernas o sus cortos brazos no articulan con el resto de su anatomía; es el producto de un fenómeno teratológico que ha distorsionado su desarrollo. Eso es que lo que en realidad somos nosotros, los suavemente llamados subdesarrollados, en verdad países coloniales, semicoloniales y dependientes.” 1
De estas palabras se deriva que el Che no vinculó la existencia del subdesarrollo a ningún fatalismo geográfico, sociológico ni psicológico; mucho menos lo redujo a una cuestión de pocos ingresos. Lo asoció a distorsiones en la economía y la sociedad de un determinado país, ocurridas a lo largo de todo un proceso histórico marcado por el colonialismo y el imperialismo, que bloqueó el camino de la industrialización, y con ella fueron alteradas las condiciones y formas de desarrollo futuro.
“El “subdesarrollado” o el desarrollo distorsionado, conlleva peligrosas especializaciones en materias primas, que mantienen en la amenaza del hambre a todos nuestros pueblos. Nosotros, los subdesarrollados, somos también los del monocultivo, los del monoproducto, los del monomercado. Un producto único cuya incierta venta depende de un mercado único que impone y fija condiciones”.
Por tanto su surgimiento está asociado al colonialismo primero y al neocolonialismo después. Se caracteriza por dependencia estructural la que define sus rasgos y la dinámica de su movimiento. El subdesarrollo, como parte del sistema global capitalista atomiza las sociedades, las fragmenta y las hace muy vulnerables.
Las clases dominantes internas mantienen y definen sus estrechos vínculos con el capitalismo y no están interesadas en eliminar el statu quo que les garantiza su posición.
En Cuba tenemos la ventaja que el Gobierno Revolucionario tiene la voluntad política y desde el poder se puede ir construyendo y saliendo poco a poco de las deformaciones estructurales que padecemos desde hace siglos y que desde luego no se pueden resolver en pocos años.
El subdesarrollo y el desarrollo hay que verlos desde el punto de vista multidimensional, pues no basta tener en cuenta la dimensión económica, sino que las dimensiones sociales, culturales, políticas y medioambientales, entre otras, son de crucial importancia.
El origen y la consolidación del subdesarrollo están ligadas a la conformación del modo de producción capitalista y a su expansión mundial. Es un fenómeno interno y externo a la vez. La socialización capitalista de la producción avanza tanto hacia lo interno de cada nación, como hacia el exterior.
A través de la transnacionalización la socialización capitalista avanza hacia el exterior, proceso que, según su conveniencia, ha ido anexando de manera selectiva aquellos territorios, economías y sectores con menor grado de desarrollo, pero que garantizan la obtención de grandes sumas de ganancias al capital de los países centrales del sistema.
El imperialismo busca nuevas formas de dominio para conseguir sus objetivos; es por ello que con el libre comercio trata de sacar ventajas del intercambio desigual. Muestra de ello se puede apreciar en el Plan Colombia y Plan Puebla-Panamá, con los cuales, bajo la apariencia de colaboración, Estados Unidos impone la dominación transnacional en territorios ricos en recursos naturales, con una exuberante biodiversidad, además de que poseen importantes reservas de gas y petróleo.
En la década de los 60 surgen otras teorías del subdesarrollo que le daban mayor importancia a las causas externas de este fenómeno. Asimismo, se hicieron grandes aportes a esta concepción, destacándose el intelectual Raúl Prebish, uno de los economistas más relevantes de América Latina, que hizo aportes científicos al problema del subdesarrollo de los países de la región, con su modelo teórico que denominó Centro-Periferia, en el cuál clasificó a los países desarrollados y subdesarrollados.
Categorías de Economía Política que el Ché analizó
El carácter dialéctico de la idea económica del Ché reside en la nueva forma en que se refleja teóricamente la correlación entre fuerzas productivas y relaciones de producción en la época de transición del capitalismo al socialismo. Transformar el trabajo enajenado comunista implica no solo producir bienes materiales, sino producir también al hombre nuevo no enajenado.
El Ché era defensor del sistema presupuestario de financiamiento y realiza con mucho respeto y reconocimiento la crítica al establecer las diferencias generales entre el cálculo económico y el sistema presupuestario de financiamiento, donde el Che afirma: “Conviene aclarar ahora que lo que nosotros buscamos es una forma más eficiente de llegar al comunismo; no hay discrepancia de principio.”
Sin embargo, es preciso decir que el fin práctico en el Che no está limitado a lograr una mayor eficiencia estrictamente técnica de la gestión económica; no se trata de la mera comparación de los gastos sociales de trabajo con sus resultados. Ni siquiera se circunscribe a los límites estrictamente nacionales de nuestra economía.
En la idea económica del Che está presente la necesidad de lograr la integralidad concebida a todos los niveles, incluso para “cohesionar aun más el sistema socialista mundial”.
Por eso podemos identificar en el Che una óptica nueva: el concepto de integralidad desborda los límites nacionales del proletariado, para analizar, incluso aquellas contradicciones de las relaciones económicas internacionales en la actual división internacional del trabajo que limitan el desarrollo de los países subdesarrollados.
¿Cómo puede aspirarse a transformar el capitalismo en socialismo a nivel mundial bajo los efectos brutales que emanan de la ley del valor en las relaciones económicas internacionales con respecto a los países subdesarrollados revolucionarios?.
El Che plantea la necesidad de una efectiva división internacional del trabajo conjuntamente con el entonces mercado socialista, pero con una concepción diferente al mercado mundial:
“…creemos que, particularmente en una sociedad de comercio exterior muy desarrollado, como la nuestra, la ley del valor en escala internacional debe reconocerse como un hecho que rige las transacciones comerciales, aún dentro del campo socialista y reconocemos la necesidad de que este comercio (dentro del campo socialista) pase ya a formas más elevadas en los países de la nueva sociedad, impidiendo que se ahonden las diferencias entre los países desarrollados y los más atrasados por la acción del intercambio. Vale decir, es necesario hallar fórmulas de comercio que permitan el financiamiento de las inversiones industriales en los países en desarrollo, aunque esto contravenga los sistemas de precios existentes en el mercado capitalista, lo que permitiría el avance más parejo de todo el campo socialista, con las naturales consecuencias de limar asperezas y cohesionar el espíritu del internacionalismo proletario”.
En este alerta del Che al peligro de subordinarse a la acción ley del valor, que puede conducir a ausencia de unidad y de solidaridad en una sociedad socialista mundial, se muestra lo que le falta a esa nueva sociedad que se quiere construir, y no sólo desde el punto de vista práctico, sino también teórico.
El Ché decía:
“Creemos que con este espíritu debe afrontarse la responsabilidad de ayudar a los países dependientes y que no debe hablarse más de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los países atrasados.”
“¿Cómo puede significar “beneficio mutuo” vender a precios de mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimientos sin límites a los países atrasados y comprar a precios de mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente?”.
“Si establecemos ese tipo de relación entre los dos grupos de naciones, debemos convenir en que los países socialistas son, en cierta manera, cómplices de la explotación imperial.”
En el proceso de construcción del socialismo, Marx, Lenin y el Che, coinciden en la idea de la “gran fábrica”, que debe superar la separación entre la división social del trabajo en el nivel social y en el nivel de empresa o unidad económica, tal y cual se produce en el capitalismo. Si bien esta “gran fábrica” o “aparato productivo social” está lejos de alcanzarse todavía; ya desde un inicio, la planificación ha de ser estratégicamente la que garantice los cambios estructurales definitorios de la nueva sociedad, lo cual no niega la vigencia de la ley del valor en los límites de ese tránsito hacia la “gran fábrica”.
El propio Che realizó esfuerzos teóricos muy bien encaminados para la determinación del papel de las categorías mercantiles: costo y precio en el sistema socialista. En el sistema que propone el Che podemos ver el costo (como medidor de eficiencia empresarial) y al precio (como medidor de eficiencia social).
Un socialismo “paternalista” protege a la peor empresa no socialmente necesaria. Es lógico que una sociedad que construye el socialismo herede un aparato productivo nacional no homogéneo, con una estructura productiva muy desigual. ¿Qué mecanismos hay que crear para que sólo funcionen las empresas peores socialmente necesarias y aquellas que aventajan a éstas últimas?
Es interesante la forma como Ernesto Che Guevara reconocía la importancia de comparar los costos de producción empresariales con vistas a medir la eficiencia en la gestión empresarial; y al mismo tiempo, reconocía a los precios nacionales, comparados con los internacionales para medir la competitividad del aparato productivo nacional frente al resto del mundo.
El socialismo debe inducir determinada competencia, aquella que elimina lo innecesario socialmente. Una empresa muy necesaria puede hacerse innecesaria a partir de cierto límite, incluso no por ella misma, sino porque las mejores avanzan más rápido.
El Che contribuyó con sus ideas y su práctica a avanzar por ese camino de vincular la acción social real con el mecanismo de administración económica socialista, aún cuando el Sistema Presupuestario de Financiamiento no alcanzó su máximo desarrollo.
El Che tuvo una concepción integral acerca de cómo la sociedad socialista debía actuar sobre las diversas formas económicas concretas (las heredadas del capitalismo y las que apenas se iniciaban con el socialismo) y muy en particular para el caso concreto de un país como Cuba, con una economía subdesarrollada, con una estructura económica deformada y muy dependiente de las relaciones económicas internacionales. Esta concepción integral es una de las ventajas principales del sistema de financiamiento presupuestario.
Ernesto Che Guevara reconoció que el Sistema Presupuestario de Financiamiento exigía perfeccionamiento constante. Este sistema se llevó a la práctica en Cuba, coexistiendo con otro sistema en otras ramas de la economía: el Cálculo Económico; o como prefería llamarlo el Che, Autogestión financiera.
Era de esperar que el Sistema Presupuestario de Financiamiento; y así también, el Cálculo Económico, presentaran dificultades y limitaciones en su ejecución en un país subdesarrollado como Cuba, que apenas iniciaba ese camino nuevo de construcción socialista.
Para el Ché las direcciones básicas en la construcción del socialismo son:
- Creación de la Base Técnico Material del país a través de la relación y conversión ciencia tecnología y producción.
- La formación del hombre nuevo por medio de los procesos de educación directa e indirecta.
Hay una dialéctica entre ambas, a veces no se comprende esto y se acusa al Che de ser idealista, voluntarista y no se tiene en cuenta su razonamiento que para avanzar en lo material hay que avanzar en la conciencia y viceversa.
La categoría Ley del Valor para el Ché:
- La función de la Ley del Valor en la economía mercantil es la de distribuir y regular de manera espontánea. Ella produce diferenciación económica – social y rivalidades en las mismas proporciones y dirección del desarrollo de la producción mercantil, hasta llegar a dominar al hombre, a esclavizarlo.
- La construcción del socialismo es un proceso conscientemente, deliberado, volitivo, dirigido a superar las contradicciones y desigualdades del capitalismo, para crear una nueva forma de vida humana. La distribución del trabajo y la riqueza, por tanto, tiene que ser también deliberadamente, de forma planificada. La planificación es la vía fundamental, no la única, pero si la fundamental para que los hombres dirijan la distribución justa de las riquezas.
- La ley del Valor dirige y distribuye de manera injusta y desigual los escasos recursos y subordina fechistamente a los hombres. La planificación dirige y distribuye las riquezas (los escasos recursos) en función del crecimiento material y espiritual de todos los ciudadanos y todo el pueblo.
- La ley del valor tiene que desaparecer en la construcción del socialismo en la medida en que se logre, mediante la dirección consciente del sistema socialista, crear para todos la riqueza material y espiritual necesaria para alcanzar el reino de la libertad.
Los porqué del Comandante Guevara
Desde que fue constituido el 23 de febrero de 1961 el Ministerio de Industrias, al Comandante Ernesto Che Guevara se le asignó la responsabilidad de dirigir ese organismo que tan importante papel debía desempeñar en el fomento y diversificación de la economía cubana.
De la etapa del Che como Ministro de Industrias hay disímiles compañeros, de manera esencial aquellos que trabajaron bajo su dirección en el propio edificio de ese organismo, que conservan recuerdos imborrables y entre ellos está Juan Valdés Gravalosa.
En su condición de secretario del Consejo de Dirección de este Ministerio, Valdés Gravalosa apreció las cualidades y características del Che como dirigente de nuestra Revolución.
“El Comandante Ernesto Guevara siempre insistía a los dirigentes del Ministerio de Industrias en la necesidad del estudio, de la superación constante, y en eso también era un ejemplo.
“No se limitaba a pedirle a los demás que estudiaran, sino que él era el primero en hacerlo.
“Recuerdo que en una reunión en el organismo preguntó a cada uno de los presentes qué estaba o qué iba a estudiar.
“No se me olvida que un compañero que se caracterizaba por ser bastante autosuficiente le dijo que no tenía necesidad de estudiar porque contaba con un título universitario.
“En un tono bastante desafortunado comentó que él no se encontraba en la situación de otros dirigentes del Ministerio que tenían bajo nivel escolar.
“Al escuchar estas palabras el Che lo interrumpió y con cierta agudeza le preguntó:
-¿Tú me puedes decir cuál es la ley fundamental del socialismo?
“El compañero evidentemente sorprendido no atinó a dar una respuesta concreta y se quedó en el aire.
“Entonces el Che se limitó a comentar:
-Ya ves, a pesar de tu nivel no sabes responder esa pregunta tan elemental, así que debes estudiar economía política”.
Frases célebres en el Pensamiento del Ché
“La lucha por la calidad del producto es una lucha revolucionaria y de vanguardia, y nunca se equivoquen en pensar que por el hecho de ser revolucionario se puede dar al pueblo un producto de mala calidad, eso sería atentar contra la Revolución”.
“El sistema de cálculo de financiamiento presupuestario, del sistema de monopolio, es más progresista que el sistema de autogestión”.
“Lograr la satisfacción de las necesidades siempre crecientes de la población es una ley moral o un objetivo político, en ningún caso de carácter económico. La Ley Fundamental del Socialismo sería la planificación, vinculada al desarrollo de las fuerzas productivas y de la conciencia”.
“Medida del trabajo político ideológico dirigido a formar al hombre nuevo provisto de la eficiencia y con criterio técnico”.
“Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material, hay que hacer al hombre nuevo”.
“… en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar (…) como método es lo más antimarxista, pero además suelen ser muy malos. Por eso hice un plan de estudios para mí, que creo que puede ser estudiado y mejorado mucho para constituir la base de una verdadera escuela de pensamiento”. (Carta del che a Armando Hart Dávalos).
“La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no sólo en la conciencia individual, en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica, de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y por ende en la conciencia….”
“No estamos frente al periodo de transición puro, tal como lo viera Marx en la Crítica del Programa de Gotha, sino una nueva fase no prevista por él; primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo. Este trascurre en medio de violentas luchas de clases y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.
Características más importantes del pensamiento económico del che
Para entender mejor el pensamiento del Che, es bueno tener en cuenta ejes articulados que lo identifican son como genes que articulan a toda su obra.
- La vocación latinoamericana.
- El pueblo como sujeto y protagonista de la historia. En toda su obra hay un nivel de historicidad.
- La Concepción de la lucha revolucionaria (guerra de guerrillas). En su momento fue como la vía fundamental para lograr los objetivos de transformar la sociedad, hoy hay otras vías. La propia Batalla de Ideas por ejemplo.
- La Concepción de desarrollo y social.
El pensamiento del económico-filosófico del Ché, tiene una concepción coherente del mundo.
- Sus concepciones filosóficas de la praxis le permiten superar la vieja dicotomía entre “materialismo e idealismo” No es que sea neutral, sino que no va a los extremos.
- Piensa en la sociedad como una totalidad.
- Sitúa los principales problemas de la filosofía en una estrecha relación con la política, la economía y historia. Divide los problemas en pedazos, los sistematiza y los une en un todo.
- La construcción del socialismo no es solo una nueva manera de distribuir la riqueza social, una nueva moral, sino de vivir, de crear una nueva cultura.
- En política tanto como en economía otorgaba al factor subjetivismo un lugar privilegiado.
- Le asigna una gran importancia estratégica al desarrollo de la conciencia. No se puede construir la nueva sociedad sin la crítica creadora que significa el hombre nuevo.
La crítica para el Ché es una concepción del mundo críticamente coherente.
- Tiene que ser dialogante, nunca monologante, ello no es solo valoración, es sobre todo creación.
- La crítica hace pensamiento, crea pensamiento, es fuente de ideas y cultura a la vez que fuerza enunciativa y transformadora de la realidad.
- La honestidad, la mesura y el sentido común, son tres atributos substanciales de la crítica, tanto de la crítica científica como la que se realiza cotidianamente en la vida social y política de la sociedad.
Los objetivos de la enseñanza del Ché en la nueva sociedad socialista y comunista son:
- Formación cultural familiar.
- Interés especial por la historia, la filosofía, la literatura y las matemáticas.
- Conocimiento del pensamiento marxista clásico y latinoamericano.
- Recorrido por la “Mayúscula América”.
- Conocimiento y sus relaciones con los procesos revolucionarios de América Latina.
- La enorme voluntad y su preocupación por su superación humana y la de los demás.
El Ché hablaba de los principales procesos interrelacionados en la construcción del nuevo modelo socialista, estos son:
- Transformación de las estructuras agrarias. Reforma Agraria.
- Industrialización progresiva.
- Educación y Cultura.
- Ciencia y Técnica.
- Participación de los trabajadores, del pueblo en todos los procesos transformadores.
Estos procesos expuestos así por Che han continuado siendo impulsados por Fidel como una expresión de la continuidad del pensamiento revolucionario, típico de nuestro proceso.
Conclusiones
Como consideración final de esta ponencia, quiero destacar que la visión del Ché estaba marcada por una profundidad en sus vivencias y conciencia que lo hacía determinar el futuro con una certeza incalculable, de ahí su empeño en lo valores éticos y humanos del hombre nuevo.
La formación económica del Che transita por un proceso de asimilación crítica, de ideas, teorías y doctrinas económicas elaboradas, desarrolladas y divulgadas por economistas de diferentes corrientes y escuelas de pensamiento económico; sin embargo, la práctica revolucionaria en Cuba, es la determinante de su obra y pensamiento en el campo de la teoría económica y social.
Hay que tener en cuenta que construir el socialismo en una isla pequeña, subdesarrollada, larga y estrecha, de escasos recursos naturales, con grandes deformaciones estructurales, presionada por un lado por los Estados Unidos y el mundo capitalista y por otro por el mundo socialista especialmente la URSS, que aunque ayudaba también influenciaba, todo ello hacía difícil crear un modelo económico, de ahí los cambios y la experimentación que lógicamente se ha tenido que ir haciendo.
Era un verdadero comunista, que vivió en tiempos muy difíciles y que su pensamiento tienen hoy día más importancia que nunca.
Los pueblos latinoamericanos que hoy se levantan por un mundo mejor con la construcción día a día del ALBA, es el mejor homenaje que se le puede dar a este Gran Hombre de la Humanidad.
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